ACTO ÚNICO
(En el escenario hay una mesa baja con varias tazas y platos con algo de comida. Detrás de la mesa hay un sofá y a cada lado de la misma un sillón. Afrodita y Hera empiezan sentadas en el sofá y en uno de los sillones respectivamente.)
HERA.ー (Impaciente.) ¿Dónde se ha metido?
AFRODITA.ー Ya sabes que últimamente está ocupada en Troya.
HERA.ー ¿Todavía?¿Cuánto tiempo ha pasado desde que Menelao abandonó Grecia?
AFRODITA.ー Casi diez años.
ATENEA.ー(Apareciendo por un lado del escenario.) Ya estoy aquí, siento llegar tarde. (Se sienta junto a Afrodita en el sofá.)
HERA.ー(Alegre.) Venga que ya podemos comer. (Hace ademán de coger comida de la mesa.)
AFRODITA.ー¿Cómo va todo por Troya?
ATENEA.ー (Con la mirada perdida.) Terrible. No se puede distinguir un solo centímetro de suelo troyano, los cuerpos lo cubren todo desde las playas hasta las montañas. Los niños lloran por las calles destruidas esperando a que alguien llegue para darles de comer. La sangre, tanto griega como troyana, que ha regado los campos ha hecho que el fruto del trigo luzca del color de la grana. (Mira a los ojos de afrodita en silencio.) ¡Qué calor da esto, coño! (Se quita el casco de batalla.) ¿Y vosotras qué? ¿Alguna novedad por aquí? (Mordisquea una galleta despreocupadamente.)
HERA.ー Nada en especial. Bueno, Zeus me dio esta cosa fea ayer (Se quita la corona y la tira a sus espaldas.)
ATENEA.ー ¡Hombres! Se arrancan los brazos los unos a los otros por un trozo de pan o un polvo. (Con tono burlón.) ¿Sabéis en qué se parece un hombre y una ánfora? ¡En que de cuello para arriba no tienen nada! (Se ríe a carcajadas.)
AFRODITA.ー(Incrédula.) Atenea,¿Cómo puedes reírte con todo lo que está pasando en Troya?
ATENEA.ー Venga, Afrodita, ríete un poco, que es sano. A Ares tampoco le hizo gracia cuando se lo conté (Se vuelve a reír.)
AFRODITA.ーLa guerra tiene que terminar pronto, no podemos dejar que se sigan matando los unos a los otros.
ATENEA.ー Sí, ja. ¿Tú sabes lo divertido que es para mí ver todo este drama desde lo alto? ¡Como para pararlo ahora, que están en lo más interesante!¿Verdad, Hera?
HERA.ー Cierto.
AFRODITA.ー¿Pero cómo puedes hablar así?
ATENEA.ー ¿Pero qué me vas a contar tú si eres la responsable de todo?
AFRODITA.ー¿Qué? Yo no tengo culpa de nada.
ATENEA.ー Ella, olvidadiza. ¿No recuerdas lo que pasó con Paris?
HERA.ー(Con actitud mandona.) Niñas, no os peléis. Tengamos una tarde tranquila las tres juntas. (Toma un sorbo de té.) Es mejor que cambiemos de tema.
ATENEA.ー Sí, será lo mejor. (Toma un poco de té.) ¿Habéis escuchado lo que hizo Perséfone el otro día?
HERA.ー No ese tipo de tema. ¿Qué te crees?¿Que soy una maruja que se desvive por un par de cotilleos de pacotilla?
ATENEA.ー¿Que no? Madre mía te digo yo a ti que sí. ¿No eran cotilleos lo que le querías sonsacar a Eco antes de dejar muda a la pobre muchacha?
HERA.ー Eso fue hace mucho. No me lo tengas en cuenta (Soltando una risita pícara.)
ATENEA.ー¿De qué quieres hablar entonces?
HERA.ーMmm… ¿De Esparta?
AFRODITA.ー¿Esparta? Allí solo hay espadas y escudos
HERA.ーTambién hay hombres, ¡y qué hombres! Se dice por ahí que han abierto un club de streeptease done puedes ver decenas de soldados embadurnados en aceite y sin ropa.
AFRODITA y ATENEA.ー (Afrodita sorprendida y Atenea asqueada.) ¿sin ropa?
HERA.ーMe pongo mala de solo pensarlo. (Se intenta abanicar con su propia mano.)
ATENEA.ーTía, opérate.
AFRODITA.ーNo deberías hacerle eso a Zeus. (En tono paternalista) Que él te sea infiel no significa que debas hacer lo mismo, no caigas a su nivel. Además, ya estamos en el siglo V antes de Cristo y los tiempos han cambiado, puedes pedir el divorcio para demostrar que eres una mujer fuerte e independiente.
