victor-alejandro Victor Alejandro

El descubrimiento de una realidad escalofriante en medio del ataque de un virus mortal


Science Fiction All public.

#nanorobotica #realidad virtual
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Lucha interna

Otra vez me encuentro paralizado, tratando de entender la naturaleza de las interacciones, miro a mi alrededor buscando patrones, quiero comprender el proceso de entrega y recepción y al mismo tiempo buscando el origen de mis cuestionamientos, creía que en el proceso no iba a dañar ni ser dañado, pero me equivoqué, las variables fueron tantas que caí en un sesgo, y mi visión perdió al panorama completo. Es un poco difícil pero poco a poco estoy buscando matar lo que siento, por lo cual quiero alejarme de la expectativa, quiero mantenerme jodidamente alejado de todo lo que se espera, anhela y desea. Quiero simplemente entender y aceptar que probablemente en la vida habrán situaciones que se saldrán de control y en algún punto simplemente soltaré todo para dejar que ocurra, logrando una suerte de desapego utópico que en palabras suena glorioso, pero en la vida real me destruyó y me invitó lentamente a perder la fe, y a matar la inocencia con la que me enfrentaba a la vida, busqué llenar los vasos para que se viera la parte llena, pero los recipientes crecían como la economía capitalista, haciendo que el agua disponible se fuera disipando, retraída ante el daño, asustada ante la explotación, cansada del intento inútil de una relación próspera. Busqué dejar de autocompadecerme, traté de hacer lo que la mayoría hacía, traté de comparar mi vida con otras mucho más miserables, para ver si me sentía mejor conmigo, busqué creer en lo divino, busqué el amor, enserio lo intenté, pero ya era muy tarde mi alma ya no tenía cura. Para mí ya era muy tarde, pero si no podía hacer algo por mí, si lo podía hacer el resto, por lo cual me propuse evitar el sufrimiento en el mundo. Todas las interacciones creaban construcciones que destruían la originalidad ¿Porqué el mundo sentía una necesidad de validación ante los demás?¿Porqué debíamos demostrar que éramos merecedores de aprobación?. Sé que debo aceptar que no tengo el control, que cometo errores, que aveces tengo que simplemente soltar, y aceptar que somos una especie cíclica, donde existen un montón de promesas que no se cumplirán. Eramos piezas de rompecabezas distintos que trataban desesperadamente de encajar, y a pesar de estar tan cercanos uno de otro, jamás estuvimos tan separados, cada uno construyendo algo llamado realidad con una percepción completamente diferente, con cabezas entregando información para ser segmentados y clasificados, para ser puestos en su lugar, con una especie de venda en los ojos. Todos los días pensaba que habíamos salido de la cueva, pero sólo para entrar a una más grande que la anterior, con más información, sin embargo era una condena seguir cometiendo las mismas equivocaciones, esperando que aparecieran personas que nos dijeran el camino que debíamos seguir, los caminos que tomar, productos que debíamos adquirir, cosas que nos iban a expandir, pero todas llegaban a ser parte de un entorno tan vacío, que dichas expansiones eran proporcionales al aumento de las diferentes soledades. ¿Dónde estaba el real crecimiento?, si tengo algo muy diferente dentro de mí ¿qué hago con ello?, si me muevo en los extremos de la curva de descripción ¿debería irme al centro?, si estoy en el lugar al que poco arriesgan ¿debería seguir o volver?, si estoy dispuesto a darlo todo ¿me debería restringir?, si sólo estoy permitiéndome crecer como individuo y no colectivo ¿soy egoísta o estoy cuidando mi alma sensible?, si se ha vuelto tan obvio el desencuentro con lo real ¿debería pensar que estoy loco?, si tengo que comparar mis problemas con los de otro para sentirme mejor conmigo mismo ¿es esto diferente al autocompadecimiento?, si debo recurrir a argumentos que me ayuden a explicar lo que siento, pero lo inefable de esto solo me hace caer en desesperación ¿debía buscar tratamiento?. Busqué alguien donde realmente encontrar esperanza, más no pude, caí en la locura lentamente, pensando en los caminos divergentes, para mí ya nada importaba, jamás esos rompecabezas iban a ser los mismos, jamás los te amo, y cualquier otro sentimiento que fuera expresado, realmente iba a hacer a dos almas coincidir, hoy creía que simplemente debía dejar de buscar crear algo, mi protesta ya no era en contra de lo que existía, si no con aquellas cosas que lográbamos imaginar, ya que esas conformaciones de la realidad, nunca tuvieron algo que ver con lo que había sucedido hasta ahora, si esto es el amor ¿olvidemos los rompecabezas y fluyamos?. Ojalá fuera tan sencillo, ojalá fuera posible dejar todo atrás y poder realmente empezar desde cero y aventurarse todos los días con la misma inocencia ante la vida, ojalá fuera posible dejar atrás esos recuerdos que no hacían más que recordarme que la vida no es como la piensas y que los “vale la pena seguir intentando” cada vez que se volvían a repetir sonaban tan desgastados que el efecto que tenían pasaron de ser esperanza a un sentimiento de odio, por todas esas veces que me sentía culpable de mis sentimientos, por todas las veces que tuve que callar. Miro carteles que buscan atraer la atención, caras desorientadas en búsqueda de propósito, conversaciones superficiales al pasar, el sol me alumbra, las hojas se mueven en búsqueda de la luz, escucho gritos desesperados en el fondo.

