A
Abeytzi Hernández


Fanfic Jelsa, inspirado en la canción Delicate de Taylor Swift.


Fanfiction Cartoons Not for children under 13.

#jelsa
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No podemos hacer promesas.

¿Ellas pueden tocarte cómo yo lo hago?...



Elsa se encontraba tomada de la mano con su esposo Hans, era gracioso para ella estar ahí, de no serlo, sería para morir, entre los caros brazaletes de oro comprados por su marido, que cubrían una buena parte de su brazo, se escondía el tatuaje de una luna menguante.

Se había perdido hace rato entre sus pensamientos, soñando en el momento en el que Jackson apareciera.

Pero al menos esa noche, no lo haría.

Jack había soñado no toda su vida, pero al menos la mitad de ella, hacer a Elsa de él, de todas las formas posibles, quería ver su cabellera platinada toda despeinada y sus ojos descansados todas las mañanas.

Pero la vida no te da lo que quieres, en ocasiones, no está en tus manos, así que la vida toma un gran respiro, mientras fuma un cigarrillo y te niega lo que amas, todo el maldito tiempo.

¿Estaba bien que él la tuviera en la cabeza?

¿Estaba bien si pensaba que nadie la tocaría como él?

Porque la quería, lo hacía.

Así que con ese pensamiento en mente, atrancó la puerta y subió a su coche.

Elsa estaba despidiendo a los asistentes y a su madre de la fiesta, cuando Hansle llamó.

— Els, para que veas lo mucho que te adoro querida...— dijo entregándole una caja color verde zafiro, un poco más grande que la palma de su mano.

— Gracias— fue lo único que se limitó a decir del collar dentro de la caja, se notaba a kilómetros lo caro que era, pero ella lo notaba sin valor, cualquier cosa valdría más que esa joya que no se había ganado, además, ni siquiera había sido comprada pensando en ella.

Hans plantó un tierno beso en sus labios y ella sintió que pudo haberlo disfrutado, tan sólo si ese tipo no hubiese matado a sus padres, tal ves la historia fuese otra, pero no lo era, era esa historia, la amarga.

Así se pasaban varias noches, hoy tocaba a Hans ayudar en CODT, una fundación sin fines de lucro que apoyaba a niños con padres violentos, ella pensaba con ironía como Hans podía tener la mitad del corazón podrido y la otra no, a Elsa no terminaban de agradarle ese tipo de personas, vacías y superficiales, como piedras.

Se dispuso a irse a dormir con el corazón hecho pequeñito, cuando estaba en cama dejó a un lado la joya y se dispuso a dormir, su camisón colgaba de la puerta, pero no se lo pondría, no quería.

Ya había cerrado los ojos hacía rato, pero unos dulces besos en los parpados la hicieron despertar.

Y cuando despertó, pensó que lo que estaba delante de ella era efecto de tantas bebidas, enfrente de ella estaba, estaba ese hermoso azul, ese que le hacía soñar.

— ¿Jack? ¿Es.. estoy muerta?— preguntó.

Jack sonrió, sonrió de muy buena gana y negó con la cabeza.

— No y si llegará a pasar moriré yo antes— contestó.

Ella sonrió tan estúpidamente y se acercó a sus labios, los besó como lo haría una última vez, porque de contrabando nada estaba seguro, Jack le tomó la nunca y profundizó el beso.

— ¿Esto está bien, Elsa?— preguntó.

— JAJAJA! ¡POR SUPUESTO QUE NO LO ESTÁ, JACK! — contestó a carcajadas.

— ¿Te toca cómo yo lo hago?— preguntó nuevamente.

— No...— contestó conteniendo el aliento.

— Yo, en verdad lamento que tu reputación esté...— se disculpó Jack.

— Nunca te vayas, nunca me iré, nunca te vayas, nunca, nunca...— le rogaba.

— Nena, cada que menciones mi nombre, estaré.

El juego se tornaba intenso y ambos lo sabían, ella quería contener la respiración, quería disfrutar cada segundo.

Era injusto que la única promesa que podían hacerse era una: no tener promesas.

Y sólo por esa noche, ella se puso tan felizmente el camisón que colgaba en su puerta, lo diré sin pudor, al final, todo era sudor, lágrimas, alegría y amor, el jodido amor.

Lo sabes.

No puedes huir de quien te quiere.

¿No es así?

Vive.

Prueba.

Inténtalo.

Y en la oscuridad, una reina con camisón, escapaba de la mano de un guardián, sin importar nada, pues no se hicieron ninguna promesa.

Escapaban lejos.

Si mueres, que sea en brazos de quien amas, follando, riendo, corriendo.

Juntos.

Y de sobra sabían.

Que era delicado.

A

la

mierda

lo

delicado.

March 31, 2018, 4:26 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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