Era inefable observar un niño de piel acaramelada, estar sentado, con unos aires de elegancia, caracterizar y acompañar a su único amigo, la soledad.
En la misma ocasión, no hay nada más que resaltar su belleza aún más.
Cómo todos los días.
Con un par de audífonos en sus oídos.
Su cabello grisáceo y ondulado, despeinado.
Al natural.
Mirando fijamente, siempre a la puerta de salida.
Ausente y apagado.
Esperando
Aquellos ojos que parecían tener pequeños destellos violentos con colores oscuros alrededor.
Eran lo único vivo en él.
¿Qué es lo que se puede ver?
Tan superfluo para los demás.
Su única respuesta sería una mirada, tan indeleble cómo él mismo.
Y con esa bastaría para quererte retirar.
Se ve tan pronto como se observa desde lejos.
Único.
Brillante.
Tan acendrado.
Con su rostro impasible.
Tan hermoso.
Era imposible no posar su mirada sobre él.
Sin duda, debe ser chico era especial.
Lástima qué su esencia era tan emífera.
Sin tan solo en solitario, sempiterno.
Por qué, en mi lugar, se abría, él desaparecía.
Así sin más.
[☾]
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.