hanyblue Hanyirian Hurtado

Piernas definidas, cuerpo perfecto. Ella era como un lugar puro y santo que debía ser mancillado. Rostro de ángel y un carácter de mierda que lo echaba todo a perder... Angie Ross había crecido en costumbres religiosas excesivas. Un carácter avasallante dentro de su naturaleza blanda. Era una flor en medio del estiércol. Una flor que deseaba escapar y plantarse en otro lugar, muy dentro de sí: quería que todos sus pétalos fuesen arrancados y probar el éxtasis del dolor dentro de su piel muerta. Sin contar con que el año de su liberación conocería al hombre que pondría de cabeza todas sus ideologías y costumbres, le haría negarse así misma como si fuese Dios. Entregarse al regocijo de sus mas dulces pecados. Liam le Haria olvidar las palabras de su madre: -Un hombre de Dios hija. un hombre culto, de buenas costumbres. Que sea puro como tu y como Dios. Recuerda que el señor dice: Sé Santo como yo soy santo. Y por alguna razón esas jodidas palabras retorcidas, se hacían presente cada vez que cogía con su dulce tormento. Apartando su mente del acto reprensible de su cuerpo... ADVERTENCIA Obra totalmente original, queda prohibida la reproducción, el almacenamiento en memoria electrónica, mecánico o foto copiado, grabación o adaptación sin la autorización previa de la autora. Publicación: 30 De Noviembre del 2018 TODOS LOS DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS Código de registro: 181130919171


Romance Erotic For over 18 only.

#amor #traicion #mentiras #religion
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Capitulo 1

Tocar lleva a besar, Besar los llevó amar y amar les hizo pecar...

Los últimos meses se encargó de echar por la borda todo lo que había construido con trabajo y sufrimiento, lágrimas y restricciones. Rompió los malditos paradigmas, se perdió y se encontró, solo quedaba su trabajo. El sueño de escribir todo lo que pasará por su cabeza hasta perderse en una de sus obras.

Huir de la dolorosa realidad, él ya no era nadie en su vida. En unos pocos días encontraría otro maldito agujero donde enterrar su hombría insaciable. Oh, bastardo traidor...

— ¿Estás Bien?— preguntó— te notas algo pálida, Ross. ¿Quieres un poco de agua?

—S-Si Luu, estoy bien. Solo algo nerviosa—Apretó los labios— ¿Roma Vendrá? — sus dientes tiritaban a causa del frío atroz. Venia de sus huesos, del dolor interno que le escarnecía cada noche. Ahogándose en culpabilidad por los actos de sus concupiscencias.
Miles de cosas pasaban por su cabeza. El estómago no cooperaba con las Nauseas. Este libro terminaría provocándole un cáncer, debía terminar con él.

—Vendrá en unos minutos — Lucy revisó el celular. — Las editoriales ya están aquí

—Qué bueno que mi jefa sea t-tan condescendiente — sonrió con debilidad.

—Es tu momento de brillar, es para lo que te preparaste todos estos años.

Estaba bien con eso. Lucia era un apoyo incondicional con Ross, una especie de mantra que le obligaba a no desfallecer y mantenerse de pie.

—Luu, no me siento bien — confesó—Creo que necesito un poco de agua. Ahora vuelvo. Voy a...

Sus orbes Color miel se perdieron en el blanco de sus ojos. Su alma abandonó su cuerpo por unos segundos, su cabeza impactó con el crudo suelo a la vista de todos al perder el conocimiento.

No demoraron en acercarse a ella, la escritora estrella se había desmayado en medio de su debut. ¿Que estaba mal? Todo había terminado en un colapso por las emociones aglomeradas en su pecho.

Muy en contra de los malestares generales y su estúpida pelea con Liam. A quien por cierto no quería ver ni en pintura. Angie no tenia más que un puto resfriado que calaba sus huesos y prometía dejarla en cama con una severa depresión.

—Señorita Ross.

—Doctor Cody.— Saludó igual, para la peor de sus suertes. Terminó en el hospital de Maya y Liam — esto es una exageración, yo estoy bien. Por Favor, no comente nada con mi madre.

La puerta se abrió mostrando a una Preocupada Maya. Su mejor amiga por más enojada que estuviera no dejaba de preocuparse. La rubia era un desastre en la cocina, perezosa para la limpieza y extremadamente débil

— ¿Que te pasó? — preguntó acercándose a la chica con cara de moribunda.

—Nada, le comentaba al doctor Cody que solo eran mis estúpidos nervios. — comentó colocándose de pie— nadie tiene porqué saber sobre esto. Ahora si me disculpan, me esperan para la presentación del libro.

—Estás muy estresada Angie. — Notó, Cody podía ser tan irritante como persuasivo—Creo que necesitas alejarte un tiempo del trabajo, no has comido bien últimamente. Tu chequeo mensual reveló algunas anomalías en los exámenes de sangre.— frunció en ceño sin comprender.

—¿Qué cosa?

—Estás embarazada, Angie Ross.

♣♣ ♣

1 Año Antes...

Su musculo cardíaco bombeaba sangre con rapidez por todo su cuerpo. La adrenalina era el combustible frente a esas discusiones interminables. Pupilas dilatadas y un nudo en su garganta le impedía articular palabra alguna.

Congelada en su lugar escuchando a su madre gritarle como una fiera por teléfono. Tenía tanto que decir, debía saber que estaba equivocada, que estaba jodiendo sus sesos. Y es que Marine no era mala persona pero sabía perfectamente como martillar en la escasa paciencia de sus hijos.

