simurdiera2 Simur Diera2

Taehyung no sabe cuándo empezó a amar a Jin, pero si sabe cuándo empezó a engañarse a así mismo. Sabe que lo ama y que su amor no correspondido empieza a asfixiarlo, se está convirtiendo en un monstruo por culpa de la envidia y los celos. ¿Es la herida culpa del no ser amado o la de aferrarse a un sinsentido?


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#drama #jin #taehyung #au #amor-no-correspondido #jintae #jinkook
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Per Dimentticare

Siempre lo he sabido. Incluso si me niego a verlo o aceptarlo, siempre lo he sabido. Que lo ama a él y no a mí.

Al principio era fácil pasar de esos sentimientos, justificar lo que era obvio con simples excusas y negarme a lo evidente, todo siempre tenía un porqué relacionado al amor fraternal, siempre encontraba un «¡Ah!, Es un buen hyung, solo eso» para justificar como Jin parecía completamente entregado a él. Después de un tiempo su relación fraternal se volvió más íntima y hasta empezaron a dormir en la misma cama, me decía que era por qué a veces JungKook se ponía sentimental y quién mejor lo consolaba era Jin, porque se entendían, pero esas mismas noches mi subconsciente me decía que no era verdad, que aceptara de una maldita vez que ellos tenían algo más que solo una relación de amigos. Eran amantes, lo sabía.

Pero incluso si lo sabía no podía dejar de amarlo como lo hacía, no podía simplemente apagar mis sentimientos y fingir que no estaban allí. Me era imposible alejarme de SeokJin, intencionalmente buscaba más contacto del que era debido, me pegaba a él y lo abrazaba con descaro hundiendo mi cabeza en su cuello, llenándome de su aroma. Siempre quería más, nunca era suficiente.

Hyung tenía la mala costumbre de aceptar mis muestras de cariño y hasta corresponderles con un toque gentil que solo acrecentaba mis esperanzas de que él también me amara como yo lo hacía.

Nadie parecía ser consciente de que SeokJin y JungKook parecían estar sumergidos en un romance e incluso si lo sabían no parecía importarles, de la misma manera todos parecían pasar de mis obvios sentimientos por el mayor, incluso él mismo. Algunas ocasiones me había encontrado siendo el centro de atención de los enormes ojos de nuestro pequeño maknae, era como si él supiera lo que escondía de todos, como si sus enormes ojos negros y brillantes escrutaran hasta el más profundo secreto dentro de mi alma.

Y lo odiaba.

Éramos amigos cercanos, le había prestado mi hombro para llorar así como él el suyo. Éramos compañeros de juegos y de vida, almas pertenecientes al mismo sueño magnánimo. Y así como lo amaba intensamente como un gran hermano lo odiaba, lo odiaba por qué el tenía el amor de Jin, lo tenía solo para él.

Los sentimientos conflictivos me hacían sentir asqueado de mí mismo. Cuando los ojos negros de JungKook se topaban con los míos la culpa se extendía por mi cuerpo como sangre caliente, en su mirada de dolor encontraba rabia y lastima. Era patético.

¿No se suponía que el amor es un sentimiento hermoso que nos hace vibrar, que nos alegra el alma y nos llena de felicidad abrumadora? Era una sucia mentira, por qué mi amor por SeokJin no se sentía en lo absoluto feliz, me desgarraba el alma y partía en pedazos todo mi ser. Amarlo me causaba dolor, verlo con alguien más me llenaba de celos enfermos y me quitaba el hambre ¿no se supone que si amas a alguien su felicidad es también tuya?, ¿cómo era posible entonces, que siendo consciente de que hyung amaba y era feliz, me fuera imposible sentir dicha?

