Un camión. En la casa que está en un par de casas más alejadas de la suya, esa casa que estaba en venta hace algun tiempo.
─Hey─ No aparta los ojos de la ventana─ No estes de metiche, ¿no te han enseñado que no hay que espiar a los vecinos?
─Hyung, es lo más interesante que ha pasado durante meses─ Explica abriendo la ventana para olfatear, moviendo la nariz buscando rastro de algun aroma─ Nuevos vecinos... Ojala tengan un hijo de mi edad, asi puedo salir a jugar con alguien y no con los idiotas de mi clase.
—Eso. Te haría bien estirar tus piernas de vez en cuando. Y por estirar las patas me refiero a que salgas y seas productivo en vez de estar echado leyendo comics— Es reprendido por su hermano mayor que termina de adentrarse en la habitacion y unirse en la espiadera del menor— Oh, tienes razón. Nuevos vecinos.
—Te lo dije. ¿Deberiamos ir a darles la bienvenida? Estoy seguro de que mamá querrá llevarles su famosa tarta— Propone mordisqueándose el labio, sobre todo al escuchar la risa de un niño. Un niño, tienen un hijo— Aunque a Yoongi no le gustará ir.
—Por favor. Tan solo se hace el chico rudo— Observan como dos hombres bajan un sofá del camión— Estará interesado en conocer a los vecinos. Aunque no más que tú.
—Ya te dije. Esto es lo más interesante que ha ocurrido en meses. Ya quiero olfatearlos...
—Oh no, nada de eso— El mayor se aleja de la ventana tirando del gorro de la sudadera a su pequeño hermano— Estás en proceso de aprendizaje, tienes que controlar ese tipo de actitudes en publico o te tacharan de fetichista o niño raro.
—Pero SeokJin hyung...
—Pero nada. Sigue aprendiendo de papá, de nosotros y asi no vas a levantar sospechas en nadie, Jungkook. Y estoy hablando muy en serio, escucha a tu hermano mayor—
—Bieeeen—
—Ahora baja a cenar, a papá no le gusta comer si no estamos todos en la mesa— deja una caricia bajo el mentón de Jungkook para luego darse media vuelta y salir del cuarto al siguiente donde puede oir el toque de puerta y claramente la voz de Yoongi.
Sus ojos se vuelven a posar en sus vecinos y puede verlo. Puede ver al chico corretear riéndose de quien sabe que cosa, pero su risa es contagiosa y hace que Jungkook se remueva más inquieto que de costumbre.
Si. Le diría a mamá que prepare una tarta para los nuevos vecinos.
Baja las escaleras con prisa esbozando una sonrisa de labios cerrados cuando ve a su padre en la cabecera leyendo el periódico que lo baja solo para sonreir al ver a su hijo menor. Mamá tararea una canción mientras se sienta en su lugar, justo al lado de papá y Jungkook se aproxima al suyo que es en medio de sus dos hermanos mayores que no tardan en bajar.
SeokJin con su aura de tranquilidad y semblante alegre que lo caracterizan. Luciendo tan sencillo, pero increíblemente apuesto que tenia a todas las chicas —y chicos— suspirando por él en la escuela. A su lado está Yoongi con expresión imperturbable, manos ocultas en el bolsillo de canguro de su sudadera y parpadeando lentamente como si tuviera sueño. Como siempre.
—¿Qué hay, mocoso? — Saluda Yoongi revolviendo los oscuros cabellos de Jungkook antes de tomar asiento a su lado izquierdo.
—No soy un mocoso, tengo doce años—
—Sigues siendo un mocoso— Le secunda SeokJin subiéndose las mangas hasta los codos.
—Es verdad Jungkook, sigues siendo un niño. Mi niño— Apoya Somin, su madre que toma los cubiertos con elegancia. Todo en ella grita delicadeza. La madre de los chicos es hermosa, tan preciosa que podría ser modelo de alguna revista de modelo si es que asi lo quisiera ella. Pero siempre preferia dedicarse a la familia, le hacia más feliz.
