M
Mel Floriano


un inocente joven deje su pueblo y se muda a la ciudad para estudiar la universidad. pero su mayor preocupación no serán los exámenes.


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Realmente pensé que nunca hablaría de esto con nadie, pero hace tiempo escuche el testimonio de una mujer muy valiente que me inspiro a compartir mi historia, desafortunadamente yo no soy tan valiente como ella y voy a omitir y cambiar pequeños detalles, aunque se que esto afectara la credibilidad, pero esto que me paso es muy personal y en la medida de lo posible quisiera conservar mi anonimato. Quiero que sepan que todo lo que les voy a narrar es completamente real, y si no me creen realmente no me importa, se que sucedió. yo mismo por un tiempo pensé que estaba loco, ahora se que fue real.

Yo soy de un pueblo de Sinaloa, usualmente cuando los que somos de un pueblo terminamos la preparatoria si queremos seguir estudiando debemos migrar a alguna ciudad.

El lugar donde vivía en la cuidad era rentado casi completamente por estudiantes, todos varones. El dueño a quien llamare don José era un hombre de algunos cincuentaitantos, muy bonachón pero también muy estricto y disciplinado su forma de ser me recordaba mucho a la de un papa, estaba casado pero no tenía hijos. Y aunque tenía su propia casa don José estaba con nosotros casi todos los días porque en el mismo edificio tenía su despacho de contador.

Cuando llegue por primera vez me hice amigo de casi todos de inmediato. Entre los que rentábamos ahí había alguien que no era un estudiante, era un psicólogo de unos 30 años a quien llamare Daniel, él vivía en uno de los dos sitios más grandes del edificio, que más bien era un pequeño departamento, el otro era de un tipo que solo iba de vez en cuando a dormir, los mayores a veces nos advertían que no, nos acercáramos mucho a él, pero el convivía mucho con todos nosotros y como tenía dinero ocasionalmente nos invitaba a cenar o la cerveza y para estudiantes foráneos esas cosas no se pueden dejar pasar.

Verán la razón por la que los mayores nos recomendaban alejarnos de él es porque era un hombre extremadamente promiscuo, una especie de ninfómano, casi todos los días traía a alguien a dormir con él, mujeres u hombres y hasta ambos a la vez, se decía que había dormido con varios de los que vivíamos ahí. Era un hombre muy apuesto, bastante encantador, su forma de hablar te embelesaba, había algo que te atraía y hacia que quisieras estar cerca de él. Como a casi todos (los nuevos) me invito varias veces a un café popular de la zona, al cine, al teatro, a cenar, etc. la verdad costaba creer que él tuviera esos hábitos de moralidad cuestionable pues su perversión era tal, que si alguien necesitaba un psicólogo era el. Como pueden imaginar un tiempo después de hacernos amigos también a mí me hizo una propuesta indecorosa, obviamente lo rechace. Me sorprendí de mí mismo porque yo o cualquier otro hombre de mi pueblo hubiera reaccionado violentamente ante una propuesta semejante sin embargo yo me sentía halagado de que se hubiera fijado en mí. de hecho su oferta me parecía tentadora, había algo en el que me hacia olvidarme de mis prejuicios y una parte (muy pequeña) de mi se sentía cómoda con la idea de intimar con el, de hecho en alguna ocasión cuando sentí un fuerte acaloramiento hormonal considere fugazmente aceptar su propuesta, pero lo deseche de inmediato, por supuesto.

Para desgracia de quien si aceptaba las cosas no terminaban bien, pues acababan con un corazón roto; las personas que salían con el terminaban enamorándose y Él era uno de lo que usan y tiran. Había quien decía que le pagaba la renta a don José con favores carnales, yo siempre me rehusé a creer esto, don José no era esa clase de persona, Él amaba a su esposa.

Después de eso corte contacto con Daniel y así siguió mi primer año en la universidad que fue uno de los más gratos y felices de mi vida



El segundo año cuando regrese a la universidad Daniel ya no estaba, don José le rento su cuarto a un estudiante de arquitectura a quien llamare Rafael. Cuando se iba a mudar, sus compañeros bromeaban con él diciendo que debía cambiar el colchón y desinfectar todo con cloro, y así lo hizo efectivamente. Cambio toda la cama, las cortinas, lavo las paredes y pinto de otro color, puso varios muebles, le quedo excelente. Cual fue nuestra sorpresa que Rafael solo vivió ahí por poco más de un mes, se fue sin dar ninguna explicación y no se llevó nada, sus compañeros creían que había dejado el lugar porque sus padres habían comprado una casa cerca de la universidad, y que dejar todos los muebles era su forma de restregarnos lo adinerado que era, lo cual tenía mucho sentido.

