captainleon CharmRing

En una Zootopia diferente/distópica, Judy se unirá a la policía de tanques! La unidad de policías de machos bien machos! El único fanfic de Zootopia en Inkspired que NO es un nickudy ¿Judy vencerá la discriminación?


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#bolivia #zootopia #zootropolis #judy-hoops #nick-wilde #kung-fu-panda
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Dominion

Disclaimer: Este es un fanfic sin ánimo de lucro y que no intenta vulnerar los derechos de quienes sean tengan la propiedad de las franquicias de "Zootopia" y "Dominon Tank Police"

Este fanfic es un homenaje a Masamune Shirow (Dominion Tank Police, Black Magic M―66, Ghost in the Shell, Appleseed, etc.)



ZOOTOPIA TANK POLICE

Prólogo


―La criminalidad en Zootopia está fuera de control ―decía el Alcalde Leodoro Leonzález―. Se debe afrontar este problema como un cirujano, con un bisturí y no con una sierra eléctrica como ustedes la policía lo hacen.

―¡Espere un momento, ustedes los políticos nos dieron las sierras eléctricas! Bueno, pues ahora estas nos son tan efectivas como pistolas de agua ―le interrumpía el Jefe José Rosano, un viejo perro Bobtail.

―¡Ustedes consideran a esos horrendos tanques como pistolas de agua! ¿Entonces, qué considera usted como un buen equipamiento para la policía?

―Pues quisiera tener bombas atómicas.

―¡Jefe de policía, esta demente!

―Las bombas atómicas acabaron con las guerras, entonces denos bombas atómicas y destruiremos el crimen... ¡Acaso no lo entiende Alcalde, estamos peleando una guerra!



Capítulo 1: Dominion


La carretera de la zona de las madrigueras era transitada en ese momento por motoristas disfrazados de payasos. Estos criminales salidos de la película de Mad Max o Akira, se dirigieron hacia un pequeño automóvil conducido por una pareja de ovejas.

Los motociclistas golpeaban con bates de baseball y barras de acero al auto familiar y reventaron el parabrisas y demás ventanas hiriendo de esta forma a los pobres ocupantes.

De repente una motocicleta de la policía vino desde atrás y de forma suicida embistió a los criminales. Varios cayeron de las motos y vieron como el policía frenaba delante de los motoristas y ya disparaba contra ellos.

Las motos explotaban con sus ocupantes aún sobre ellas. Uno de los motoristas por la inercia rodó por el suelo y se estrelló justo en la rueda delantera de la moto policial.

―Ay, mis costillas están rotas... ¿Quién demonios eres tú?

―Oficial Judy Hoops, escoria adolescente ―decía una joven coneja mientras disparaba una bala de salva a la cara del maleante, una bala cuadrada, que dolía mucho más.

.

.

En la comisaría central de la ciudad de New Port, Judy Hoops estaba siendo confrontada por el jefe de policía, un oso negro muy bocazas.

―¡Ya estoy harto de ti Hoops! ¡Queja tras queja de violencia policial de parte tuya!

―Pero jefe, sólo hacia mi trabajo, no puede...

―¡Y una mierda, pero ya tengo el castigo perfecto para ti! ¡Serás transferida a Zootopia!, ¡ese agujero es perfecto para una bruta como tú! ¡Te iras derechito a la policía tanquista!

Judy leía con ojos muy abiertos la orden de transferencia que le había arrojado su jefe, no lo podía creer y notaba como su nariz se movía nerviosa.

―Ahora no vengas a llorar Hoops, tú te lo buscaste y...

―¡Jefe muchas gracias, esto es como un sueño hecho realidad!

La coneja abrió la puerta de la oficina y les dijo a voz en cuello a todos sus compañeros que se iba a Zootopia.

―¡Y que no vuelvas nunca rabiadicta! ―le decían alegres los otros policías aliviados de deshacerse de la coneja, pero Judy no se daba por enterada y creía que los vítores eran para desearle suerte.

Judy se dio la vuelta y le dirigió a su jefe una sonrisa burlona, a continuación, volvió a darse vuelta hacia sus camaradas e hizo una exagerada reverencia que tenía como fin mostrarle el trasero de forma irrespetuosa a su jefe.

