cosanostra Don Foer

Un relato de MALVADO VALDEMAR... «El título va en inglés porque así suena más llamativo». 1863, Roberto se llama Roberto, es un matón, tiene manos grandes, es un pajero y es florista. ¿Necesitas más para leer sobre él?


Short Story For over 18 only.

#mala-suerte #comedia #parodia
Short tale
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The epic...

«El título va en inglés porque así suena más llamativo».


Era el año 1863, no tengo ni la más puta idea de cómo era la vida en aquel entonces, pero asumo que ustedes tampoco y quiero parecer cool. Un perro orinaba en la calle, un hombre fumaba un cigarrillo bajo la lluvia, una prostituta salía de la casa, dejando la puerta de par en par haciendo que Roberto Jr. quedara totalmente expuesto, no solamente a ser visto desnudo, sino a que alguien entrara para asaltarlo. Sin embargo, por todos era temido y respetado, debido, claro, a sus noventa kilogramos de pura masa muscular, sumados a los setenta de tejido graso y el tanto que sus huesos agregaban; sus casi dos metros de estatura, dos exactos cuando usaba zapatos de tacón alto «no pregunten», y sus dos poderosos, grandes, descomunales y enormes puños.

Roberto padre, padre de Roberto Jr., lo había abandonado a la edad de cinco años, su madre bien podía ser la sirvienta de la única familia rica del pueblo o la señora de la tienda de la esquina, o bien una de las tantas rameras con las que Roberto padre había estado, nadie lo supo nunca puesto que Jr. fue fruto de un inusual caso de embarazo masculino.

Roberto padre nunca fue capaz de superar lo ocurrido en aquel día, él había escrito un libro acerca de la manera correcta de preparar un omelette y se disponía a ponerla en práctica para el desayuno, no obstante, no tenía los huevos... «esperen, no malinterpreten, me refiero a que no había huevos en la alacena», por tal motivo envió a Jr. a comprarlos. De regreso de la tienda, el niño fue atacado por otro un tanto mayor que él, éste lo amenazaba e intentó arrebatarle la bolsa de papel con los huevos, tiró de ella hasta que los frágiles envases de fluido coloidal se rompieron, a continuación, la bolsa se rasgó dejando caer el único que todavía se encontraba entero, el cual cayó y rodó por la calle, brillando con la luz del sol reflejada por la clara que lo bañaba.

El padre no perdonó a su hijo, enloqueció al saber que no podría hacer su omelette correctamente preparado y, en su arranque de ira, lo colocó en un cepo, azotándolo con un ejemplar de "La senda del perdedor" de Bukowski y luego con un diccionario de la RAE. El arrepentimiento lo carcomió por semanas hasta que no pudo más y se largó, dejándolo a su suerte. Esa era la historia de Roberto Jr., fue así como creció sin oportunidades de sobrevivir, sin esperanzas, ni sueños, sin nada qué comer y sin mayores estudios. Por eso se convirtió en el matón gigantesco que todos conocieron, dedicado al sórdido oficio de la floristería, en aquella tierra olvidada por el mundo.

Gracias al desmesurado tamaño de sus enormes manos, trabajó por algún tiempo en un matadero de gallinas, su única otra ocupación era pasar el tiempo en su apartamento, el lugar era oscuro y húmedo, un infierno pútrido regado por la sangre, apestaba a heces, orina, muerte, vísceras, vómito, productos lácteos en descomposición, un lugar que sólo el más macho de los hombres podría aguantar, un lugar que no estaba hecho para niñitas, ni maricas, hasta el día en que decidió limpiar y ordenar ese apartamento, ya que después de todo debía dormir en él.

Movió un viejo escritorio que tenía hacia la entrada, acomodando la cama, con sus potentes manos, cerca del baño. Se detuvo a pensar en lo conveniente que esto era, así podría llegar más rápido si tenía que cagar, mear o limpiarse después de hacerse una paja, porque cabe decirlo, Roberto Jr. era un pajero. En una de sus paredes colgaba el recorte del periódico en el que se había publicado una obra censurada, la cual se describía la brutal violación de una muchacha de treinta y cinco años, solamente existían doscientas mil copias de dicha publicación y Roberto Jr. gustaba de inspirarse en ella cuando utilizaba sus descomunales manos, porque sí les había dicho ya que sus manos eran grandes, ¿cierto?

Jr. vivió como florista por varios años, hasta que, una noche de luna llena, descubrió que era descendiente de una antigua orden de cazadores de vampiros y que, por sus venas corría la sangre de hombre lobo; se mudó a la ciudad, se alzó como líder de su clan y se convirtió en el CEO de una prestigiosa empresa en la que se acostó con la mitad de sus empleadas. «Bueno, en realidad no, pero quiero hacer popular este relato y ganar un poco de fama».


Sept. 14, 2018, 3:18 p.m. 2 Report Embed Follow story
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The End

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Katerina Az. Katerina Az.
Definitivamente Roberto es iconic y muy kul
September 14, 2018, 17:02
Katerina Az. Katerina Az.
Definitivamente Roberto es iconic y muy kul
September 14, 2018, 17:02
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