Poco después don José me mandó llamar, regularmente don José solo te mandaba llamar de esa manera cuando quería reñirte por algo, yo no recordaba haber hecho nada malo pero aun así me sentí nervioso, me dijo que me daría el cuarto que Rafael acababa de dejar sin aumentarme la renta, que era un premio a mi esfuerzo por ser un buen muchacho y un buen estudiante, yo me sentí muy agradecido y muy afortunado y me mude de inmediato.

Yo dormía con una camisa interior, boxers y un pantalón pijama. Después de que me mude varias noches amanecía con los boxers y el pijama a las rodillas. Yo pensaba que esto era una broma de un compañero de estudios que para entonces era mi mejor amigo al que llamare francisco, yo era muy distraído y olvidaba cerrar la puerta con llave, creí que esta era su forma de enseñarme que no debía dejar la puerta abierta, solo a él le tenía confianza para hacer algo así, un día amanecí completamente desnudo, me enoje por esto, francisco había ido demasiado lejos, pero cuando iba a salir me di cuenta que ese día si había cerrado la puerta con llave, me sentí muy tonto seguro que yo mismo me desnudaba mientras dormía, desde entonces casi todas las noches amanecía desnudo, después de unos días empecé a tener sueños húmedos muy frecuentemente, soy de las personas que nunca recuerdan lo que sueñan por lo que de esos sueños recuerdo casi nada, lo que me pareció muy curioso es que esos sueños vienen acompañados de la expulsión de fluidos, en cambio, al despertar por la sensación iba a limpiarme pero no había nada que limpiar. Pensé que tal vez tenía algún problema hormonal y por eso me ocurría tan seguido.

Semanas después en un estado entre el sueño y la vigilia ocasionalmente durante las noches sentía espasmos que me hacían arquear la espalda y empujar la pelvis, en su momento pensé solo lo soñaba pero en una ocasión los espasmos fueron tales que me despertaron, todo mi cuerpo estaba involucrado en un espasmo que imitaba a la copula incluso continué haciéndolo varios segundos antes de parar; tuve la sensación climax del coito pero no fue placentero, emocionalmente sentí remordimiento con mucha tristeza y físicamente tuve una sensación incomoda, un ardor en la uretra y ningún fluido. Esto me preocupo mucho, pensé que podía no ser solo algo hormonal sino neurológico, busque mis síntomas en Internet y claro deducirán cual fue el diagnóstico: “cáncer”

Fui al doctor y le comente todos mis síntomas, me hicieron muchos estudios, según estos estudios estaba completamente sano, más fuerte que un roble, el diagnóstico del doctor fue “estrés”.

Salí del consultorio tan enojado, estaba feliz de no tener cáncer pero me había agotado todos mis ahorros en exámenes clínicos para que el incompetente del doctor me dijera que tengo estrés, ¡Dios! Yo sabía que tenía algo y no era estrés, ¿estrés de qué?

Las semanas siguientes todo continuo igual, algunas veces despertaba adolorido principalmente en el abdomen por los espasmos de la noche anterior, pensé que quizá era algo psiquiátrico pero en banca rota no podía ir con un psiquiatra, así que empecé a leer libros y consultar a los profesores de la universidad.

Una mañana desperté como de costumbre totalmente desnudo, pero esta vez tenía una sensación diferente, sentía dolor en el ano, al percibir esa sensación supe de golpe lo que debía haber me pasado, había bebido la noche anterior,

– Seguramente algún hijo de puta se aprovechó de mí, – pensé.

Me puse a llorar, me sentí tan sucio, me di asco, sentí ira, odio, impotencia. Pensé en mil cosas, incluso en el suicidio, finalmente pensé en la justicia, y me dije – esto no quedara así – quería bañarme pero deseche la idea, si acusaría a alguien de violación debía guardar la evidencia para la policía.

Me vestí, cuando me dirigí a la puerta me di cuenta que estaba cerrada con llave, busque la llave pero no podía encontrarla estuve un tiempo así si éxito hasta que alguien toco mi puerta.

– ¿quién? – Pregunte

– Yo – grito una voz detrás de la puerta.

Era Francisco, – seguramente querrá invitarme a desayunar – pensé.

– No puedo abrir no encuentro mi llave, vete – le grite.

Entonces escuche como se abría la puerta, me quede paralizado no sabía que pensar ¿porque el tenía la llave?

– ¿buscas esto? Pregunto

– ¿dónde estaba? – le conteste – con evidente ira

– la dejaste en mi cuarto ayer mientras bebíamos, cuando me di cuenta vine a traértela pero vi que ya estabas dormido, no quise despertarte, por lo que cerré la puerta y vine a dártela ahora.

– ¿cuándo viniste estaba yo solo? – le interrogue

– claro, carnal, si hubiera habido alguien más me habría dado cuenta, este lugar no es tan grande. Además si hubiera habido alguien aquí, además de ti, seguiría aquí pues cerré la puerta con llave.

¿qué pasa? Pregunto finalmente.

– Creo que estoy enloqueciendo – le respondí con voz entrecortada y ojos humedecidos.

