¿Estamos hechos para amar al mundo, o para construir el nuestro?

Can I see you without a mask? May I ask again, can I meet your true self? Don’t get me wrong. I just want to know you more, but I don’t have the combination of your door. Before I try to restore your heart or even think to explore what happened in your past, can you hug me and tell me everything is gonna be alright? Because I am dying outside, and I don't think I can survive the darkness of another one.

Al sentir como la sombra abandonó mi cuerpo, al culminar su acto, tuve la necesidad de correr por las calles de vecindario. Así dejando que la sangre que corría por mis piernas se mezclara con la nieve, recordándome mi impureza. Él al verme así, me dijo con sutileza: —Déjame controlar tu cuerpo.

Cuando era pequeño, podía observar a una sombra al lado de mi cama esperándome. Las primeras veces que la vi, me aterraba por lo que transmitía. Pese a ello, me demostró su apoyo degollando a mi padre. Un día, como siempre, llegó borracho y cómo mi madre no se encontraba; se desquitó conmigo. Recuerdo que era invierno cuando me despojó, en la oscura y fría noche de New York.

"Lujosa la verdad por estar, aprovechada la mentira que altera la realidad, valiosos quienes viven con sinceridad".

"Con el tiempo comprendí, que el ser humano le llamó: infierno, a ese caos que creó en su realidad".

A veces pienso que nos faltó compresión, porque amor había hasta para regalar, sin embargo cuando necesitábamos entendernos nos quedábamos estancados. Por parte de los dos, dado que reconozco que fallé, pero dime, ¿cómo soportar siempre ser el héroe de nuestra relación? Parecíamos un bote, a la deriva, dejándose llevar por la marea. Ya que al final la corriente pudo volcarnos, aunque me disculpo por eso; era difícil remar sin apoyo.

Nosotros, como seres vivos, por instinto reaccionamos negativamente a lo distinto. Ya sea por una creencia, por una idealización que transcendió a la cultura, volviéndose parte de nuestras perspectivas. Escondiéndonos en una burbuja, que niega la diversidad, porque la considera anormal. Dándonos un criterio utópico, que en su medida nos limita, volviéndonos insensibles. Algo que nos hace transgreder a los demás, cuartando sus derechos; obligándolos a seguir pensamientos ajenos.

Para él, era inevitable seguir, cuando sentía que una pieza faltaba en su preciado rompecabezas. Un fragmento que se perdió en la tempestad, porque se encontraba frágil. Cuando los viento alisios fueron a cumplir con su labor, se toparon con él e inmediatamente le informaron a la Madre Tierra, conocida por los mortales como la: naturaleza. Al ella enterarse del error cometido por sus hijos, entró en pánico y ordenó a que congelaran la fracción que encontraron, para así preservar su vitalidad.

Siempre supe que quererte no fue lo complicado en nuestra relación, sino mantener ese sentimiento. Ya que tus acciones me lastimaban: esa incomprensión, indiferencia y sentido de víctima dolían. Sin embargo, crecí en un hogar donde la violencia se normalizó e igual me formé en una sociedad donde aguantar es amor o lealtad. Por eso en el instante que choqué con la verdad, una diferente a la crianza que se me fue inculcada me alejé de ti. Nunca tuve que tolerar actitudes que no merezco.

Si en algún momento me quieres, como los amantes solo hacen, búscame y prometo darte el calor de mi piel. Te ofrecería las estrellas, pero de la boca para afuera puedo profesarte hasta lo imposible y prefiero que me pongas aprueba. Me gusta jugar a las apuestas, ¿estás listo para perder y quedarte en mi mesa?

“Me tocó pensarte en futuros alternos, porque en esta realidad no nos encontramos cómo tenía planeado.”

Where are you? I feel cold. I want to feel your lips, can you teach me or give me some tips? “Skip, skip, skip.” I heard you say, what is wrong? Our favorite song is gone and you are no longer my love? Touch my soul; it belongs to you. Please, do not make me lose control. What happened to us?