—Papá, defiendeme— Pide el menor de todos logrando que el hombre deje el periódico de lado.
Jeon Junho. Un hombre imponente, gigante ya sea de altura como de cuerpo que logra intimidar al resto de personas, aunque sea un amor de persona dentro de casa. Se acaricia la barba mientras admira a su familia sentada en sus lugares correspondientes y se alegra de que interactúen en tranquilidad pura. No hay nadie que perturbe esa felicidad.
—Es un cachorro aun, pero al final será el alfa de esta familia— Sentencia descorchando el vino para servirle a Somin y a él mismo, ignorando como SeokJin extiende su copa— tu no, olvídalo SeokJin, sigues siendo menor de edad.
—Cierto, Jungkookie será el alfita de esta familia— Rie Yoongi tomando el pollo con las manos para darle un mordisco sin preocuparse de estarse ensuciando— Ya quiero ver eso.
—Y ustedes serán sus betas, sus guias. Son igual, o más importantes dentro de esta jerarquía, ténganlo claro—
—Si lo sabemos— Habla SeokJin estirando el cuello para ver el resto de cuencos en medio de la mesa, decantándose por uno de patatas con mayonesa y llenarse un poco el plato— Vamos a hacer lo mejor posible para nuestro mini alfita~
—Solo se burlan de mí— Se queja el azabache fingiendo estar molesto, pero se le escapa una risita cuando SeokJin le pica una costilla con el dedo— Por cierto, queda poco para mi cumpleaños número trece...
Junho y Somin le miran unos segundos.
—Quiero un gran pastel de chocolate— Habla enterrando el tenedor en un trozo de pollo, él si tenia modales, no como Yoongi— y de regalo acepto nuevos comics, dulces, y unas zapatillas nuevas. Ya saben, correr por las noches en medio del bosque es desgastante.
Somin sonríe llevándose la copa de vino a los labios.
—Bien, me gusta la humildad de mi hijo—
—¿Lo dices en serio, mamá? — Pregunta Yoongi masticando con una ceja enarcada— Ah, es sarcasmo, lo entiendo.
—Si, es sarcasmo—
—¿No quieres invitar a algún amigo a tu cumpleaños? — Jungkook medita la pregunta de su padre y piensa en sus compañeros de clase. No había nadie que le cayera realmente bien, tan solo fingía amabilidad por las apariencias y estatus de su familia, pero piensa que todos los que lo rodean son idiotas. Y es porque lo son.
—No gracias— Roba una patata de SeokJin que gruñe por lo bajo— Me gusta pasar mi cumpleaños solo en familia.
—¿Esta bien si invito a NamJoon? — La pregunta de SeokJin va dirigida al pequeño Jungkook que entrecierra los ojos viéndolo fijo— Ya sabes, necesitamos mantener el lazo con los Kim. Pero si no quieres que venga, esta todo bien.
—NamJoon es agradable. Es bastante listo— Piensa en el chico de piel morena. No es un problema invitarlo, solo que la abuela de este es bastante excéntrica que le da un poco de miedo. Sobre todo, cuando ella le pellizca las mejillas y le murmura que debería ir a su casa a verse el futuro inhalando esos polvos oscuros y... No, que miedo— Puedes invitarlo. Me cae bien.
—Seguro se alegra. Por cierto, mamá— Llama la atención de la pelinegra— llegaron nuevos vecinos.
—¿Nuevos vecinos? —
—Si, en la casa de tres cuadras más allá. La que estaba en venta hace meses— Cuenta con Jungkook asintiendo fervientemente a su lado— ¿Deberíamos ir y darles la bienvenida una vez se instalen?
Somin corta con el cuchillo el pollo sin tomarlo con las manos.
—¿Está bien si les llevo una tarta de manzanas? — Jungkook celebra alzando los brazos y SeokJin a su lado sonríe. Yoongi no presta atención a la conversación, la comida es más interesante que conocer gente.
La cena transcurre con normalidad, entre charlas de adultos, conversaciones de la escuela, las calificaciones y próximos exámenes y bromas. Muchas bromas. Y Jungkook ama el ambiente que se forma en su familia, siempre animados, siempre juntos, de alguna manera terminaban por tocarse entre todos para reafirmar el lazo que los une.
