Profundo es el frío que me cobija, y la soledad que me acompaña me irrita. Me hace llorar de nostalgia, de amor, pues es ella misma quien me genera ese frío y es ella la única que me acompaña, y que no me engaña.
Es curioso cómo funciona el laberinto, sólo puedo mirar a ciertas personas que misteriosamente, como por magnetismo se asoman. Orbitan mas no entran en mi atmósfera, pueden hablar pero yo no escuchar, y como cuando un perro te gruñe y te muestra los colmillos, así creo yo que desconfían.
Es este maldito muro invisible que retuerce lo que soy, como un espejismo. He llegado a creer que por miedo a quedarse atrapados aquí, conmigo, se van desinteresados, asustados.
La soledad abraza tan fuerte que te saca el aire, que te oprime el pecho, y no culpo a mi compañera, ella no tiene la culpa de generar tanto mal, al igual que yo, aparentemente. E
Ella esa evadida por todos, por sus daños, sin que ella lo quiera, ella misma, irónicamente está tan sola como yo y desea amor tanto como yo. Es por eso que me ama y yo la amo, aunque me esté matando, aunque me pese sobre la espalda y me quiebre las rodillas, la llevo conmigo al grado que la he dejado impregnar mi alma con su esencia, su perfume, y cuando me da su remedio, como si fuese un beso, lo recibo, lo devoro aún cuando es aquello igual o más amargo que el veneno.
Oh, duermo tan bien, sueño tan mal y al otro día, o la otra noche, no lo sé, me siento fatal. Sin ánimo de caminar; Hay veces en las que puedo andar a gatas, o a dos patas, pero al final, mi amada es quien me lleva a rastras, al fin y al cabo, es lo menos que puede hacer por mí.
June 26, 2018, 11:18 p.m. 0 Report Embed 0
We process all of our transactions with PayPal. Please don't close this window, and wait until you are redirected...