Nunca fui una persona que le prohibiese nada a mi pareja. Siempre tuve esa confianza de que no me va a fallar, hasta ahora... Hasta que me enteré de lo que pasó. Confié en esa maldita frase: ``No te preocupes, es solo un/a amigo/a´´.
Lo más doloroso fue enterarme por terceras personas y seguir mi día a día sin decirle nada, mientras seguía engañándome.
Hasta que fui una noche a su casa para hacerle una sorpresa. Nadie abría, entonces me acerqué a la ventana de su habitación. La sorpresa la llevé yo, al verlos, ahí en su cama. Sí, se que ya lo sabía desde hace tiempo pero, no creí que siguiese, pensé que se habría arrepentido y había reflexionado...
En ese momento me di cuenta de que lo que había perdido esa noche, lo había perdido para siempre.
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.