Creo que elegí un mal lugar para paralizarme, miro hacia el frente, estoy en medio de la calle y un auto se acerca violentamente, veo la cara de la mujer que conduce. Con su mirada me pregunta ¿porqué estás haciendo esto? en un segundo acepto lo que va a pasar, me engaño a mí mismo y saco valentía para enfrentar el inminente golpe, pero al segundo siguiente todo se desvanece, quiero arrancar del momento y sobrevivir. Creo que ya es muy tarde y me iré con remordimientos, soy un punto solitario en un gráfico de dispersión, soy un dato atípico. La única vía de escape es hacia arriba, pero no tengo el tiempo suficiente ni la fuerza para saltar, mi cuerpo no responde a las órdenes de mi cerebro.

Cierro los ojos, un pequeño rayo de luz me tranquiliza, respiro con calma y siento cada vez más cálido ese rayo, doy vueltas en el aire mientras mi existencia se desvanece. Miro hacia atrás, veo dos personas abrazadas riéndose, quiero traer el momento en el cual yo estaba así, pero sólo veo una silueta negra, ecos de una voz, pero no puedo descifrar tus palabras, ni leer tu boca, una parte de mi mente ya no está, algo fue arrancado se mi esencia.

Los contextos nos determinan, creemos tener un libre albedrío, sin embargo, nos movemos en experimentos e iteraciones y a pesar de toda la experiencia acumulada como especie, seguimos atrapados en un bucle en el cual las soluciones son creadoras de nuevos problemas. La vida se pone cuesta arriba, hubiera querido saltar para alcanzar la luna y el sol, para encontrar el amor real lejos de las mentiras, vibrando en la misma sintonía, mirando el ocaso, siguiendo los mismos pasos hasta el espacio para que el mundo estudiara el caso de algo irrepetible. He cometido errores y no sé si pueda mirarte a la cara, busqué recuperar mi fe, a través de un abrazo humano. En mi mente creo colores de acuarela, pero nadie está en la misma frecuencia, nadie puede ver mi alma, sólo ven ecos de sus propios pensamientos. Siento que todo se va apagando, termino de dar giros y me precipito al suelo, la calidez se transforma en frío. La luz que me había acompañado desde el inicio, actuaba desesperadamente ante el desvanecimiento, buscando no ser absorbida por la oscuridad, trataba de conectarse con los momentos en los que más había brillado, en los cuales era capaz de deslizarse suavemente por el rocío de la noche, en todos esos momentos en los cuales necesitaba una respuesta, con ese respaldo, al menos tenía una sensación de armonía. Este desencuentro entre el intercambio y oposición, dejaba en evidencia la falta de propósito, qué era lo que venía ahora, mis convicciones y fe, que solían ser tan sólidas se convirtieron en arena, en una huella que desaparece con el mar. Esos espacios de interacción, se habían convertido en oscuridad, en una completa discordancia con lo que habíamos acordado por el resto de nuestras vidas. Hubiera preferido mil veces yo haber elegido el momento en el que ocurriera todo, así podría disfrutar por un momento más, los días en los que nada importaba, más que ser feliz con la sencillez. ¿Qué te puedo decir? este es el aroma que buscará ahora otros futuros cuerpos dónde habitar, observé detenidamente cuando salían de mí y tomaban forma física, no podía ver sus colores, me hacían recordar las estructuras y formas que alguna vez me imaginé, me voy acercando al fondo, las voces se escuchan cada vez más lejanas, la atención se derrite y la indiferencia vuelve a ser un patrón dominante en el andar, nuevos cuerpos nacen, los veo como absorben las figuras que van a determinar su futuro, el libre albedrío, no es más que teoría, pero tampoco hay destino, no hay futuro, esta es la oscuridad, es incapacidad de creer en algo y aceptar una definición, ni siquiera podía decir que ese lugar era el limbo, la incerteza y la ceterza, habían dado origen a una figura inexistente, habían dado lugar a un nuevo sentimiento.

