wingzemonx Wingzemon X

Aquella tarde en la que su esposo e hijo van de visita a Kame House, Milk decide a último momento acompañarlos, siendo testigo de primera mano de la llegada de Raditz y el secuestro de Gohan. Todo lo que ocurrirá a partir de ese momento hará que su vida tomé un camino que no estaba predestinado para ella. O, quizás, es en verdad lo que debió ser. [Versión Alternativa de los acontecimientos de Dragon Ball Z, protagonizados y mostrados desde la perspectiva de Milk en un papel central]


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#dragonball #dragonballz #universoalterno #canondivergente #peleas #accion #comedia
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Notas del Autor:

Este “What if…?” vino a mi mente mientras miraba de nuevo Dragon Ball Z en la televisión hace unos meses. Como la descripción lo indica, estará protagonizada principalmente por Milk, y se mostrará un escenario de qué hubiera pasado si su papel, sus motivaciones y caracterización al inicio de la serie hubieran sido diferentes. Pero lo que más me inspira a hacer esto es darle un poco de justicia a este personaje, que estoy seguro podría haber sido mucho más de lo que fue si se le hubiera dado la oportunidad.

Como notas aclaratorias antes de comenzar, debo decir que al ser un “Universo Alterno” y aunque me basaré mucho en lo mostrado y explicado en el Anime, me tomaré la libertad de torcer un poco algunos eventos o conceptos con el fin de poder contar lo mejor posible la historia. Esto aplica, por ejemplo, en el tema de la escala de poder como ya lo verán. Pero por esto mismo, es probable que se encuentren con detalles que les haga decir “pero eso no funciona así” o “ese personaje obviamente no podría haber hecho eso en ese momento”, o cosas similares. En ese sentido yo los invito a simplemente no tomarse estas cosas muy en serio, y sólo dejar que la historia fluya y les muestre lo que tiene que mostrarles. Y, con suerte, el resultado valdrá la pena.

Sin más, les agradezco por entrar y darle una oportunidad a esta historia. Espero sea de su agrado.

— — — —

01

Milk preparó el almuerzo temprano ese día, ya que su esposo e hijo saldrían de viaje y no quería que se fueran sin comer nada. Bulma les había escrito para invitarlos a pasar la tarde en Kame House, la residencia del venerable maestro Roshi. La invitación se extendía a ambos, por supuesto, pero Milk no tenía planeado asistir. Lo más seguro era que aquella reunión se extendiera hasta la noche y tuvieran que volver hasta la mañana siguiente. Y con todo lo que había que hacer en la casa en esos momentos, ella no podía darse ese lujo.

De hecho, los quehaceres eran tantos que prescindir de la ayuda de su esposo no era precisamente una idea que se le antojara demasiado. Siempre resultaba útil tener a la mano al hombre más fuerte del mundo para que le ayudara con las tareas más cansadas y complicadas. Sin embargo, aunque Goku no lo demostraba tan abiertamente, Milk pudo percibir cierta emoción en él ante la idea de ver a sus viejos amigos. Después de todo, habían pasado al menos cinco años (¡cinco años!) desde la última vez que los vio.

Además de eso, Goku parecía también muy interesado en que conocieran a Gohan al fin. Y su pequeño hijo apenas y podía convivir con otras personas ahí en esa montaña, no se diga otros niños, por lo que él también parecía muy interesado en ir a ese lugar totalmente nuevo, alimentado le gustaría pensar a Milk por su innata curiosidad de investigador.

Con todo eso, ¿quién era ella para negarles esa pequeña alegría? Pasar un día sola en casa no resultaba un precio tan alto, y quizás su padre pudiera venir a hacerle un poco de compañía y ayudarle un poco.

Sirvió todos los platos con bastante diligencia en la mesa; todos y cada uno. Las raciones que Goku solía comer ciertamente eran bastas, pero había logrado encontrar la manera de satisfacerlo sin que se le fuera la vida cocinando. Era todo parte de la labor de una buena esposa.

