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Joerg Hernandez


Gabriel Gonzales siempre soño con ser transportado a otro mundo, otro donde existiera la magia, las bestias magicas, caballeros, elfos y un largo etc, sin embargo ese sueño logro materializarse junto con sus compañeros extranjeros, fueron transportado a la tierra de Exilom, pero…....nada es como lo soño.


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Sin retorno

«Como me gustaría escapar de esta realidad, espero no morir de vejez antes de que la teoría de cuerdas, la teoría cuántica de la gravedad o la existencia de mundos paralelos sea probada, la mayoría de protagonistas de mangas son transportados a otros mundos cuando mueren, pero me aterra la idea de morir, tampoco se a comprobado que haya vida después de la muerte…no es que un ente barbudo me espere para guiarme a otro plano de existencia, sin embargo seria genial, incluso la reencarnación sería aceptable, es un sin fin de posibilidades, si solo tuviera algo real, si no fuera simple ficción, la redacción de alguien que imagina lo mismo que yo….¿porque el mundo es tan simple?, no es más que nacer, reproducirse y morir, como voy ni siquiera podrá reproducirme, ya tengo 25 años...sigo virgen, aunque la mayoría de protagonistas de anime lo son».

─Gabriel, ¿que estas haciendo?, llegaras tarde a la actividad.

Una mujer de unos 40 y tantos se acercó, estaba algo obesa, o como dicen rellenita de amor, tenía un uniforme azul marino, de esos que usan las secretarías o profesoras, en tal caso era lo último.

─Profesora Alicia, estoy….organizando mis ideas……. si, eso.

Alicia miró a Julio recabando información, luego levantó una ceja─ entonces organiza esas ideas en el anfiteatro, los estudiantes de intercambio acaban de llegar.

Gabriel era de una estatura normal, era delgado pero no al borde de los huesos, su cabello era crespo, ojos inusualmente color ámbar, era una lástima que tuviera que esconderlos detrás de unos lentes, resumiendo a parte de sus ojos, era alguien más del montón.

«Por alguna extraña razón, siempre llama la atención conocer extranjeros, ya sea por su cultura, clase social o aspecto…..bah a quien engaño, espero encontrar a un linda japonesa, con esa apariencia de inocencia que proyectan, o una suculenta brasileña con tantas curvas como para formar un laberinto, y que decir de las australianas, con ese cuerpo pecaminoso, digo, pecoso y tostadito, con ese cabello pelirrojo, si, definitivamente las extranjeras son de lo mejor.»

La facultad de arte, y todos conocemos como se ve un facultad de arte, pinceladas aquí y allá, naturaleza "mode on" , arte frustrado en los pasillos, rastas y tatuajes, no es discriminación, se pueden contar las veces donde es diferente, al menos en República Dominicana son así.

«No se si fue bueno elegir la carrera de ilustración, al final lo hice porque me gusta el manga y el animé, como veo, actualmente son muy populares, con una buena oportunidad podré vivir de ello, claro, mis compañeros no están tan de acuerdo, dicen que debo expandir mis metas, no es mala la idea, es solo que se la dan a la persona equivocada, ellos y sus ideas que siempre quieren implantar.

No es necesario tener un tatuaje para estudiar ilustración o tener colores de pelo diferentes, a veces creo que no encajo en esa facultad, porque me acosan diciendome cosas como; el arte es anormal, debes pensar diferente y no como el montón. ¿a quien se le ocurrió semejante estupidez?, si, si y si, puedo sonar superficial y también estoy echando a todos en el mismo saco, pero todos pensamos de una forma, no tengo que imitar un estilo si no me gusta, ni ellos los míos, por eso odio las modas, sin embargo me alegra que estén de moda los isekais, es el mejor genero que hay en el anime y manga, los sigo desde hace mucho tiempo»

Gabriel había llegado a un gran edificio en forma de domo. Para ser un organismo del gobierno se ve en buen estado, al menos las dos o tres ramas que tenían como jardín al frente, algunas de las paredes estaban agrietadas, claro que viva el ahorro, la pintura, un amarillo desfasado por el tiempo, daba la sensación que no resistirán otra lavada o lluvia.

El edificio ondeaba un enorme listón blanco que decía; 3er Encuentro Multicultural compartiendo valores, Universidad Distrito Nacional (UDN).

Un brillo de emoción se apoderó de sus córneas, camino hasta empujar la puerta de cristal, el edificio por dentro estaba muy bien conservado, este era capaz de albergar 100 personas, alrededor de esa cantidad de extranjero se encontraban ya sentados, chinos, japoneses, Coreanos, Australianos, Africanos, Americanos, Brasileños entre otros, era como si un pedacito de todo el mundo se encontraba en el anfiteatro.