"Si fuéramos letras, podríamos borrar y reescribir eso que nos marcó de por vida”.

Pese a ello para ella no fue fácil. Su primogénito en ningún momento se acomplejó por la situación, pero sus demás hijos (quiénes veían como competencia a su hermano) no estaban de acuerdo. Principalmente por su sexo biológico, y porque se negaban a tener una figura matriarcal en su sociedad. Por eso tuvo que jugar con la mente de sus retoños, mientras se le insinuaba sexualmente a los demás nobles.

Charlize De Blake, pertenecía a la nobleza británica. Era la cuarta hija del penúltimo rey, quien murió el día que nació su hija por una invasión. Su madre debido a la época no pudo ejercer el liderazgo del reino y decidió heredarle el trono a su primogénito, para así poder manejar lo que su difunto esposo construyó. Para llevar esto acabo de manera constitucional, ordenó a su hijo volverla su Consejera Real, dado que la monarquía requería de ese proceso.

Estás consiguiendo alejarme, dado que eso logras hacer tu actitud. “No soy suficiente para ti”, me escribiste como respuesta a mí confesión, después de que estuviste meses cortejándome. Me cuesta creer esa justificación, porque después de todo estás presente con los demás mientras eres indiferente ante mi presencia. De igual manera nunca demostraste síntomas de insuficiencia, y créeme actuar no es lo tuyo. Ya que eres más fácil de leer que el agua. ¿Se acabó el sentimiento caprichoso, verdad?

Por ahí dicen: “El que no arriesga, no gana”. Una frase que debido a su contexto puede dar a entender que no existen límites, a pesar de que tengas conocimiento sobre ellos. Me hace pensar en cómo el ser humano puede ignorar su lado racional de manera inmediata, dejando a su naturaleza animal manejar la situación. Si vivieras en un hogar disfuncional y pudieras escapar matando a uno de tus padres, ¿qué harías? Seguirías el refrán o buscarías otra opción, ¿qué tan difícil podría ser elegir?

Dado que así podrían fortalecer su estabilidad, a la vez que dan un paso en su amorío. Sin embargo, ¿qué pasa cuándo son adolescentes, o adultos sin ganas de dejar atrás sus raíces? He aquí el dilema con este tipo de relaciones. Siento que a veces dejan esa realidad a la deriva, así restándole menos importancia al compromiso de manera inconsciente. Creo que al final es posible que se pueda querer de esa forma, pero eso no determina que vaya a hacer funcional.

“¿Cómo se puede querer sin establecer una conexión física?”. Siempre me pregunté eso al ver cómo las relaciones a distancia se volvieron populares. De un día a otro miles se juraban amor verdadero, mientras los kilómetros con los meses dañaban sus noviazgos. Las razones destacables eran: la falta de confianza, la falta de comunicación y contacto físico. A pesar de eso, creo que el factor determinante en este tipo de relaciones es el hecho de cómo se va acortar la distancia que los separa.

Era un día caluroso. Lo recuerdo, porque estábamos juntos recostados en el césped del parque. En el cual pasábamos nuestros días, cuando éramos algo etéreo. Ya que era un lugar que nos trasmitía paz, debido que los árboles y sus raíces eran las únicas con conocimiento de nuestras travesuras. Aún tengo presente lo último que me dijiste: “Te amaré por siempre”. Lástima que no fuera así, dado que hubiera dado miles de razones antes de dejar que me alejaran de ti.

—¿Qué les pasó?—pregunto Miranda, mientras terminaba de darle la última jalada a su cigarrillo. —Lo mismo de siempre. Consiguió a otro que me remplace—respondió Nath con una sonrisa rota. —Aún no entiendo cómo lo soportas—espeto con molestia su compañera. —Ya me acostumbré. —¿A ser tan miserable por alguien qué es inferior a ti?—replico, intentando que así su amigo entrara en razón. —Puede ser—susurró para quedar en un absoluto silencio.