Adapte mi frágil ser entonces a una mentira efímera, frágil como un cristal de nieve, me aferraría a creer que lo suyo con JungKook no era más que una amistad pura y sin intereses románticos. Si los veía abrazarse, no era especial, todos podíamos abrazar a Jin. Si los veía sentarse juntos y besarse cuando creían que nadie los veía, era tal vez que JungKook quería experimentar y Jin solo lo ayudaba. Si los escuchaba a través de las paredes de algún hotel durante las giras, era que tal vez veían contenido pornográfico juntos. Siempre había una explicación para lo que sea que hicieran juntos.

Siempre había una mentira que creer.

Me decía una y otra vez que tenía que parar, tenía que aceptar la realidad, pero aceptar que jamás me amaría como lo ama a él me dolía tanto. En un punto exacto ya no supe si me dolía más que no me correspondiera o el no ser capaz de reconocerme cuando me veía al espejo.

Salí al pasillo demasiado enojado conmigo, necesitaba alejarme de esas paredes y despejar mi mente, quería que acabase, quería dejar de amarlo y querer sinceramente a JungKook, quería ser capaz de abrazar a Jin y sentir calidez y no un miedo desgarrante a qué me descubra.

Caminé en silencio, temiendo despertar a alguien si mis pasos se escuchaban. El pasillo se volvió un enorme laberinto y antes de darme cuenta estaba delante del cuarto de Jin. Ahora que la casa era más grande solo Jimin y Hoseok compartían cuarto, así que en teoría Jin debería estar solo. ¿Me dejaría dormir a su lado si se lo pedía?, ¿me permitiría acurrucarme en su pecho al menos una sola noche y me consentiría como si me amara?, ¿si le decía que lo amaba me diría que lo suyo con JungKook no existía y me diría te amo de vuelta?. Su enorme puerta de madera era lo único que me separaba de tenerlo para mí.

—¿Taehyunie-hyung? ¿qué haces aquí? —me preguntó suavemente JungKook a mis espaldas. Apreté los labios incrédulo. Si volvía a verlo me encontraría de nuevo con sus malditos ojos llenos de lástima y ya me odiaba lo suficiente como para afrontarlo.

Apoyé la palma de mi mano con suavidad sobre la puerta, la cual no estaba fría ni caliente, detrás de ella estaba la persona que amaba, la persona que me destruía por completo.

—¿No podrías prestármelo solo por esta noche?, —le pregunté cansado, cansado de mi y de mis sentimientos, cansado de la verdad— era bro-

—Lo sé, hyung, —me interrumpió— sé que lo amas.

—¿Entonces no podrías dejarlo ir? Por mí. —Me voltee a encararlo, estaba enojado. Humillado por qué él supiera la verdad que no me enorgullece. Enamorado de alguien que nunca me miraría dos veces, prendado del hombre de alguien más— ¿No crees que es injusto? Sabes lo que siento y aún así no lo dejas ir ¿a caso no me quieres?

—Hyung... —el tono congestionado y su voz, sus mejillas rojas y las inminentes lágrimas que se negaban a dar la cara— yo lo siento, pero yo también amo a Jin.

—No lo sientes, Kook. —Pronto me encontré mirando con odio al chico frente a mí, al amigo preciado y al muchacho con el que había crecido, no era capaz de procesar lo que decía, era incapaz de retener mi lengua— ¿Sabes por qué? Porque si sintieras realmente lo que dices, lo dejarías.

Quería herirlo, quería hacerlo llorar. Quería que se arrepintiera de ser el maldito afortunado dueño del corazón de mi amado, quería destrozarlo tanto que ni siquiera Jin pudiera consolarlo. Porque era egoísta, si su amor no era mío no quería que fuera de nadie.

Las lágrimas cayeron por mis mejillas tal ríos violentos, me asombre de mis propios pensamientos e intente hablar para disculparme, no era su culpa, no era la de Jin ni mía, simplemente era algo que había sucedido. Había sido solo la ira quien había hablado, no quería ver a JungKook llorar sin consuelo como un niño pequeño. Me partía en pedazos el corazón ver cómo limpiaba una y otra vez las lágrimas que no dejaban de salir, como de su boca salían quejidos que hacía bastantes años nadie escuchaba. Temblé.