SeokJin le toca la pierna con la rodilla, Yoongi rodea su cuello con el brazo, papá acaricia el cabello castaño de SeokJin y mamá sostiene la mano de papá encima de la mesa.
Reafirmando el lazo. Fortaleciendo la conexión de la manada.
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Se mantiene sobre el taburete de la cocina moviendo la cabeza al compás de la canción que proviene de la radio, ignora la conversación que tiene SeokJin con Somin y dedica toda su atención a como su hermano mayor corta rodajas de manzana.
En la noche fue extraño mirar la luna, se distrajo por las luces encendidas en la casa que solía estar vacía y sus ansias de conocer a tal familia se incrementaban con fuerza. La sola idea de que tuvieran un hijo con quien hacer buenas migas lo emociona por lo que se levantó más temprano —muy raro de Jungkook, sobre todo un sábado— y jalo del brazo a mamá que tejía en el sofá, obligándola a que preparara la tarta. Subió a lanzarse sobre SeokJin que le reclamó, para que terminara levantándose a ayudar.
A Yoongi no lo molesta. El chico si que daba miedo si alguien lo despierta. A no ser que sea importante... ¿a qué se refería con importante? No tiene idea.
Roba trozos de manzana riéndose por las exclamaciones de SeokJin en su contra, aunque luego termine por guiñarle el ojo. Su hermano nunca se molesta, no con Jungkook. En realidad, SeokJin nunca se enoja con nadie, no hay quien lo saque de sus casillas, por más que traten de molestarlo.
En cambio, Yoongi se molesta rápido, te enseña los colmillos y se va a dormir encerrándose en su cuarto bajo llave. Aunque, cuando está de buen humor te devuelve las bromas y te agarra para someterte con cosquillas hasta el punto de que ruegues por tu vida.
Si que podían ser diferentes.
—Bien— La voz de mamá lo distrae— En veinticinco minutos la tarta estará lista. ¿Por qué no se arreglan para ir a visitar a los vecinos? Ah, y por favor avísenle a Yoongi.
—Piedra, papel o tijera quien lo despierta— Dice SeokJin con la mano oculta tras su espalda. Jungkook acepta y escoge la piedra, siempre escoge la piedra por lo que es fácil ganarle.
—¡Agh! ¿¡Como haces para ganarme siempre!? — Chilla con las mejillas sonrojadas.
—Soy profesional en esto, niño. Ahora ve y despiértalo—
Ambos menores suben las escaleras, cada uno a su respectivo cuarto para vestirse. El clima está lo suficientemente bueno para ir solo en camiseta sin ponerse ninguna sudadera encima. Se arregla los cabellos mirándose en el espejo de pie que tiene con fotografías polaroid decorándolo y suspira dándose ánimos para ir a la habitación de al fondo del pasillo.
Se mordisquea el pulgar al ver la nota que cuelga desde el picaporte "Durmiendo. No molestar" y decide abrir la puerta con mucha lentitud. Puede escuchar la respiración pausada de su hermano, al igual que los latidos de su corazón por lo que sabe que duerme. Da pequeños pasos para adentrarse más viendo todo en orden, lo cual lo hace feliz. Había días en los que Yoongi solo pasa encerrado y su cuarto era un verdadero desastre, le gusta que todo este limpio y huela bien.
—Hyung— Llama bajito poniéndose en cuclillas al lado de su cama, viéndole el rostro relajado y como su mejilla está abultada por la almohada— Yoongi hyung, buen día...
El pelinegro frunce el ceño.
—Fuera—
—Mamá me mando a despertarte— Murmura con suavidad. Si hay una táctica que funciona, es siendo delicado con el mayor— Despierta hyung.
—¿Qué quiere mamá? — Pregunta abriendo un ojo, enfocando a su hermano que le acaricia con el dedo la otra mejilla. Si fuera un gato, estaría ronroneando.
