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No bajes

Era una noche tranquila. Yo tenía 12 años, mi hermano dormía profundamente en la cama de arriba, mi madre estaba en el comedor y mi padre como era costumbre trabajaba hasta largas horas de la madrugada. En el momento en que la habitación se hizo profundamente oscura y me invadía el silencio, escucho los susurros de mi madre como si estuviera hablando con alguien. Me pareció extraño, ya que no había nadie en casa. No era muy tarde supuse que había llegado mi abuelo a saludar después de su típica noche de veteranos, así que me acerqué lenta y sigilosamente.

Al momento en que baje de las escaleras la pude ver, estaba mirándome fijamente, como si me estuviera esperando cuando yo apenas me había asomado, tenía su mirada clavada en mí, unos ojos en blanco y una sonrisa macabra se apoderaba de su rostro. En ese momento me quedé paralizado, ella se levantó del sillón donde estaba, sin perderme de vista se iba acercando. Cuando reaccione lo único que pude hacer fue a llamar a mi hermano que estaba durmiendo, pero cuando llegue a la pieza y salte a la parte alta de la cama para despertarlo, me encontré con que ya no estaba, solo había sangre, fui corriendo lo más rápido que puede al baño y allí lo vi, en la bañera su brazo manchado de sangre caído en el borde… sin vida. Me di vuelta no podía refugiarme en el lugar donde mi hermano se hallaba muerto, de repente la vi al principio de las escaleras, susurrando con esa sonrisa y los ojos blancos, en un momento entre esos susurros dijo una frase que jamás borrare de mi mente, “El me obligo”.

Corrí rápidamente a la habitación de mis padres, cerré la puerta una vez dentro y lo único que atine hacer fue a correr a la cama y taparme por completo, llorando dije una sola vez “como desearía que todo esto fuera un sueño”, en ese mismo momento se abrió la puerta, se oían los susurros, que tan solo con escucharlos te hiela la sangre, se acercaba más y más, yo solo lloraba rendido, de golpe un fuerte viento frío que venía de la ventana me destapo, logre ver su rostro una vez mas y me dijo “no bajes”, en ese mismo momento me desperté.

Hoy tengo 17 años y todas las noches puedo oír a mi madre susurrar en el comedor.

Autor: Emmanuel Luna. -

July 1, 2019, 3:27 a.m. 0 Report Embed Follow story
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