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¿Alguna vez has visto sonreír a una flor? Yo tuve la suerte... (Si te gusta dale Like ❤️)


Memoir & Life Stories All public. © Alejandro Ariel Anatrella
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Armadura.

Una vez por casualidad encontré una flor. Una flor preciosa, pero maltratada. Ella desprendía luz de sus pétalos, era como esas flores de plástico que son tan reales que tenés que tocarlas para saber si es real. Así de bonita.


Era real.


Esta flor era especial, era una flor que me hablaba, que me contaba sus cosas...
Pero por más bella que fuera no le importaba. No me hablaba de sus logros, ni de sus triunfos, no. Me hablaba de sus pérdidas, de las cosas que la tuvo a mal traer en su vida. Me contaba de la gente que le arrancaba hojas y veían su sangrado superficial vociferando que no era para tanto, y que ella nunca les hablaba de su desangrado interior.


Me contó que hasta la tierra, en donde creció con sus raíces, dejó de alimentarla.
Me contó que una vez hasta tuvo un compañero del que se había enamorado y que solo la utilizó, le quitó néctar, a veces polen, y luego se alejó aleteando con su colonia.


También me habló de alguna de sus pasiones, le encantaba montarse en esas ráfagas que le hacían sentir el aire en los filamentos, cabalgando a la velocidad de sus sueños.
Amaba bailar al ritmo del sol que estimulaba sus anteras con su danza sensual y su toque con tacones.
Y aunque todo esto me lo contaba con cierta melancolía, ella brillaba igual. Odiaba a los colibríes, esos que se acercan, quieren picar y se van. Eso la lastimaba.


Me contó que esas espinas que tenía eran una armadura que había creado, pero que solo servía para espantar, era solo de vista.
Ya no confiaba, no podía confiar en nadie, pero por alguna razón me habló y yo le respondí.


Nunca fui experto en flores, ni mucho menos, pero despertó mi atención. Tampoco soy el indicado para dar consejos, menos para solucionar un conflicto a una flor. Ella fue muy amable conmigo, y cae en evidencia de que parecía que yo le había caído en gracia.


Nos quedamos charlando unas horas y la vi sonreír.
¿Alguna vez han visto sonreír a una flor? Les aseguro que es lo mas bello que se puede encontrar en este mundo.
Mucha gente, a pesar de estar rodeado de flores, ha muerto sin haber visto tal espectáculo. Y es que para esto habrá que dejar el cuerpo de lado y enseñar el alma.
Nos despedimos sabiendo que ibamos a volver a vernos, yo olí su perfume para formar mis recuerdos.
Ella me dijo: "Adiós, luciérnaga, hasta pronto".
Y yo, aunque parezca frío o sin sentimientos, mantengo mi luz, mi llama encendida por dentro...
Y por eso quizá, ella, me confió parte de su vida creyendo que no me interesaría, y también el secreto en su armadura...

Dec. 28, 2018, 1:02 a.m. 0 Report Embed Follow story
3
The End

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