u89 Francisco Ramírez Q

Este proyecto describe episodios comunes a todo el mundo. No obstante, plantea una mirada un tanto distinta a la usual: la de alguien que ve la felicidad como un Paraíso Perdido. Quizás –eso lo dirán los lectores y los críticos: ignoro en que “orden”- sea interesante tal perspectiva, ya que va en contra de la opción “oficial” en la que todos dicen ser “felices” y aseguran tener “miles de amigos”. “¿Por qué no intentar LO CONTRARIO, exactamente lo contrario?”. Un “Libro Autista”: más de algún “alma en pena”, marginado o desdichado momentáneo comulgaría con tal tentativa. Aquí no se proponen “respuestas” a nada, ni atisbos de un camino: usted, lector(a) se verá enfrentado a unidades encriptadas en las que cualquier palabra podría alterar el sentido, incluso individual, de los textos.


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#Vida actual
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"Prólogo"

PROLOGO


Este “libro” comprende una serie de textos reunidos en un caótico “azar”. Una fusión aleatoria que aspira a lograr una considerable volatilidad. El orden de los factores nunca ha tenido nada que ver con el producto. En este caso, cualquiera hubiese sido la conjunción de los siguientes escritos el resultado apuntaría a lo mismo: aspirar a la sorpresa, e incluso, a veces, a la perplejidad.


Aquí no se proponen “respuestas” a nada, ni atisbos de un camino: usted, lector(a) se verá enfrentado a unidades encriptadas en las que cualquier palabra podría alterar el sentido, incluso individual, de los textos.


I.-

Muchos componentes de este volumen fueron “concebidos” en las calles. La “inspiración” es una condena y el mito del escritor aterrado ante la “página en blanco” es bastante inoficioso, pues siempre hay temas de los que escribir. Otra cosa es el pavor o el desmoronamiento mental, realidad frente a la que nadie –menos aún los “escritores”- está exento. Llega un momento de fatiga extrema ante el que ni “Hércules” podría responder. Las palabras –puede pasar- se vuelven monótonas y hay oportunidades en las que cuesta generar algo nuevo a partir de conceptos usados una y otra vez. Pero traer a la vida algunas líneas aceptables permite sobrellevar ciertas mañanas duras. Personalmente, si no pudiera escribir sentiría que mi vida no tiene razón de ser: que tenga “sentido” ya es otro asunto. Escribir –casi a los 40 años- está justificando el que respire cada día. Y conozco mi cuerpo como un físico con sus ecuaciones, a las que acepta o desecha con matemática frialdad. Mi “cuerpo” no es más que un objeto que porta lo único que aprecio de mí: este cerebro, que redacta estas líneas.

II.-

El título original de este volumen era “Compendio de la nada”, pero se optó, finalmente, por “Manifiesto antisocial". Nos pareció –al “autor” y a quien redacta estas líneas- que aquello “sonaba” bien. Una Literatura, esencialmente, ORAL: un "Manifiesto" en el que las palabras se sustenten por su capacidad de ser PRONUNCIADAS… o escritas como los rayados de un graffitero exaltado.


Este proyecto describe episodios comunes a todo el mundo; entre ellos, y en lugar destacado, el amor. No obstante, plantea una mirada un tanto distinta a la usual: la de alguien que ve la felicidad como un Paraíso Perdido. Quizás –eso lo dirán los lectores y los críticos: ignoro en que “orden”- sea interesante tal perspectiva, ya que va en contra de la opción “oficial” en la que todos dicen ser “felices” y aseguran tener “miles de amigos”. “¿Por qué no intentar LO CONTRARIO, exactamente lo contrario?”. Un “Libro Autista”: más de algún “alma en pena”, marginado o desdichado momentáneo comulgaría con tal tentativa. Un libro que dé cuenta de que la vida no siempre es feliz y de que el sufrimiento es una amenaza a la que todos podemos escapar, pero que a veces nos “caza”. “No, señor, juez: yo no he robado esa gallina”. “Bueno, como no tengo pruebas que me digan lo contrario y confío en los Señores del Jurado dicto para usted una condena de 5 años y un día. De acuerdo a su comportamiento, tal vez sea posible “rebajar” esa pena. Si todo sale bien para usted, a lo mejor, hasta podemos condonarle ese último día”. “Muchas gracias, señor Juez. No tengo palabras para describir mi agradecimiento”.