HERA.ー Lo primero, no sé quién es ese Cristo del que hablas, y lo segundo, no me voy a molestar en pelearme con nadie por el palacio en el que vivimos. Además, un día quedé con Iris para tomar algo y me empezó a hablar de las relaciones abiertas. Me gustó cómo sonaba. En cualquier caso, no necesito divorciarme para hacer lo que quiera. Ayer por ejemplo fui a Atenas para buscar un carro nuevo para Apolo, seguro que me lo recompensa bien.
ATENEA.ー¿Apolo?¿No es tu hijastro?
HERA.ー Después de todas las historias que se cuentan sobre nosotros, ¿os extraña que me guste un tiarrón como Apolo? Acaso no recuerdas tú cómo saliste de la cabeza de Zeus.
ATENEA.ー(Con desdén.) Puede que tengas razón…
AFRODITA.ー¿No es muy joven para ti? Le debes sacar unos seiscientos años por lo menos.
HERA.ー Oye, bonita, que la edad no importa. Además, tú cállate que también tienes lo tuyo, que bien se habla de cómo te gusta quedar con Ares entre los arbustos mientras estás casada con Hefesto.
AFRODITA.ー (Avergonzada.) ¡No es lo mismo! ¡Tú me obligaste a casarme con Hefesto para salvarte el culo! Hefesto es muy simpático, pero prefiero a Ares. En cualquier caso, los dos son muy cuñados.
ATENEA.ー Tranquilizaos. Está claro que todas hemos hecho cosas malas, pero no podemos pasar todo el día echándonos a la cara nuestros fallos. Yo por ejemplo aún me arrepiento de haber hecho que mi lechuza bombardeara el pelo de la “perfecta” Artemisa.
HERA.ー ¡Artemisa! Otra que también tiene telita. A esa lo que le pasa es que está amargada.
ATENEA.ー(Incrédula.)¿Pero qué te acabo de decir?
HERA.ーSólo digo la verdad.
AFRODITA.ー¿Por qué iba a estar amargada si tiene todo lo que quiere?
HERA.ーTe digo yo que se arrepiente de haber prometido que se mantendría siempre virgen.
AFRODITA.ー(Señalando a Atenea.) Pero Atenea también prometió lo mismo y no parece arrepentirse.
ATENEA.ー¿Qué?, yo nunca dije que me fuese a mantener virgen, que una no es tonta.
HERA.ーAh, ¿no? Entonces, ¿qué fue lo que le prometiste a Zeus?
ATENEA.ーDije que nunca me acostaría con un hombre.
HERA.ーPues eso, que no perderías la virginidad.
ATENEA.ー(Riéndose.)¿Pero desde cuándo necesito a un hombre para perder la virginidad? Por favor, Hera, no me seas simple.
NINFA.ー(Apareciendo por un lado del escenario.) Señora Atenea, le traigo un mensaje importante.
ATENEA.ー(Adoptando una actitud seria.) Déjame ver. (Coge la carta de la bandeja que lleva la ninfa y ésta se va de nuevo.)
AFRODITA.ー¿Es grave?
ATENEA.ー(Haciendo una bola con la carta y tirándola a un lado.) La cosa se está poniendo fea, Paris acaba de matar a Aquiles.
AFRODITA.ー¡¿Cómo?! ¡Todo es por nuestra culpa! (Se lleva las manos a la cabeza.)
HERA.ー¿Nuestra? Esto es culpa tuya, no nos metas a las demás.
ATENEA.ー(Asintiendo.) Tú eres la que prometió a Paris que si te elegía como la más guapa tendría a la mujer más bella de todo el Hélade. Si no lo hubieras hecho, Helena no habría acabado en Troya.
AFRODITA.ーPero vosotras también lo intentasteis convencer. Solo prometí tal cosa porque sabía que era una oferta tan atractiva que me elegiría a mí y terminaríamos de discutir pronto. Si hubiera sabido lo que iba a pasar con Helena, nunca me habría atrevido a hacer una oferta.
HERA.ー Pero serás falsa. (Se levanta.). ¡Lo único que querías era que te llamaran la más guapa para subirte la moral!
AFRODITA.ー(Se levanta.) ¡Mentirosa! ¿Sabes qué? Terminaré con toda esta estúpida guerra por mí misma. (Se va corriendo.)
ATENEA.ー¡Espera!
HERA.ーDéjala, no es más que una guapa tonta, no conseguirá nada. Sentémonos y sigamos disfrutando de la tarde (ambas se sientan y beben de sus tazas)
NINFA.ー(Apareciendo de nuevo.) Señora Hera, le traigo un mensaje de Apolo. (Le muestra la bandeja en la que lleva una carta.)
HERA.ーCoño, que quiere verme. (Se va corriendo.)
ATENEA.ー(Sentada a solas.) Pues nada, ya veo para lo que valen los dioses de hoy en día.
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