Todo era un caos organizado, el bullicio de distintos idiomas resonaba en los oídos de Gabriel como cientos de polillas, la situación le llevó a hacer un movimiento involuntario a meterse el dedo meñique en el oído, luego se limitó a observar, su mirada se detuvo en una joven de pelo rubio y ojos azules, tenía una boina blanca que jugaba con su camisa, fue como si se detuviera el tiempo, el ruido aminorar, todos caminan más lento, en segundos el latido del corazón de Gabriel sonaba más fuerte que todas las voces juntas del anfiteatro, con golpe en el hombro volvió en sí.

Un joven de piel morena y tez refinada, efecto de solo usar abrigos con capucha, tenía un cuerpo atlético y una mirada centrada.

─No me llamaste anoche, me quede esperando tu recomendacion anime.

Gabriel lo miró con pasmo tratando de encontrar las palabras exactas, de que había encontrado al amor de su vida.

─Se me paso, estaba ocupado con un proyecto.

─Dibujar manga no lo veo como proyecto.

─Cuando se deje de dibujar manga no tendrás anime que ver…...ignorante.

Con una mirada cortante se retiró al baño, tenía la intención de parecer presentable para la chica que acababa de ver, ya dentro noto la presencia de un conserje con un libro más grande de lo normal, era viejo, más antiguo de lo que parecía ser, como si recogió todo el polvo de varias bibliotecas juntas, el señor no se movia estaba estatico con Gabriel a su espalda, daba la sensacion de escalofrio, Gabriel tomó algo de valor y toco su hombro.

─Señor, ¿todo bien?

─Si, todo está bien, es dia de recoleccion.

La voz del anciano era seca y arauca, este se giró dando a conocer su rostro, Gabriel lo examinó, era un señor normal de cabello canoso, sin tomar en cuenta que tenia un parche.

─Tengo dos años estudiando en esta universidad y nunca lo habia visto.

El señor llevó el libro a su pecho y se limitó a sonreír, paso por el lado del joven y salió del baño.

«Últimamente contratan a cualquier tipo de gente, ese viejo daba escalofríos, bien podría ser el villano de cualquier manga o anime»

El agua del lavamanos estaba muy fría, tanto que tuvo que retirar las manos «¿qué demonios?, esto es una isla tropical, se necesita un aire acondicionado bastante potente para dejar el agua así».

Con las manos remojadas las paso por su pelo y cejas, mientras estaba en el espejo le guiño a su reflejo y adicionar un beso «Estas para comerte guapo» pensó.

Cuando salió del baño notó dos cosas, hacía el doble de frío que antes y casi no había asientos disponibles, agregando que los asientos alrededor de la rubia angelical estaban llenos.

─Todo es relativo, menos mi maldita suerte, esa mierda no depende de nada, constante como siempre─ dijo en voz alta Gabriel.

─Tu afirmación está mal, la suerte tiene relación contigo, sigue siendo relativa─ dijo una voz áspera y seca a espalda de Gabriel.

─No me digas, quien te…...─ Cuando Gabriel se dio la vuelta, un joven de unos 23 años estaba parado con los brazos a su espalda, con piel trigueña, uno lentes de sol muy a la moda, un bigote chispeante, pero sin duda su cualidad más llamativa era la sorprendente estatura de unos 2.5 metros o eso calculo Gabriel, y como final un cuerpo tallado como si fuera madera.

─Oh...ejem….disculpa.

«Piensa en algo rápido, este tipo te hará puré si no dices algo inteligente»

─Cuanta gente hay aquí ¿no?

─En eso tienes razon, se me hace dificil moverme─ dijo el joven─ ¿podrias ayudarme?

«Ya cague, me usara como escudo humano»─ ¿cómo puedo ayudarte? dijo con voz trémula.

─Verás….─el joven separó los brazos de su espalda, mostrando así un bastón con franjas de colores. Gabriel se quedó con una cara inexpresiva, como si su cerebro se estuviera iniciando «¿¡este orangután es ciego!?» pensó este.

─Mi nombre es Bryon Sandoval, soy de Brasil…...creo que me excedí al molestarte, disculpa─ dijo temeroso.

«¿Me estas jodiendo?, si vas actuar como víctima, al menos hazlo creíble, pero bien dicen: No hay mal que por bien no venga, este chimpancé me garantiza un asiento seguro»

─No...disculpa….es solo que me sorprendió…..

─jejeje, si, la gente se intimida mucho con mi aspecto, aparentemente soy enorme.