El cerro la puerta, me abrazo y me dijo – animo, carnal.

Aunado a todo lo anterior, ahora además sentía que era penetrado por atrás y lo peor es que estos fenómenos pasaban varias noches a la semana.

Por estos días un compañero entro a mi habitación y me dijo

– hola, amigo ¿todo bien?

– Todo bien – le respondí

– Yo sé que no – me replico – te escuche anoche

Yo me quede mirándolo sin saber que decir

– Te oí llorar – me dijo – no hay nada de qué avergonzarse, todos lo hacemos alguna vez.

La verdad es que esos días había estado muy deprimido pero no recordaba haber llorado, pensé – ya estoy loco y lloro sin darme cuenta –

Le conteste – he estado pasando por cosas muy difíciles –

– Para lo que necesites puedes contar conmigo, no dudes, todos te queremos y te apreciamos mucho – me respondió se agacho para abrazarme pero como yo estaba sentado no pudo hacerlo bien, por lo que puso su mano sobre mi cabeza y revolvió mi cabello. Me sentí tan reconfortado espere a que se fuera y comencé a llorar.

Pocos días después de esto el hombre que rentaba enfrente de donde yo vivía vino a tocar mi puerta, muy molesto me pidió que dejara de reírme tan fuerte durante la noche, que el necesitaba descansar y que mi risa le molestaba, yo en esos días estaba muy deprimido y no recordaba haber reído ni una vez.

– ¿está seguro que es aquí? le pregunte

– claro, estoy seguro que de aquí salen todas las risas, seguramente te desvelas viendo comedias, ¿pero toda la noche? ¿Acaso no tienes que ir a la escuela? – Me pregunto – además te ríes de una forma tan chillona e histérica, como un loco, si no paras tendré que decírselo a don José – me advirtió.

Si me rio histéricamente es una señal inequívoca de que he perdido la cordura pensé y e dije a hombre que no se repetiría.

En ese lugar el Internet era pésimo, porque las paredes eran muy gruesas y la señal llegaba disminuida, por ello bromeábamos diciendo que las paredes eran de plomo, realmente era muy difícil que alguien me oyera llorar o reír si estaba encerrado. Decidí grabarme en video durante la noche con mi celular pero la memoria era insuficiente y pues solo grababa unos minutos, después compre una webcam para mi computadora pero al momento de apagar la luz la cámara no captaba nada, como no tenía dinero para comprar una cámara con visión nocturna, buscando un poco di con una app llamada Sleepbot que graba audio mientras duermes y registra tus movimientos. Desde que empecé a usarla el vecino de enfrente no volvió a quejarse de las risas, y la app solo registro gemidos y balbuceos palabras sin sentido que uno a veces dice mientras duerme, fuera de eso se escuchaba el canto de las lechuzas, esto no era raro por aquel lugar abundaban cualquiera podía oírlas muy adentrada la noche, lo extraño era que en la grabación las lechuzas se escuchaban dentro de mi habitación.

Por aquel entonces yo era virgen, había tenido la misma novia desde la secundaria pero siendo ella una muchacha de pueblo se daba a respetar y yo siendo un muchacho de pueblo la respetaba; nunca habíamos intimado. En uno de los libros que leí decía que los éxtasis de santa teresa de Ávila tenían una significativa carga sexual y que sus visiones se debían a su represión sexual. Creí que a mí me pasaba algo similar, así que cuando fui de vacaciones a mi pueblo le dije a mi novia que necesitaba que me diera la prueba de su amor, que ya había esperado mucho tiempo y que yo estaba seguro de que la amaba y que me casaría con ella después de que terminara la carrera, que si ella no estaba segura después de tanto tiempo sería mejor que termináramos. Básicamente la coaccione para que lo hiciéramos, y lo hicimos muchas veces cada que teníamos oportunidad durante esas vacaciones, todo funcionó con normalidad es decir no tenía el problema de los fluidos mencionado antes, ni del ardor en la uretra, ni es sentimiento de culpa. Quise saciar cualquier apetito inconsciente para librarme de cualquier frustración sexual y que esto parara de una vez. Y funciono, mientras estuve de vacaciones no pasó nada extraordinario.

Pero cuando regrese las cosas se pusieron peor ahora ocurrían con mayor frecuencia e intensidad y ahora amanecía con el cuerpo arañado, por su puesto creía que esto era auto infligido por lo que me corte las uñas lo más que pude aunque esto de nada sirvió, cada vez que sufría estos “sueños” tenía arañazos nuevos. Realmente me preocupe cuando me di cuenta que me había hecho un arañazo importante en el muslo cerca de la ingle, me ardía, era imposible que me hubiera hecho esa herida con las uñas que además pesar del paso de los días se rehusaba sanar, por esta razón temí una infección y la trate con antisépticos pero la herida seguía y el ardor tampoco se iba.

