cami-bermann Cami Bermann

¿Alguna vez te ha pasado de quedarte dormido y luego despertar? Bueno, esto le ha pasado a un muchacho, pero él no se quedó dormido como tú y yo, que dormimos un tiempo y luego despertamos al rato, él se quedó dormido para siempre aun qué siendo técnicamente correctos no es un muchacho, sino un fantasma.


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#cuento #fantasmas #boulevard #infantil #amor #paranormal
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Sempiterno

¿Alguna vez visitaste un Boulevard? ¿Sabes lo que es o debo explicártelo? Bueno, es en resumidas cuentas una avenida o camino que en el medio y en sus costados (en algunas ocasiones) tiene árboles.

Esta historia que voy a contarte se ubica en un Boulevard, por eso me parece importante contarte sobre uno, pero para que estés más en contexto voy a contarte sobre este. Con tonos pasteles y un aire ochentero, una avenida transitando para ambos sentidos y locales comerciales uno al lado del otro, con árboles paralelamente ubicados decorando y dando vida lugar, así es este Boulevard. Pero algo que me olvidé de comentarte que también es importante es que todos tienen nombre y éste no es la excepción, éste se llama el "Boulevard de los Sueños rotos".

¿Alguna vez te ha pasado de quedarte dormido y luego despertar? Bueno, esto le ha pasado a un muchacho, pero él no se quedó dormido como tú y yo, que dormimos un tiempo y luego despertamos al rato.

Él se quedó dormido para siempre y cuando despertó ya no estaba en donde estaba antes, sino en el Boulevard de los Sueños rotos, y no recordaba cómo había llegado ahí, sólo recordaba algunas cosas de lo que había sido su vida.

¿Recuerdas haber escuchado un hombre tan tonto que pensarlo bien resulta completamente adorable? Bueno esto le pasó a este muchacho, qué siendo técnicamente correctos no es un muchacho, sino un fantasma y ¿cuál es el nombre tonto y adorable? Colita

Colita despertó y estaba en el Boulevard de los Sueños rotos, así que comenzó a recorrerlo: vagaba por la calle, por los negocios, iba y venía, triste y solitario, no aguantaba más, él tenía que tener algo que hacer.

Pasó por una tienda de almanaques y lo vio, un aviso clasificado. En realidad no vio uno, sino varios, todos iguales. Se sorprendió de la cantidad que había, debían ser unos cientos o tal vez unos doscientos, todos buscaban un fantasma que tuviera ciertas características y que sirviera para un determinado fin.

La cartelera estaba llena de avisos viejos y avisos nuevos, tomo un lápiz y un papel y basándose en lo que había leído, escribió en uno que a partir de ahora, buscaba un fantasma flaco, de ojos verdes y que se llamara Roberto, para que lo acompañase en varios momentos. Terminó su aviso, lo pegó y salió a esperar que apareciera dicho fantasma.

Pero el tiempo pasaba y este fantasma no aparecía, su aviso seguía colgado y nadie se acercaba ni venía a buscarlo.

Colita se sentó en la vereda frente a una florería confundido, se sentía solo, completamente desamparado y triste.

Los días pasaban, las hojas caían, las flores florecían y la temperatura subía y él no se movía, él no existía. Colita se apagaba cada vez más, como una estrella sin ganas de brillar, como una luciérnaga sin luz, inservible, incolora, vacía, rota.

Y permaneció así, por mucho tiempo hasta que un día se posó sobre él una mariposa, que al confundirlo con un arbusto (ya que estaba lleno de hojas y polvo) orinó sobre él. Al hacerlo el líquido lleno de color y brillo se adentró en cada parte de él recorriendo su cuerpo y volviendo a llenar de color todas las partes, devolviéndole algo que creía perdido: esperanza.

Colita se levantó de nuevo y con valentía se acercó a la florería y vio que ahí estaban siempre contentos, vió que junto con su almanaque no había avisos clasificados viejos, sino todos nuevos, al leerlos se percató de lo diferentes que eran a los que había leído tiempo atrás.

Decidió intentarlo otra vez, por eso tomo un palillo y el pétalo caído de una flor y escribió que buscaba un fantasma que fuera su amigo y lo acompañara. Lo terminó y lo puso en la cartelera, luego se fue a esperar. Un par de días después un fantasma se acercó, Colita lo conoció y comenzaron a pasar tiempo juntos, se llamaba Patita y le recordaba a un viejo amigo que había tenido cuando era un muchacho.

Colita entendió el sentido del Boulevard de los Sueños rotos: Estar con fantasmas que te has cruzado cuando eras un muchacho, para pasar tiempo juntos.

Colita siguió pensando, caminó y volvió a la casa de almanaques a la que había ido la primera vez. Volvió a leer los avisos clasificados (que eran la misma cantidad que antes) y vio el suyo, esta vez avejentado, tenía un color amarillento que parecía estar escrito por el mismo Cristóbal Colón. Miró atentamente su aviso y lo sacó de la cartelera, entendió porqué nadie lo había llamado, su aviso era tan específico que encontrar un fantasma con esas características era cómo encontrar un muchacho sin un miedo, prácticamente imposible.

Sintió pena por los avisos que nadie había reclamado, por eso los quitó todos y puso un gran cartel que decía que se buscaba compañía firmada por cada fantasma que había escrito un anuncio, abajo de todo decía que cuando ese fantasma encontrara lo que buscaba que tachara su firma, así los interesados sabrían a quiénes buscar y a quiénes no.

Un día mientras Colita caminaba con Patita, Colita decidió entrar a la tienda de almanaques, y ver cómo estaba el cartel, fue grande su sorpresa cuando vio que no estaba en la cartelera sino colgado en otro costado, con todos los nombres tachados y en el lugar de la cartelera otro cartel más actual. Colita sonrío emocionado, su idea del gran cartel con las firmas no sólo había funcionado sino que había sido adoptada y reproducida por otros fantasmas.

Salió contento de local con Patita que lo esperaba afuera del mismo sonriendo como siempre y tendiéndole su mano para que la estrechara. Colita tomó la mano de patita y juntos se perdieron entre el fantasmerío.

Colita nunca más estuvo solo, ni triste, ni incoloro. Nunca más fue una estrella que no tenía ganas de brillar, ni una luciérnaga sin luz.

Ahora él brillaba más que nunca, eso sí, acompañado por su novio, digo su amigo, su media naranja, Patita.

April 28, 2020, 3:47 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

Meet the author

Cami Bermann Mi nombre es Camila, tengo 23 años y soy maestra de primaria. Desde chica que me gusta escribir, y por fin tengo un lugar para subir mis escritos. ¡No te olvides de seguirme para leer mis próximas historias!

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