Me asusté del monstruo en el que me había convertido, por qué incluso mientras sentía mi corazón destrozarse por su llanto, una parte de mí se regocijaba al saber que le había dañado. Intenté tocar su hombro para disculparme, quería hablar y decirle que era mentira. Incluso si lo que había dicho no sonaba grave yo era consciente que le había chantajeado a nivel emocional. JungKook tenía veintidós, pero aún era un niño frágil.

Observé las puertas abrirse en cámara lenta, cada uno de mis hyungs empezó a salir de sus habitaciones por la bulla y entonces volteé.

Los ojos de Jin eran inexplicables, parecía estar rotos. En ellos las emociones palpables me causaron escalofríos, pasó por mi lado sin siquiera mirarme. Abrazó a JungKook con calidez, con amor. De una manera tan diferente a la que había visto alguna vez, era obvio que ver llorar a JungKook le lastimaba, yo estaba lastimando a la persona que supuestamente amaba.

Bajé la mirada al suelo, las lágrimas se habían detenido para ese entonces y todos me miraban buscando explicación que no sabía dar. ¿Qué iba a decir? La única verdad presente era que era mi culpa.

—Ven Jeongguk, dormiremos juntos —cuando Jin terminó de decir aquello apreté la mandíbula.

—No, hyung... —la voz de JungKook no era la misma, no había rastro en ella de un poco de lo que era cuando estaba bien, por primera vez fui verdaderamente consciente de lo mucho que lo había lastimado— Ya no quiero herir a nadie.


***


Jin había desaparecido prácticamente de la casa, iba y venía una y otra vez de la empresa, comía poco y sonreía de manera robótica. No era difícil adivinar que era mi culpa.

Desde aquella noche JungKook volvió a dormir a su cuarto, ensayaba, entrenaba y salía con sus amigos, evitaba a toda costa estar cerca de Jin. Cuando sus ojos se encontraban con los míos ya no eran los de antes, estaban llenos de tristeza. Cuando nos topábamos y trataba de detenerlo para hablar él solo hacía una venia y seguía su camino, cuando Jeon estaba cerca de Jin se cohibía y fingía que todo estaba bien, pero a penas hyung intentaba algo más de acercamiento JungKook fingía que lo llamaban o encontraba una excusa para alejarse, me miraba por el rabillo del ojo y bajaba la cabeza.

Antes de darme cuenta ahora me encontraba en el centro de la mirada de Jin, podía sentir sus ojos clavarse en mi espalda de manera continua. Cuando volteaba a verlo ilusionado solo veía en sus ojos cafés una gran interrogante, estaba seguro que él quería saber si tenía algo que ver con el repentino cambio de actitud de JungKook o probablemente ya lo sabía y estaba esperando que me disculpara.

¿Pero por qué debería hacerlo? Incluso si yo había sido cruel y había fragmentado nuestra amistad, era él quien no estaba luchando por Jin. ¿Era acaso que yo le importaba tanto como Jin, incluso si no me amaba?, ¿estaba dispuesto a sacrificar su amor por mi felicidad?

«¿Entonces no podrías dejarlo ir? Por mí»

La agobiante sensación de culpa parecía hacerse más amplia, donde antes había un ambiente plácido solo encontraba penumbras, aquellos ojos se clavaban en mí, me jugaban. Yo me sentía herido, irreconocible, como un monstruo. Me cuestionaba cómo había llegado a convertirme en algo que no era yo, como me había dejado corromper por los sentimientos negativos sin siquiera luchar un poco, me estaba destruyendo y también destruía a los demás a mi paso.

