jjeonkim 𝑲𝒉𝒂𝒐𝒔 👑

Una inesperada separación de niños. Un inesperado reencuentro de adultos. Donde Taehyung siente una atracción indebida por su primo y Jungkook no cohíbe su deseo. KookV, Historia Finalizada.Sexo explícito. Lemon, primos. Contenido adulto 🔞 No permito adaptaciones. Escrita: 2-11-2022 Finalizada: 2-11-2022 Resubida: 6-11-2022. Editada en proceso.  NO PERMITO COPIAS, ADAPTACIONES, DERIVADOS, PDFS DE NINGUNA DE MIS OBRAS. EVITE SER REPORTADO. OBRA REGISTRADA BAJO LA POLÍTICA PRIVADA DE SAFE CREATIVE.


#100 in Fanfiction #82 in Bands/Singers Not for children under 13.

#kookv #kooktae #taehyung #jungkook #jeon #kim #primos #incesto #romance
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UNO

El cielo permanecía en su totalidad encapotado, asemejándose a una cliché película en la cual llovía cuando una persona iba a ser enterrada.


Aquel día no había llovido, pero tampoco faltaba mucho para que aquello sucediese. De igual manera, y según los mitos que transitaban por las calles, ese hecho tan sólo quería decir que la persona difunta había sido una muy grande y buena; y definitivamente, August lo había sido, tanto así que sus dos hijas, Jisoo y Jennie, debieron enfrentar sus diferencias ante su repentina muerte, y unirse como las hermanas que en muchos años no habían logrado ser. Desde aquella estúpida pelea que tuvieron cuando eran aún jóvenes y nunca más volvieron a dirigirse la palabra.


Pero las cosas parecían querer ponerse en su contra y aquel día, antes del entierro, Jisoo había cogido el brazo de su hijo y habrían caminado hasta estar frente a la puerta de color caoba, dejando rebotar sus nudillos sobre la superficie y aspirando con fuerza, mientras escuchaba como Jungkook le susurraba que todo estaría bien, y que no olvidara ser amable con su tía.


El pelinegro permanecía por completo ignorante a lo que en realidad pasaba; cuando su madre y su tía pelearon, él aún era un niño. No podía recordar con seguridad su rostro, pero definitivamente podía rememorar a su primo, con el cual siempre pasaba las tardes. Aunque aquellas memorias fueran por completo borrosas ante sus ojos, su sentimiento aún permanecía vivo. Y es que Taehyung había sido el único amigo que tuvo de pequeño, el cual habría desaparecido de su vida en un pestañeo, cuando su madre decidió alejarlo de él, prohibiéndole que pudieran encontrarse tan siquiera una vez más.


Jungkook sacudió la cabeza cuando se dio cuenta de que estaba divagando en su mente, apretando el brazo de su madre y escuchando los pasos aproximarse hacia la entrada.


Había sido un largo viaje desde su casa, después de recibir la invitación de Jennie para quedarse en la suya hasta que todo aquello terminara, y es que él simplemente no podía haber dejado de ir. No pasó mucho tiempo junto a su abuelo, pero sabía que había sido el mejor de todos, y cuando su madre le dio la deplorable noticia, él llegó a soltar contadas lágrimas. Pero ahora tan sólo podía pensar en una cosa, y era que volvería a ver a su primo. ¿Él lo recordaría también?


Cuando la puerta fue abierta y una mujer estuvo sosteniéndola, Jungkook sintió a su madre tensarse. Ésta habría pasado el camino entero triste, pero aun así le había mencionado lo poco emocionada que estaba por ver a su hermana, después de todo. Sabía que se lo debía a su difunto padre, primero por alejarse de él, y segundo por jamás volver a contactar con Jennie, pero el rencor en su mente se mantenía intacto. De igual manera, ella siempre supo que su hermana era muchísimo más flexible, y después de aquella improvista invitación, notó que ella ya lo había superado. O al menos fingía hacerlo.


— Me alegra que hayan venido — dijo, su voz pareciendo un poco rota y sus ojos rojos. Jungkook de inmediato se sintió mal, y dándole un discreto empujón a su madre, él aclaró su garganta, para luego regalarle una sonrisa a la pelimarrón en la puerta.


— Gracias por la invitación, tía — cedió Jungkook, soltando el brazo de su madre por unos segundos, para luego acercarse a la mujer y estrecharla en un reconfortante abrazo. Ella aferrándose a él con sentimiento, y sollozando bajo ante la emoción.