III.-

Hay mucho de impulsivo en estos escritos, al punto que no tengo un registro claro del cómo, cuándo y por qué vieron la luz. No tengo conciencia del “proceso general”, sólo noches fragmentadas en las que el sueño me venció y me fue imposible continuar escribiendo. Este es un dato relevante: se trata de un volumen, esencialmente, nocturno, redactado en aquellos momentos en los que nuestras ciudades –en este singular y alargado territorio del globo- dormían.


Si alguien ha pensado que la escritura es un “oficio envidiable” es que no tiene idea de nada o, a lo menos, cultiva este oficio con el candor del aficionado que publica en las redes sociales poemas para “mi amada”, con el único fin de que se “vean”. No: escribir no es una labor de aquellas por las que uno mataría…No lo es, nunca lo ha sido y menos aún hoy. Escribir es el ejercicio más incomprensible de todos y origina serios problemas de comunicación en un mundo globalizado. Ahí –como lo han venido haciendo desde hace cientos de años-, el “escritor”, ve cómo –en medio de la más espantosa soledad- surgen líneas y líneas de palabras… ¿Puede, eso, dar felicidad a alguien? Más aún: “explayarse” en torno a eso que desde el principio de los tiempos se ha convenido en llamar “sentimientos”… ¿es en nuestros días un buen negocio?


IV.-

“Manifiesto Antisocial” es un proyecto espeluznante y, a menudo, deprimente, pero en el que el humor no está ausente. Una risa un tanto retorcida, es cierto. Como las bromas finales de un condenado a la horca… “Dame más dolor. ¿Vas a torturarme con tus miradas y palabras inmisericordes? ¿Eso es todo lo que tienes? Eres blando, harto débil, verdugo”.


No propongo un libro “innovador”. El Arte es un proceso de repetición interminable y con variables mínimas. El resultado es, como no, SIEMPRE EL MISMO: intentar una comunicación “directa” con el interlocutor. Hablar, por tanto, de innovar, es un recurso interesante… para tratar de sacarle dinero a la gente. El “rebelde”, el “caótico”, el “iconoclasta”… Hoy, meros conceptos de marketing: si incluso la publicidad de marcas de ropa usan estos conceptos en sus estrategias para captar compradores. No se puede ser más políticamente correcto. Lo mejor, como siempre, es buscar una inversión de las tendencias socialmente en boga. Haz pedazos la Monalisa, artista, pero siempre querrás ser Da Vinci.


“Es bastante lógico tu anhelo de eternidad. Así les pasa a los hombres de tu edad y que no tienen hijos. Se ponen como tú: desesperados…”, me planteó hace poco una amiga. Por supuesto, estaba al tanto de que estoy ad portas de las cuatro décadas, soltero y sin hijos. En tanto mujer, la vi preparada para concebir NUEVA VIDA. Me sentí débil, viejo, moribundo. Entreví óvulos y espermios. Vi vida, vi la existencia en su forma más pura y esencial.


Este libro se despliega como una serie de reflexiones de un hombre que pasa a la “Segunda Etapa de su Vida” y sigue teniendo las mismas interrogantes que a los 17 años.


Un caso “crítico” de inadaptación. Mientras, los dolores físicos se van incrementando. Eso es algo que quizás sea bueno que sepas, joven lector(a) que te asomas por este lado: con los años, el dolor físico aumentará, nunca, jamás, va a decrecer.


V.-

Quisiera un libro rotundo y demoledor como una descarga de 220 voltios.


Eso es lo que estoy intentando.


Ojalá disfrute este proyecto, estimado(a) lector(a).


El Autor. 

Aug. 19, 2016, 4:12 p.m. 1 Report Embed Follow story
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