Jin llegó aquella tarde enfurecido como un demonio, era una bestia cargada de enojo dispuesta a estallar en cualquier momento, pasó por la sala sin hacer ni decir nada, como un alma que lleva el diablo, solo fuimos capaces de escuchar el estruendoso golpe que produjo su puerta al ser cerrada con brusquedad. NamJoon entró poco después, con un semblante más calmado, estaba molesto también, pero no tanto como SeokJin. Nos acercamos a él en busca de respuestas y solo bajó su cabeza, bufó frustrado antes de caminar y dejar sobre la mesa una carpeta. NamJoon nos explicó con calma que SeokJin había discutido de nuevo con Bang Si-hyuk sobre sus oportunidades de trabajar en algo más que la música y que tenía muchas ofertas para trabajar como actor, lamentablemente y como siempre ocurría, su petición había sido denegada. NamJoon se encontraba frustrado mientras relataba que no había podido hacer nada, ni siquiera había tenido la oportunidad de ser escuchado y que en medio de la discusión se había llegado a cuestionar la legitimidad del talento actoral de Jin, cosa que había sido la gota que derramó el vaso.

Nos quedamos en silencio un buen rato, entendiendo un poco del dolor de Jin. Quería ir, abrazarlo, consolarlo y decirle que todo estaría bien, que en un abrir y cerrar de ojos él estaría actuando en algo más que nuestros videos. Pero me detenía el miedo, no quería que me mirara con rabia y me sacará fuera de su habitación, que me recriminará cualquier cosa.

—Y-yo iré a hablar con hyung -comentó JungKook rompiendo el silencio.

Bajé la mirada al suelo, apretando los puños. No quería que fuera él, si iba él tal vez se reconciliaban ¿y dónde quedaría yo? Volvería a sentirme miserable al verlos juntos, ¿pero quería realmente que Jin sufriera en silencio como siempre lo hacía? En ese punto exacto no sabía qué es lo que quería. Al levantar la cabeza me encontré con los demás mirándome, incluso JungKook me rogaba en silencio un permiso para ir ¿qué es lo que quería de mí?

—Taehyung... —me llamó Jimin, jalando suavemente mi camisa. Cuando volví a parpadear JungKook ya no estaba con nosotros, mi corazón empezó a latir demasiado rápido, no quería, no quería que estuvieran juntos de nuevo. Era egoísta, era cruel pero no podía aceptar verlos juntos.

Jimin colocó sus manos en mis mejillas, las acarició limpiando lágrimas que no sabía desde cuando estaban allí. Me suplicó con su mirada que me calmara, que lo dejara ser. Y sabía que estaba haciéndome daño, sabía que era mi propio egoísmo el que estaba acabando con todo mi ser, pero no podía cambiarlo. Empujé a Jimin, importándome poco lo que él sentiría, en ese momento solo deseaba llegar donde Jin, interrumpir su momento y hacerme por la fuerza un lugar en su corazón.

Tenía que ser yo, no él.

Me apuré en correr por la casa, avancé hasta la puerta de su cuarto y antes de siquiera tocar la puerta un gemido interrumpió el silencio. Me quedé congelado en ese mismo lugar, escuchando el bullicio de las pieles ajenas al juntarse, siendo consciente de lo que pasaba en ese cuarto. ¿Era eso lo que Jin necesitaba para bajar su enojo? Porque estaba seguro que yo era mejor que JungKook, era más guapo, más resistente y dispuesto.

—Basta, Taehyunnie —Jimin me obligó a alejarme de aquella puerta y me arrastró por el pasillo, nos encerramos en mi habitación y de pronto sentí sus brazos— tienes que parar, solo estás hiriéndote.

Correspondí su abrazo con fuerza y por primera vez en mucho tiempo lloré en voz alta, me deshice en sus brazos mostrándole todo el dolor que me estaba llenando. Jimin me consoló amablemente, me escuchó sin decir nada, me apoyó en silencio. Escuchó toda mi historia sin juzgarme, pero al final de la noche tomó mis manos con calma y sus ojos claros y llorosos se encontraron con los míos.

