tasia_love Anastasia Tacajara

Llegar a finalizar el sueño universitario es increíble, pero, qué sucede después, cuando llegas a la cima, qué hacer con este título que ahora ostentas. Cuál es la realidad que te espera.


Inspirational All public.

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Frustración profesional

Cuando la frustración profesional llega a tu vida es cuando te das cuenta que tu hermano que eligió el camino fácil, tenía razón. Es cuando ves la realidad de donde quedaron 17 años de estudios y sobre todo los últimos 5 de universidad que te desgarraron cada trozo de tu energía. Es cuando te pones de pie en la sala de tu madre y miras la hoja papel alba, que tan orgullosa ella enmarcó y puso en el lugar más visible del local, y te preguntas, ¿para que tanto esfuerzo?, ¿porque tuve que elegir una carrera tan difícil?

Ese momento llegó a mi vida con prontitud tras terminar las últimas vacaciones de estudiante, que procuré disfrutar hasta el último momento. Nuevas personas, pocos contemporáneos de edad, todos los ojos en los 5 nuevos chicos que jugaron con sus destinos aceptando contratarse en esa empresa, que prometía ser genial. A pesar de las diferencias de carácter en poco tiempo tratamos de congeniar y formar un frente unido para afrontar lo que se nos venía encima.

Pero fue y es difícil. El cambio de chica a mujer no es los 15 o 16 años, es cuando termina la vida de estudiante y aparece las responsabilidades de trabajador. Se acabaron las manutenciones de los padres, se acabó la felicidad de las despreocupaciones y el mínimo de tareas. Como es posible pasar de un pupitre desarmada del sueño por la fiesta del día antes a un escritorio, con una PC ajena, rodeada de extraños y ahogada de añoranza. Que pasó, en qué momento se terminó el sueño universitario, por qué no lo noté, y la respuesta es muy sencilla estaba muy ocupada deseando graduarme. Ahora miro atrás y extraño todo, desde el mohoso pasillo de la residencia hasta el examen más complicado o el estrés de la infinita tesis de grado.

Donde están mis amigos, esos con los que compartí cada segundo, con los que reí sin cesar y lloré desmedidamente, donde quedaron esos compañeros de aula que llegaron a la meta tan ciegos como yo. Todos en caminos diferentes, tratando de alcanzar esos sueños que por años han construido. Solo me queda el consuelo de verlos en las redes sociales haciendo sus vidas, fingiendo ser felices, cuando sé que en el fondo todos desearían regresar a esa maravillosa y estresante vida académica.

Mis pensamientos y recuerdos son interrumpidos por la realidad que ahora vivo, una realidad personificada en una mujer de mediana edad, risueña y con lentes, a la que llamo jefa.

-Nena este mes tampoco hay trabajo para ti, disculpa, pero es que como no tienes experiencia los clientes se preocupan, sigue estudiando que ya llegará tu momento- solo me limito a sonreír y aceptar la noticia que ya esperaba, pero que aún la esperanza me hacía ignorar.

Este mes tampoco voy a trabajar, lo que se traduce a poco salario, me piden paciencia, pero después de 5 meses de tener paciencia mi cuerpo odia ya esa palabra y vuelve a añorar la vida de estudio y fiestas constante. Una vez más envuelta en mis fantasías y recuerdos me pierdo en mis pensamientos. Mis nuevos compañeros de oficina creen que soy rara, lo he escuchado cuando lo comentan mientras finjo escuchar música con los auriculares, la misma lista de reproducción que ya he memorizado.

Cuando la frustración profesional te alcanza, llagas a puntos inigualables, te sientes saturada de estudio, crees que es imposible llevar algo más a tu cerebro antes de que explote, tus hobbies empiezan a carecer de sentido de tanto usarlos para pasar el tiempo, te aburre el cine o tus series favoritas. El único consuelo que encuentras es el saber a tus amigos en la misma situación, el momento más divertido de sus conversaciones es reírse de que tan poco trabajo tiene cada uno y de las bajas remuneraciones con las que se sustentan.


La frustración profesional también puede, aun así, traer cosas positivas a la vida, pues puede que afloren nuevos hobbies, como la redacción en mi caso, puede que dediques más atención a tus seres queridos, puede que veas las cosas simples de la vida con más detalle, empieces a apreciar la belleza del amanecer que hoy acompaña al madrugar para llegar puntual y antes solo aparecía en momentos de resaca de alcohol o estudio. Encuentras más tiempo para el amor, meditas tus acciones, comienzas a madurar y sacas de tus venas totalmente la adrenalina y estrés que hasta el momento eran protagonistas.

La frustración profesional es un momento triste de la vida, pero que llega justo cuando lo necesitamos, para abrir los ojos y notar que la vida está pasando, que ya no somos niños, que llegó la hora de crecer y sobre todo de aprovechar cada momento como si fuera el último, porque todo acaba, así como acabó el tiempo de estudiante. Es este momento donde la única preocupación es no hacer nada, donde debemos aprovechar, reflexionar y empezar a vivir como ingeniero, licenciado, arquitecto, técnico frustrado pero feliz.

Ya llegará la experiencia y los trabajos, el salario aumentará y nuevas amistades más cercanas. El recuerdo de lo bello no desaparecerá y siempre podremos volver a él. Lo que importa ahora es crear nuevos recuerdos igual o mejor de geniales, aceptar la realidad que ha llegado y adaptarla a nuestras exigencias y vivirla como si no hubiese un mañana.

Jan. 16, 2019, 9:33 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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Anastasia Tacajara Ingeniera apasionada por las buenas historias.

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