Una vez que estuvo todo servido, se dirigió a la puerta de la habitación de su pequeño. Le había indicado a Gohan que repasara sus lecciones antes de que se fueran, o no lo dejaría ir a ningún lado. No era cierto (del todo), pero a veces era bueno motivarlo con lo que se pudiera.

—Gohan, la comida está servida —pronunció alto, tocando con sus nudillos a la puerta de madera. Esperó escuchar alguna respuesta del otro lado o percibir algún movimiento, pero todo permaneció bastante quieto—. ¿Gohan? —pronunció de nuevo, y al seguir sin respuesta abrió la puerta y se asomó hacia adentro.

Sobre el escritorio descansaban los libros y cuadernos su hijo, pero no había rastro alguno de él. La ventana además estaba abierta, y una pequeña brisa agitaba las cortinas.

—¿A dónde fue? —masculló Milk con una ligera mezcla de enojo e inquietud.

Se dirigió a la puerta principal y salió de la casa, siendo recibida por los brillantes rayos del sol veraniego, y el aire fresco de la montaña.

—¡Gohan! —exclamó con fuerza para poder ser oída con claridad—. ¡Gohan!, ¡es hora de comer!

Siguió gritando mientras se movía alrededor de la casa, esperando divisar algún rastro de su hijo o que éste apareciera respondiendo a su llamado; ninguna de las dos cosas ocurrió.

Que Gohan se saliera a veces sin permiso no era precisamente usual, pero pasaba. Más temprano Goku había dicho que iría a entrenar un poco al bosque, y Gohan había querido ir con él, pero Milk lo había enviado repasar sus lecciones. El pequeño obedeció como siempre, pero al parecer había decidido por su cuenta que una vez terminado su repaso podía darse a sí mismo permiso de alcanzar a Goku en el bosque.

«Son tal para cual esos dos» pensó Milk, soltando un pesado suspiro de frustración.

Un sonido fuerte de arrastre llamó de golpe su atención proveniente del frente de la casa, así que se dirigió de inmediato hacia allá. En cuento se acercó, pudo ver la forma de un enorme y redondo tronco de árbol que se aproximaba lentamente hacia ella. Aunque claro, éste no venía solo pues en cuanto subió lo suficiente la colina divisó la figura de Goku debajo de él, cargándolo sobre su cabeza como si fuera cualquier cosa.

—¿Goku? —pronunció Milk despacio, aunque su atención estaba fija en el enorme tronco—. ¿Qué es eso?

El hombre alto de cabellos oscuros avanzó hasta estar delante de la casa, y entonces se permitió dejar caer el tronco a un lado, creando un pequeño estruendo.

—Dijiste que ya nos estábamos quedando sin leña, ¿no es cierto? —respondió Goku con normalidad, tallándose sus manos.

—Eso dije, pero… ¿un tronco tan grande…?

—Descuida —rio Goku despreocupado, palpando el tronco con la mano—. Lo cortaré en pedazos pequeños más tarde.

«Bueno, eso era lógico» pensó Milk, prefiriendo guardarse el comentario para sí.

—¿Has visto a Gohan? —preguntó tras unos segundos. Goku, sin embargo, había alzado su nariz al percibir el aroma de la comida que se escapaba por la ventana del comedor, y su atención se había desviado casi por completo hacia ello.

—Huele bien. ¡Me muero de hambre!

—Goku, te pregunté si no has visto a Gohan —repitió Milk sin ligera exasperación.

—¿Gohan? No lo he visto desde la mañana. ¿No está aquí?

Así que no se habían encontrado en el bosque. Si Milk había logrado mantener su preocupación al margen hasta ese momento, ésta amenazaba con desbocarse pronto.

—¿A dónde habrá ido ese niño? —murmuró molesta, avanzando unos pasos en dirección al bosque de donde Goku venía—. ¡Gohan!, ¡ven ya! Si no comen rápido se les hará tarde para ir a la casa del maestro Roshi —indicó girándose hacia su esposo—. ¿Podrías ir a buscarlo? Estoy segura de que no pudo haber ido muy lejos.