—Sospechaba que era algo como eso —dijo con calma.

—¿Soy tan fácil de leer?

—Eres un chico sincero, Taetae, no es difícil darse cuenta de lo que sientes.

El mutismo se hizo presente de nuevo. Dirigí mi vista a algún punto lejos de los pequeños ojos de Jimin y me pregunté cuántas veces había dejado que mis emociones se apoderaran de mí, ¿cuántas veces había herido a JungKook al quitarle su lugar?, ¿cuántas veces había orillado a Jin hacia el precipicio de la impaciencia? ¿Cuántas veces había llenado mi propio corazón de mentiras y falsas esperanzas?

—No se supone que el amor te dañe tanto. —Me dijo colocando su mano en mi mejilla, obligándome a mirar su rostro de nuevo— Tú no eres esto, eres más de lo ese sentimiento te hace ser.

—Dices cosas difíciles de entender...

—Él no te ama, Taehyung —apreté los labios molesto e intenté alejarme, yo lo sabía, pero tenía un efecto desagradable que alguien más lo dijera. Jimin me sujetó más fuerte, sus ojos estaban llenos de determinación y comprensión— Jin no te ama Taehyung, él ama a J-

—¡No lo digas! —le corté con un grito bajando la cabeza. Mis ojos volvieron a nublarse. Jin apareció en mi cabeza de nuevo, con aquella mirada preciosa y dulce que jamás sería para mí, apareció con esa preocupación excesiva que demostraba cuando se trataba de él, apareció como el amante experimentado que jamás tocaría mi cuerpo— No lo digas, por favor.

—¿Vas a seguir así? —bufó molesto— ¿Por cuánto tiempo vas a seguir haciéndote daño? —Jimin se levantó y empezó a caminar por el cuarto, por su expresión podía deducir que meditaba acerca de lo que diría a continuación— ¿Qué si duele? ¡Claro que duele! La única persona por la que tu cuerpo y tu mente son capaces de enloquecer no te ama, no te desea como quisieras. Sin importar cuánto lo mires su ojos siempre están en otra persona, incluso si tienes la oportunidad de tener su tiempo para ti sabes que no ocurrirá nada, por qué tú no eres él.

—¡¿Crees que no lo sé?! —grité enojado, deteniendo el monólogo lleno de verdades dolorosas que empezaba a recitar— ¿pero que se supone que haga?

—¿Alguna vez hiciste algo más que quejarte? —Jimin volvió a sentarse a mi lado, tomó mi mano entre las suyas y regresó a esa calma que solía tener.— Cuando te diste cuenta de lo que sentías ¿Intentaste hacer que tus sentimientos llegarán a Jin o te sentaste a esperar que simplemente él volteara a mirarte?

No existe en mi memoria un momento exacto dónde detallar que empecé a amarlo. Amar a Jin se volvió tan natural como respirar antes de darme cuenta y, tal como no recuerdas cuando empezaste a caminar, yo no recordaba cuándo empecé a suspirar por él. En el principio me sentí agobiado por la carga que representaba amar a alguien con quién trabajas y trabajarás hasta quién sabe cuándo, pero después de un tiempo me conformaba con los pequeños espacios silenciosos que compartíamos. Estar con él, encerrados en nuestro propio mundo, me permitía imaginar un futuro más cercano, compartir risas y secretos me hacía más fácil dejar libre mis fantasías; pero era cierto. Yo me había dedicado a suponer más que a actuar, y suponer las cosas no es más que una de las peores armas contra la razón.

Mientras yo me encerraba en nuestra burbuja de momentos hermosos, JungKook hacía algo más que ser el favorito de Jin, JungKook lo cortejaba sutilmente. Yo estaba esperando que todo pasara mágicamente, como en las películas románticas. Pero mientras yo esperaba que sucediera, JungKook hizo su propio camino e hizo que pasara. A diferencia de mí, construyó un camino directo a su corazón.