— Por Dios, Jungkook. Estás tan grande — se separó, sus ojos llenos de lágrimas y una sonrisa temblando en sus labios. El pelinegro mordió el interior de su mejilla, y sin saber qué más decir se hizo a un lado, dejando que los ojos marrones de su madre examinaran la expresión de su hermana— . Han pasado tantos años.


— Muchos. — Admitió la castaña, su voz pareciendo reacia, cuando Jungkook descubrió que estaba a un paso de romperse también. Él no deseaba presenciar aquella escena, no quería estar en medio de una reconciliación u otra posible pelea, y desde luego, no quería ver a su madre llorar. No más.


— Pasen — pidió la pelimarrón, limpiando sus ojos y haciéndose un espacio en la entrada— . Están en su casa.


Y sintiéndose prontamente aliviado, Jungkook sostuvo bien su bolso en manos, para seguidamente adentrarse al cálido hogar. Todo estaba silencioso, sin embargo, percibió la tranquilidad que reinaba por completo en aquella casa.


Hacía años no entraba en aquel lugar, y supo que jamás lo hubiera reconocido. Las paredes estaban pintadas de un tono diferente a la última vez, y cuadros más coloridos adornaban las paredes. Miró los portarretratos que detallaban el pasillo, y se encontró sonriendo al admirar una foto de él con su primo. Ambos eran unos niños, y enseguida lo recordó; aunque estaba ansioso por verlo una vez más. ¿Él viviría allí? Esperaba que sí, y no supo explicar con exactitud su pronta emoción.


— Puedes dejar eso en el salón, cariño — escuchó nuevamente la voz de su tía, y él tan sólo la obedeció en cuestión de minutos. Su madre permanecía rígida, sin poder liberar la tensión que recaía en sus hombros. Supo de inmediato que no saldría de aquel incómodo lugar a menos que ocurriera un milagro, pero al darse cuenta de que ellas necesitaban su espacio, suspiró con fuerza para llamar su atención— . ¿Quieren un poco de café?


— Café está bien — se apresuró a decir, indagando con su mirada por los alrededores y notando el patio exterior— . Estaré afuera.


Tras recibir una mirada acusatoria por parte de Jisoo, Jungkook se escabulló de aquel tenso lugar, sin siquiera percatarse de dónde podría estar su primo, o su tío. Sólo necesitaba estar solo, o dejarlas solas. Él sabía que tenían muchas cosas de qué hablar, y se preguntó qué podría estar haciendo mientras tanto.


La casa se notaba desierta, y por un momento, él pensó que sólo su tía la habitaba.


Nunca había tenido especial interés por volver a encontrarse con Taehyung, después de un par de años, él logró olvidarse. Inevitablemente, y cuando su nombre salía a flote en su cabeza, pasaba días enteros pensando en él. Y no tenía claro el porqué. Taehyung había sido su hermano desde pequeños, y quizá, tan sólo se miró afectado por la separación tan abrupta. De igual manera, no tenía forma de saber si el castaño pensaba lo mismo que él, y por un instante, se vio deseando no ser rechazado por éste cuando estuvieran de frente.


Cuando pasó minutos sentado en una silla afuera, sintió la brisa rozarle, y poco tiempo después, la voz de su madre llamarlo. Entró en la casa, guiándose por el exquisito aroma del café y dando con la cocina, las dos mujeres sentadas a la par en el pequeño mesón que adornaba el área, se sintió contento de que el aura que en ellas reinaba, hubiera mejorado notablemente.


Tomando asiento a un lado de ambas mujeres, cogió la pequeña taza de café, y dándole una probada, se vio siendo observado por dos pares de orbes, con completa atención.


— Estás muy guapo — dijo Jennie, sacándole una improvisada sonrisa— . Eres todo un hombre, Jungkook. Nunca me esperé que cambiaras tanto.


— Gracias — soltó, un ligero sonrojo adornando sus mejillas cuando le dirigió una mirada rápida a su madre. Deseando poder preguntarle a la mujer por su primo, pero no atreviéndose a hacerlo. Por suerte, agradeció el que su mamá fuera tan oportuna.


— ¿Qué hay de Taehyung? ¿Él está bien? — Su voz saliendo menos dura, siendo reconocida por una ligera sonrisa tirando de los labios de su hermana, acto que hizo suspirar a Jungkook. Al parecer, todo estaba saliendo mejor de lo que imaginó.


