ariel_carraro Ariel Carraro

Un viaje de iniciación por el mundo de la Alquimia esta por comenzar. Tadeo, un joven discípulo, está por adentrarse a un camino sinuoso y serpenteante lleno de peligro del que no es seguro regresar. El joven aspirante a Alquimista conocerá los secretos guardados por los sabios del mundo oculto.


Fantasy Medieval All public.

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Capítulo 1

"No tengo oídos. No tengo ojos. De mí sólo oirán un terrible canto".



Una letanía que se pierde en el oscuro espacio sideral.

Despertamos poderes más allá de nuestra comprensión. Creemos estar por encima de aquello destinado sólo a los dioses. La letanía de un canto sin nombre se escucha a lo lejos a pesar de que hemos nacido sin la facultad de oír más que nuestros propios pensamientos. Una puerta se abre y miles más se cierran sin que podamos hacer algo al respecto. Somos espectadores y protagonistas de nuestro propio destino... o perdición.

El monje enciende el incienso. El exótico aroma ayudará en su meditación y contacto con lo místico. El discípulo observa como su maestro entra en trance y se prepara para entrar al plano astral, el mundo donde se gestan y habitan los sueños y las pesadillas de los hombres profanos. Ya está acostumbrado, no hay nada por qué asombrarse ni mucho menos preocuparse. El maestro, su maestro, sabe cuidarse. Navegar entre un mar de ensueños y quimeras provenientes de ningún lado es tarea destinada únicamente a aquellos quienes conocen sus propios demonios internos.

"Las flores se marchitan para abrir paso a los retoños quienes las sustituirán. La muerte se las lleva pero no por un acto de maldad sino de bondad. Si las flores madres y sus retoños coexistieran al mismo tiempo vendría una guerra, una competencia entre ellas por los recursos necesarios para mantener la vida, su vida un día más. Siempre debe haber un equilibrio, no lo olvides joven aprendiz. Es deber de nosotros, los alquimistas de la luz, confrontar a aquello que no tiene nombre; ese poder proveniente de las tinieblas que amenaza la integridad y futuro de la humanidad. Así como mi maestro me encomendó esta tarea, algún día yo te la delegaré. Tendrás dudas, lo sé. Miedo y temor que te harán considerar la huida como mejor alternativa, pero creo en ti. Te convertirás en mi sucesor y maestro de nuevos discípulos. De ti aprenderán lo que yo te he enseñado y mucho más. Pues la sabiduría radica no en la acumulación de saberes si no en su buena aplicación".

El joven discípulo cuyo nombre es Tadeo hace una remembranza de las palabras de su mentor. Bien sabe que pueden ser las últimas. Su maestro cada vez regresa más debilitado. Llegará el día en que su cuerpo, cansado por tanto esfuerzo sobrehumano, no pueda más y abandone este plano existencial, esta vida mundana y terrenal, para continuar su travesía en otros planos. Entonces Tadeo se convertirá en maestro y tendrá sus propios discípulos.

Comienza a amanecer, la luz del sol sale y la oscuridad se refugia en su escondite. El maestro sale de su trance. Tadeo se dispone a traer raíces de mandrágora, con ellas preparará brebajes y ungüentos para su maestro. Antes de terminar con su faena, el maestro le dice:

—Lo ví de frente, lo miré a los ojos.

Tadeo no sabe de qué habla su maestro, piensa que es fruto de la fatiga. Le da a beber el brebaje de mandrágora. Si bien el efecto es rápido y el maestro comienza a sanarse, deberá dormir para recobrar las fuerzas pérdidas. El joven discípulo aprovecha para salir al pueblo y comprar los menesteres habituales. Se entretiene por un momento viendo a unos chicos jugando fútbol. Ellos le miran con una mirada combinada de asombro y aversión. Tadeo sabe que es señal para continuar el camino. En el mercado pasó algo similar, algunos comerciantes hacían como que no existía y se negaron a venderle, tuvo que recorrer los últimos puestos para terminar con sus compras. En otro tiempo el joven Tadeo hubiese reaccionado de manera diferente, confrontando a los vendedores y exigiendo que se le atendiese, no obstante ese joven sin rumbo ya no existe. Tadeo es otro, y en gran parte se lo debe a su maestro.