Despierto precipitadamente, me levanto del sillón, estoy vivo, ¡demonios! aún no he podido descubrir el mecanismo de acción, aún no sé cómo salvar una vida, soy responsable de esto, peleo con mi cerebro, hay algo que no estoy viendo, pero que está en frente de mí, estoy seguro, trato de mantener la cordura, pero cada día se va volviendo más difícil lograrlo. A medida que voy avanzando por el camino se van cerrando puertas, cada vez descarto más cosas, pero las pruebas que hago están limitadas a un contexto, quizás no existan las pruebas de laboratorio para lo que intento descubrir, quizás debo abstraerme de todo lo que he aprendido, quizás el conocimiento en este momento es una limitante, quizás debería volver a ser un niño y podría descubrir la respuesta. En muchas circunstancias los sentimientos habían nublado mi visión, creía que eran innecesarios, sin embargo en este momento me hacían mucha falta esa configuración en mi mente. Lentamente me había convertido en un espectador de la vida de mi alrededor.

Se estaba haciendo tarde, la verdad no tenía mucho ánimo de volver a casa si es que se le podía llamar de esa forma. La ansiedad me domina, y en cierta forma, creía que esta era la misión de mi vida, esta era una vía para desconectarme y relajarme, esto era algo un poco inusual para el general de las personas. Era un desastre en ordenar mis prioridades, lo que me había valido que me trataran de egoísta y egocéntrico un montón de veces, esta condición como me gusta llamarle me llevó paulatinamente a perder muchas amistades y el contacto con mi familia, razones por la cual tomé la decisión abrupta de abstenerme de intentar cualquier cosa relacionada con los sentimientos, simplemente había algo que no me hacía lógica, creía que era algo innecesario y que más bien lo mejor era mantenerse alejado de tal capacidad de la cual nos había dotado la naturaleza. Esa noche en particular había un silencio que me tenía intranquilo, trataba de concentrarme pero las estrellas tenían un brillo peculiar y una forma extraña que me distraían constantemente de lo que estaba haciendo. Mi humor irónico, falta de empatía, y espontaneidad hacían que la gente me odiara o amara, siempre en los extremos, jamás un término medio. Lo cual en cierta forma me gustaba, ya que las cosas en la mitad eran sinónimo de algo insípido, o de algo tibio, el símbolo perfecto de la hipocresía del ser humano, el cual está en una búsqueda constante de aceptación e intento de pretensión, para mantener una apariencia, mantener un trabajo, mantenerse en un entorno, pero todo se resumía a mantenerse en un lugar donde realmente nadie tenía idea de quien puta eres, ni siquiera tu mismo, ya que en la sociedad todos se habían esforzado tanto por homegeneizarse que habían perdido la individualidad y el comportamiento colectivo había pasado a ser un ente superior, y por ende manejar a las masas era algo que se podía hacer de forma muy sencilla. Estos entes manejadores de masas eran los que finalmente gobernaban el comportamiento, mas bien eran dictadores que esclavizaban a la realidad y autenticidad a una pequeña jaula con barrotes gruesos de falsedad y cerrado con un candados de mentiras. Pensamientos como este se reafirmaban de forma más segura con el paso del tiempo, mi decisión de mantenerme alejado del deseo de sentirme parte de algo. Para mí la pertenencia era el principio de la esclavitud. Estaba dispuesto a muchas cosas en la vida, pero a ser parte de algo más no era una de ellas, si hoy me encontraba en este centro es porque fui obligado, no porque lo quisiera y el costo oportunidad de no hacerlo era muy alto, por lo cual por esta vez decidí, que tenía que dejar mis principios de lado.

