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Ezequiel es un joven adulto que se muda a un pueblo de Inglaterra llamado Willows para cumplir su sueño de ser músico.


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Primer Día En Willows

El día era domingo, y era un día difícil para Ezequiel Martínez, pero un día necesario. Era el día que se iría de su país en busca de cumplir su sueño: tener una banda y vivir de la música. Ya llegaba la hora de partir, la hora del vuelo se acercaba y los familiares de Ezequiel lo abrazaban como si nunca más fueran a verlo. Ellos no tenían mucha confianza en el talento musical de Ezequiel, por lo que se esperaban que volviera desanimado al cabo de 1 o 2 meses.
Para Ezequiel, era el principio de una vida soñada en la que él, con su guitarra y su voz sea el ídolo de una generación, y que sus canciones queden guardadas en la historia. Él había comprado una casa en un pueblito pequeño de Inglaterra, llamado Willows. Ezequiel no era rico, por lo que no se pudo comprar una gran casa, pero eso no le importaba, él iba a conseguir músicos y formarían la mejor banda del mundo, o al menos una banda conocida que le generen ingresos para poder vivir.
La hora de partir había llegado, y los familiares de Ezequiel lo despidieron en el aeropuerto con lágrimas en los ojos, mientras él se iba con mucha esperanza y motivación. El viaje al estrellato había comenzado.
Al llegar a su casa en Willows, Ezequiel sonrió, hizo un fuerte suspiro y se puso a recorrer la casa. Era una casa pequeña, dónde la cocina y el comedor se compartían y tenía una habitación y un baño. No le hacía falta más cosas. Se sentía inspirado, así que agarró su guitarra, la conectó al amplificador y comenzó a tocar sus canciones favoritas. Basket Case, American Idiot, Should I Stay Or Should I Go. Se sentía como si estuviera en un concierto frente a miles de personas que habían pagado para verlo.
Ya tenía decidido que iba a hacer en el día. Se iba a quedar en casa tocando su guitarra, y luego de comer iría al parque central de la ciudad a conocer gente.
Se dió una ducha y se preparó una ensalada de tomate, ya que no tenía mucho hambre.
Ya eran las 17:00, así que decidió irse a la plaza. Era una plaza hermosa, llena de árboles y plantas muy variadas, con bancos para sentarse, fuentes de agua que hacían ese sonido tan relajante, era perfecta para él.

-Un día mí banda y yo vamos a dar un concierto aquí. Será espectacular - pensó

Ezequiel comenzó a hablar con una chica. Ella tenía rasgos japoneses, una remera con un pollo con anteojos violeta, unas pulseras del mismo color y unos pantalones amarillos. Se llamaba Libertad Lee. A su conversación se unió otro vecino de Willows, llamado Gabriel Solar. Comenzaron a hablar los 3 sobre relaciones fallidas. Gabriel era un hombre de 40 y tantos años, era gordo y usaba una camisa blanca y azul. Él contaba que había tenido un matrimonio pero no había funcionado porque su esposa era insoportable. Típico de los hombres, siempre la culpa la tenían las mujeres por ser unas locas, pero cuando ella hacía las tareas de la casa y él estaba tirado en el sofá mirando los partidos de fútbol, ahí todo estaba bien. Luego de Gabriel, siguió Libertad. Ella había tenido una sola relación, que no había funcionado porque con su ex novio eran como el agua y el aceite, simplemente no se podían llevar. Y finalmente llegó el turno de Ezequiel. Él, avergonzado, dijo que nunca había tenido una pareja, ni siquiera había besado a nadie por primera vez. Él esperaba que se burlaran de él por tener 23 años y nunca haber besado a nadie, pero no pasó, simplemente pasaron a hablar de otro tema. Pasaban las horas y seguían hablando. Ezequiel descubrió que, como él, a Libertad le fascinaban las películas de Star Wars, los videojuegos y los libros de terror. Tenían mucho en común, y eso le agradaba.
A la conversación se unió Carlos Hernández, quien estaba vestido con una camiseta con una calavera, jeans negros y lentes de sol. No duró mucho, ya que estaba apurado, pero les dejo su número de teléfono para que vuelvan a juntarse en alguna ocasión.
Ya eran las 8 de la noche, y Ezequiel no quería parar de hablar con Libertad. Ella era muy divertida y sabía llevar muy bien una conversación.
-Vamos al bar, no está muy lejos de aquí - Dijo ella
-Emm bueno, está bien - Respondió Ezequiel
Así que juntos fueron al bar, que se llamaba "Noche Azul". Era un lugar muy bonito, dónde había un lugar para bailar, mesas, un piano y una barra para pedir bebidas. Ambos ordenaron unos mojitos, pues era la bebida favorita de ambos. La noche fue pasando, las horas pasaban como si se las llevara un viento, pero Ezequiel estaba cansado. Estuvo relacionándose con más gente, pero él ya quería volver a su casa a comer algo y dormir. Después de todo, era la 1 de la mañana.
-Mañana hablamos, Ezequiel - Sé despidió
-Seguro, Libertad, cuenta con ello
Ezequiel llegó a su casa cansado, fue al baño y luego se tiró en su cama. Antes de dormirse pensó
-Fue un lindo día, conocí gente y me instalé en mí nueva casa. Esto solo puede ir a mejor
Después de pensar un rato más, Ezequiel cayó en un profundo sueño.



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March 27, 2019, 9:47 p.m. 0 Report Embed Follow story
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