—De acuerdo —asintió Goku, esbozando una amplia sonrisa—. ¡No te preocupes!

Sin más, se alejó rápidamente dando largos saltos en dirección al bosque.

—¡Te lo encargo! —le gritó con fuerza como despedida, antes de que la ágil figura de su marido desapareciera de su vista. Y una vez que estuvo sola, murmuró con un tono más escueto para sí—: Ese niño es igual a su padre.

Y aquello no era del todo algo malo, en realidad. No por nada Goku era por mucho uno de los hombres más buenos, gentiles, fuertes y nobles que conocía; Gohan sería muy afortunado de parecerse a él… aunque no en todo. Por supuesto había algunas cualidades de su esposo que resultaban no tan favorables viéndolos desde otra perspectiva, y era su misión cuidar que su hijo tomara de él sólo las cosas buenas.

Antes de dirigirse de nuevo al interior de la casa, su atención se centró en el enorme tronco frente a la casa, y en ese segundo vistazo le resultó incluso más grande que hace un momento.

«¿Y ahora qué hago con esto?» pensó con un poco de angustia. «Si lo dejó aquí va a estorbar cuando lave la ropa»

Intentó inútilmente empujarlo ella misma y hacerlo rodar a un lado, sin ser capaz de moverlo ni un centímetro, ni siquiera aplicando su cuerpo entero.

Tras tratar un rato, se tomó un segundo descansar, dejarse caer de sentón a la hierba, y pensar en sus opciones. La más sensata sería dejarlo ahí y esperar que Goku lo cortara en pedazos más pequeños como había prometido.

«Pedazos más pequeños» meditó mientras contemplaba al cielo. Goku no haría tal cosa con un hacha. No la necesitaba; sus manos eran más fuertes que cualquier hacha. Con unos cuantos golpes y ese enorme tronco se convertiría en pequeños y manejables leños.

Ese era justo el tipo de tareas para las que era conveniente contar con su ayuda… aunque…

Milk se puso de pie y contempló pensativa el tronco. Comenzó a caminar a su lado, recorriendo sus dedos por la corteza. Cuando entrenaba con su padre de más joven, le había tocado cortar leños con sus propias manos también. Aunque claro, no uno tan grande o grueso como ese, y hacía bastante tiempo que no lo hacía. Pero hacer aquello, le había dicho padre, radicaba más en la técnica que en la fuerza. Debía ser cierto, porque incluso ella sin ser tan grande y fuerte como él, había logrado hacerlo.

«Tal vez puedo intentar romperlo yo misma» se dijo reflexiva. Y tras sólo unos segundos, se decidió a hacerlo.

Retrocedió un poco haciendo distancia con el tronco, y se colocó en posición, jalando su puño derecho hacia atrás y centrando su mirada fija en su objetivo. Respiró lentamente, relajó las piernas, y cuando se sintió lista se lanzó al frente, jalando su puño contra el tronco con todas sus fuerzas. Su golpe atravesó la corteza, agrietándola, y siguió de largo por al menos las primeras capas de madera… pero sin llegar más lejos. Su puño quedó encajado en un gran cráter sobre la superficie del leño, pero algo insignificante si lo comparaba con el enorme tamaño de éste.

Milk retiró su puño, y en cuanto lo hizo el ardor comenzó a inundarle la mano. Soltó un quejido de dolor, y se sujetó su mano con firmeza. Al echarle un vistazo, pudo ver cómo sus nudillos y dedos estaban enrojecidos, y se había hecho algunas pequeñas cortadas sobre la piel. La buena noticia era que al menos no parecía que se hubiera roto nada.

—Al parecer no fue tan buena idea —masculló aún adolorida con apenas un hilo de voz—. Mejor que Goku se encargue cuando vuelva.

Resignada, se dirigió de regreso a la casa para curarse esa mano lo antes posible.

April 26, 2023, 5:16 p.m. 0 Report Embed Follow story
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