La culpa es tuya, la culpa es mía.
Mi mamá me dijo que hay que buscar el punto medio en la pelea, si yo me siento herida entonces también el otro está herido y en ecuaciones simples, funciona de lo mejor, sin embargo aquella ecuación no tenía toda la razón, las matemáticas demuestran sus propias verdades, la emoción carece de lógica, no se puede poner en números precisos, se escapa al entendimiento, como un fantasma mirándote por la ventana de atrás y cuando te volteas ya no está, pero la cámara de seguridad lo muestra en tonos pálidos y borrones.
Estoy apostando a que tienes ira escondida de la sociedad, fingiendo que no te puede importar menos, cuando te ha molestado más, pretendes amnesia emocional, un amoroso comportamiento social, coloquial, educado y bien armado en esa máscara de metal y plutonio, de a poco se carcome la carne, el veneno aniquila en silencio, te llega a los huesos, creando un tumor de emociones no expresadas, de verdades renegadas.
Muerte por amnesia emocional subida a la cabeza, muerte por fingir la fortaleza, narcisismo retráctil, histérico y neurótico, radioactivo y volátil.
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