«¿Enorme?, para mi es mas extraño que no chocaras con la puerta»

─No te preocupes, mi nombre es Gabriel Gonzales y soy Dominicano, será un placer ayudar, pon tu mano en mi hombro, te guiaré.

en unos cuantos minutos pudieron dar con los asientos, lo que parecía una pareja (hombre y mujer) de Chinos con el pelo tintado de rojo cedieron el asiento luego de hablar en su idioma quien sabe que, pero por sus expresiones no querían problemas.

─Bueno, eso fue adorable─ dijo Bryon ensamblando su bastón.

Las conversaciones casuales habían cambiado a quejas, el frío cobró factura a muchos de los presente, vociferaban en sus idiomas, tampoco se necesitaba un intérprete para saber que lo que decían, eran improperios y maldiciones, sin embargo aquellos de países fríos solo reían, tenían una clara resistencia y ventaja sobre otros que ya tenía los mocos fuera. Una mujer con un traje blanco subió al púlpito y tomó el micrófono.

─Por favor, mantenga la calma, los técnicos están revisando la causa de la avería en el aire.

Si, era sensato pedir calma, el problema, el 80% de los presentes no entendia ¡un carajo!, la situación se volvió ardiente a pesar del frío, pronto comenzaron a pararse de sus asientos, tratando de buscar una zona mas calida o en efecto salir del edificio, ahora todo parecía un omelette donde los ingredientes eran los extranjeros, la cortesía se fue a tomar por culo, trataban de salir a como diera lugar, lo que se hizo imposible, la cantidad de persona no era poca, todos con la misma idea y la misma dirección causó un entaponamiento, otros, más inteligentes optaron por ir a la única puerta de salida, para sorpresa de ellos no podían abrir dicha puerta, tenía la cerradura congelada.

Gabriel y Bryon aún conservaba la calma y diluyendo que se había conocido hace unos minutos se abrazaron para crear un poco más de calor─ es inútil, no es normal, la temperatura subiendo….─dijo Gabriel con dificultad.

─Di...di...dirás ba...ba...bajando…─Corrigió Bryon.

─P….or...por favor qu...e no cunda el pánico─ dijo la mujer con el traje blanco con el micrófono entre sus manos, temblaba, en cualquier momento sus rodillas la abandonarían.

Gabriel miró a su alrededor algunos ya no luchaban, se habían quedados dormidos, otros se movían con dificultad, la rubia estaba acompañada de 3 mujeres mas, no pudo ver bien, una niebla empaña su visión, escucho a lo lejos que que las puertas frontales también estaban congeladas y que no se podían ni siquiera romper.

El tumulto de personas se había apiñado para conservar el calor, era más bien una bola gigante de ropa, Gabriel perdía su capacidad para moverse poco a poco, Bryon ya ni siquiera respiraba, un ruido del micrófono cayendo al suelo llamó la atención de la mayoría, cuando vieron, el micrófono aún era sostenido por las manos de la mujer de blanco, solo, que la mujer aun estaba de pie, tardaron para razonar que se había congelado y por el peso del artefacto, sus manos, se habían desprendido.

Unos pobres gritos se escucharon, se suponen que era por el terror, pero no había fuerzas, era como un sueño, luego un ¡CRACK! se escuchó, una joven que llevaba una corona con orejas de gato, dicha corona se hunde en su cráneo como el cristal más fino y frágil del mundo, otros ruidos secos sonaron, piernas, manos, dedos, brazos y cabezas caían al suelo.

«Un sueño,no, una pesadilla, que alguien me despierte, no quiero morir durmiendo, no quiero morir, tengo miedo, quiero despertar…...» pensó Gabriel.

Gabriel se quedó mirando el techo, sus fuerzas fueron drenadas y no podia mover un musculo ni pestañear si quiera, de pronto un sello de color blanco se transcribió en el techo, su luz cegadora iluminó todos los rincones del anfiteatro.

«¿Eso es un sello mágico, de esos que sirven para lanzar magia…...o ¡invocación!? esta pasado, no puedo creer que esté pasando, sere transportado a otro mundo, espera, ¿porque de esta manera, morir congelados? eso es horrible, ¿no podía ser un camión, morir durmiendo de un infarto, una cuchillada, que clase de dios enfermo tortura a un centenar de personas para luego transportarlas?» reflexiono Gabriel.

El sello estalló convirtiéndose en un vórtice que estaba succionando a todos los vivos y los muertos, se los llevaba pedazo a pedazo, Gabriel pudo sentir como cada pedazo de su carne era tragado por el vórtice, en ese momento el deseo nunca haber nacido.

July 17, 2019, 6:10 p.m. 0 Report Embed Follow story
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