Es irónico. Hace poco le temía a la idea de morir, porque ello significaría que desaparecía dejando una que otra cosa inconclusa. Sin embargo, ahora mismo siento una sensación de conformidad, la cual no me dejaría sentirme un alma en pena si llego a fallecer. Ya que comprendí que hice suficiente para sobrevivir e igual interpreté tantos papeles, en los cuales ninguno me reflejó a mí.

También pude apreciar mi valor, sin depender de la opinión de los demás; dejando mis imperfecciones visibles como una prueba de amor propio. Renunciando a todo aquello que consideré banal o destacable en mí, dado que ese tipo de comportamientos dejaron de tener valor para mí. Debido que detrás de la pantalla, todo se volvió tan abrumador, que decidí romper con la maldición y dejar mis emociones fluir; como no me permití en el ayer. Volviéndome un corazón latente, sin perjudicar mi presente.

Ya ha pasado más de un año. Sin embargo aún te extraño, supongo que eso significa que no te he superado totalmente. Quise dejar todo fluir, pero definitivamente no ha funcionado, al menos no para mí. Dado que cuando nos reencontramos, actúas con tanta normalidad y con eso deduzco que has podido seguir; sin atarte al pasado. No digo que esté mal. Ya que cada individuo tiene su propio tiempo, pero en efecto envidio eso. Pues aún me pongo nervioso, como si habláramos de nuestra primera cita.

El vampiro estaba inseguro respecto a la procedencia de la humana. Dado que desde hace un siglo los humanos habían perdido su influencia en la tierra. Ya que por su arrogancia, perdieron la guerra civil. —Encontrarse a una humana de tu clase no es común, por eso estás aquí. ¿Quién eres? —Soy la última descendiente directa de la corona que estás portando—escupió con frialdad, dejando al con una expresión de incredulidad. —Imposible. La profecía decía que caerían todos por su soberbia.

—¿Cómo escapaste?—inquirió asombrado. —Tráteme de usted—respondió la mortal, sin expresar nada a simple vista. El vampiro, se movió ágilmente hasta quedar detrás de ella, para contestarle. —¿Por qué haría eso con alguien qué pertenece a una raza tan débil? —Fácil. Usted necesita respuestas, dado que por algo me mantiene cautiva. El nocturno sorprendido por su deducción, decide seguirle el juego para ver qué pasaba.

—Estoy bien—escupió con simpleza al airé. Tratando de convencerse a sí mismo, porque simplemente se encontraba vacío. Como si habláramos de un cajón, que poco a poco fue perdiendo sus objetos, esos pesaban lo suficiente mantenerlo quieto, pero en su caso en la realidad. Porque a él, le creaban la gravedad perfecta. Una que terminaba asemejándose a las columnas romanas que intentaban sostener el peso, que les oponían encima.

Idealizar a alguien por sus méritos, no enorgullece y tampoco debería ser sinónimo de felicidad para quién recibe tal “apreciación”. Ya que estás exigiéndole de más, poniéndolo en un estado vigilia, porque el problema reside en que cuando falla; esa imagen compuesta por ti caerá. Dejándolo expuesto a tus críticas, puesto que por fin notaste su “humanidad”. ¿No te has puesto a pensar qué está desgastado, por todo eso mismo que solías resaltar?

Sin embargo, cuando le niegas esas características a un ser, siento que lo estás reprimiendo, para volverlo a la imagen que deseas apreciar. Quitándole su esencia, porque esa experiencia que adquirió, no llegó mágicamente. Le tomó trabajo, si no fuera así; no estuviera a un nivel que de alguna u otra manera impresiona. Pese a ello, destacar esa versión de su vida hace que se vuelta común, pues en su travesía también hubieron caídas.