Estaría mintiendo si dijera que ya no recuerda su vida en aquella aldea olvidada por Dios. Esa vida en aquella casa humilde donde padeció hambre y abandono. Su madre aún era muy joven cuando enviudó y aún más inmadura cuando se volvió a juntar con otro hombre. Un hombre que más que ser un segundo padre se volvió en su castigador. Un castigador que los maltrataba y golpeaba a la menor provocación.

Por otra parte, el padre de Tadeo murió sin dejar algún recuerdo en su mente y corazón. El pobre hombre encontró su suerte, es decir, su mala suerte al salir de juerga con algunos tipos que decían ser sus amigos. Y es que decir y actuar son cosas muy diferentes. Las intenciones de las personas siempre están ocultas a la vista. Se necesitan más que ojos para ver eso y no cualquiera posee ese don. El padre de Tadeo pecaba de ingenuo y, seguramente, eso lo mató. Eso y las puñaladas que recibió  a traición por la espalda. ¿Cuál fue el motivo de esos supuestos amigos para darle muerte?, preguntaron los vecinos. El motivo fue simplemente que no les caía muy bien. Comprender a los hombres de esta tierra es un asunto perdido. El comportamiento humano es un enigma entre los enigmas del mundo mundano.

Tadeo creció sin una figura paterna que le diera seguridad, sin un guía que encaminara sus pasos hacia algo positivo. El niño que alguna vez fue se volvió huraño y un tanto agresivo. De el padrastro fue eso lo único que aprendió. Si te golpean duro, debes golpear aún más duro.

El sol de la tarde regalaba sus rayos más brillantes. El calor comenzaba ser un poco molesto. Tadeo debía volver. El maestro estaría aún descansando. El camino a casa estaba a la vista. Tadeo caminaba lentamente cuando oyó un rugido. Volteó a ver hacia donde provenía. El joven discípulo no pudo ver nada. De pronto lo volvio a oír y, nuevamente, al voltear no pudo ver nada. Esto le causó extrañeza y apresuró el paso.

"Lo ví de frente, lo miré a los ojos", recordó las palabras de su mentor. Podría haber sido una advertencia y no tan solo palabras de un hombre agotado.

No le importó haber dejado casi la mitad de sus compras en el piso. Llegar a casa, su único hogar, era una obligación a cumplir con suma premura.

El rugido se oyó aún más fuerte.

La advertencia se volvía una realidad. Un peligro inminente se aproximaba. El maestro no esta en condiciones para librar una batalla. Si Tadeo desea ver con vida a su maestro, debe llegar antes de que esa cosa, sea lo que sea, lo haga. 

El joven tropezó y cayó al piso golpeándose la cabeza con una roca. Quiso incorporarse, pero el impacto fue más severo de lo que hubiera imaginado. Un fluido carmesí caía en la frente de Tadeo estorbando su visión. La sangre no dejaba de brotar. Un mareo repentino finalmente terminó con su intención de seguir adelante.

Estaba desmayándose. Sin embargo, antes de que su vista se tornara oscura y perdiera el conocimiento, pudo verla. Sus ojos observaban a la bestia sin nombre. La criatura sobrevolaba su hogar. El maestro gritaba palabras que sus oídos no podían captar. Tal vez gritaba "¡Apártate! ¡No vengas! ¡Huye, Tadeo, corre por tu vida!", sin embargo, el síncope no le permitió saber si era así.

El hogar del maestro, y el suyo también, ardía en llamas. La criatura gritó un último rugido desapareciendo en un cielo casi rojizo. 

La vista de Tadeo se volvió negra. 

July 15, 2018, 11:31 p.m. 2 Report Embed Follow story
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El Poeta Oscuro El Poeta Oscuro
Un comienzo interesante, tengo muchas ganas de saber como sigue la historia del joven Tadeo.
July 18, 2018, 12:17

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