«Se suponía que esto era un castigo», pensaba el jefe de policía. «En fin, ya no es mi problema, que Dios se apiade de las almas de esos pobres bastardos en Zootopia.»

.

.

Luego de una emotiva despedida de sus padres, Judy ingresaba al tren que la llevaría a Zootopia. En el mirador del tren, encendió su radio portátil y la canción de Gazelle: Try everything, empezó a sonar.

―Ewww que asco ―murmuró para sí misma la adorable conejita y puso su memoria USB en la radio portátil.

Enseguida empezó a reproducirse el tema de rock de Bubble Gum Crisis: You know.

―¿Try everything? Mejor Try Anime music ―decía con sorna Judy y empezó a bailar de forma salvaje mientras se acercaba a su destino.

Zootopia era un infierno ambiental, la ciudad más contaminada de todo el contaminado hemisferio norte. Toda la población estaba obligada a andar por las calles con máscaras de protección biológica o arriesgarse a morir en el hospital.

No había muchos espacios abiertos en Zootopia, como no había áreas verdes, estas fueron ocupadas por diversos edificios de varios pisos de altura. La arquitectura urbanística en la ciudad era de una curiosa estética biológica, no naturista ni relajante, sino opresiva y distópica.

Judy se puso su máscara y se dirigió primero al muladar que tenía por departamento.

«Diablos, como odio despertarme a las cinco y media de la mañana. Pero vine aquí para hacer un mundo mejor», pensaba Judy, luego de programar su reloj despertador y antes de acostarse, decidió ir al baño para lavarse los dientes y realizar otras actividades fisiológicas.

.

.

A la mañana siguiente, la conejita soltaba su peluche de dragón de komodo y se quitaba su pijama de My Little Pony.

―Dios, todavía es de noche ―maldecía la coneja y fue al baño a lavarse los dientes y luego de tomar un rápido desayuno que consistía en café con pan semi-duro, fue a ponerse su traje de policía.

―Qué demonios... JA, JA, JA ―se reía la conejita sin ganas―. Muy maduros hermanos, les voy a romper el culo cuando regrese a casa.

El traje de policía era cómodo pero rayaba en el fan service ya que el "chaleco blindado" no era tal y de paso, no cubría todo su torso, sólo los dos "panquecitos". Era claro que Judy hubiera preferido el uniforme reglamentario, pero los bromistas de sus hermanos mayores, le cambiaron el traje sin que ella se diera cuenta.

―Espero que los demás policías no se burlen de mi uniforme.

Las esperanzas de la joven oficial se fueron al tacho cuando Benjamín Garraza, el obeso guepardo de la recepción le dijo que era "linda".

Judy se tragó un par de cosas que quería decirle respecto a eso de ser "linda", pero prefirió ser cortés, después de todo, era su primer día y no quería hacerse de mala sangre tan temprano en la mañana. Eso sí, no pudo evitar señalar con asco que Garraza tenía una dona oculta en uno de los pliegues de la papada de su cuello.

Luego de tragarse la dona, Garraza le indicó a Judy donde debía presentarse. Resulta que el jefe Bogo, quien era un búfalo, estaba en los hangares de tanques junto a los otros policías tanquistas.

Lo primero que escuchó Judy al acercarse fueron las estruendosas risas de los demás enormes animales, los cuales disfrutaban como su jefe Bogo, estaba "interrogando" a un sospechoso.

―Duke Roedriguez ―decía el jefe Bogo, mientras apuntaba a la comadreja con su pistola magnun 44―. Un pillo de poca monta que de la noche a la mañana pasó de vendedor de vídeos piratas a contrabandista de municiones anti blindaje. O cantas como corista o te despides de tu tierna existencia.

La pobre comadreja estaba atada de manos a su espalda y de puntillas sobre un precario taburete. No podía moverse porque estaba siendo semi-ahorcado por un cable de acero que iba desde una viga en el techo hacia su cuello que estaba poniéndose más y más hinchado.

El pobre de Roedriguez, tenía una granada de guerra en su hocico y el seguro del explosivo estaba unido a un delgado cable que estaba muy tenso y que iba desde la boca de la comadreja hasta un balde lleno de agua, el cual estaba sobre un taburete de metal de cuatro delgadas patas.