— Está bien — asintió, una pronta mirada a su sobrino— . También ha crecido mucho, es todo un hombrecito. Ahora mismo debe estar por llegar, fue con Jungsuk a comprar los suministros para mañana — relató, moviendo su mano y acabando su café. Jungkook sintió la emoción convulsa recorrer por completo su cuerpo, y percibiendo como sus ojos brillaban con una exaltación extrema.


Después de aquello, y tras terminar su café, la espera resultó ser más mortificante. Cuando la puerta de la casa sonó, y por consiguiente un par de voces se hicieron notorias, el pelinegro volteó sobre su hombro, admirando como una pronta presencia se adentraba en la cocina con contadas bolsas en sus manos.


Sus ojos abriéndose prontamente y su boca haciéndole juego, con su mirada fija en el castaño que sonreía de lado, abandonando la comida en el mesón y con un atuendo por completo llamativo. Su corte de cabello le decía a Jungkook que no era precisamente una persona a la que le importara lo que los demás pensaran. De inmediato los ojos cafés se posaron en los negros, y alzando sus cejas de manera sorprendida, él miró de su madre a su primo, y por último, a su tía.


El cabello castaño largo amarrado en una coleta alta, Jungkook sintió su garganta secarse en aquel justo momento, , se vio en obligación de acomodarse en su asiento, ante el pronto pensamiento que surcó por su cabeza. Y es que jodido Dios; su primo se veía tremendamente caliente.


Demasiado guapo. Increíble.


— Mira quiénes han llegado, bebé — dejó salir la pelimarrón, arrimando su silla hacia atrás y poniéndose de pie. Taehyung la miró por unos segundos, y mordiendo su labio visiblemente, todos admiraron la entrada cuando Jungsuk se hizo presente.


— Ya veo — soltó el castaño, encogiendo sus hombros y sonriendo en dirección a los nuevos invitados, para pronto caminar hacia la castaña y darle un abrazo— . Es bueno verte, tía.


— Oh, Taehyung — dijo, emocional. Lo apretó hacia sí con fuerza, mientras los demás tan sólo presenciaban el momento. Jungkook sonrió de lado, sintiéndose extrañamente confortado, y prontamente admiró como los ojos cafés volvieron a encontrarse con los suyos.


— Hola, primito — se atrevió a decir, llamando por completo la atención del castaño, quien tras separarse del abrazo, alzó una de sus cejas— . Mucho tiempo sin vernos, ¿acaso no me recuerdas?


— Por supuesto que te recuerdo — soltó, su voz apenas saliendo ante aquella tan fuerte y preciosa. Jungkook se veía muy bien, y no evitó escanearlo por completo con su mirada.


Perfectamente magnífico.


Dando pasos hacia su dirección, él le dio una palmada en el hombro, esperando que aquello fuera suficiente, pero cuando el pelinegro lo atrajo hacia sí en un abrazo, se vio obligado a tragar saliva. Y prontamente, escuchó las voces estallar en la cocina.


— Es un gusto tenerlos por aquí otra vez — comentó la gruesa voz de Jungsuk .


Mientras tanto, Jungkook dejó libre el delgado cuerpo, no pudiendo retener sus movimientos y alejándose pronto de él. Pudo notar las mejillas del castaño sonrojadas, y sonrió ante el gesto. Recordó a su primo en su niñez, y se rio internamente por ello. Taehyung se veía hermoso.


Definitivamente, él no esperaba encontrarse con algo como aquello.


(...)


Cuando la noche cayó y la cena estuvo lista, los cinco habitantes de la casa se sentaron en la mesa. La tarde había transcurrido entre divertidas conversaciones, conociéndose lo que todos aquellos años se habían perdido, y se notaba el increíble cambio de ambas hermanas para con ellas mismas. Quizás no había sido el mejor momento para una reconciliación, pero sus hijos, y por supuesto Jungsuk , estaban felices por ello.


De igual manera, Taehyung y Jungkook no habían intercambiado palabras, al menos, no más de las necesarias. Podían sentir las ganas de hablarse, pero en un acto involuntario, sus cuerpos se mantenían inmóviles, con tan sólo sus miradas fijas en la contraria. Sonreían en ocasiones, cuando Taehyung hacía una mueca odiosa hacia su primo, o cuando éste, por su parte, mordía su labio de una manera provocativa. Al principio, Taehyung creyó que lo hacía por fastidiarlo, pero luego de un rato, y admirando la pícara sonrisa que extendía aquellos gruesos y rosados labios, él no supo que pensar. ¿Jungkook intentaba coquetear con él?


