andres_oscura Andrés Oscura

La noche que volví, después de años perdido en las afueras, me encontré con que ellos ya se había adueñado de mi casa... No los conozco, no sé quiénes son, ni qué quieren, pero no voy a dejar que se queden aquí... *Historia publicada en la Revista Rigor Mortis (2021)* | Sígueme en Instagram y Youtube: @risasenlaoscuridad | Consigue todos mis libros en el Link de mi perfil | © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS, 2020. (No reclamo ningún derecho sobre la imagen original utilizada).


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#terror #muerte #narcos #mexico #violencia #fantasma
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La noche que volví a casa



Historia publicada en la revista digital Rigor Mortis (2021)


Es temprano por la mañana cuando oigo ladrar a los perros y los siento jalándome de la ropa. Los empujo para quitármelos de encima y escucho sus patas huyendo lejos. Me levanto del suelo y estiro mi cuerpo como si hubiera dormido mil años.

Después de tanto tiempo fuera, por fin es hora de volver a casa.

Empiezo a andar por kilómetros cubierto de tierra y manchas de sangre seca después de la madriza que me pusieron aquellos tipos el otro día, con el viento calándome en la carne abierta en varios sitios. Aun así, cruzo la ciudad entera.

Me siento perdido, veo hoteles nuevos y plazas lujosas por todas partes, inundando la capital. Poco a poco me voy saliendo hacia las orillas, atravieso los cinturones de barrios pobres, cada uno más jodido que el anterior, paso por Peñuelas y luego Menchaca y luego San José y me sigo todavía más allá, hasta que por fin puedo ver la vieja calle de siempre, igual de oscura, tal como en aquel entonces.

Mientras anduve lejos imaginé que, después de todo ese tiempo, apartado de casa, de mis recuerdos, de mi mujer y de mis hijos, iba a hallar el barrio arreglado, más bonito, con calles pavimentadas y brillantes luminarias que recompensaran mis ojos después de que me los cerraron a punta de puños y patadas. Pero ya vi que no fue así, que ha pasado justo lo contrario: el empedrado está lleno de baches, hay yerba seca por todas partes y parece que acá los recolectores nomás vienen a dejar la basura de la ciudad entera.

Hoy más que nunca mi barrio es un vertedero.

Los perros de los vecinos ladran al verme pasar frente a sus casas vacías y entonces me siento como un extraño en mi propia tierra. Cerca de la puerta hay un coche que no reconozco y no veo las bicis de mis hijos por ningún lado. Las enredaderas que adornan la pared que da hacia la calle ahora se miran todas trozadas y la buganvilia del camellón de enfrente está seca, convertida en un manojo de ramas pelonas.

Son como las diez de la noche, casi todo está a oscuras y en silencio, aunque de lejos se oye una bocina de estéreo tocando rancheras y banda, en algún rincón perdido del barrio.

Toco a la puerta. Nadie abre. Ya nadie abre a estas horas, pienso. Luego, me asomo por la ventana y miro el fulgor de una tele chiquita a través de unas cortinas que no son las que escogió mi mujer con tanta desidia. Toco de nuevo, esta vez con más fuerza, y luego de mucho insistir escucho una voz que grita “¿Quiééén?”

No digo nada, vuelvo a llamar y así, con un azote violento de la puerta, sale un señor a encararme, un hombre bajito, cubierto en una camiseta percudida que alguna vez debió ser blanca y que se ve todavía más blanca por la luz de los postes eléctricos. Trae una cerveza en la mano izquierda, el cabello despeinado y parece inflar el pecho para darse valor por el coraje de haberlo importunado.

El señor ve mi sombra negra parada frente a la casa y me imagino que siente un escalofrío.

—¿Qué quiere? —dice otra vez, más suave, asustado, intentando medir mis intenciones.

—¿Quién es usted y qué hace en mi casa? —le pregunto desde la oscuridad.

—No, esta no es su casa... ¿Y por qué viene así, todo cubierto de tierra?

Lo miro serio y él me mira, aclarándose los ojos. Noto que le empiezan a temblar las manos. Estira un brazo tras la pared, escucho que pulsa el apagador y el foquito de la marquesina se enciende y me vomita su resplandor sobre la cara.

Ahora que el hombre puede verme bien, se pone pálido.

—Yo vivo aquí, señor, esta es mi casa —le digo sin darle oportunidad de otro movimiento—. ¿Por qué está en mi casa?, ¿quién carajos es usted?

No dice nada, tan solo se aferra a la puerta como para sostenerse y no caer desmayado sobre mis pies o romperse la nuca con la pared detrás de él. Parece mareado, abre la boca, la cierra de nuevo. Se cuerpo entero se tensa y al cabo de un rato, pregunta tartamudeando:

—¿A-acaso e-es us-usted Ma-Mauricio?, ¿Ma-mauricio He-Herrera?

—Sí, señor, ese mero.

