M
Matias Cunningham


Leon, un delincuente escolar de latinoamerica, es mandado a asesinar por un hombre increiblemente fuerte.


Action Not for children under 13.

#accion
0
4.7k VIEWS
Completed
reading time
AA Share

Brutalidad-

Estoy en mi salón de clases, como de costumbre, en la segunda fila, prestando atención a lo que dice mi aburrido profesor, alguna cosa sobre como se hacen los buffers, cuando de pronto escucho el sonido de la puerta abriéndose bruscamente. En el momento que me fijo en aquello que llamo mi atención, noto que no era algún alumno que llegaba tarde, no, era un hombre lleno de músculos, era el ser humano mas alto que había visto en toda mi vida, tenia que agacharse para pasar por la puerta. Estuve en una cantidad ridícula de peleas, y jamas sentí tanto miedo como el que me dio cuando aquel hombre miro en mi dirección y grito. -LEON- Un escalofrió me recorrió la espalda, no quería saber lo que aquel hombre quería conmigo. De pronto, mi profesor se puso delante de aquel mastodonte, y le pidió tranquilamente que se vaya, ¿la respuesta de aquel hombre? Una patada en el pecho que lo mando a volar.


Todos mis compañeros se estremecieron de miedo, yo me quede congelado, ya que ese hombre clavo su aterradora mirada en mi, tras lo que se me acerco -Leon, no te escondas, estoy aca para asesinarte- ¿Que no me esconda? ¿Que clase de petición ridícula era esa? Claramente debía correr y esconderme, pero supongo que yo no soy muy inteligente, pues en lugar de correr, me pare y me puse en guardia. La diferencia entre nuestros cuerpos era absolutamente aterradora. Por mas trabajo que haya puesto en mi cuerpo, los músculos de acero de aquel hombre eran mínimo tres veces mas grande que los míos, sin olvidarnos de su increíble estatura, yo solía ser el mas alto a cualquier lugar en el que me encuentre, pero este hombre me superaba en, por lo menos, tres cabezas.


-No voy a correr, jamas lo hice y no voy a empezar ahora- le dije con mi mirada mas amenazadora, a lo que aquel hombre de verdes cabellos se limito a reír, para inmediatamente después lanzar un rápido derechazo hacia mi nariz. Ni siquiera fui capaz de ver aquel ataque que me mando a volar al otro lado del salón, rompiéndome la nariz. Debería haberme hecho el muerto, quizá así hubiera tenido una oportunidad de salir con vida, pero no, decidí levantarme y correr hacia ese mastodonte, para luego darle una patada en la entrepierna. Todos los hombres tienen una gran debilidad inmutable: Los testículos, y este hombre no debía ser la excepción... O aparentemente si, pues se quedo parado sin hacer la mas mínima mueca de dolor, esta situación es algo que no puedo comprender, por mas entrenamiento que una persona tenga, aquella zona en la que golpee no puede hacerse mas resistente. -No entendes, ¿verdad? Como resistí tu patada- Decia aquel hombre con un aire de superioridad que me irritaba -Es una técnica china que me permite esconder los testículos adentro del cuerpo, algo bastante básico- Era algo totalmente ridículo, ¿Como iba a ser posible semejante cosa? ¿Que era lo siguiente, esconder los ojos dentro del cráneo para no poder herirlos? Pero eso ahora no importaba, lo que si lo hacia era mi pierna atrapada entre sus muslos, como una especie de agarre infernal. Acto seguido, aquel hombre me dio un poderoso derechazo en la cara, mandandome a volar con tanta fuerza que atravesé la pared de concreto. Pude sentir como mi caneo se iba astillando, y mi nariz sangraba profusamente. Sea cual sea el caso, me levante de vuelta, rendirme y morir no era una opción.


 Ahora me encontraba parado en el salón que le continuaba al mio, todo debido a ese poderoso golpe que me propino, y aquel hombre musculoso paso a través del agujero que el mismo había hecho, y agrandándolo con sus manos. Para aquel hombre, el concreto no le era mas duro que el papel, rompiéndolo con suma facilidad. Apenas llego adonde yo me encontraba, sosteniendo mi guardia, trate de clavar mi dedo indice en su ojo derecho, con toda la velocidad y fuerza que yo poseía. Lamentablemente, ambas eran abrumador amente superadas por ese monstruo, quien agarro mi dedo con su mano derecha y, con un simple movimiento de la misma, me lo termino quebrando. Ante semejante cosa, yo grite por el dolor que me provocaron, pero eso no evito que le tratara de dar una patada en la cara, golpeándole con mi empeine en su sien, pero mi oponente ni se inmuto, era como se solamente le hubiera dado una mera caricia, antes lo que mi oponente comenzó a reírse a carcajadas.


-¿Esto es todo lo que podes hacer?- al terminar su oración, agarró mi rodilla, aun en el aire, y la apretó con fuerza, destruyéndola completamente, tras lo que caí al piso, agarrándome mi zona lastimada mientras gritaba de dolor, jamas en mi vida había sentido semejante tortura. Pero ahí no terminaba mi oponente, quien me agarro del cuello y me levanto en el aire, para luego comenzar a darme poderosos puñetazos en el estomago, destruyéndome las costillas y reventándome los órganos, como trenes chocando contra mi ser. Inmediatamente mi boca se lleno de sangre, la cual termine escupiendo contra la cara de aquel monstruoso ser, quien, con una mueca de rencor en su cara, me dio un cabezazo que me hizo volar hacia el otro lado de la habitación.


Mi visión estaba nublada, principalmente por la sangre que recorría mi rostro, casi era incapaz de ver al musculoso ser que me estaba moliendo a golpes. Pero eso no era suficiente como para hacer que me quede en el piso, no, por lo que me levante, apoyándome en la pared que tenia cerca mio. Apenas podía mantenerme en pie, mucho menos ponerme en guardia o lanzar un golpe, pero aun así no me iba a rendir, contra la muerte uno nunca se rinde, uno lucha hasta haberse desgarrado cada musculo y cada hueso se haya roto, y aun asi, uno continua luchando.

Aquel hombre se acercaba lentamente a mi, preparando su derecha para darme un golpe, a pesar deque me dio varios segundos para hacerlo, no podía hacer nada contra eso, el dolor abdominal era demasiado grande. Y entonces paso, me dio el golpe mas fuerte que jamas me propinaron, esta vez hizo mas que mandarme a volar y romperme la nariz, ahora mi luz estaba apagada, me dejo totalmente fuera de combate. Esta vez, había perdido, para siempre.

Nov. 21, 2018, 3:24 p.m. 0 Report Embed Follow story
0
The End

Meet the author

Comment something

Post!
No comments yet. Be the first to say something!
~

Related stories