—Alumno Kim, a mi despacho para el final de clase.
Sonreí mientras mordía mi labios torturosamente sólo para aquella persona de enfrente, mis manos estaban sobre la mesa donde había un solitario cuaderno, algunos lápices y la hoja repleta de ejercicios matemáticos que acababa de entregar nuestro querido profesor, por mientras, mi cuerpo se inclinaba un poco hacia la derecha donde se encontraba la chica con la que compartía banco. Sabía lo que hacía, coquetear con mi compañera de banco lo provocaría, amaba provocarlo. El ver como su mandíbula se tensaba cuando me veía con alguien más, como apretaba los puños cuando realizaba un toque un poco más osado, como me miraba fijamente advirtiéndome de lo que sucedería. Me encantaba.
—¿Sabe qué?, salga de mi clase ahora mismo Kim, más le vale estar en mi despacho cuando termine la clase.
Aumenté un poco mi mordida de labio a la vez que con una sonrisa adornaba mi rostro, tomé mi mochila al hombro levantándome del asiento y caminando atractivamente con una mano en el bolsillo del pantalón dirijí mi ultima mirada al profesor antes de retirarme por la puerta.
Joder, su rostro era una completa obra de arte estando enfadado. Podía incluso sentir sus manos ya tocándome con rudeza.
Es mi profesor de matemáticas, Jeon Jungkook, desde hace dos años que trabaja aquí, algo enojón pero muy atractivo y sexy. Al parecer no pude mantener mi cordura y caí ante el guapo profesor.
Teniendo 17 años y el 24, siete años de diferencia no nos importaron cuando me empotró contra su escritorio la primera vez.
Utilizaba camisas blancas o ralladas junto a una corbata roja u negra y su fiel chaqueta de terno negra, por debajo unos pantalones algo ajustados del mismo color. No olvidemos destacar sus perfectas facciones faciales, son hermosas, sus tan rasgados ojos, sus finos labios, su cabello tan malditamente atractivo.
Ese hombre era de muerte, una mismísima obra de arte en persona.
Volviendo a la realidad, continué mi camino hacia el ya conocido despacho de mi profesor, caminando lentamente pensando en que es lo que haría ahora para continuar provocándolo. Abrí la puerta con cuidado adentrándome en la sala, observé su escritorio repleto de exámenes y deberes por lo cual dejé mi mochila en uno de los sillones que allí había, de un cuero color rojo vino tan elegante, me relamí los labios por instinto y revisé la hora en mi teléfono.
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4:38 P.M.
25 de Marzo del 2019
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Aún faltaban unos minutos para que acabaran las clases, estaba realmente emocionado. Estuve un rato allí hasta que pasaron al menos unos 45 minutos de mi llegada, los alumnos ya se habían ido y no tardaría en llegar el profesor, ya comenzaba a imaginar lo que sucedería. Me levanté de uno de los sofás y me senté en el asiento de Jungkook, me recosté cerrando mis ojos mientras mi mano lentamente recorrió mis muslos hasta mi miembro. Sonreí, mira nada más lo que me provoca...
Continué acariciando mi entrepierna por encima de la ropa, jadeando levemente el nombre de mi profesor, cuando llegue tendrá una sorpresa. Varios pensamientos impuros invadieron mi mente
"¿Cómo me follará esta vez profesor Jeon?"
Jadeé y relamí mis labios mientras apretaba un poco mi miembro aún por encima de las prendas de ropa.
Adentré silenciosamente mi mano por dentro de mi bóxer negro masajeando la creciente erección, en mi mente tan solo estaban todos los momentos tan excitantes que he disfrutado con mi sexy maestro. Escuché como hablaba por fuera de la puerta y sonreí inevitablemente.
Continué lentamente acariciando mi miembro, paseando mis dedos desde la base hasta la punta, sin apuros, soltando algunos graves jadeos.
Unos minutos después sonrío al escuchar el forcejeo en la puerta.
Vaya vaya, que linda sorpresa. ¿No?
Saqué mi mano y me dirijí a la puerta mientras escuchaba los gritos de mi profesor.
—¡Mierda!, ¡Kim Taehyung abre en este instante si no quieres recibir un castigo aún más duro!
Relamí mis labios con malicia y una traviesa sonrisa adornó mis labios.
—¿Y si lo que quiero es eso? Quiero que me dé muy duro señor Jeon.
Jadeé contra la puerta provocándolo, sintiendo como empujaba contra esta, tal vez con una fuerza descomunal.
—No me hagas esto pequeño, de verdad que te daré muy fuerte y no te gustará como lo haré.
Solté un pequeño gemido solo para tentarlo aún más, de seguro ya estaba tan duro como yo o incluso más.
De aquí que podía sentir su furia y excitación mezcladas, es fantástico.
Y si, amo que el maestro Jeon me de tan duro, soy un maldito masoquista y no lo sabia hasta que lo conocí. Recuerdo que al principio lo detestaba, pero lamentablemente me fui enamorando de cada una de sus acciones. Amo que me tironeé del cabello, que me haga gritar de placer, enterrándose en mi tan profundo...