Por poco se va de espaldas, aprieta los ojos y se obliga a respirar muy hondo, como si estuviera a punto de sufrir un infarto, de perderse en el abismo que nos separa al uno del otro. Mientras tanto, lo vigilo con recelo, hasta que logra recomponerse y dice:

—Joven… Se-señor Mauricio... Qué pena decirle esto: us-usted está muerto —me explica con voz temblorosa, entre afligido y acobardado, y yo lo observo con mis ojos vacíos—. Murió hace diez años. Lo siento, pero esta ya no es su casa, ahora nosotros vivimos aquí.

—¿Qué yo estoy muerto? Sí, sí, eso ya lo sé. Vengo caminando desde una fosa a orillas de Celaya porque por fin unos perros me desenterraron.

Al escucharme, el señor parece fuera de sí.

—¿Pe-pero a qué vino, entonces, joven? Esta ya no es su casa.

Sus palabras me enojan, me hacen querer sujetarlo del cuello y, en cambio, comienzo a alzar la voz.

—Ya le dije que yo vivo aquí.

—No, joven, usted ya no pertenece acá. Mejor se hubiera quedado allá en su tumba o agarrado rumbo al panteón de...

—¿Pero cuál pinche tumba? ¡Qué no me oyó que me salí de una fosa! Eso no es ninguna pinche tumba, ¿entendió? Y además, ¿quién se cree usted pa’ decirle a los muertos a dónde tenemos que ir?

Lo veo apretando la boca como un niño regañado, con el temor constante e incrédulo de estar discutiendo conmigo, con un difunto salido de la tierra.

—¿Cómo se llama, señor? —No me dice nada—. ¡Que cómo se llama!

—Pedro… Me llamo Pedro —responde por fin con pena y terror—. Mire joven Mauricio, en verdad me da mucha tristeza, pero usted ya no puede entrar. Esta ya no es su casa, su señora y sus hijos hace años que se fueron de acá. Me imagino que los amenazaron los mismos hombres que lo mataron, o a lo mejor se cansaron porque la policía lo dejó de buscar... Ya sabe usted que ellos no buscan a nadie. Y hace años que mi mujer y yo nos hicimos de esta casa, ahora es nuestra por ley.

Apenas termina de decir esto, empiezo a reírme en su cara.

—La ley es pa’ los vivos, señor, y hágale como quiera, ¡yo aquí me quedo porque esta es mi casa! —Lo empujo y cruzo por la sala, llena de muebles desvencijados, una tele vieja que resplandece entre la niebla del cigarro que fuma una señora, desnuda del torso, cubierta solo con un brasier gigantesco y la panza asomando sobre su falda.

Ella se aparta de mí con un grito de horror, santigüándose incontables veces como si acabara de ver al demonio, entre lágrimas y berridos, y corre directo hacia su marido que ahí viene detrás de mí.

Cuando dejan el campo libre, voy y me recuesto en el sillón porque vengo cansado. Dentro de la pieza hace calor, el ventilador en el techo solo revuelve el aire calentado por el humo y el bochorno humano. Sin embargo, con todo y todo, este horno resulta sin dudas más fresco que las entrañas de la tierra seca donde estuve aguardando por este día.

—¡Pedro! —escucho gritar a la señora, desesperada, ocultándose entre los brazos del hombre— ¿Quién es ese? ¿Por qué viene así? ¿Qué quiere?

El otro se queda pasmado, dudando qué contestar: ¿cómo decirle quién soy yo?, ¿cómo explicarle lo que está pasando?, ¿cómo aclarar lo que no se puede entender?

—Él… él es… es un difunto, mujer. Solía vivir aquí hasta que…

—Hasta que me mataron —completo, fastidiado de ellos, del humo, de estar lejos de mis hijos y mi mujer, de no saber qué ha sido de ellos.

—¡Pues sácalo de aquí! —grita la mujer con un chillido como de cerdo y comienza a insultarme con su voz estridente— ¡Váyase! ¡Sálgase de mi casa! ¡Lárguese de aquí, cabrón!

La miro enojado y ambos, esposo y esposa, sudando frío y sin saber qué hacer, se arrinconan contra la pared, tomando cruces y escapularios como para defenderse de mí, esperando quizá que les brinque encima como un monstruo de película, como un zombi o un vampiro, para despellejarlos y convertirlos en algo parecido a mí, un despojo.

Esperando quizá, que al contemplar las cruces de sus amuletos me prenda en llamas, que me convierta en cenizas y ellos tan solo deban traer una escoba y un recogedor para poder deshacerse de mí.

—Mire, doña —le digo serio, todavía tumbado en su sillón— he esperado mucho bajo el pinche suelo para poderme escapar, he sentido cada día pasarme por encima desde que me arrancaron de mi familia y me molieron a golpes y por si fuera poco anduve caminando muchísimo así, doña, sin zapatos ni carne en los talones, para poder regresar a esta casa. Mi casa. Así que, háganle como puedan, pero yo aquí me quedo. A ver quién de nosotros se sale primero...

