Causas un dolor que envicia
y me come la carne.
Eres como el vinagre,
entre más te consumo,
más me ardes.
Eres como un baño de sangre,
sin amor, sin afecto y sin arte.
Tus ojos, tu voz y tu piel,
son como el cielo y el infierno a la vez.
Me tienes como un adicto
atado a tu droga.
Eres tortura, desgracia y chorra,
y, aun así, mi cuerpo te añora.
Ingrata, pérfida y sufriente,
dime por qué me usas como a tu juguete.
Por eso te odio y te deseo,
porque contigo el tiempo es más lento
y funesto,
y se me va en celos,
pero, sin ti,
sin ti me muero.
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.