Perdidos Follow story

La nieve caía sin cesar y el viento, helado e imparable, hacían casi imposible salir. Ya habían informado que tomen precauciones y no salgan hasta nuevo aviso, pero muchas personas impacientes por ver a sus familias en nochebuena, salían y se perdían en quién sabe dónde.

Incluso ya estaban surgiendo relatos fantásticos en torno a este inusual evento, pero la realidad era que mucha gente se quedaría en casa pasando sola la Navidad.

Era 24 de Diciembre y una joven que se encontraba en casa de su abuela, quiso ir en busca de sus padres, que se encontraban a solo 3 cuadras de ahí.

-No ves la nieve hijita, es muy peligroso- decía su abuela

Ella lo entendía, había visto muchos casos en la televisión, pero Navidad era muy importante para ella y su familia, no podía solo quedarse allí.

Se fue a su habitación y encontró la ventana rota, con rapidez tapó el agujero y en el suelo encontró un carrito de juguete. Era de Andre!. Estaba segura, él lo había pedido por su cumpleaños, pero ¿Cómo llegó ahí?. Encontró una nota dentro.

Madison, te conozco demasiado como para no saber que quieres ir a casa de tus padres, sé lo importante que es para ti, y estoy dispuesto a acompañarte si quieres.

Estaba contenta, André había sido su amigo desde hacía años y aunque a ella le gustaría que fuera algo más, con este detalle era suficiente. Intentó contactar con sus demás amigos del edificio y los reunió a todos.

-Chicos, sé que esto podría parecer tonto, quiero pasar Navidad con mis padres y necesito su ayuda.

-Veo que es importante, sabemos lo que significa La Navidad para ti y tus padres.

Lorena y Juan eran sus mejores amigos, se conocían de toda la vida e iban juntos a la misma escuela, eran casi como hermanos.

- Bien, que tienes planeado? – preguntó Juan

Lorena le propuso salir los tres atados de una cuerda, y como conocían muy bien el lugar, entre todos podrían llegar.

A Madison le pareció un buen plan por lo que les comentó lo de André. Sus amigos rápidamente la miraron y comenzaron a molestar.

- Bien saben que solo somos amigos.

-Pero no es lo que tú quieres ¿verdad?

Hubo silencio por varios minutos.

-Mejor comencemos con el plan.

Madison le envió una nota a André y le escribió que debían verse en la entrada del edificio a las 5:00.

A esa hora, todos se reunieron y se pusieron en marcha.

Cada uno se ató la soga alrededor de la cintura y cubiertos con mucha ropa invernal, salieron del edificio. 

El viento era demasiado fuerte, se les hacía casi imposible avanzar. La nieve estaba demasiado alta y no les permitía caminar. Tomaron fuerzas y avanzaban paso a paso, mientras cuidaban de agarrarse fuerte de las paredes, barandas o cualquier cosa que encontraran. Pero era demasiado, no podían seguir caminando. 

- Juan, ¿qué tal vas?

A pesar de la pregunta, nadie respondió. Lorena comenzó a llorar y gritar al mismo tiempo. Se asustaron, ¿que le había pasado a Juan?. 

-Tranquila, creo que debemos regresar- dijo Madison

Otra vez nadie respondió.

-Dios mio Madison, tenemos que volver ahora! - gritó André

Madison comenzó a llorar, estaba asustada.

-Espera, no te quiero perder a ti también. 

Le tomó fuerte de la mano y avanzaron. En eso, Madison se resbala.

- Sujétate...  por favor, resiste

No soportaba más, el viento era demasiado fuerte. 

- S-se que es una tontería en estos momentos, pero quiero decirte que... me gustas, me gustas desde que te conozco y ahora que estoy a punto de perderme en quien sabe donde, yo ... 

Se había ido. André no pudo contener las lágrimas. 

- Yo también pensaba en ti.