¿En qué cabeza cabía aquello?


Cuando la cena culminó y todos los platos estuvieron limpios y guardados por los dos menores, Jungkook presenció las ansias dentro de sí. No tenía muy en claro qué era lo que quería lograr, pero de alguna manera le gustaba. Taehyung le gustaba.


— Me temo que no tenemos muchos lugares disponibles — comenzó Jennie, llamando inmediatamente la atención de su hijo, quien la miró con ojos grandemente abiertos, suponiendo lo que ella ahora diría— . Debemos ampliar la casa y hacer una habitación de huéspedes, pero por el momento lo más lógico es que Jisoo se quede conmigo, y si no te importa, cariño, Jungkook contigo — dirigiéndose a su hijo, el pelinegro disparó sus cejas hacia arriba, una pronta sonrisa acariciándolo cuando el castaño pareció perder el aire, y en pocos minutos, frunció el ceño.


— Mamá... — Gruñó bajo, dando pasos toscos hacia ella— . Mi cama es pequeña, ¿no pretendes que ambos quepamos en ella, eh? ¿No tienes una mejor idea?


— Oh, por mi no hay problema — interrumpió Jungkook, cogiendo el bolso que habría dejado esa tarde en el salón, y sonriendo con elocuencia— . ¿Recuerdas cuando dormíamos juntos? Porque yo sí, ¡vamos, podemos rememorar viejos tiempos!


El castaño le lanzó una mirada fugaz a su primo, y cerrando los ojos por un segundo, sintió como todas las miradas prontamente estuvieron sobre él.


— ¿Por qué mejor no me quedo yo contigo, eh? — Intentó, moviendo el brazo de su mamá. Ésta soltó una risa encantadora, y apretando sus mejillas cariñosamente, negó.


— Vamos, cariño, a puesto a que tienen muchas cosas qué hablar. Antes eran muy unidos, ¿por qué no volver a esa temporada? Jungsuk dormirá en el sofá, ya lo discutí con él — sonriéndole al hombre, todos soltaron una pequeña risa. Menos Taehyung, él permanecía con su gesto circunstancial, y cruzándosele una nueva idea, miró a su padre.


— Yo puedo dormir en el sofá — pidió.


— Deja de bromear, hijo. Enséñale tu habitación a Jungkook, y será mejor que lo trates bien — le ordenó el hombre, dándole un ligero empujón a la espalda del azabache.


El castaño apretó la mandíbula. Sabía que aquello no era una buena idea, en lo absoluto. Rindiéndose, él comenzó a subir las escaleras, sintiendo los pasos de Jungkook tras él y también, escuchando como los adultos mayores abajo comenzaban una nueva conversación.


Con aquel pensamiento en mente, él supo que aquella sería una larga noche.


— ¿Tanto te molesta estar conmigo a solas? — Interrogó el pelinegro, cuando cerró la puerta de la habitación tras él.


Admiró como Taehyung se dio vuelta, encarándolo y con los brazos cruzados sobre su pecho, una pose altanera. Jeon se rio, poniendo los ojos en blanco y dejando su bolso a un lado de la habitación, para pronto admirar la cama al centro de ésta. Taehyung tenía razón, y es que aquella no era especialmente grande.


— No me molesta — dijo, su voz sonando contraria. El pelinegro encogió sus hombros y dio pasos al frente, indagando con su mirada por todo el emplazamiento— . Es sólo que, por favor, Jungkook, tenemos veintiuno. Ya no es cómodo dormir juntos, ¿sabes?


— ¿Por qué? — Preguntó, un tono jactancioso mientras reía— . Yo creo que es muy cómodo; podríamos dormir abrazados en cucharita, ya sabes.


— Para con eso — el castaño frunció los labios, una mano en su cadera— . ¿Qué te pasa? ¿Por qué me coqueteas?


— ¿Quién dijo que te estoy coqueteando, Taehyung? — Preguntó, sus ojos entrecerrados. El castaño se sintió colérico, y gruñendo por lo bajo, soltó la coleta de su cabello, dejando que éste cayera suelto a un lado de su cabeza. Jungkook contuvo la respiración— . Estás muy bueno.