—Ir donde los vecinos. Conocerlos y llevar su tarta. Ya está lista— Informa con una leve sonrisa ante el bufido que Yoongi suelta.
—Que se jodan los vecinos—
—No digas malas palabras. Mamá te va a escuchar— Yoongi abre los dos ojos y frunce el entrecejo— Ah, ahora si has despertado.
—¿Qué hora es? —
—Diez de la mañana, día sábado—
—¡Diez de la mañana un sábado! — Exclama reincorporándose en la cama para quedar sentado y frotarse el rostro para despabilar un poco— Que clase de castigo es este... Bien, me daré una ducha y bajaré.
—De acuerdo. Si te vuelves a dormir enviare a SeokJin hyung—
—Oh no, no gracias— Jungkook sonríe cuando Yoongi se levanta pateando las cobijas y cierra la puerta para bajar las escaleras tumbándose un rato en el sofá haciendo zapping en el televisor.
Papá trabaja gran parte del día, siempre se va de negocios a otras ciudades haciendo cosas de adultos que, a Jungkook, de momento, no le interesan. Mamá es quien se ocupa de ellos, aunque ahora que han crecido, ya casi pueden sobrevivir por su cuenta. Jungkook es un mocoso de doce años —casi trece— que aun tiene mucho que aprender de la manada.
Ve a su mamá que se sienta en el sofá individual, volviendo a retomar sus palillos y tejer con una leve sonrisa.
SeokJin baja, y sin preguntar se sienta al lado de Jungkook subiendo ambas piernas para descansarlas en el regazo del menor ignorando sus quejas. Zafándose diciendo "ah, piedad con la gente mayor" y riendo ante los gritos de Jungkook de que tiene tan solo quince años.
Por último baja Yoongi desordenándose el cabello húmedo, agitando la cabeza y salpicando con agua apropósito a sus hermanos que gritan para que Somin haga algo y esta solo se ríe entre dientes dejando de lado sus palillos.
—Ya estamos todos—
—¿Y papá? —
—Tiene una reunión importante en su estudio. Es mejor no molestarlo— Responde mamá a la pregunta de Yoongi quien asiente conforme con la respuesta.
Los tres hermanos esperan fuera de casa, SeokJin se estira tronando sus huesos, Yoongi se distrae con los árboles, adorando el sonido de sus hojas sonar por el viento y Jungkook mantiene los ojos en la casa tres cuadras más lejos de la suya, forzándose en oír algún ruido proveniente de ella.
—Por favor, compórtense— Pide Somin con la tarta cubierta por un lindo paño rosita— Nada de olfatear, lo digo por ti Jungkook. Nada de tocar excesivamente las cosas, ¿escuchas SeokJin?
—Si—
—Y nada de enseñar los dientes, ¿enterado Yoongi? —
—Ajá, alto y claro—
—Bien. Vamos—
Jungkook es quien va primero, con el corazón un poco acelerado, pero se relaja cuando Yoongi le toma de la mano para caminar juntos.
La casa de dos pisos siendo habitada. ¿Quién lo diría? Llevaba casi un año sin venderse y Jungkook puede comprenderlo, ¿Quién quiere vivir en un pueblo tan pequeño y en medio de la nada? Solo un idiota, como las personas que acaban de mudarse.
Somin se arregla el cabello que tiene amarrado en una larga trenza y presiona el timbre.
Los tres menores oyen el ruido proveniente de adentro, en como se detienen y arrastran los pies por el piso de madera, incluso eso pueden oír, casa paso, cada rechinido en la madera.
La puerta se abre, SeokJin y Somin muestran una amable sonrisa, Jungkook se mordisquea el labio y Yoongi sigue luciendo imperturbable.
—¡Hola! Somos sus vecinos— Habla mamá señalando la casa donde viven y la mujer que abrió, de unos cabellos dorados, abre la boca sorprendida— Vinimos a darles la bienvenida al pueblo, hemos traído tarta.