Pensé que mi problema era más profundo dentro de mi psique, que quizá estaba reprimiendo mi verdadera sexualidad, por eso “soñaba” que me sodomizaban, iba en un autobús mientras reflexionaba esto. Así que me dije interiormente como un mantra, “Soy gay, me acepto tal y como soy”. Lo fui diciendo cada vez más alto hasta que lo grite en el autobús repleto de pasajeros, la verdad no me di cuenta de esto porque estaba muy abstraído tratando de aceptar mi verdadera naturaleza. Entonces el grito de uno de los pasajeros me devolvió a la realidad.

– Me vale verga, pinche joto – grito alguien

Me dio mucha vergüenza pero me dije

– no, este es quien soy no tengo de que avergonzarme – y luego le conteste – sí, soy joto.

Planee ir con uno de mis compañeros de clase al que sabía que yo le gustaba para besarlo y que me enseñara a ser gay; pero apenas llegue a la escuela y empecé a ver a los hombres para comprobar si despertaban algo en mí, incluso fui a los baños, pero no vi nada que fuera de mi agrado sino todo lo contrario y cuando me encontré con el compañero me dije – es el momento de la verdad, debo besarlo – pero ya estando frente a él la sola idea me daba asco. Y me dije – no soy gay.

Las cosas solo empeoraron yo me sentía deprimido anímicamente, y enfermo físicamente. Empecé a perder peso, yo era algo robusto y tenía algo de peso extra pero como soy alto no me veía gordo, lo curioso es que la gente en lugar de preocuparse por mi salud me felicitaba y me preguntaba ¿qué haces para adelgazar tan rápido? Solo un profesor noto que había algo extraño en que hubiera perdido tanto peso tan repentinamente, por lo que se acercó a mí y me ofreció ayuda contra la anorexia.

Tenía también una especie de sinusitis, no podía respirar bien y todo me parecía tener un olor desagradable como a saliva vieja; esto me provocaba a veces náuseas, estaba seguro que el olor venia de mi probablemente esto era causado por una infección pero no tenía ni dolor ni hinchazón por lo que el doctor me dijo que era simple halitosis la cual nunca había padecido le pedí a un par de personas de confianza que me olieran y me decías que olía bien. Entonces todo está dentro de mi mente, creí.

Empecé a perder mucho cabello, no había dormido bien hacía meses y la comida me provocaba malestar, así que comía poco, además de que mi libido aumento desmedidamente.

Para este momento a todos veía con ojos morbosos y tenía pensamientos obscenos y no solo con las mujeres sino también con los hombres afortunadamente estaba muy deprimido y cansado como para intentar abordar a alguien.

Tenía y tengo la costumbre de ir a misa todos los domingos pero no rezaba, creía que con ir a misa era suficiente. nunca hable con el Padre por vergüenza y pues en esta etapa deje de ir a misa porque mi mente se llenaba de imágenes blasfemas de mi haciendo cosas con las sagradas formas del pan y vino o el padre y yo copulando sobre el altar. El solo hecho de pensar esto para un católico es abominable, por lo que esto me convenció de mi locura y depravación. La cúspide de la in-sanidad mental, hasta el momento le había podido lidiar con “los sueños”, sonambulismo, la depresión, los malestares físicos y ahora mis pensamientos estaban siendo afectados, estaba perdiendo lucidez, solo quería recurrir a la ayuda de mis padres como última opción y estaba cerca de necesitarlo, tendría que pedir que me internaran en un sanatorio mental.

Finalmente una noche sentí como mi brazo derecho y mi pierna derecha se torcían hacia atrás y luego vino el espasmo y la sensación en el ano.

– El “sueño” otra vez– pensé – espero que termine pronto

Pero para mi sorpresa cuando desperté todavía tenía el brazo y la tierna torcida y tenía toda la mitad derecha de mi cuerpo entumecida sentí pesada esta parte como si alguien se hubiera aferrado a mí y estuviera colgando de mi lado derecho.

– Pendejo, doctor – grite pero no grite, no podía hablar, solo balbuceaba cosas incoherentes que no tenían sentido intente hablar lo que salía no eran palabras conocidas, solo sonidos y pseudo-palabras como de un lenguaje gutural.

– Pendejo, doctor – pensé – me dio una embolia, sabía que tenía algo en el cerebro, eso explica todos mis síntomas y el imbécil no supo diagnosticarme. Me vestí como pude para no salir desnudo y me arrastre para pedir ayuda, en parte estaba aliviado ya sabía lo que tenía, ahora debía actuar rápido los coágulos pueden ser mortales. Abrí la puerta y trate de gritar, por suerte no paso mucho tiempo hasta que los muchachos me encontraron, recuerdo que me preguntaron ¿qué tienes? Luego que corrieron hacia a mí, después sentí como si aquello que colgaba de mi lado derecho se pusiera en mi espalda y empezó a entumecerse mi lado izquierdo, y recuerdo como mis amigos algunos con lágrimas me decían – no te preocupes ya viene la ambulancia, quédate con nosotros ya viene la ambulancia.

