ale-mendoza1584638891 Ale Mendoza

¿Te haz preguntado de dónde surgió la tristeza? Muchas personas, de todos los sentimientos humanos, prefieren el amor y rechazan la tristeza. Conoce esta historia que te hará conocer cómo nace éste sentir.


Short Story All public.

#amor #misterio #fantasía
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El bosque mágico

En la vida se experimentan diversas emociones, la más deseada por las personas es la alegría. Sin embargo, existe una muy distante a ello, un sentimiento que se aleja de los estándares de importancia del ser humano, ésta es la tristeza. Muchos se jactan cuando la alegría se representa, pero desprecian a la tristeza tratando de mantenerla lejos de sus vidas lo más que se pueda. Pero, ¿te has preguntado de donde surge este sentimiento? Eso es algo que te quiero compartir justo ahora.

Hace milenios, cuando la humanidad no existía sobre la tierra, había un bosque mágico llamado Erafor. Este bosque estaba lleno de vida, pues era habitado por seres mágicos que vivían en armonía. En Erafor encontrabas toda la clase de criaturas increíbles, desde los Nifos, que eran criaturas diminutas de diversos colores, juguetonas y traviesas de aspecto tan tierno, has los Fales, que eran seres de gran tamaño, parecidos a un oso, pero con la rapidez de un perezoso y la alegría de perro juguetón. Erafor era un lugar perfecto, sin destrucción, caos o tristeza.

El bosque se encontraba dividido en 2 partes, la región del norte, la cual llamaban Sinafor; y la región del sur, llamada Tarador. Cada región era protegida por un ser de gran poder, el cual se encargaba de mantener a salvo la región bajo su dominio. El guardián del Norte se llamaba Sirap, quien tenía la capacidad de controlar el viento y la tierra a su merced. Sirap vestía del viento, asemejando una túnica blanca sobre él con brillantes destellos, poseía un bastón verde como los árboles, con el cual dirigía al viento y hacia crecer todo tipo de plantas en el bosque. En lado Sur reinaba Yeka, un misterioso ser que tenía dominio sobre el agua y la luz, Yeka vestía de un rosa cálido un vestido que se extendía por todo su rededor el cual parecían nubes, en su cabeza portaba una corona de cristal y con un soplido de su boca hacia obedecer el agua a su merced y, con su melodioso canto, hacia descender la luz.

A pesar de que Yeka y Sirap vivían en Erafor, jamás se habían visto ni tenían el conocimiento de la existencia del otro debido a que su única tarea era cuidar de su habitad y proveer los recursos necesarios. A pesar de que Erafor era un solo bosque, se encontraba dividido desde el centro por un enorme árbol que extendía sus raíces a la mitad del bosque a manera de barrera. Este era el árbol sagrado, su nombre Erafor, de ahí el nombre del bosque. Un día, por obra del destino Sirap y Yeka fueron guiados hasta el centro del bosque hasta toparse con Erafor, y como si algo los llamara, treparon el árbol hasta su copa donde se encontraron por primera vez. Ambos se quedaron mirando el uno al otro por un momento, sonrieron y se sentaron. Charlaron por un largo día y comprendieron el cómo ambos se ayudaban sin saberlo, Sirap mantenía fuertes y sanas todas las plantas del bosque desde la región norte hasta la región sur y a su vez ordenaba al viento soplar en cada rincón del bosque, mientras que Yeka era quien regaba el bosque ayudada del viento quien llevaba el roció del agua que Yeka producía mientras hacía descender la luz que iluminaba y hacia crecer todo el bosque.

En aquel bosque existía una criatura llamada Silo, quien era un Besta. Los Besta eran criaturas perezosas y conflictivas, de unos 90 cm de alto y de color café claro. Silo conocía ambas partes del bosque y se paseaba por ellas a su antojo, pero tenía un secreto, estaba enamorado de Yeka. Por cosas del destino, Silo se encontraba en una de las raíces del árbol aquel día observado como Sirap y Yeka se encontraron y se prometió así mismo destruir ese clip que Sirap y Yeka sintieron al encontrarse.

Sirap y Yeka se veían cada día en la copa del árbol al atardecer. Un día Sirap propuso a Yeka que visitara su lado del bosque, Yeka acepto con gran emoción, pero le advirtió que no debía tardar mucho tiempo fuera de su lado o de lo contrario perdería poco a poco su magia y desaparecería para siempre, así que Sirap le dijo que le mandaría un mapa con el viento mostrándole como llegar y en qué momento para que no se extraviara. Al día siguiente Sirap preparó todo para su encuentro, así que, de la corteza de una hoja de un árbol grabó su ubicación diciendo que viniera al atardecer y la envió con el viento a Yeka. Pero Silo conocía los planes de Sirap y Yeka, así que mientras el mapa viajaba por el viento hasta Yeka, Silo cambió la hoja sin conocer las consecuencias que traería el que Yeka se extraviara.

Yeka recibió la hoja falsa con la ubicación que Silo puso, al llegar el atardecer Yeka partió a Sinafor, mientras tanto Sirap esperaba. El tiempo comenzaba a pasar y Yeka no lograba encontrar a Sirap, así que decidió regresar, pero para su mala fortuna ya era tarde, el atardecer había llegado por completo y su poder comenzaba a desaparecer, y en un suspiro Yeka comenzaba a desaparecer. A lo lejos Sirap escuchó el susurro del viento quien le decía que le ocurría a Yeka por lo cual fue en su búsqueda y al llegar a su encuentro ella desapareció ante sus ojos. Sirap experimentó una sensación jamás conocida, el sufría y a su vez el bosque comenzó a colapsar. Silo, quien logró ver todo lo sucedido se arrojó al suelo diciéndole a Sirap lo que ocurrió pidiendo que lo destruyera por su delito. Sirap, con lo último que le quedaba de magia decidió no destruirlo, sino desterrarlo a un mundo adoptando una nueva forma en la cual sería capaz de experimentar emociones como la alegría y amor, pero a su vez conocería el odio y la tristeza, esa sería su condena por su pecado.

Erafor desapareció para siempre, pero a su vez nació un nuevo mundo con Silo, quien encontraría compañía y poblarían la tierra, apareciendo una nueva raza llamada humanidad quienes tendrían la capacidad de sentir amor, dolor, alegría y tristeza desde su nacimiento hasta su muerto por causa de lo que Silo hizo en el pasado. Sin embargo, con el tiempo la humanidad comprendió que la tristeza no es un castigo, sino un regalo tan preciado como la alegría. Gracias a ella, es posible valorar momentos inolvidables, a veces la tristeza es una acción de un noble recuerdo; es una manera de purificar el alma.

Sirap no quiso castigar a Silo, sino quería que comprendiera el significado del amor y las consecuencias que pueden ocasionar nuestras malas acciones. Silo aprendió por medio del dolor que un acto egoísta puede llevar a todo un caos y a su vez, que la tristeza es un sentimiento noble escondido en lo más profundo del cada ser.

March 19, 2020, 5:49 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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