—Tarta de manzana. La preparamos nosotros— Interviene Jungkook haciendo sonreír a la extraña que se apresura en bajar los dos escalones y abrir la pequeña reja de madera, es tan pequeña que cualquiera podría pasar por arriba de ella sin ningún esfuerzo. Pero hace que la casa tenga un aire más adorable.
—Oh, muchas gracias. No debieron preocuparse por nosotros— Dice tomando entre las manos el pastel— Es un gusto conocerlos, soy Kim Daehyun.
—Jeon Somin. Estos son mis hijos, SeokJin— El mencionado hace una inclinación de cabeza— Yoongi y Jungkook— Ambos sueltan un "hola" sin soltarse las manos.
—Ay, mis modales... Pasen, disculpen el desorden, pero ya saben, las mudanzas son complicadas— El primero en adentrarse es Jungkook, jalando la mano de Yoongi— Mi hijo y mi esposo están adentro. Ambos se creen mueblistas y luchan por armar una estantería.
—¿Hijo? — Inquiere Jungkook siguiendo a la rubia.
—Si, un hijo. Estoy segura que le emocionara conocer a alguien de su edad—
—Ya lo creo— Dice Yoongi.
Al entrar ven un montón de cajas por doquier, muebles sin armar y Jungkook inhala profundo mareándose al sentir un leve aroma a naranjas, más Yoongi le aprieta la mano para que deje de olfatear.
—Siéntanse libres de tomar asiento en...— Calla unos segundos mirando todo a su alrededor— En estos taburetes de acá— Señala unos dispersos— Ay, lo siento, no hemos arreglado nada aun y...
—No se preocupe señora Kim, entendemos a la perfección lo que es mudarse— Se apresura en decir SeokJin que es acariciado por Somin quien si toma asiento en uno de los taburetes.
—Si, si... Es que me gusta atender de buena manera a las visitas. Vuelvo en un segundo, necesito presentarles a mi familia—
Jungkook puede oír los pasos de ella, como abre una puerta, su voz diciendo "vinieron a visitarnos los vecinos", la voz de un hombre que parece sorprendida, pero lo que más llama su atención es la voz de un niño "¿Visitas? ¿tienen hijos? Necesito un amigo..."
—Deja de escuchar, es de mala educación— Lo regaña en el oído Yoongi haciendo que de un respingo.
—Tú también lo haces—
—Si, pero yo soy más natural que tú...
Rueda los ojos y siente más pasos acercarse.
—Hyungsik, Taehyung, ellos son los Jeon. Nuestros vecinos— Lo ve. Ve a Taehyung, sus cabellos rizados y desordenados de un color achocolatado, con unos ojos curiosos y su olor, oh su olor.
—Lamentamos el desorden— Es lo primero que dice el señor Kim— Es un gusto conocerlos, es bueno hacer buenas migas con alguien que conoce ya el lugar así no estamos tan a la deriva.
—El gusto es nuestro. No hemos tenido vecinos hace una buena temporada— Jungkook no aparta los ojos de Taehyung que le esboza una sonrisa.
Naranjas. Naranjas y sol.
—Este es nuestro retoño— El señor Kim le da un ligero empujón al niño que toma una ligera respiración.
—Soy Taehyung, tengo trece años y espero que nos llevemos bien— Hace una corta reverencia. Somin se cubre la boca murmurando un "que adorable chico"
—Soy Jungkook— Se presenta llamando la atención de todos los presentes— Voy a cumplir trece pronto, y... es bueno tener un vecino, digo, podemos pasear por el bosque, por el pueblo, te puedo presentar al resto de personas que viven aquí, ir en bicicleta...
—Eso quiere decir que está feliz de conocerte— Interviene SeokJin con una alegre sonrisa de ver las mejillas sonrojadas de su hermano menor— Soy SeokJin, su hermano mayor y este de acá es Yoongi.
—Hola—
—Les serviré algo de beber mientras comemos de la tarta— Daehyun se apresura en ir a la cocina y sacar de una caja varios vasos de vidrio, en la nevera hay jugo en caja que la alegran por tener algo que ofrecerles a los invitados.
—¿Viven hace mucho tiempo aquí? — Pregunta Hyungsik secándose el sudor de la frente por estar armando un mueble.
