De pronto, vienen a mi mente fragmentos de mi pasado que hace tiempo había olvidado, un momento de mi niñez, cuando apenas tenía 6 años.
Recuerdo estar en el patio de mi casa jugando con Juan, peleándonos como inocentes niños, hasta que de un momento a otro ocurrió.
De la nada su pecho se volvió cristalino, de color azul brillante, y se rompió, esparciendo pequeños trozos de cristal por los alrededores. Estos, casi por voluntad propia, se mantenían flotando en el aire, ambos observábamos perplejos ese ambiente sencillamente hermoso.
De un momento a otro los cristales se empezaron a mover, juntándose en la singular forma de una espada de madera japonesa¹, una vez todos los cristales habían pasado a formar parte de la estructura, está sencillamente cayó, cambiando su color a uno propio de la madera de bambú.
Recuerdo que al tratar de agarrarla, mis dedos la atravesaron como si no existiera, sin embargo Juan pudo levantarla fácilmente, nadie más presencio el suceso, él pensó que le hice un regalo y que todo esto lo había armado, yo sencillamente no lo podía creer.
Supongo que por eso lo negué internamente, y con el tiempo lo olvide, o así hubiera sido si no habría ocurrido algo que me trajera los recuerdos de hace 10 años de vuelta, algo que me forzará a pensar que eso no fue solo un sueño, que quizás en ese momento determine nuestro destino.
Algo que me forzara a replantearme qué fue lo que ocurrió en ese momento.
Nota al Pie:
1)Puntualmente un Shinai, espada que se usa en las prácticas de Kendo y que representa a una Katana, aunque generalmente es más grande que está.
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.