Esto me ocurrió en 1998 cuando caminaba por la avenida Abancay a eso de las once de la noche, me había quedado hasta tarde en el trabajo y me dirigía apresuradamente a mi casa, caminar a esas horas no es bueno así que observaba atentamente las calles para evitar los peligros de la noche, en eso estaba pasando por un viejo y enorme hotel derrumbado por el terremoto de octubre del año anterior. A pesar de no haber mucha iluminación se me ocurrió mirar a la entrada de aquel hotel, estaba pensando en toda la gente que murió allí cuando de pronto empecé a percibir débilmente como voces que provenían del interior, sonaban como conversaciones, y bruscamente escuche que esa gente empezaba a llorar.
Intente correr, pero mis piernas se habían endurecido por el miedo, por lo que me incline al suelo y empecé a gatear aterrorizado por la vereda, no se como pero no me dí cuenta que alguien paso a mí lado, al parecer era una mujer porque traía tacos, solo la ví de reojo puesto que había agachado mi cabeza.
Entonces subí ligeramente la mirada y la que yo creía era una mujer no tenía la mitad superior del cuerpo, eran dos piernas caminando. Sentí una fuerte presión en el pecho y casi me desmayo, no se como pero creo que fue mi instinto de supervivencia el que me dio fuerza para levantarme y correr a toda velocidad.
Al llegar a mi casa me encerré en mi habitación, prendi la televisión y la luz, no dormí esa noche.
En los días posteriores tuve pesadillas con aquel hotel, soñaba que estaba alojado en una de sus habitaciones y a mi puerta llegaba aquella "señorita", tocaba insistentemente mi puerta y se iba, abría la puerta para poder escapar de allí pero en el camino se interponía un hombre con solo la mitad del cráneo, y me miraba como enojado, corría y escapaba de él.
Por los pasillos me encontraba con brazos cercenados, ojos, trozos de cuero cabelludo, y era como si estos me hablaran y me pidieran ayuda para poder hallar el resto de sus cuerpos. Finalmente me despertaba sudando mares y aterrado.
Finalmente una mañana decidí ir a aquel lugar y encender una vela y orar por aquellas almas. Entonces deje de tener esas pesadillas pero nunca olvidaría aquello el resto de mi vida. FIN.
NOTA: ¿crees tú que el género literario de horror tiene algo de bueno? Mi opinión es que sí ya que puede incentivar la lectura sobre todo en los más jóvenes, este tipo de lecturas puede ser la puerta de acceso a otros géneros y disciplinas. ¿qué opinas tú?.
Thank you for reading!
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