—Oh, vivimos aquí hace diez años. SeokJin tenia cinco cuando nos vinimos a este encantador pueblo— Responde Somin inclinando la cabeza a un costado, analizando secretamente al hombre que tiene en frente— ¿Qué es lo que los trae a Villa Verona? Es poco común que gente se mude acá. Ya verá que somos muy distintos a las ciudades centrales.
SeokJin se aproxima a la cocina a ayudar a la mujer con los vasos.
—Necesitábamos despejarnos. La ciudad puede ser demasiado bulliciosa, mucho estrés y queríamos rehacer nuestra vida en un lugar nuevo—
—¿Y porque Villa Verona? — Inquiere Yoongi con genuina curiosidad.
—A decir verdad... Taehyung escogió el pueblo entre un montón de lugares donde vivir— Jungkook hace contacto visual con el castañito que asiente varias veces— Y gracias al cielo había una casa donde vivir aquí.
—La gente de aquí es bastante hospitalaria, ya verán. Como dijo mi hijo— Acaricia el cabello oscuro de Jungkook— Nosotros podemos enseñarles los alrededores. Tenemos cierta reputación por aquí.
SeokJin les ofrece vasos a todos para devolverse a la cocina y ayudar a Daehyun con la tartaleta.
—Todos nos conocemos en este pueblo, por lo que los secretos vuelan con mucha rapidez— Sigue Somin— No tardaran en venir otros vecinos a darles la bienvenida, no se espanten si eso pasa.
—Esperamos tener un poco más resuelto los muebles de por acá...
—¿Necesita ayuda armando un mueble? Soy bueno en eso— Se ofrece Yoongi soltando la mano de Jungkook, el hombre parece un poco impresionado— Puedo echarle una mano.
—Eso es... no quiero abusar de su amabilidad—
—No hay problema, mientras me dé de la tarta de mamá, todo está bien— Hyungsik suelta una risa y le enseña el camino a Yoongi hacia la habitación en donde tiene un mueble apenas armado.
Gracias a la luna, Yoongi es bueno armando cosas. Tan solo necesita las instrucciones, música y soledad para hacerlo. Solo que ahora en vez de música tenia a un hombre casi desconocido al lado viéndolo atento, y soledad menos por lo que está obligado a conversar.
—Jungkookie— El menor mira a mamá— ¿No quieres salir a jugar con Taehyung? — El mencionado sonríe en grande y Jungkook boquea un poco terminando por asentir— Cualquier cosa, estaremos aquí dentro.
—Vamos, ¡mamá saldré a jugar afuera! —
—¡Lleva sudadera! —
—¡Okay! — El pequeño niño entra como un tornado a la habitación volviendo con una sudadera abierta de color rojo. Jungkook mueve sus fosas nasales siendo envuelto por el aroma a naranjas— Estoy listo, vamos.
Ambos salen siendo recibidos por los rayos del sol que los obliga a entrecerrar los ojos. Bajan de saltitos los dos escalones y Taehyung suspira estirando los brazos en alto.
—¡Estoy tan cansado! — Reclama volviendo su atención a Jungkook— Tu visita me salvó de estar armando el mueble de papá.
—Oh, de nada, supongo—
—Tu casa se ve grande desde aquí— Apunta Taehyung teniendo que forzar un poco la vista para mirarla mejor— ¿Tienes papá? Digo, no quiero sonar grosero, pero no viniste con uno así que, ¿tienes papá?
—Claro que tengo— Responde poniéndose en cuclillas para observar una ardilla y le pican las manos por querer cazarla— Es solo que hoy tenia trabajo. Es un hombre grande y fuerte, es el alf- es el jefe de la casa— Compórtate Jeon Jungkook.
—Que alivio, pensé que no tenías. Lo siento— Se rasca la nuca, imitando la postura de Jungkook— Debe ser divertido tener hermanos, siempre quise uno pequeño, o uno mayor, da igual.
—Mis hermanos pueden ser los tuyos si quieres. Los compartimos— Taehyung parpadea asombrado— No me molesta tener que compartir a mis hermanos.