Era como el cuento de la tortuga y la liebre. Incluso si yo tenía todas las cosas que Jin amaba me confíe y dejé que alguien sin mis cualidades ganará la carrera.

—Las cosas cambian, Taehyung —dijo Jimin cortando el silencio y mis pensamientos— las personas cambian, nuestros sentimientos también lo hacen, pero como todo en nuestra existencia debe haber un motivo por el que hacerlo.

Jimin soltó un suspiro largo mientras se acomodaba. Hacía mucho tiempo que no hablaba tanto tiempo con él, incluso si éramos mejores amigos, mis inseguridades y miedos me estaban consumiendo tanto que había olvidado lo bien que se sentía hablar con alguien. Compartir nuestros miedos hacia que dejarán de ser aterradores, compartir nuestra tristeza le daba espacio a la felicidad, compartir lo que nos hacía daño aligeraba la carga de los corazones.

—Yo... quiero que deje de doler. Duele mucho, Jimin. —Había una sensación asfixiante en mi pecho, era una presión que me dejaba sin aire y me hacía escupir las palabras, era la sensación inconfundible de la culpa vertiéndose fuera de mi cuerpo dejando un rastro de bilis en mi boca— Ya no me reconozco cuando me veo al espejo, he cambiado y me he vuelto la peor versión de mí. He llegado al punto de desear cosas horribles...

—Creo que deberías decirle lo que sientes, Jin-hyung no es una persona cruel.

—No podría d- —Jimin colocó su dedo sobre sus labios, pidiéndome que me callara mientras terminaba de hablar.

—Si tú le dices lo que sientes, estoy seguro que la carga que llevas en tus hombros dejará de ser tan pesada. Pero debes hacerlo solo cuando creas que estarás listo para hacerte a un lado y dejar ir lo que sientes.

—Lo haces sonar tan fácil.

—Pero no lo es, necesitas dejarlo ir. —Jimin tomó mi mano derecha e hizo un puño con ella, me hizo cerrarlo tan fuerte que las uñas se clavaron en mis palmas y sentí mi muñeca entumecer— Tu amor por Jin es como tu puño en este momento, es duro, doloroso y cansado. Pero si tú le dices lo que sientes, incluso si sabes lo que vendrá después, todos esos malos sentimientos fluirán. Será difícil y tal vez duela... —Jimin abrió mi palma con calma y entrelazó nuestros dedos, sonriendo amablemente y pegando su frente a la mía— pero estaré aquí para acompañarte todo el tiempo que necesites. Así que ya no odies más, ya no sufras Tae, al final del día todos somos una familia, ¿verdad?


***


Catarsis

Lo que yo necesitaba para volver a ser yo mismo, era una catarsis en mis sentimientos, pero para lograrlo primero debía enfrentar la única verdad que existía en ese momento. Jin no me amaba.

Durante mucho tiempo me había mentido y obligado a justificar todo lo que él sintiera, aferrándome a la idea absurda de que llegaría una mañana de cielo azul donde él entraría por esa puerta y me diría que estuvo equivocado y que era realmente a mi a quien amaba. Pero aferrarme a ese sueño vano era lo que me había orillado a ser consumido por mi envidia y la rabia. Por culpa de una fantasía absurda había tensado mi relación con JungKook al punto de casi romperla, haciendo que se sienta culpable de ser amado, algo que nunca debería ser motivo de dolor o rabia. No estaba lejos de ser un monstruo.

Pero cambiar, y el motivo por el que deseaba hacerlo era simple: quería volver a ser yo.

Por eso había citado a hyung, para decirle lo que sentía y hacerle saber que no era necesario que me correspondiera, estaba bien siendo amigos, siendo cercanos, siendo como siempre. Pero también quería preguntarle por qué él y no yo, me carcomía por dentro la intriga por conocer la verdad.