— Agh. Haz lo que quieras — y con aquel último comentario, él se encerró en el baño anexo de su habitación, poco dispuesto a regresar, al menos, hasta que Jungkook se haya tomado cinco pastillas para dormir.


No entendía qué pasaba, y el que Jungkook lo tratara de aquella extraña manera lo hacía divagar en sus pensamientos. Su primo había dejado de ser aquel niño nerd con el que todos se metían, y había florecido magníficamente. Ahora era un hombre grande, fuerte y precioso, pero el tener aquellos pensamientos lo hacía horrorizarse por completo. Era su primo, Jeon Jungkook , su sangre, su hermano. Él no podía simplemente imaginar su cuerpo desnudo y sudado, y por supuesto, no podía dejar que él le dijera todas aquellas cosas, aunque éstas, de por sí, lo calentaran de sobremanera.


Sabía que, indudablemente, aquella noche estaría llena de una increíble tensión, y no cualquiera, sino sexual.


Porque definitivamente, él era gay, y su primo demostraba formar parte de su equipo, también.


Después de un largo rato, y peleando con su propia mente, Taehyung salió del baño, encontrándose con su primo acostado en la cama, con sus sábanas cubriendo lo que parecía ser un torso desnudo. Y sintió sus piernas como un flan. Intentando ignorarlo, él decidió que lo mejor sería dormir; al día siguiente estarían en el entierro de su abuelo y por un momento, se sintió la peor persona del mundo.


Jungkook estaba allí porque su abuelo había muerto, y no podían mantener sus pensamientos tranquilos. August estaría muy decepcionado de ambos, y el castaño rezó porque su abuelo se hiciera la vista gorda ante aquella embarazosa situación. Él no era incestuoso, y por supuesto, no dejaría que Jungkook lo fuera con él.


Quitándose rápidamente la ropa, el castaño buscó en su armario algún pantalón cómodo, pero cuando sintió la mirada fija de su primo en él, se vio obligado a mirar sobre su hombro.


— ¿Qué? — Cuestionó, tragando saliva ante la sonrisa maliciosa en el rostro contrario.


— ¿Dormirás con ropa? — Cuestionó, un tono jocoso— . Espero que no te moleste, pero odio la ropa al dormir.


— ¿Sabes? No me sentiría cómodo durmiendo desnudo contigo a mi lado — sonrió, una mueca fingida mientras volvía a darse la vuelta. Jungkook soltó una risa sarcástica, y acomodándose bien en la cama, admiró con sagacidad al castaño.


— ¿Volvemos a la incomodidad? — Se burló— . ¿Acaso eres una nena, Taehyung? Vamos, se un hombre. ¿Por qué te importaría dormir en pelotas con tu primo? Se supone que eso somos, ¿no?


— Sé lo que intentas hacer, y no, no caigo en provocaciones — murmuró, chirriando los dientes.


— Bien, como quieras. Buenas noches, nena — poniendo los ojos en blanco, Jungkook le dio la espalda al castaño, quien intentando mantener calmada su pronta cólera, cerró la puerta del armario fuertemente.


Él no dejaría que un recién llegado al que antes llamó hermano, lo tratase de aquella manera. Por supuesto que no, y cuando estuvo metido en su lado de la cama, arropado con las cobijas y sintiendo las piernas desnudas de Jeon chocar contra las suyas, supo que evidentemente había caído en la provocación. Y ahora estaba metido en la misma cama que su primo, con tan sólo ropa interior.


Cerrando los ojos y escuchando la ligera risa que pronto dejó escapar el pelinegro, Kim se propuso dormir, dándole la completa espalda al otro cuerpo, y deseando que aquello no pasase a extremos. No conocía a Jungkook, por supuesto, porque el chico ya no era el mismo niño de antes, y lo que menos esperaba era encontrarse con una indebida sorpresa, un rato después. De ese modo, y con el pensamiento de lo cambiado que resultó llegar Jungkook, Taehyung se quedó profundamente dormido.


Por primera vez, él agradeció que su sueño fuera tremendamente pesado, de ese modo, no se enteraría de que un chico imposiblemente caliente dormía a tan sólo unos centímetros de distancia.


Oct. 2, 2022, 8:19 p.m. 4 Report Embed Follow story
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PR Perla Rubí
Que tensión 👀
October 08, 2022, 11:18
PR Perla Rubí
Taehyung con cabello largo 🛐❣️
October 08, 2022, 11:18

~

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