―Así que haciéndote el duro ¿eh? ―decía el jefe Bogo, y a continuación, el búfalo disparó a una de las patas del taburete del balde.

La bala rozó la delgadísima pata de metal y esta se dobló, haciendo que el balde se inclinase más y con esto el balde jaló más el cable que iba sujeto al seguro de la granada. Roedriguez, se estaba meando encima y todos los otros policías festejaban la hilarante situación (hilarante para ellos se entiende).

―Buenos días jefe Bogo, soy la oficial Judy Hoops y he sido transferida a su unidad de policía tanquistas.

Todos los enormes, toscos y rudos animales veían con ojos como platos a la conejita, pero el más sorprendido era sin duda el jefe Bogo, quien sin querer apretó el gatillo y la bala le dio de lleno a la pata del taburete.

El balde de agua cayó al piso y el seguro de la granada salía disparada.

La aterrada comadreja abrió lo más que pudo el hocico y escupió la granada.

―¡Cúbranse todos! ―gritó alguien y en eso la granada explotó, haciendo un gran estruendo en toda la jefatura de policía, rompiendo vidrios y una columna de humo salía por uno de los ventanales del enorme complejo policial.

Judy tosía por culpa del humo, pero cuando se recuperó vio que el jefe Bogo, estaba al frente de ella y con una expresión de intenso odio.

―Se puede saber qué haces aquí.

―Eh, jefe Bogo, soy la oficial Judy...

―¡Ni creas que voy a permitir que entre a mi unidad de machos bien machos una conejita linda como tú!

―Jefe Bogo, aquí le entrego mi transferencia...

El búfalo le arrancó los papeles a Judy y procedió a leerlos, cada vez más se notaba como las venas de su cuello y frente se hinchaban por la furia.

―Cómo ve jefe Bogo, la transferencia es válida y mi record indica que me gradué como la mejor de mi clase y luego desempeñé un buen papel en la policía vial con mi motocicleta. Jefe, yo me enfrentaba a violentos motoristas, le puedo asegurar que no seré un peso muerto en su unidad así que puede desechar cualquier inconveniente que le pueda traer mi persona.

―Inconveniente dijiste... veamos por donde puedo empezar conejita linda ―decía Bogo que trataba de poner una voz paternal, pero sus ojos inyectados en sangre por la rabia le delataban.

»Primero, me importa un cuerno eso de que te graduaste con honores. Esto no es una unidad de detectives, es la puta policía tanquista; segundo, linda conejita, el inconveniente sería que tendría que cambiar toda la rutina en este lugar para que mis oficiales se acostumbren a la presencia de una chica.

―Señor, yo no le pido un trato preferencial, quiero que se me trate como a cualquier miembro de su unidad.

―Por supuesto que no recibirá un trato especial conejita linda ¿Y sabes por qué? ¡Porque la puta ley me lo prohíbe! ¡Y lo que más me emputa es que ni siquiera podré fumarme un habano ya que de seguro usted lo interpretaría como un símbolo fálico y por tanto me demandaría por acoso sexual! ¡Escucha linda orejitas, yo y mis oficiales no pensamos someternos a lo que puedan dictar un grupo de femi nazis!

Judy abrió la boca de la impresión, jamás en toda su vida le habían dicho tales cosas. Y cuando estaba a punto de contestarle al búfalo de mala manera, se escuchó como alguien intervenía.

―Jefe Bogo, primero, se dice: mis oficiales y yo, no "yo y mis oficiales"; segundo, esta no es la manera de tratar a una oficial con record académico. Recuerde que si bien la policía tanquista tiene la función de apoyar a las fuerzas SWAT, no por ello somos simples policías de tránsito y vialidad reparte multas, es también deber nuestro investigar y combatir el crimen.

Judy Hoops se quedó inmóvil como estatua ante la divina aparición. Oscuro como la noche, pero al mismo tiempo hermoso como un ángel blanco; elegante en sus movimientos pero con un sexapeal salvaje... un apuesto gato negro, intervenía a su favor.

―Sub comandante Keyhearth ―decía ceñudo Bogo―, veo que entre pequeños se ayudan.

CONTINUARÁ...



¿El amor huele a rosas o también a aceite de tanques y pólvora? ¡Comenten por favor!

July 29, 2018, 1:34 p.m. 0 Report Embed Follow story
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