—¡Taehyung abre ya!
Suspiré rendido y sonreí coquetamente, cuando sentí que la puerta no resistiría más quité rápidamente el seguro de la puerta y corrí hasta sentarme en el asiento de Jungkook.
Lo ví entrar, agitado, con el cabello algo revuelto y su corbata algo desatada. Su rostro levemente fruncido y enfurecido, algo sudado por la fuerza que estuvo utilizando y por supuesto aquel bulto que llamaba demasiado mi atención.
Él me miró arrugando aún más el ceño y después sonrió con autosuficiencia, luego cerró la puerta volviendo a asegurarla.
A estas horas todos los alumnos ya habían salido de la escuela, un día viernes y nadie quería estar aquí, los profesores se iban rápido, como si estuvieran en un infierno.
Por aquello... nadie sabia de nuestros gritos.
Estiré mis piernas en el asiento y levanté mis brazos por encima de mi cabeza alzando un poco mi cadera. Jungkook volteó a verme, sonreí de lado y le guiñé sensualmente, dios que ardiente era todo.
Se acercó a mi con pasos firmes mientras subía las mangas de su camisa y las abotonaba. Relamió sus labios algo distraído con mi cuerpo, podía sentirlo aún sin tocarme, sabia sus intenciones y estaba tan entusiasmado por aquello. Apoyó una de sus manos en la cabecera del asiento y se inclinó sobre mí, su otra mano subió suavemente desde mi muslo hasta mi mejilla que sujetó con algo de fuerza.
—¿Sabes lo que sucederá ahora por todo lo que hiciste verdad?
Jadeé al sentir su ronca voz, estaba tan excitado, diablos. Se que no se ve como algo normal, pero sentirlo es... tan maravilloso.
—Respóndeme cuando te hablo Kim.
¡Al diablo!, sonreí juguetonamente y sentí como mi miembro latió ante aquello, bajé mis manos a mis muslos y los acaricié suavemente.
—Suficiente, te haré saber como tienes que portarte ante mi pequeño, me obedecerás quieras o no.
Me tomó con algo de fuerza por los brazos y pude ver esa mirada de deseo, lujuria. Me tomó por los hombros y con rudeza me estampó en la pared, me sorprendí un poco al verlo pero volví a sonreír cuando sentí su miembro erecto en mi muslo.
Vamos que el señor Jeon estaba bastante excitado.
Y eso me agradaba.
Me besó y se restregó contra mí, mordió mi labio inferior entre el beso pero segundos después adentró salvajemente su lengua, me aturdió de lo veloz y ardiente que fue eso, de verdad que me emociona tenerlo así de ansioso. Su mano derecha acarició mi cadera en busca del borde de mi camisa, y adentrándose por debajo de ella, me acarició por completo, sus manos tocándome deseosas de más, sus labios comiéndome con desespero, estaba apunto de salirse de control.
Se separó de mis labios dejando un pequeño hilo de saliva, lo miré jadeante y sensual, era un poco más bajo que yo y eso lo hacia verse malditamente atractivo desde mi posición.
—P-profesor Jungkook.
Solté levemente para llamar su atención, él sacó su vista de mis labios y me miró con una sonrisa de lado a lo cual respondí con un pequeño sonrojo en mis mejillas.
Lo tomé por el borde de su camiseta y lo atraje hacia mí besándolo con algo de rudeza. Sentí como, algo aturdido por mi acción, demoró un poco en corresponderme, aunque cuando lo hizo ya podía sentir en sus labios la lujuria.
Bajé mis manos por su cuello hasta el primer botón el cual desabotoné lentamente mientras continuábamos nuestro ardiente beso.
Sentí sus manos aprisionar y apretujar mis glúteos, apegando su erección junto a la mía, eramos un desastre, con ropas desarregladas, algunos sonidos sucios por parte de los besos y nuestras entrepiernas restregándose para conseguir esa descarga de placer que recorría nuestra espina dorsal. Quité la parte superior de su ropa dejando aún su corbata puesta observando el tan perfecto pecho y abdomen que tenía mi profesor.
—Dios... Me encantas daddy.
Gemí en su oído mientras meneaba mis caderas pegando nuestras erecciones, una de sus manos bajó de mis glúteos hasta uno de mis muslos el cual levantó y por mero instinto salté sobre él rodeando su cadera con mis piernas, Jungkook tomó mis muslos y me besó nuevamente pero esta vez mordió salvajemente mi labio inferior.
Caminó conmigo en brazos llevándome hasta el mesón, me sentó sobre este de frente a él y comenzó a desabrochar mi cinturón junto a mi pantalón, luego con algo de ayuda, me apoyé en el mesón para que los retirara dejándome en boxers.
Miré como Jungkook relamió sus labios sensualmente al ver mis muslos descubiertos y tragué saliva algo emocionado, yo se que le maravillan.