Después no recuerdo más. Hasta que en un estado entre el sueño y la vigilia escuche a mis compañero que vinieron a visitarme también a un maestro y a don José luego recuerdo a mi mama hablar con un hombre, no sabía quién era el nombre ni de que estaban hablando pero su voz era reconfortante.

Cuando desperté completamente me dije – me salve – estaba tan agradecido por estar vivo que no me importaba si no podía mover las piernas o los brazos o si no podía hablar. Estaba tan feliz, habría llorado de la alegría pero las lágrimas no salieron. Abrí los ojos y vi a mi mama junto a mi cama en el hospital, intente hablar – ¿qué paso pregunte?

– Todavía no saben – me respondió mi mama

Me percaté de que sentía todos mis miembros aunque sentía un leve entumecimiento en mi brazo derecho y mi pierna derecha, y algo curioso, sentía un calor en las manos y en los pies

Luego me entere de que el hombre que hablaba con mi mama era un sacerdote que había venido a darme los santos oleos, cuando te dan los santos oleos te ungen las manos y los pies, el padre debió usar un aceite con efecto térmico como el de los ungüentos así me explique las sensación de calor en las manos y pies.

Después de eso mis papas me llevaron al pueblo algunos de mis amigo me visitaron para darme ánimos y mientras estuve ahí no pasó nada extraordinario. Casi toda la gente del pueblo fue a verme en mi casa y donde me veía me preguntaba: ¿cómo estás? esto me empezaba a fastidiar, por lo que fui a la iglesia del pueblo entre al atrio y me senté en una banca apartada fuera del templo, – tal vez crean que estoy rezando y me dejen en paz – pensé. Pero al poco tiempo llega el cura del pueblo y me pregunta – ¿cómo estás? – yo le agradecí y le dije que mejor que estaba tranquilo y agradecido por estar vivo.

— ¿qué crees que paso? – me pregunto

Como los doctores no sabían que había pasado, ni tenían un diagnostico satisfactorio a pesar de los numerosos y costosos estudios que me hicieron, yo le dije al cura bromeando con una sonrisa

– creo que fue cosa del diablo –

– Yo también lo creo – me contesto – ¿me dejas hacer oración por ti?

– Por supuesto padre, haga mucha oración por mí – me apresure a responder

Entonces el cerro los ojos y extendió su mano sobre mi

– ¿qué va hacer? ¿Lo va hacer aquí? Por favor no – pensé, sentí pavor una extraña sensación me recorrió el cuerpo, sentí la necesidad imperiosa de irme, de huir.

Del algún modo el padre se dio cuenta de esto. Quizá lo vio en mi rostro pues hice varios gestos de incomodidad, pero él tenía los ojos cerrados.

Abrió los ojos y me dijo – aquí no, mejor vamos al templo. – hizo un gesto para lo siguiera.

Yo me quede inmóvil el padre regreso y me iba a tomar de la mano, yo apreté la mano ¿no me podía mover ¿acaso tenía miedo?

– padre será mejor que me valla a… –

– Cállate, te lo ordeno – me dijo el padre con voz firme, esa voz me hizo sentir amedrentado

– Si voy con usted, pero no me hable así – le dije.

Yo no quería entrar a las iglesias porque no deseaba tener esos pensamientos blasfemos que me atormentaban, pero ahora no quería porque sentía que corría alguna especie de peligro y aunque quería correr presentía que no podría escapar del padre, no me tomo de la mano su sola autoridad me obligaba a seguirlo, entramos por la puerta de la sacristía y me llevo al presbiterio

– espérame aquí, ni quiera pienses en irte– me dijo

yo estaba entre al sagrario y el altar cerré los ojos para no verlos, trate de mantener la mente en blanco, el padre regreso al poco tiempo lo supe porque puso su mano con una tela encima de mi cabeza, había ibo a ponerse una estola morada, el empezó a hacer oración en un murmullo apenas audible entonces yo me empecé a sentir mal, sentí como nauseas como un mareo que me ofuscaba la mente, estaba a punto de vomitar, trate de correr para salir a vomitar pero el padre apenas sintió que me moví me gancho con el brazo que tenía libre de modo que me aprisiono con un medio abrazo, yo era más alto que él por lo que mi cabeza estaba por encima de la suya,

– padre, me dieron ganas de vomitar – le dije déjeme ir

– Hazlo – me respondió

– ¿adentro del templo? ¿Frente al sagrario? Lo voy a ensuciar a usted

– haz lo que tengas que hacer, después lo limpiaras, pero no te iras de aquí hasta que termine contigo – sentencio

El padre reanudo su oración y yo sentí arcadas cada vez más y más grandes pero no llegue a vomitar.

Después de que el padre orara por mí me dijo – lo que tú tienes no es solo físico, sino espiritual.