Eran las ocho del pasado meridiano cuando hyung apareció en uno de los balcones de la gran mansión que habitábamos. Llegó con el cabello recién peinado y desprendiendo el aroma de su colonia que tanto adoraba. Por un segundo mi corazón empezó a latir rápidamente ¿Se había arreglado para mí acaso?

Se sentó frente a mí y cruzó las piernas con elegancia, colocó sus manos sobre su abdomen mientras se apoyaba su espalda, manteniendo ese aire dominante que me tenía a sus pies. Estaba acabado ¿Realmente podría dejarlo ir después de decirle la verdad? Eso sonó a como una mentira. Me invitó a decirle por qué le había citado a esa hora con un tono amable y una sonrisa.

—¿Hace cuánto tiempo sales con JungKook? —pregunté sin pensar— me he dado cuenta —sus orejas se pintaron de rojo y él sonrió.

—¿Hace cinco meses? No estoy seguro... —rascó su nuca pensativo.

—¿Son pareja?

—Um... algo así, supongo. —Levanté las cejas sorprendido por sus palabras, yo no esperaba esa respuesta en absoluto— No le hemos puesto un nombre a lo que tenemos, pero es seguro que no somos solo amigos.

—¿Y tú lo amas, hyung?

—Claro que lo hago, —el brillo de sus ojos, la sonrisa que dibujó, el sonrojo que cubrió sus mejillas. La verdad estaba plasmada en sus reacciones— estoy enamorado de él.

—¿Y él te ama? —Jin clavó sus ojos filosos en los míos, enmarcó su mirada mientras escrutaba mis acciones y preguntas, como si intentará encontrar una trampa en mis palabras. Abrió la boca un par de ocasiones y después de largos minutos me respondió.

—Él me ama.

¿Pero cómo podía creerle si ni él mismo parecía convencido de sus palabras?, ¿era aquella la brecha de debilidad que yo necesitaba para colarme en su corazón? A fin de cuentas, dicho por sus propias palabras, ellos no estaban oficialmente saliendo.

—Hyung, la verdad es que no te cité aquí para saber sobre eso —entrelacé mis manos y bajé la cabeza. Me detuve un momento a pensar en lo que estaba a punto de hacer y las posibles consecuencias que aquella verdad traería con ella.

—¿Por qué estoy aquí entonces? —apreté los párpados con fuerza, sintiendo la vergüenza acumularse en mi estómago, retorciendo mis intestinos y dejándome sin voz.

Jin lo sabía, siempre lo ha sabido probablemente.

—Desde hace un tiempo, un largo tiempo en verdad, yo... yo no he podid- no, yo no estoy seguro desde cuándo o cómo ocurrió, pero... Me gustas Jin-hyung, —sentí el calor acumularse en mis mejillas y con toda la vergüenza levanté la mirada para encontrarme con los ojos sorprendidos de SeokJin— estoy enamorado de ti, Kim SeokJin.

Mi corazón latió más rápido que nunca, mis puños se apretaban fuertemente y las ganas de llorar se acunaron en mis ojos. La mirada sorprendida y melancólica de hyung se clavó en mi pecho como una estaca. Sabía lo que iba a venir, era consciente de que estaba a segundos de ocurrir así que cerré los ojos con fuerza, esperando que llegarán las palabras.

Pero antes que las palabras, lo que sentí fueron los fuertes brazos de hyung rodearme. Pude sentir su calor envolviéndome en aquel abrazo protector y cariñoso que derrumbó todas mis barreras, me dejó desarmado después de mi confesión, en mi pecho brilló una felicidad indescriptible cuando correspondí aferrándome a él con fuerza. Pegué mi rostro a su pecho y solté un largo suspiro que no sabía estaba conteniendo hacía mucho.

—Taehyung, escúchame, —no había maldad ni reproché en el tono que me habló, sólo había un rastro de tristeza— tu confesión me hace muy feliz, pero yo no puedo corresponderte.