—Uhm~ ¿Por qué mira tanto mis muslos daddy?
Susurré con voz melosa cerca de su oído produciéndole un escalofrío, me recostó en el mesón y acercó sus manos hacia ellos apretándolos suavemente, acariciándolos y mordiéndolos un poco mientras susurraba lo mucho que le encantaban.
Se le nota bastante atraído por cómo actuaba, era como un león y yo era su presa, debo de admitir que adoro serlo.
Tiró de mí hasta que sentí su erección rozar con mi parte trasera, me sujetó de las piernas y comenzó a mover su cadera haciendo fricción aún por debajo de las telas. Maldije en mi mente, se sentía tan bien tan solo rozando su entrepierna contra mi entrada. Llevé mi cabeza hacia atrás apoyándola en la madera mientras soltaba algunos leves jadeos.
—Veo que estas ansioso pequeño, ¿Quieres sentirme dentro ya?
Cuestionó con una sonrisa de lado, y le guiñé mientras mordía mi labio. Continúo acariciando desde mi pecho hasta mi abdomen bajo y retiró suavemente el resto de mis prendas, observé como me devoraba con la mirada, mordiendo su labio al verme a su merced, jadeante por el próximo paso.
Tomó mi miembro con su diestra comenzando a hacer un leve vaivén, mientras me retorcía de placer, bajó también su bóxer y juntando ambos miembros comenzó a bombear, esa maldita acción me sacó de mis casillas, me volví loco por sentirlo, quería más.
Jadeaba sonoramente mientras Jungkook jugaba con nuestras erecciones, el sonreía de lado al verme y de vez en cuando soltaba un excitante suspiro tembloroso. Pero de pronto pude sentir como se adentraba en mi de una sola estocada.
Joder.
Gemí alto al sentir tal intromisión, fue doloroso pero tan placentero a la vez, cubrí mi boca algo avergonzado y el me miró con una sonrisa coqueta.
—¿Te dolió demasiado?
Negué con los ojos cerrados.
—N-no, solo continúa, destrózame por completo.
Y vaya que si lo logré, al terminar de decir aquella frase comenzó a embestirme, no tan descomunal pero se sentía fascinante, su miembro palpitaba dentro, salía y entraba dándome esa descarga de placer tan conocida, ya ni me preocupaba por el dolor, estaba acostumbrado a él.
Tomó de mis piernas y las colocó sobre sus hombros, y después me sujetó por los muslos para aumentar las embestidas. Su cabello estaba algo sudado, pegado a su frente, me miraba con unas ganas de devorarme aún, dios, ¡Es que era tan excitante!.
—Ahg... daddy, se siente demasiado b-bien.
Lo escuché gruñir como respuesta y aumentó un poco más la velocidad, esta vez se inclinó sobre mi y me besó apasionadamente, por un momento detuvo las embestidas concentrándose solo en el beso. No pude evitar sentirme querido a pesar de que tal vez nunca tendremos algo formal. Ignoré aquel pensamiento cuando comenzó a embestirme nuevamente aún con más fuerza, me agarré fuertemente de su espalda la cual rasguñé un poco.
Sentí como bajó con besos a mi cuello y de vez en cuando succionaba, tendría alguna que otra marca pero poco me importaba. Una de mis manos subió a acariciar su cabello, enredé mis dedos en él y tiré suavemente. Jadeaba y gemía cerca de su oído, y yo lo escuchaba jadear gravemente cerca del mío. Era como estar en el paraíso.
Pronto sentí aquel cosquilleo en mi vientre, subiendo hasta la punta de mi erección.
—C-creo que me voy a correr ¡Ah!
Intenté indicarle que estaba por llegar, él susurró que también lo estaba, en una de sus embestidas logró hacerme gozar de placer, había rozado aquel punto. Gemí al sentirle y pocos minutos después me sentí venir, él había estimulado mi miembro, mientras continuaba embistiendome. Pronto él también se había venido soltando un grave gemido y encerrándose profundo en mi.
Se recostó sobre mi pecho mientras lo abrazaba intentando regular mi respiración, él también se le notaba agitado. Pero algo me hizo querer abrazarlo con más fuerza.
—Taehyung yo te quiero, no quiero que pienses que esto es solo por placer ya que te tengo un cariño bastante grande, y se que tal vez esto sea imposible per...
Y lo besé. ¿Cuánto tiempo habré esperado por aquello?, quien sabe, solo sabía que al fin no tendría que avergonzarme de demostrar mi afecto hacia él.
Yo también te quiero Jungkook...
Correspondió mi beso y sentí como sonrió entre este.
Sin duda, aquella tarde fue la mejor de todas.
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Ya lo sé. Llevo días o semanas sin traer nada, pero esto no marca la diferencia, es algo más viejo que la torre de pizza que tenía por ahí, encima es cutre pero igual espero que lo disfruten, no sé cuando vuelva a escribir algo.
Nos vemos.
Thank you for reading!
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