ocuspila Ocúspila 8

La hora de partida de Monsieur ha llegado, y en su lecho de muerte tiene dos peculiares acompañantes.


Horror Gothic horror Not for children under 13.

#secuestro #espíritus #fantasmas #psicopata #muerte #casa #policía
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Adiós, Monsieur

- Adiós, Monsieur…- Susurró Coraline.


- Mira que las flores se marchitan, ya no tendré que traerte más- expresó con melancolía Leonisa.


- Me alegra que en mi lecho de muerte me acompañen.


- No hay de otra- musitaron al tiempo ambas señoras.


- Bella, bella vida. Solo sé apreciarte hasta este momento. Veo a mis fieles compañeras borrosas ¿es ya el llamado? Oh, sé que he cometido pecados, innumerables e imperdonables, pero ellas jamás me abandonaron. Significa eso que debes llevarlas en tu gloria, no al infierno conmigo, su único pecado radica en haber cuidado de este pobre moribundo. Coraline, Leonisa Dios las guardara, no teman una vez falte- desvió su mirada ligeramente- Si, esas flores están marchitas ¿desde cuándo?


- Desde que cayó enfermo Monsieur- contestó con rapidez, como siempre, Coraline.


- ¡Oh! Coraline., Coraline., hermosa cara, hermoso cuerpo, hermosa personalidad. ¿Qué he hecho? Te arrastré al infierno en vida ¿podrás perdonarme?- ella asiente- ¡Claro que sí! También fui tu salvador, al final fui muy bueno con ustedes dos, por eso no me abandonaron. Leonisa, tu que eres de fuerte carácter, por favor, contágiate de esa dulzura, te hace falta.


- No lo creo, Monsieur.


- Siento que la muerte me está llevando, pero hay algo que me ha estado incomodando. ¿En mi enfermedad, la vista se me fue yendo poco a poco? No lo recuerdo, pero solo las veo borrosas- suspiró- La peor maldición es no llevarme un último recuerdo de sus hermosos rostros.


- Monsieur, ¿cómo nos recuerda?- preguntó Coraline entusiasmada.


- ¿Cómo?- reflexionó un poco en la pregunta- como dos bellas damas, claro está. Con sus rostros todos juveniles y llenos de alegría, bueno uno que otro ceño fruncido de Leonisa. ¡Pareciera que nunca envejecieran!


- Oh…- susurró con lastima la mayor.


- No es justo Monsieur- le recriminó- su verdadero recuerdo de nuestras caras no es eso.


- ¿No? Pues no me figura otra cosa, y ahora que poco las veo, no puedo detallar cualquier diferencia a mi imaginación- sonrío- pero no pelemos por eso, tenemos que estar felices en los pocos minutos que me quedan. Ahora sin mí, serán libres, libres, libres, libres- repetía y repetía, ¡Qué palabra más bella!


- Libres- pronunciaron las hermanas.


El reloj llenó la habitación con su sonido.


Las paredes se deshacían por la humedad, el olor del lugar era pútrido e insoportable para cualquier fosa nasal, a cada caminar se escucha el rechinido de las tablas, ya no quedaba bien allí que no estuviese siendo consumido por el moho. Las ratas, a veces, se acercaban a probar suerte en el lugar, pero en un segundo entendían que este no podía ofrecer comida sino desolación, algunos acostumbraban a nombrar esta pequeña cosa como aquel en donde las peores pestes preferían rodearlas a atravesarla. Solo así explica la supervivencia desconocida de aquel hombre que había fundado los cuentos de terror para asustar a los niños malcriados, solo los más viejos sabían que era un humano y no un fantasma – aún-.


¿Quién era Monsieur? En realidad, nadie lo sabía y a nadie le importaba.


Tuvieron que pasar más de 10 años para que una constructora pusiera un ojo en el valle, donde esta casa tenía la mala suerte de ser la última. Enviaron un gran equipo para hablar con él habitante y convencerlo del desalojo, la sorpresa al verlo tendido en su cama muerto y consumido por unos valientes gusanos que decidieron entrar al lugar no fue mayor que al visitar los cuerpos de dos niñas de apenas 12 y 14 años en el ático del lugar. Ya eran esqueletos, por lo que era imposible saber alguna vez que les había pasado a las menores. Pero si fueron capaces de reconocerlas como dos niñas que habían sido notificadas de estar desaparecidas del pueblo siguiente, hace más de 40 años. Calculan que sus cuerpos estuvieron allí por más de 30 años…Pobres infelices, eran muy jóvenes.


Después de una ardua investigación, se supo que el señor que allí vivía las había secuestrado, siendo estas sus últimas víctimas de la larga lista de más de 50 jovencitas que tuvieron la mala suerte de ser encontradas por ese horripilante monstruo. Todas muertas. Algunas historias populares del pueblo, cuentan que hace más de 10 años una brisa inexplicable surco todo el lugar, como si se hubiese ido la peste y trajera con ella paz, incluso el pueblo empezó a prosperar, por ello ahora grandes constructoras llegaban al lugar. Los jóvenes ya no tenían miedo, porque cuando pasaban por esa casa, si bien el olor era horrible, parecía que la naturaleza se la estuviese comiendo, y eso lo hacía digno de no ser temido. Sabían que estaba vacío, incluso de espíritus malévolos.


Cuando derribaron la casa y enterraron los restos, Monsieur pudo sonreír.

Nov. 28, 2018, 7:36 p.m. 0 Report Embed Follow story
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