¿Por qué los demás nos idealizan? A veces me hago esa pregunta, dado que me pasa de manera repetitiva e incluso me incómoda en ocasiones. Ya que cuando me conocen, concluyen que represento la: perfección. Diría que algo surrealista, debido que objetivamente ningún ser lo es. Aunque, si habláramos de manera filosófica, para mí nuestros defectos nos complementan. Dándonos un toque único: en un universo tan vasto que puede hacernos sentir insignificantes.

Nací bajo las estrellas equivocadas, bajo la oscuridad de la noche; siendo retoño del día. Algo que atentó contra mi naturaleza, dejándome inestable, dándome una apariencia deseable. Castigo dado por Narciso, para que aprendiera a amarme, sin embargo odié que los demás me miraran. Ya que terminé visto como un aperitivo, un payaso para quienes lo disfrutaban, o quizás un muñeco de porcelana para quienes me sexualizaban. Entrando en un bucle, donde poseían mi cuerpo, sin mi consentimiento.

Por él, cambié mi forma de ser, me volví lo que quería ver; porque era la única manera de establecerme en su territorio. En uno hostil; frío y oscuro, lleno de vanidad, con el fin de aparentar quien tenía de más. Inevitablemente me dejé seducir, le entregué mi alma y corazón; aún sabiendo que iba a hacer mi peor elección. Entró en mis sentimientos y despojó mi cuerpo, adueñándose de el, marcándome de por vida y abandóname al terminar. ¿De qué valió cambiar, para quedarme en soledad?

“Déjame pensar cómo estaremos mañana, porque en el presente mayormente estás ausente".

De ti deseo una contestación, realmente no espero un perdón, ¿para qué pedir algo que no existe? ¿Por qué? Porque no te pediría, algo que sé que no tendré; es como intentar hablarle a luna. ¿En serio crees qué ella sería capaz de escucharme, y dejar de brillar? Sería iluso pensar que volveríamos a estar, por ahí dicen: "Palo que nace virado, no se endereza". Y tú.. saliste deforme desde tus raíces, por eso tus frutos han estado; están y estarán malditos.

Ella era poeta, le gustaba retar y no quedarse quieta, pero un día perdió una apuesta. Eso la hizo sentir incompleta, sentía que cualquiera la malinterpreta, porque perdió esa apuesta, aquella en donde su corazón; no dio más pelea. Sintió ser pálido y no tener color, porque no tenia al dueño de su corazón, su amor, la calidez de la persona que alguna vez amó.

Nunca pedí que me dejaras en libertad. Yo no quería estar sola, sin nuestra historia. Me aferraba a nosotros, porque fue un juramento. No teníamos que amarnos; no siempre íbamos a estar de acuerdo. Aun así, debíamos escogernos. Éramos dos contra el mundo y ahora solo quedaba mi corazón roto, contra el mundo.

No nos llevábamos bien. Todo había cambiado entre nosotros. Sin embargo, yo me seguía aferrando al pasado. Mi corazón se agitaba al recordar su risa, era la melodía perfecta para mis oídos. No pude mantenerla. Lo traicioné y ahora sufro las consecuencias. Al final, solo el amor podía doler de esta forma.

Él me miraba con detenimiento. No sabía exactamente cómo reaccionar. Todavía me encontraba aturdido por el orgasmo. Mi cuerpo no daba para más, pero aún se encontraba en mi interior. No me molestaba pero me incomodaba la intensidad de la situación, el brillo de sus ojos, la necesidad que querer besarlo y caer en sus brazos. —Estuviste magnífico. —Dijo mientras se aferraba a mí cintura. Yo solo asentí, me sentía usado. Él nunca me amaría a mí, solo a mí cuerpo y me odiaba por permitirlo.