Taehyung suelta una risita entre dientes negando con la cabeza.
—¿Eso quiere decir que tu también serás mi hermano? — Inquiere con diversión.
—¡No! ¡Yo seré...! ¡Tu amigo! Tu primer amigo— Se lleva la mano al pecho casi con orgullo— Te enseñare la escuela, te presentare a mis compañeros, te advierto que son unos tontos de primera.
—Mmh, ¿Por qué son tontos? —
—Les gusta molestarse entre ellos, o burlarse de las niñas— Dice frotándose la nuca— No me gustan esas cosas. Prefiero leer, o correr. Por eso me encanta educación física.
—Leer y correr—
—Si, mamá no nos deja tener móviles hasta los quince años. SeokJin tiene su propio móvil. Que injusto, he visto a otros niños de mi edad tener unos...
—Mamá tampoco me deja. Dice que así se pierde la magia de ser niño— Cuenta con una sonrisa ante el notorio disgusto de Jungkook— Así que me divierto dibujando, pintando, o leyendo comics.
—¡Comics! ¡Me encantan los comics! — Exclama asustando a la ardilla y chasquea la lengua por eso.
—Podemos intercambiar algunos— Propone.
—¡Eso seria divertido! —
—¿Cuándo es tu cumpleaños? —
—El primero de septiembre— Contesta encogiéndose de hombros— Lo pasamos en familia, no soy sociable. Pero, ¿quisieras venir? No es necesario que traigas regalo.
Taehyung lo mira detenidamente para luego sonreír y asentir.
—Hace mucho que no voy a un cumpleaños. Creo que será divertido ir al de mi primer amigo— Jungkook siente su propio corazón dar un brinco emocionado, sobre todo cuando percibe que el de Taehyung también parece dar un pequeño saltito.
—Chicos, hay tarta aquí dentro— Daehyun saca la cabeza por la puerta cortando el buen rollo de los niños, Jungkook asiente poniéndose de pie.
—La tarta de mamá es una delicia, te volverás adicto y estarás yendo a mi casa por más— Dice con orgullo y sigue a Taehyung quien entra primero dando saltitos.
Reciben platillos con tarta mientras ambas mujeres conversan animadamente. Somin parece encantada de tener a alguien con quien charlar y SeokJin está complacido escuchándolas, participando de vez en cuando con pequeños comentarios o chistes que hacen reír bastante a Daehyun, a Jungkook le gusta que la rubia diga "eres un chico muy gracioso SeokJin", pero sonríe más divertido por la alta autoestima de su hermano que finaliza con "lo sé, soy encantador".
Yoongi tardó una hora completa en armar la estantería, su frente suda y se divirtió charlando con Hyungsik acerca de muebles, manualidades e intercambiando un par de tips para cuando quiera armar otra cosa por su cuenta, o simplemente podía ir a casa y preguntar por él.
Y Taehyung llevó a Jungkook a la que es su habitación, donde podía sentir con mayor claridad el aroma a naranjas y sol, solo está la cama con un edredón, el resto son cajas y un bolso con ropa abierto de par en par. Contiene las ganas de tomar una prenda y olfatearla, su lobo araña dentro de él para marcar territorio allí dentro y se le hace complicado hacerlo callar en su cabeza.
No saben cuanto tiempo estuvieron en la casa de los Kim, hasta que Somin avisa que es hora de marcharse a preparar el almuerzo.
—Fue un gusto conocerlos— Dice Somin dándole un corto abrazo a Daehyun que corresponde gustosa— Pueden venir a nuestra casa cuando gusten. Si tienen un problema cuenten con nosotros.
—Claro, muchas gracias por venir—
—Gracias muchacho, sin ti no hubiese terminado nunca esa estantería— El hombro de Yoongi es palmeado y este sonríe tímido.
—¡Nos vemos pronto Jungkook! — Se despide Taehyung agitando la mano y es correspondido.
SeokJin se despide con inclinaciones respetuosas y salen de la casa. Los cuatro tomando una bocanada de aire.