Esa era mi teoría desde hace mucho tiempo, aunque yo no lo llamaba espiritual sino más bien psicológico lo físico era porque lo estaba somatizando.

– tienes que hacer oración todos los días, y leer al menos una página del evangelio todos los días, e ir a misa todos los días que puedas hacerlo y confesarte – receto el sacerdote

– ha, el tratamiento típico – pensé, –rezar es la panacea de los sacerdotes – muy bien padre, hare todo cuanto me dijo – respondí

– Algo mas – me dijo, y me llevo a su oficina, saco un gran rollo de carteles lo puso sobre su escritorio eligió uno y lo saco del rollo, era una hermosa pintura de la virgen que me gustó mucho desde que la vi, pensé que se vería bien en el dormitorio de mi madre y le dije – padre, le compro ese –

– Es tuyo, – me respondió – te lo regalo, pero con la condición de que lo pongas donde duermes –

– está bien, es muy bonito – le respondí

– algo mas – dijo abrió otro cajón, saco una pequeña botella de plástico trasparente como las que se usan para llevar el champú cuando se viaja, quiero que rocíes esto en donde duermes, rocía tu almohada y quémala – después saco una pequeña cajita de su bolsillo – sé que tienes algunos problemas estomacales y con la comida, cuando no puedas pasar alimento o si sientes que vas a vomitar lo que comiste, pon un poco de esto en tu lengua con unos granitos basta –

Abrió con cuidado la cajita mostrando sal

– no es sal ordinaria, no la vallas a tirar – dijo finalmente.

Tome la botella y la cajita las guarde en mi bolsillo y agradecí al padre ya me iba cuando me volví a preguntarle al padre – ¿qué oraciones tengo que hacer? –

– Lo que tú quieras – me respondió, luego reflexiono un poco y me dijo – reza el rosario –

El rosario es una oración larguísima, – eso me gano por preguntar – pensé.

Le agradecí nuevamente al padre y me fui a mi casa.

La verdad, cuando el padre rezo por mí me sentí muy bien y pensé que si estaba somatizando mi enfermedad realmente podría beneficiarme de este tipo de terapia, así que me dispuse hacer todo lo que el cura me mando. Y quizá era porque estaba en mi casa al cuidado de mi mama o quizá por que los remedios del cura habían hecho efecto, no puedo asegúralo, pero en algunos días ya me sentía lo bastante recuperado como para regresar a la escuela, le dije a mis papas que quería regresar y ellos se negaron, me dijeron que todavía estaba enfermo y que necesitaba de sus cuidados, yo lo entendía pero ya había sufrido mucho por estudiar y no iba a permitir que tanto esfuerzo fuera en vano si seguía faltando me sería imposible ponerme al corriente, así que contra su voluntad, cuando me sentí listo regrese a la ciudad.

Cuando regrese, puse la imagen de la virgen que me había regalado el padre colgando en pared frente a mi cama, rocié el agua por todo el lugar mientras rezaba, queme mi almohada junto con las sabanas y el edredón porque de hecho apestaban, pienso que por el sudor que quedo en ellas se agrio al no lavarlas en todo ese tiempo que estuve ausente, todo el lugar olía como las ropas de cama por lo que compre un aromatizador, cuando comía ponía una pisca de las sal que me dio el padre, que se veía y sabia a sal ordinaria, quizá un poco más gruesa como la sal de mar, gracias a esto estaba recuperando el peso perdido rápidamente, las cosas estuvieron tranquilas unos varios días, pero aún me desnudaban en la noche. Una vez mientras me lavaba los dientes claramente sentí como alguien me arrebato el cepillo y lo lanzo al escusado, en otra ocasión vi cómo fueron lanzados en el aire una figuras que tenía en una repisa, una noche desperté por un ruido los libros de un pequeño librero que caían al piso como si alguien los sacara y los dejara caer, cuando anochecía me sentía miedo como si una presencia ominosa estuviera junto a mí y esa inquietud no me dejaba dormir hasta que rezaba,

Los focos se fundían, al principio usaba focos ahorradores pero después empecé a usar focos normales por que los ahorradores son caros y se fundían muy seguido.

Esta región es muy cálida y hay que tener un ventilador, los ventiladores hacen un sonido monótono cuando están encendidos y estaba haciendo una tarea sentado en mi escritorio, cuando el ventilador se pagó pero el sonido siguió y pero ahora parecía más un jadeo que el sonido de un ventilador, todas las noches escuchaba un sonido siseante como susurro, que me recordaba mucho a la lengua pársel de Harry Potter, en ocasiones me encontraba a mí mismo imitando este sonido de manera inconsciente.

Quiero decir que muchas de estas cosas ya pasaban aun antes de que yo cayera en cama pero yo las adjudicaba a mi locura y a sonambulismo del que ya estaba mejorando.

En una ocasión un compañero que venía de Nayarit que estaba hay solo temporalmente me pregunto

– ¿qué lengua estás hablando?

