Después de llegar a casa, tras una jornada de trabajo agotadora, Tomás entró a la habitación de su hija Esperanza a ver como dormía.
Para su sorpresa, la encontró despierta junto a la ventana.
— Esperanza, ¿Qué haces? Le preguntó.
— Estoy confirmando lo que nos enseñó la maestra hoy en clases Papá.
— ¿Y qué les enseñó?
— Que el total de las estrellas que se encuentran en el cielo siempre será igual a la cantidad de sueños que podemos alcanzar en nuestras vidas.
— Pero Esperanza, es imposible conocer el total de las estrellas que se encuentran en el cielo ya que son infinitas.
Con una sonrisa en los labios la niña le respondió: Por eso Papá, por eso.
Por: César Pérez
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