julian-ramirez Julian Ramírez

Aveces la vida nos da un respiro, cambiando la inmundicia que la caracteriza por la paz y la alegría de nuestros sueños; pero es de conocimiento de quienes vivieron esto que si nosotros no apartamos de nuestra vida todo rastro de ese pasado inmundo, esta alegría poco dura, y la vida vuelve a golpear.


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#Depresion #Tristeza #Frio #Alegria #Calidez
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Realidad Inmunda

Abre los ojos, vuelve a la realidad, maldita ésta sabe que cada día es un paso más a su muerte, cada noche observa un vaso con veneno meditando si lo bebe o no, quiere adelantar ese momento pero no, fue condicionada para vivir, opaca su mente, nubla la razón lo que más puede, su inteligencia es el puñal que cada día destroza su existencia. Le muestra lo falsa y absurda que es, al mismo tiempo que crea la impotencia de no poder hacer nada, acepta los placeres mundanos de la vida como alternativas de escape momentáneas pero lo odia, quiere sentir algo real, algo que la apasione, algo que supere su locura, locura que ama locura que es su verdadero amor, es lo único puro que siente es lo único que la hace sentir libre, hasta que la realidad choca con ella, reprimiendo sus deseos y tratando de borrar cada rastro de humanidad dentro de ella.
Se levanta, siente una voz en su cabeza que le dice en forma de susurro «Quizá hoy sea un día diferente» al mismo tiempo que una voz más fuerte le grita que no sea ilusa, se viste y sale al trabajo, deja de pensar y cierra los ojos en su trayecto, hoy no quiere meditar en lo miserables que son los seres humanos, hace sus labores como todos los días, pero hubo algo en particular que le hizo diferente, esta vez su mente estuvo quieta solo tuvo espacio para una melodía, la cual era hermosa al mismo tiempo que melancólica.
En el trayecto hacia el ataúd de todas las noches tuvo que tomar otra vía, encontrándose así un antro de malditos como ella, decidió entrar ya que había tenido un día relativamente tranquilo, su mente le exigía material para inspirarse y poder fortalecer su odio en la humanidad; le sorprendió ver este lugar tan bien cuidado, pero al mismo tiempo supo que solo era para que aquellos cerdos se sintieran mejor e ignoren lo que realmente son, pidió un café y se quedó observándolo; gritos internos, inexplicablemente sintió un leve deseo de no estar sola y esta vez ninguna voz interna le grito, miro al horizonte y su vista tropezó con un imbécil el cual siempre sonreía mientras sus acompañantes se burlaban de él; paso un par de horas, ella no dejo de observar el lugar y las personas, ese día había levantado la mirada pero irónicamente sintió atracción por aquel imbécil, saturada ya del ruido decidió irse, pago su cuenta y salió con un cigarro en la boca, en ese momento el imbécil corrió hacia ella, pero, antes de llegar a su destino, se había tropezado cayendo al piso y mordiéndose la lengua, rápidamente se levantó, con una lagrima en el ojo y tratando de hablar lo más claro posible le entrego su bolso mientras le decía:
—Mira, se te quedo, acá lo que no tienen de torpes lo tienen en un nivel potenciado de malicia— sonrió y se alejó, sin mostrar interés alguno de agradecimiento.
Eso fue un gran golpe para ella, ese imbécil quien era se preguntaba y por qué había hecho eso…
Tomo la decisión de hablarle y preguntarle por qué lo hacía, él respondió:
—Es lo correcto, de no hacerlo lo habrían robado, acá nadie piensa en los demás, el individualismo, los deseos por destrozar a otro son más fuerte que la misma razón y la conciencia.
Su segundo golpe, miro los ojos de aquel imbécil y comprendió la nobleza algo que ni siquiera ella había tenido, igual decidió irse, dio media vuelta y se fue.
Aquel hombre la tomo del brazo y le dijo:
—¿Puedo caminar a tu lado? La verdad no tengo dinero y quizá sea la última vez que te vea, aparte es una zona peligrosa es tarde y te quiero conocer desde que llegaste no pare de verte y de contemplar esa mirada tan especial.
Tercer golpe; ya fue suficiente se dijo a sí misma, se soltó y empezó a caminar mientras dijo en voz alta:
—Gracias, el alejarse de mi será lo más grato que usted podría hacer.
El imbécil camino detrás de ella y le dijo:
—Mi vida es una mierda, y sé que seguirá siendo así, hoy escuche una melodía en mi cabeza que hizo que mi día fuera mejor, cuando la vi supe que esa canción tan hermosa y melancólica era igual a usted, desde que me acerque ha estado sonrojada, se nota que hace mucho tiempo no sentía eso, usted no es fría y sin alma, solamente es cobarde, le teme a sentir, por eso es que su vida es vacía, porque ama su locura pero no se entrega a ella, solo la reprime haciéndose infeliz a usted misma. Y por eso camino detrás de usted, porque sé que vale la pena caminar a su lado.
Cuarto golpe; se queda quieta se da media vuelta lo besa, acaricia su rostro mientras se concentra en sus ojos y le dice:
—¿Sabe algo? No quiero alargar la conversación. No vale la pena ser hostil, me llama cobarde y es verdad. Pero usted es débil, no le gusta la soledad, le gusta sonreír y que se burlen de usted, pero por dentro esta arruinado, tenemos algo en común y es desprecio por las cosas vacías, pero ejecutamos las cosas de manera diferente, mientras yo busco desaparecer todo rastro de fe en la humanidad usted corre detrás de una desconocida por qué cree que vale la pena, y eso me gusta.
No hay más palabras, no se saben sus nombres, solo son dos seres humanos en una balanza, y ella quiere estar con él, sus ángeles y demonios le han permitido ese espacio, no hay voces, solo se vive el momento, ella lo hace seguir a su ataúd que, por primera vez en muchos años, lo vuelve a ver como una cama en la que tendrá una buena noche, va al baño, se arregla para que su ropa sea una gran motivación sexual para aquel hombre que logro llegar donde nadie lo había hecho, le quiere recompensar a pesar de que teme, lo quiere hacer sin pensar nada más, sale y mira a aquel, que ya es su hombre, con los ojos cerrados y un vaso a su lado; lagrimas empiezan a correr el rostro de aquella mujer que ve como su hombre ha bebido aquel veneno que ella cada noche contemplaba en beber, desgraciadamente se lo tomo todo, solo queda tirarse al piso a escuchar como esa hermosa melodía retumba en su cabeza y le recuerda de que se trata vivir… 

Jan. 15, 2018, 11:26 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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