Su abrazo se volvió más suave y antes de darme cuenta, sus ojos cafés yacían delante de los míos, me miraba como si fuera un ser precioso que nunca había visto, pero incluso en ese brillo maravilloso no había ni un poco de amor pasional. Acarició mi cabello y me sonrió dulcemente. Una carga que no sabía hacía cuánto tiempo cargaba se desprendió de mi alma. Probablemente la pesada carga se estaba llendo de mi en forma de lágrimas, por eso estaba llorando.

—Yo te amo, Jin-hyung.

—Lo sé, pero y-

—Yo te amo mucho más que JungKook, te amo más que nadie en el mundo, —coloqué mis manos sobre sus mejillas, tan suaves y adorables, acaricie con mi pulgar la piel y me aferré con miedo— puedo hacerte más feliz que nadie, solo tienes que escogerme a mí.

—No es así como funciona, Taetae. —Él también colocó su mano en mi mejilla y me acarició con una suavidad que hasta ese momento desconocía— No importa si me amas más que nadie en el mundo, si yo no te amo no sirve de nada.

—Pero puedes llegar a amarme, hyu-

—No Tae, no es tan simple. —Seokjin beso mi frente con calma, se tomó su tiempo para transmitir sus sentimientos hacia mí— Gracias por tus sentimientos, lo siento mucho, Taehyung.

SeokJin caminó con calma hacia adentro, yo miré su espalda ancha mientras se alejaba. Sabía que si corría detrás, me aferraba a su espalda y lloraba rogando que se quedará nada iba a cambiar. Uno no escoge de quién se enamora, pero sí puede decidir cuándo es suficiente, cuando es hora de dejar de sufrir.

—¡Lo siento, SeokJin-hyung! —grité desde mi sitio, Jin se detuvo por supuesto— dije cosas horribles, desee hacer mucho daño, fui envidioso e hice cosas de las que no me enorgullezco, yo le dije a Kookie que si me quería tenía que dejarte, no puedo evitarlo, SeokJin-hyung... ¡Lo odio!

—No es a mi a quien debes pedir disculpas —me contestó con la voz quebrada ¿a caso hyung estaba llorando?—, él ya está sufriendo demasiado, se siente muy culpable, llora mucho en la noches y cree que lo ha arruinado para siempre, él te quiere mucho, por favor no lo odies, Taehyung.

Cuando Jin termina de desaparecer por la puerta, solo queda por unos segundos el rastro de su aroma. El calor de su cuerpo al abrazarme, sus palabras dulces y sinceras, y sus últimas palabras son el único rastro de nuestra conversación. Las lágrimas no dejan de salir, el llanto no cesa en absoluto. Duele, duele mucho, pero el dolor no es tan asfixiante como antes. Eran palabras necesarias, era una situación inevitable, tenía que ocurrir en algún momento. Pero duele mucho.

Si las palabras salen de sus labios y llegan a mis oídos, si el rastro de sus sentimientos jamás estarán cerca de los míos, si el calor de sus labios sobre mi piel al despedirse me quema como hierro caliente, si aceptar que no me ama duele de esta manera ¿Qué clase de dolor viene después? ¿Es este el precio que viene con la envidia? Si para superarte debo caminar por este camino no quiero hacerlo, no quiero dejar de amarte pero cuanto más lo hago más me destruye, entre más me entrego a este sentimiento más me pierdo en un bosque de sombras, envidia y odio.

No me gusta el dolor que esto me causa, pero tampoco me gusta saber que le causó dolor a los demás, a ti. Entonces está bien, incluso si nunca volvemos a ser lo que éramos está bien. Está bien mientras podamos volver a sonreír juntos.

Pero para eso debo atravesar este dolor.

...para olvidar.

Aug. 18, 2022, 6:28 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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Simur Diera2 Seamos sinceros, si el fanfic no existiera la vida de muchos seria aburrida, por eso estoy aquí <3

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