Él sabía que le pertenecía. Cada parte de su cuerpo era de su amante, sin embargo, no era recíproco. El contrario se negaba a una relación monógama, pero conocía los sentimientos de Erick. Aun así, era muy egoísta para alejarse. Lo completaba, de manera sexual, era su éxtasis, especialmente su boca. Sus felaciones lo enloquecían, gruñía su nombre con el mínimo tacto. Al final, su lujuria se asimilaba al afecto del otro. Sus necesidades eran distintas, pero coexistían en su rara dinámica.

Él se encontraba en mi regazo con la respiración entrecortada. Era la tercera vez que nos encontrábamos. Hasta ahora solo habíamos tenido fajes por nuestra inexperiencia. Sin embargo, hoy: anhelaba más que saciar la sequía de mis labios. «¿Cómo se lo podría proponer?», pensé mientras Killian se disponía a morder mi cuello, que se encontraba vulnerable para su tacto. Por un momento, quise liberar un jadeo, pero me sentía avergonzado. Este chico encendía la lujuria que siempre evité.

Yo no quería distanciarme. Aun así, no tuve otra opción por tu comportamiento. No te importe lo suficiente para un cambio, pero querías ser mi adoración. Por alguna retorcida idea, anhelabas mi atención mientras me rompías por dentro.

Si necesitábamos comprensión, ¿por qué terminamos sin intentar hablar sobre nuestras inquietudes?

Decía que te amaba por miedo a estar sola, y ahora soy distante porque quiero estarlo.

Sé que no estás en mi vida y solamente vives en mi mente, en recuerdos grises. Sé qué estamos en un callejón sin salida, pero gusta imaginarlo como un laberinto. Porque a pesar de que lleve al mismo final, esté me ofrece distintos caminos para perderme y no asimilar lo que está pasando. ¿Estará bien, seguir creyendo en nuestro cuento, para así no morder la manzana qué me llevará al tormento eterno?

Puedo elegir entre diferentes individuos, como si habláramos de un banquete. Pese a ello, sigo atada a ti. Dicho hecho me sentir impotente, ¿por qué no te puedo sacar de mi cabeza? En las noches, me cazan nuestros recuerdos. Estos me asechan como si fueran el ángel de la muerte, o quizás mi infierno personalizado. ¿Qué quieres de mí? No puedo dejarte ir, aún, pero eso no te da el derecho de invadir mi privacidad. Los momentos donde siento paz, porque no recuerdo lo que me hiciste tú.

Me causa conflicto nuestra situación. Un romance que no supo iniciarse, pero que también se niega a concluir por alguna razón. Me gusta a veces pensar que pudimos ser, pero al final, solo me quedo estancado en la realidad. En nuestra realidad.

Después de tanto trauma y conflicto familiar, creo que buscamos el amor incondicional que nos prometieron nuestros progenitores en personas comunes y resulta problemático.

No es fácil superarte, a veces me siento inútil al no poder hacerlo. Porque sé que me usas cuando me necesitas y caigo de nuevo, por dentro este juego me lastima. No debería aceptar que alguien solo me quiera por ratos y luego me deseche a su cajón de reciclaje para volver reutilizarme. Sin embargo, no es fácil decirle adiós a quien fue la brújula de tu confuso camino.

Vivo por la ironía de quererte tres días y olvidarte el resto de la semana.

Mi única intención fue amarte. Aunque significará desvivirme por ti, apagar mi sol y volverme un satélite natural para tu cielo. El cual estaba oscuro, lleno de angustia, por una persona que llegó a tu mente y la desequilibrio. Pensé que podía ser la dopamina que crearía un arcoíris en tu realidad, pero terminé siendo un exceso de cortisol y lamento eso.

—¿Cómo se encuentra mi alteza? —Bien—soltó sin energías, pero rasposo, como si estuviera cansado de algo en particular. —Hoy es su coronación, majestad—agregó su sirviente, para intentar darle ánimos a su señor. —A mí no me interesa ser rey. Hubiera deseado no ser el primogénito de esta generación. —¿Por qué lo dice? Sus padres esperan mucho de usted. —Quiero viajar, conocer el mundo y conquistarlo con mi arte.—hizo una leve pausa—Mi madre puede ser reina sin mí. —Quizás en otra época.