– No es ninguna lengua – es una manía que tengo

– te equivocas, estás hablando en una lengua, ¿tienes glosolalia?

– no se – le respondí

– Además estas moviendo la mano derecha – me dijo

– ha, si le dije hace tiempo tuve una enfermedad que daño mis nervios tengo entumecido todo mi lado derecho y mi mano se mueve sola a veces.

– ¿por qué no pruebas tomar un lápiz cuando tu mano haga eso? Quizá tu subconsciente te quiere decir algo – me sugirió.

La verdad es que a ese hombre nadie lo tomaba en serio siempre estaba hablando de cosas extrañas pero lo de poner un lápiz en mi mano si lo intente, llene varias hojas de libreta con puras “A” y otras con “S” y en otras letras ordenadas al azar sin conexión que formaban palabras impronunciables y sin sentido. En otra ocasión este mismo sujeto vio mis garabatos y me dijo – parece que tienes algún tipo de mediumnidad, tienes algo maligno.

– un padre en una ocasión rezo por mí – le conteste

– Lo que tú tienes no se quita con simples rezos – me dijo – este tipo de demonios necesita ayuno y oración. Necesitas un exorcismo.

Cuando dijo la palabra demonio se me erizo la piel, desde el principio sabía que eso era lo que realmente pasaba y desde el principio me rehusé a creer, lo había negado con el mas absoluto escepticismo, siempre había buscado una solución lógica y racional para todos los fenómenos pero la solución más lógica y más racional era un demonio.

Cuando me abrí a esta posibilidad sentí pavor, el miedo me inundo estaba a punto de entrar en pánico. – – Tranquilo – me dijo este chico mientras puso una medalla en mi frente, puso su mano en mi hombro y me dijo de nuevo – tranquilo, podemos con esto.

Cuando se hizo de noche sentí miedo no quería regresar al edificio, pero me arme de valor y me dije – tengo meses lidiando con esto, si ese demonio me pudiera hacer algo mas ya lo hubiera hecho, rocié de nuevo con el agua que me dio el padre y me acosté a dormir al poco tiempo sentí como si alguien se acostar en mi cama, al parecer al ser cociente de este ente me ayudaba a percibirlo mejor.

Yo estaba boca arriba y sentí claramente como me monto y se me unió empecé a sentir en el abdomen pequeños espasmos que se iban intensificando de apoco, entonces

– Basta – le grite – dime quien eres, dime tu nombre.

Entonces escuche en mi mente como si fueran mis pensamientos

– ¿mi nombre?, !ja¡ ¿crees que soy idiota? Has visto demasiadas películas. Volveré mañana mi amor.

El día siguiente busque a este muchacho y le dije que si necesitaba el exorcismo, él me dijo que primero debía decirla a mi párroco, y que si se rehusaba él podría llevarme a Nayarit con el padre encargado de hacer los exorcismos allá, el sabia de estas cosas porque era parte de un grupo que ayudaba el padre a hacer los exorcismos.

– me dijo que mientras rezara esta oración: “señor Jesucristo retira de mí, todo lo que no sea ni mío, ni tuyo.” y “Yo me cubro con la sangre preciosa de nuestro Señor Jesucristo, Señor Jesucristo ten misericordia de mí.” las anote en una libreta y me quede más tranquilo.

Por la noche no hubo nada extraordinario hasta ya bastante tarde desperté pues sentí como alguien me sujeto fuerte mente de las manos y de los pies, me saco de una toda la ropa, trate de luchar por zafarme pero era inútil lo que me aprisionaba tenía una fuerza descomunal trate de pedir ayuda pero una mano invisible tapaba mi boca. Entonces sentí como me penetraba por atrás y esta vez fue muy doloroso, fue la peor experiencia de todas. Trate de decir o al menos de pensar las oraciones que me habían dicho antes pero no las recordaba, solo acerté a mirar el cuadro de la virgen que colgaba en mi habitación y conseguí decir

– Madre, ayúdame – inmediatamente la fuerza que me aprisionaba me soltó y resonó en la habitación una risa histérica, demencial, estridente; Dios santo, era un sonido aterrador.

Desnudo como estaba, lleno de miedo, corrí a la puerta que estaba abierta, que estoy seguro de haber cerrado con llave, salí corriendo y toque frenéticamente la puerta de francisco. El abrió la puerta y le pregunte – ¿puedo pasar aquí la noche?

– claro, carnal, mi casa es tu casa, me respondió. No me hizo ninguna pregunta saco de su Clóset un Pantalón corto y me lo dio para que me lo pusiera, me quedaba un poco grande,

– Acuéstate en mi cama carnal – me pidió

– ¿cómo crees? le dije

– Insisto – me dijo – yo no voy a dormir, tengo mucho que estudiar y tengo que cuidarte por si te enfermas de nuevo.

Al día siguiente fui a cambiarme y a bañarme, la puerta todavía seguía abierta, tome algunas cosas y me regrese a mi pueblo.