Todo las personas del centro sabían lo que iba pasar, me recomendaron que esa noche descansara, más no pude hacerlo, en realidad lo que estaba haciendo en no tenía mucha relevancia, simplemente eran unas pruebas que habían quedado pendientes, no obstante sólo estaba buscando desconectarme, cosa que sólo lograba irónicamente aquí. Mi concepto de desconexión no estaba relacionado con lo que la mayoría cree, lo único de lo que quería desconectarme, era de la consecuencia que había traído mi filosofía de vida, que era una soledad infinita y la mejor forma era tener ocupada la mente. Este autoexilio, tenía diferentes aristas con las que debía subsistir cada día. Todo partió debido a una crisis interna o más bien una lucha interna, donde varias versiones de mí trataban de llegar a al menos un consenso sobre una convicción.

De hecho antes de que mi iniciativa fuera robada por el consejo recorrí un largo camino solitario renegando lo que el “destino” tenía deparado para mí, o más bien lo que otras personas pensaban que era mejor para mí, yo siempre fui muy abierto con la gente que me rodeaba, y les advertí que lo mejor era no esperar nada de mí, esto no significaba que yo fuera un malagradecido, si no que no que era para enseñarles que el dar, esperando algo de vuelta, es una opción de vida que te puede llevar a grandes decepciones. Al contrario de lo que muchos pensaban amaba demasiado la vida, lo que no me gustaba era la forma en que esta se desarrollaba. Frecuentemente me decían que era una persona falsa, y la verdad es que para la forma general de ser del mundo quizás lo era, mal que mal ser una persona totalmente real o verdadera era algo que estaba sobrevalorado, en mi parecer no habían características ni buenas ni malas ya que “actuar bien o mal” puede traer diferentes ventajas o desventajas, por lo cual desde el punto de vista evolutivo, mentir, podría traer diferentes oportunidades para salir de una situación, por lo cual sin escrúpulos usaba la mentira o cualquier otro tipo de cosa considerada mala, lo cual me tenía sin cuidado, mi único problema era, que después ya ni siquiera sabía quién era yo, ni cuál forma de ser, era predominante sobre otra, mi camino no me había llevado a ningún lado diferente que el resto, no era más que una historia humana. ¿Cuál era el motor de todo?¿estaba la felicidad en el presente o en la posibilidad de trascendencia al lograr algo que nadie más hubiera logrado?, la verdad es que la motivación por hacer algo para mí realmente no importa, sino lo que importan son los hechos, era curioso que la gente pensaba todo lo contrario. Una vez estuve discutiendo esto por horas con un filósofo, me dijo que la filosofía hacía solamente las preguntas correctas, no las respuestas, lo cual me dejó un poco decepcionado, pero luego me dijo algo que me hizo mucho sentido, recuerdo muy nítidamente sus palabras: en la vida en todo lo que hagas hay un costo oportunidad, hagas lo que hagas siempre te vas a arrepentir de algo, pero las cosas ocurren de la única forma que pudieron haber ocurrido, así que mejor haz lo que tengas que hacer y vive una vida sin remordimientos.