—No es fácil sentarme a tu lado, escuchar tu corazón palpitar y el sonido de tu sangre al bombardear. —¿Por qué no me muerdes?—sugirió de nuevo el mestizo, para restarle importancia al conflicto de su amante. —La eternidad sería un buen castigo para una infidelidad, pero no lo veo como una muestra de amor—contestó, para dedicarle una mirada profunda con sus ojos color carmesí, por su falta de alimentación. Una respuesta que dejó divagando al príncipe, pues tener la eternidad era su objetivo.

Es difícil saber que quiero contigo. Por instantes solo quiero un romance de verano, para que así muera en el otoño y no pueda florecer en invierno. No obstante, por unos míseros segundos, me entra una sensación de estar contigo todas mis primaveras y me molesta. Me enoja no poder controlar mis emociones, me desagrada estar indeciso. Odio estar ambiguo y duele que tú seas el causante. Ya que siento que envío vibras mixtas, confundiéndome y alejándote, pero castigándome por no poder tocarte.

Lloré por tu actitud. Lloré de impotencia por soportarte y no saber cómo ponerte un alto. Lloré por dudar de mí, por pensar que merecía lo qué pasó, por seguir queriéndote y no poder odiarte. Lloré por aguantar tus decepciones, por defenderte de los demás y elegirte antes que a mí. Me odié por seguir sintiendo algo por ti, porque si llegaba repudiarte significaba que aceptaba el hecho de que nuestro romance fue un asco, y aún así, en medio de la tormenta me hiciste sentir viva. Lloré por eso.

Hay personas que te hacen sentir miles de emociones en poco tiempo, pero la química no perdura y ahí radica el problema.

¿Dónde estás, amor? Te busqué en nuestro parque favorito y no te encontré sentado al lado del árbol, en el cual nos besamos por primera vez. El cual presenció nuestras travesuras, mientras la sociedad poco a poco nos castigaba. ¿Será verdad lo qué me dijeron, en realidad besaste otros labios? Tú padre me contó que te cansaste de recibir humillaciones por no ser heteronormativo. ¿Tiene razón o simplemente quiere hacerme perder la cordura?

Si fuéramos peces, podríamos recorrer el mar juntos, olvidándonos del presente. Porque en esencia es tan vasto; que nos tomaría años terminar de conocerlo, pero nos daría el tiempo necesario para ignorar los malos presagios. Viajando como nómadas, sin ninguna responsabilidad, enfocándonos principalmente en nuestra felicidad. ¿Te atreverías, a irte conmigo, al fondo Del Mar?

“Empezar de nuevo”. Es algo que personalmente detesto, se me hace tedioso emprender un nuevo camino cuando apenas comenzaba con el anterior. Por el simple hecho de hacerme cargo de un error, que no cometí directamente pero me iba afectar a la larga. Siento que en ocasiones nuestros parientes deberían ser conscientes de que sus decisiones causan daños colaterales, los cuales alteran nuestro: presente y futuro. En algún punto deben comprender que nosotros tenemos voz y voto.

“XY” Es una figura paternal que desconozco, pese a ello siempre soñé tener. Ya que siempre veía a los demás niños con sus padres, en esa época me preguntaba. ¿Dónde estás, papá? Mamá siempre inventaba excusas por él, mientras abuelo me decía que estaba trabajando en otro país y que algún día vendría por mí. Sin embargo al crecer me enteré de que estuvo para mis demás hermanos, a la vez que faltaba a mis festejos. A veces me pregunto por qué, pero pensar sobre ello no vale la pena.

Tú, príncipe perdido, que cree que no podrá resurgir; porque el agua salada de sus zafiros secó su alma. Déjame decirte que todavía te queda tiempo, tienes la oportunidad de romper las murallas que construiste alrededor de tu reino para defenderte. Si aún queda humanidad en ti, déjala ser, confía y abre las compuertas unen los puentes. No seas infeliz por una decepción o error, se uno con el exterior.