Al llegar les dije a mis papas que ellos tenían razón que todavía no está recuperado por completo y que era más importante mi salud que la escuela.

En cuanto tuve la oportunidad fui con el padre, le dije que tenía razón que mis males tenían causas sobrenaturales le pedí que me hiciera un exorcismo.

Me pregunto si en alguna ocasión había practicado el ocultismo aunque fuese por curiosidad, si había jugado a la ouija o acostumbraba ver películas o escuchar relatos de terror y preguntas similares yo nunca había hecho ninguna de estas cosas, claro sentía curiosidad como todos hacia ellas, pero solo eso.

Me dijo que entonces quizá era víctima de algún maleficio, también me dijo que realizar un exorcismo no era tan sencillo pues un exorcismo necesitaba la autorización del obispo y que el obispo de aquella ciudad rechazaba todas las solicitudes de exorcismos pero que de todos modos podíamos intentar hacer oraciones de liberación y que si yo me mantenía en gracia bajo la protección de Dios el enemigo no podría hacerme daño.

Eso hice estuve yendo varios días a la iglesia para que el padre rezara por mí, a veces tenía la sensación de vomitar pero sin lograrlo, cuando lo pude hacer fue un día mientras rezaba para dormir, sentí que vomitaba corrí al baño pero no llegue a la taza y vomite sobre el lavabo, lo que vomite era una sustancia viscosa amarillenta inyectadas con sangre como flemas, con un olor nauseabundo, realmente asqueroso como a podrido. La verdad me preocupo mucho haber vomitado eso, le hable a mi mama para que lo viera y ella también se preocupó, me dijo que por la mañana iríamos al doctor, yo les tome una foto con mi celular para enseñársela al doctor. Cuando él los vio simplemente dejo que eran flemas y que no tenía nada de qué preocuparme, en otra ocasión defeque varios gusanos pero no eran como las lombrices intestinales típicas, sino que eran planos y con púas, tome uno y se lo lleve al doctor, me dijo que era imposible que hubiera expulsado tal cosa, que ese tipo de gusanos no podían vivir en los intestinos sin ser digeridos que seguramente ya están en la taza cuando me senté, pero como yo le insistí. El me dio medicina para los parásitos.

Un día al mi pueblo llego francisco, para pedirme que regresara a la escuela que lo maestros me tendrían consideración pero que tenía que hacer los exámenes. Yo le die que no podía regresar a la ciudad porque necesitaba que alguien me cuidara se recaía y él se ofreció a cuidarme yo le dije que no podía pedirle eso pero que iba a buscar la posibilidad. La verdad es que no quería regresar a ese endemoniado edificio, literalmente.

Mi papa me dijo que ellos harían el esfuerzo de que mi mama buscara un lugar para vivir conmigo en la ciudad para que me cuidara y así fue como regrese a la escuela y termine el año.

Como Epilogo les diré que me gradué y actualmente estoy trabajando, de esa experiencia no solo me quedan los recuerdo, aún tengo entumecido la mitad derecha de mi cuerpo del cuello hacia abajo, ya no tengo la herida que tenía en el muslo cerca de la ingle pero todavía me arde, no recupere el cabello que perdí y aún tengo problemas respiratorios y tampoco estoy falto de consecuencias psicológicas, especialmente durante la noche aun siento que alguien me observa una presencia ominosa me acecha a la distancia.

Todo lo que narre es completamente real, y nunca lo había comentado a nadie

Los audios que grabe con el sleepbot ya no los tengo pues estaban guardadas en mi teléfono y este se averió, además de los susurros que se escuchan no son prueba de nada pues alguien podría argumentar que los hice yo mismo, solo tengo la foto que le tome a las flemas que expulse por que se guardó en la nube.

P. S. escribí esto hace varios días y había decidido no publicarlo, pues bien me ha sucedido algo curioso, un par de noches después de que lo escribí desperté en la noche sintiendo terror, como ya he dicho no soy capaz de recordar mis sueños pero esto es algo que no me pasaba hace años. Abrí los ojos y vi una figura mirándome desde una de las esquinas de la habitación, esto no había pasado nunca, media como dos metros y pude notar que su cabeza era similar a la de un macho cabrío, grite de horror, lo que despertó a mi mama, pues estaba en el pueblo, tome valor y encendí la luz la figura desapareció pero el miedo no, mire la hora eran las 3:34 a.m., mi mama llego y me pregunto qué pasaba, le dije que había tenido una pesadilla, rocié agua bendita en mi cuarto y encendí el cirio pascual eso me tranquilizo un poco y pude seguir durmiendo. Quizá esto fue por revivir el trauma o quizá otra cosa. he estado muy inquieto por las noches desde entonces y es esto lo que precisamente me ha animado a hacer publica mi historia como un gesto para vencer el miedo.

May 2, 2018, 3:57 a.m. 0 Report Embed Follow story
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To be continued...

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