Todo el mundo hablaba de la importancia de ser tu mismo, lo cual yo personalmente pensaba que era una basura y que era más bien una excusa para conformarse y quedarse tranquilos en la zona de confort, algo era seguro, jamás era yo mismo, ni siquiera estaba convencido de la existencia de un yo, pensaba que los cambios importantes se producían desde afuera hacia adentro y no al revés, me forzaba muchas veces a actuar de cierta forma, hasta que esos actos se volvieran tan cotidianos que luego pasaban a ser parte mí, el problema era que cada vez que lograba adaptar algo, pasaba un tiempo y tenía que buscar algo más que me desafiara, razón por la cual mis momentos de felicidad eran una estrella fugaz, enamorándome y dejando muy rápido, pero . Cuando pensaba en este tipo de cosas, hablaba conmigo mismo diciendo Tahiel, eres un desastre.

Con el tiempo me di cuenta que la naturaleza no está a favor ni en contra tuya, si algún día decides desaparecer, el sol seguirá saliendo y las olas del mar seguirán moviéndose, esto me llevaba a cuestionar fuertemente si es que realmente existía un propósito, ese propósito del cual todos frecuentemente hablaban para buscar darle sentido a sus vidas, en general, lo único que agradecía de nuestra consciencia e inteligencia era la capacidad descubrir cosas nuevas, el resto de las cosas eran pasos en falso en la evolución y estaba seguro que aquellas cosas iban a corregirse, no en un futuro próximo, pero algún día. Quizás íbamos a ser nosotros mismos capaces de despojarnos de ciertos elementos de nuestra naturaleza, que nos alejaban de lo realmente importante, pero todo en el mundo tenía que tener un punto de partida, y si yo podía hacer algo no me iba a quedar de brazos cruzados esperando a que alguien más comenzara.

Esta semilla creció en mi cerebro hasta formar una planta de crisis y cuestionamiento constante, fuertemente ramificado en cada neurona, lo cual me llevó a estar decepcionado de la realidad y muchas discusiones interminables, no sólo con otras personas que me hablaban sobre el lado positivo de todo, si no a discusiones conmigo mismo. Pasaba horas interminables preguntándome la razón de las cosas. Me perdía en el tiempo, pensaba demasiado en la utilidad de las cosas que hacía, y cuando hacía esto siempre mi visión era demasiado a largo plazo incluso más allá de mi esperanza de vida, lo que me llevaba con frecuencia a olvidar el corto plazo, mi presente, el futuro era demasiado intrigante como para vivir sólo el día a día y no pensar en trascender. Me gustaba mirar a las demás personas, con frecuencia subía a sectores altos a observar el movimiento de las masas, trataba de encontrar la razón de sus movimientos, o la lógica que impulsaba cada día a las personas a seguir adelante en la vida, sentía que estaba dispuesto a sacrificar muchas cosas, con tal de que lograr algo con real relevancia, no para el resto si no para mí, podía ser un hipócrita y mentiroso con el resto pero no conmigo mismo, luego de pensar esto siempre me olvidaba completo del lugar en el que estaba. Me decían que mi sonrisa era muy contagiosa, que era genial ver a alguien tan feliz, la verdad es que odiaba a la gente que decía eso. Era como si siempre estuvieran dos personas en mí, una viviendo en el futuro y otra en el presente, la del futuro era mucho más importante, pensaba más en lo que iba a ser, que en lo que era hoy, por lo tanto podía ser muy inconsecuente en el presente pero consecuente con el futuro, sólo que nadie era capaz de entender eso. La verdad ya me había aburrido de que alguien entendiera mi lógica de vida.

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Aug. 18, 2016, 4:21 p.m. 2 Report Embed Follow story
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To be continued... New chapter Every 15 days.

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BD Barbara De La Concha
Me gusta el personaje principal, es fácil identificarse con él
June 12, 2017, 20:38
00 00 00 00
Hay algunas redundancias en la redacción pero lo que propone tu historia se me hace interesante, voy a compartirte en el grupo de Inkspired latino en Facebook. Creo que es una novela recomendable.
June 09, 2017, 15:50
~