Si te besarán sin autorización, ¿cómo te sentirías? Si te llevarán al cielo para obtener algo más que tú ayuda, pese a ello cuando lo consiguen, te dejan caer como coco de una palma, ¿cómo reaccionarías? Si invadieran tu privacidad corporal, por un mísero papel, violando tu consentimiento, ¿sonreirías al siguiente día o llorarías?

Si al expresar tu sentir, solo recibieras una sonrisa pícara como respuesta y despedida, ¿qué harías? Si al confesar lo qué pasó, te culpan por ser ingenuo, ¿te sentirías culpable? Si empezarás a odiar esa parte de tu cuerpo, que fue despojada por un hijo de Poseidón, ¿estarías mal? Si al abrir la puerta, para salir al exterior el temor se apodera de ti, ¿lo pueden catalogar como exageración?

Lo haría. En otra vida te volvería a elegir, pero en esta terminó nuestra aventura y no estoy listo para otra despedida. En algún momento deseé que fuéramos objetos, para ir a la tienda donde te compré y pedir una devolución. Ya que habían días que no podía con el sufrimiento, y quería un remplazo, sin embargo no pude lograrlo. Intenté verte a ti, seguí los consejos que te ofrecí para continuar, pese a ello mi corazón no supo cómo superar a su primer amor.

Al lograr sus objetivos con medios inmorales (para su época), se dedicó a educar a su hija de la misma forma que a sus demás hijos. Una decisión que fue objeto de discusión en la nobleza, pero como tenía al soberano a su lado, nadie pudo irse en contra de su elección. De igual forma quiénes se oponían eran: Leonardo De Blake, Christopher De Blake y Stefan Jones, ya que los demás hombres estaban a su merced, como si habláramos de muñecos hipnotizados.

—¿Te gusta así?—soltó su adonis, en modo de súplica, como si estuviera esperando alabanzas por sus movimientos. —No—refuto su contrario, con una mirada retadora. —Veamos ahora—sentenció al sacar su miembro del orificio de su compañero, para empujar con fuerza al entrar de nuevo. Tocando un punto, que complació a su amante, el cual terminó dando un gemido que se apoderó de la habitación.

—¿Por qué terminaron?—, me preguntó la cantinera que estaba sirviéndome el quinto trago que ordené. —Nos faltó amor—, dije mirándola, pero perdido en mis pensamientos. —¿A qué te refieres?—, nuevamente interrogó, sin embargo en esta ocasión sentí su mirada en mí. —No sé—. Susurré mientras acomodaba mi cabeza en la mesa—Supongo que al final no fui suficiente.

Siento que lo he perdido, que todavía sigue en tus brazos; aferrándose a recuerdos del pasado. Dime, ¿por qué lo retienes? Déjalo en libertad, lo necesito para avanzar, para poder aceptar nuestro final. Él no es tu prisionero, merece conocer el mundo entero, tiene derecho a enamorarse de nuevo.

"Somos esclavos de lo que hacemos, vemos, hablamos e incluso callamos". Autor: Un corazón pálido.

"Irónico quererte, aún cuando te volviste el protagonista de mis pesadillas".

¿Por qué no me dices adiós? No vale la pena estar aferrado a alguien que está atado, que pertenece a otro mar; en el cual no tengo permitido nadar. Me molesta tú ambigüedad, esa manera que tienes para evitar la situación, si en tu corazón otro reino: ¿Por qué me buscas, cuándo sientes dolor? Pensé que ignorarte sería la solución, pero a veces la razón; pierde ante la pasión.

Tú no valías la pena, pero mi corazón, prefirió castigarme; para que aprendiera que las palabras no tienen validez. Haciendo énfasis, cuando no están acompañadas de una acción, que me asegure lo que fue argumentado.