—Dios. Me contuve lo más posible de olfatearlos— Murmura SeokJin caminando a la par de Yoongi que va más adelante soltando un sonido afirmativo.
—Sus corazones se sienten bien, digo, tienen un palpito agradable—
—Taehyung huele a naranja y sol— Se atreve a decir Jungkook ganándose una mirada de todos— Es rico, es un rico aroma. Podría ser adictivo. A mi lobo le encantó, quería marcar todo.
Somin desliza la mano por el cabello de su hijo menor que toma de su mano.
—Nada de oler, ¿bueno? —
—Nada de oler. ¡Eh! No lo hice, tan solo respiré profundo—
—Fueron agradables— Dice Yoongi encogiéndose de hombros— Son curiosos y les gusto mucho la tarta de mamá, eso es algo positivo.
—¿A quién no podría gustarle mi tarta? — Presume la mujer con una risita que comparte con Jungkook que balancea sus manos.
—A papá le va a gustar conocer a los vecinos—
—Si, seguro también querrá conocerlos. Espero que no los intimide, sabes como suele ser— SeokJin se voltea y frunce el ceño imitando a papá— Va a hacer su expresión de molestia, frotarse la barba y enseñar los colmillos, asi, ¡grr! — Jungkook se rie divertido por como el mayor los enseña y el color de sus ojos castaños se vuelven anaranjados— Después sonreirá y su postura se va a relajar, se acomodará las gafas e invitará a fumar a Hyungsik.
—Oye, lo representas bien. Podrías hacerte pasar por su doble, payaso— Yoongi recibe un ligero empujón.
—Me gusta analizar a la gente— Contesta volviendo a voltearse para caminar hasta casa, en donde abre la puerta dejando a todos pasar dentro, siendo él el ultimo— Hablando de papá...
—Salí de la reunión y no los vi en casa. Silencio, algo muy raro en este lugar— Dice acomodándose las gafas, rascándose la barriga que no tarda en rugir— Pensaba en cocinar algo mientras ustedes andaban fuera.
—¡Adivina qué! — Corretea Jungkook hasta el hombre zarandeando su brazo velludo— ¡Me hice un amigo! Se llama Kim Taehyung, tiene trece años, irá a la misma escuela que yo, seremos compañeros de grado y lo invite a mi cumpleaños.
—Woah, woah, exceso de información, pequeño—Junho posa la gran mano en la cabeza del menor para calmarlo un poco— ¿Fueron a visitar a los vecinos? ¿Sin mí?
—Sin ti, siempre intimidas a todo el mundo— Acusa Somin dejándole un beso en la mejilla, tuvo que ponerse de puntillas para eso— Y Jungkook insistió mucho en ir.
—Son agradables, ¿verdad Yoongi? —
—Si, lucen como buenas personas— Apoya Yoongi y el hombre parece más sorprendido. No es para menos, su hijo menos expresivo acaba de hablar para decir eso— Me llaman cuando esté el almuerzo listo— dicho eso, vuelve a su habitación.
—Yo los ayudare a cocinar— Dice SeokJin con alegría. Claro, amaba cocinar.
—Yo también quiero ayudar—
—Es mucho más lindo cocinar en familia— Sonríe Somin besando las mejillas de sus hijos— ¿Qué tal la reunión? —
—Agotadora, sabes como es. Tenemos una corona puesta sobre la cabeza que hay que mantener— Dice en un susurro que de igual forma los menores escucharon. Ser lobos les proporciona de un excelente olfato y muy buena audición— En fin, hoy saldremos al bosque los tres, tenemos mucho que aprender, sobre tu Jungkook.
—Claro, ya quiero ser capaz de enseñar mis colmillos como Yoongi hyung, o cambiar el color de mis ojos como SeokJin.
—Son años de práctica. Cansadora practica— Dice el mayor lavándose las manos antes de empezar a ayudar— Pero podrás lograrlo, alfita.
Jungkook resopla por el apodo y se pone manos a la obra.
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Si les gustan los lobos y cambiaformas esta es su historia entonces
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