Ella abrió los ojos en una cama de hospital, confundida y asustada. No recordaba cómo había llegado ahí, ni siquiera su nombre. Solo sabía que era huérfana y que, como siempre, nadie se preocupaba por ella. Pero algo extraño estaba ocurriendo. Había sido atropellada por un coche, pero cuando intentaba recordar lo que había pasado, su mente se nublaba.
Un hombre vestido de blanco se acercó. "Hola, pequeña. Soy el doctor Williams. ¿Cómo te sientes?".
Ella lo miró, pero no le interesaba hablar con él. Tenía que salir de ahí. Dio un salto de la cama, pero algo extraño pasó: el suelo bajo sus pies parecía moverse, como si cobrara vida. Las luces se apagaron y un extraño sonido empezó a resonar en la habitación.
La huérfana, con una mezcla de miedo y curiosidad, seguía caminando hacia la salida, cuando una voz en su cabeza le habló: "Detente. No sabes donde estás ni quien eres realmente".
Asustada, se detuvo y se dio cuenta de que todo estaba volviendo a la normalidad. El doctor Williams estaba hablando con una enfermera, como si nada hubiera pasado.
La huérfana, confundida y asustada, decidió averiguar qué había ocurrido. Pero no sabía por dónde empezar.
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