—Y no me interesa que estés haciendo. Te necesito para las visitas a los grupos. Eres un ejemplo para esas jóvenes y necesitan escucharte — no, no lo necesitaban.

Si bien, Angie había librado su existencia de las peleas cotidianas con su madre a Causa de Maya. Quien le había propuesto rentar un departamento y hacer sus vidas de adultas, o una de las dos, al menos alguien tendría que madurar y no olvidar el pago del alquiler.

— ¡¿Me escuchaste?!

—Sí, Madre.

—Está bien, tengo una reunión en unos minutos con el cuerpo administrativo de los diáconos.

—Bendición.

—Dios te guarde, Hija.

Y así era la mayor parte del tiempo, Marine gritaba. Angie absorbía los gritos como una pelota anti estrés de su madre. Se miraba al espejo y sacaba el dedo corazón mientras fingía que daba respuesta a los absurdos reclamos. Cada vez dolía más en su pecho, quería agradarle, quería ser un objeto de orgullo para su madre. En lugar de eso terminaba cagandola como de costumbre con cualquier pequeño detalle.

"Alma sin suerte" regresó al Living a continuar viendo Death Note

—Ya puedes reproducirlo. —Maya sonrió ante el suspiro de Angie. Recostándose en su pecho. La morena no tenía ni la mitad de la paciencia de su amiga. Por lo general explotaba en gritos y maldiciones hebreas cada vez que la presionaban.

Pero sería una gran Cirujana Cardiotorácico, solo esperaba no terminar enterrándole las uñas a quien fuese su tutor de especialización.

—May, sabes que te amo con todo mi corazón. ¿Verdad?

—Ni pienses que te voy acompañar a esa mamada de: Jesús es vida ¡No Al Aborto!

—Nadie tiene que enterarse de que eres Pro-Aborto.

—Tu madre lo sabe. — a decir verdad May no odiaba a la madre de su amiga. O bueno, quizás solo un poco. El caso es que la señora con su constante gritería y plática religiosa, le daban arcadas en el culo, solo eso.

—Vamos May... — se arrodillo— Te lo pido. Haré lo que quieras, solo no me dejes con los fósiles.

—Esas viejas apestan a cementerio, pero está bien....— ella sabría como cobrarse el pequeño favor. Siempre lo hacía— ahora ¿Que te dijo la vie... Tu madre?— carraspeó.

—Que estas vacaciones no hice nada. Solo comer, dormir y "descansar".

— ¿No se supone que eso se hace en vacaciones? — rodó los ojos— lo que sea, ya mañana comienzas a trabajar y yo conoceré a mi jodido tutor. Por cierto ¿Como está Lucy?

—Estará llegando de Argentina hoy en la noche. Iré a buscarla al aeropuerto. — sí, ese día prometía ser muy importante, y no solo por el regreso de la flamante escritora Lucia Velles, este era solo el inicio del caos en la vida de este par.

♣♣ ♣

May amaba el hospital donde tocó su residencia. Uno de los más importantes del país. Eran las dos de la madrugada cuando sus ojos cargados de sueño iniciaban su mala pasada con la chica. Se quejaba dentro de sí de la vocación para la medicina.

—Te gané — anunció jactanciosa, Andy no podía ganarle ni una sola vez. Los juegos de fuerza eran lo suyo y es que muy en contra de la carencia de estatura: ese pequeño costal de huesos poseía una fuerza apoteósica. — cuarenta euros.

—Eres una jodida tramposa — gruñó sacando los billetes.

—Perra, lo tuyo es pura envidia.

La guardia fue pesada y para finales de la tragedia, a May faltaban otras veinticuatro horas para terminar el turno ¡Estúpido, Doctor Cody! No todo era perfecto, Marine a causa de los ruegos de su hija se encargó de buscar el mejor hospital de todo Londres para la residencia de May. Sin embargo esto comenzaba a pasarle factura, ojeras, horas y horas de café.

Al menos había buenos culos.

—Esta será el área — sonrió la Cirujano General, Zoe Lincoln. — oh, ahí está — Maya — la mencionada gruñó, odiaba a la Doctora Lincoln y como su nombre era pronunciado por aquella voz chillona. Sin contar sus enormes pechos artificiales. La tutora de residentes tenía una especie de capricho con ella, vivía reprendiéndola, al parecer siempre encontraba un defecto y le daba más razones a la morena para arrancar sus extensiones sintéticas.

Solo unos meses más May, solo unos meses más —repetía internamente

Al girar, los ojos de May amenazaron con salirse de sus órbitas. Estaba frente al mismísimo. El dios entre los médicos, tenía que ser un maldito chiste ¿verdad? La doctora Yang de anatomía de Grey y este hombre le inspiraron durante toda su carrera.

—La señorita Edwards, será su subordinada. May, el doctor Payne será tú Tutor de especialización.

Dentro del último año de residencia, May tendría que estar día y noche con su Médico especialista en cirugía cardiotorácica. Este evaluaría sus capacidades como médico y abriría la puerta más importante de su vida, pasar de ser una residente a titular en cirugía.

— ¡No inventes!— espontánea y sincera. May era capaz de sacarle una sonrisa a cualquiera. Incluso al respetable doctor chulo llamado Liam. Pareció agradable a sus ojos. Estiró su mano a fin de estrecharla con una sonrisa socarrona dibujaba en sus comisuras. —Maya Edwards...

—Un placer Maya. Liam Payne, será un placer trabajar con Usted...

June 5, 2019, 5:22 p.m. 0 Report Embed Follow story
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