Ella me mira llorando y no sé qué sensación me causa ver su cara rechoncha y rojiza por la frustración de tener a la muerte encarnada invadiendo sus aposentos.

Los primeros días y noches de vuelta en mi casa resultan interesantes: estos tipos intentan correrme, entre gritos e insultos que me dan igual, la señora me lanza cajas, una lámpara, trastes, platos, cucharas, sartenes. Luego, el hombre le pide que se calme, que le baje a su pinche desmadre y la regaña porque dice que él no piensa volver a comer si ella cocina de nuevo con estos trastes, ni aunque los lave mil veces con sosa cáustica.

Después se ponen drásticos: me golpean con cables, con cinturones, con palos de escoba, como si creyeran que yo soy uno niño o algún perro callejero al que pueden correr así. Y cuando ven que no me levanto, aunque escuchan el crujir de mis huesos, entonces intentan agarrarme entre ambos para echarme por fin de la casa: pedazos de mi carne seca se les queda entre los dedos, empiezan a toser hasta vomitar en medio de la sala, sumando el tufo de la guacareada al ambiente de la estancia. Más tarde, derrotados y ridiculizados, tienen que trapear con agua y pinol para tapar el aroma, mientras yo los observo con mi sonrisa de calavera.

Quizá lo más ridículo de todo es cuando, de vez en cuando, me amenazan con un cuchillo: supongo que quieren matarme...

Luego de varias noches, tan solo los oigo llorando en el encierro de su cuarto. El sillón es incómodo, pero tampoco quiero ver cómo han dejado mi habitación.

De eso ya va casi un mes. Y yo no podía irme tan fácil, no después de haber venido hasta acá desde esa pinche fosa donde estuve guardado por años, oculto entre matorrales y basura, oyendo los quejidos de otros tantos que estaban todavía más abajo, cortados en pedazos, llorando cosas que nunca pude entender.

Quién sabe cuánto más aguanten estas pobres personas mirar mi cara sin ojos, la sangre seca y los gusanos que todavía me brotan de la boca al hablar. Ellos me rehúyen. Sé que no van a durar mucho: les da náuseas cómo huelo, hasta empezaron a fumar más pero el humo de sus cigarros no se compara con mi perfumito de muerto, ese aroma que me acompaña a todas partes junto con un enjambre de moscas.

—¡Sálgase ya, por favor! ¡Lárguese de esta casa! —todavía suplican de vez en cuando, aunque eso sí, mucho más fatigados que antes.

A veces me dan pena, el tipo de pena que puede sentir un muerto por los vivos.

—Díganme a dónde puedo ir a buscar a mi familia —les propongo un día, pensando que también necesito hallarlos, hablar con ellos—, díganme y me voy.

Ellos se alzan de hombros.

—No sé, joven —repone el señor—, le juro que no lo sé... ¡Márchese ya!, ¡déjenos en paz, por favor!

Ambos se enojan, la mujer llora frustrada, horrorizada porque vine a reclamar mi espacio entre sus aposentos y me rehúso a marcharme, a devolverles la tranquilidad de su aburrimiento.

Cruzo los brazos y me quedo recostado, con los huesos asomando entre la carne, dejando pedazos de piel por aquí y por allá cada que me acomodo.

Ellos me tienen harto miedo, aunque me amenazan con traerme un cura, un sacerdote, disque pa’ que bendiga la casa y me saque de aquí, como si yo fuera el diablo.

—¿Y ese a dónde me puede mandar? —pregunto burlón cuando me lo dicen—. Ya comprobé que para mí no hay ningún cielo. ¿Por qué creen que aún sigo aquí?

Me miran, miran al suelo. No dicen nada y se vuelven a esconder en sus cuartos.

Y todo este tiempo, después de todos esos años bajo la tierra, jamás he dejado de recordar a mi esposa y mis hijos, de pensar lo mucho que los extraño, y los momentos de los que me perdí porque esos cabrones me lo arrebataron.

A veces digo para mis adentros ¡pero qué chingadera…! Por fin haber salido de la fosa, escarbar entre gusanos, venir caminando hasta acá, llegar ilusionado a casa... ¡y todo para no encontrarlos!

Las dudas me atormentan cada día, no me dejan dormir ni descansar. ¿A dónde se habrán ido?, pienso angustiado, ¿qué será de mi mujer y mis niños?

Y así me paso las noches en vela, preguntándome una y otra vez dónde estarán, así como quizá ellos se lo preguntan al pensar en mí.




July 16, 2024, 5:36 a.m. 44 Report Embed Follow story
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The End

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Andrés Oscura ¡650,000 LECTURAS EN INKSPIRED! ¡GRACIAS! Sígueme en IG - Autor publicado en 10 antologías y diversas revistas literarias. Soy psicólogo, escritor y fan de Poe, Lovecraft, Cortázar, Mariana Enríquez, Amparo Dávila, entre otros. (LIBROS EN EL LINK DE ABAJO).

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Darel Vegat Darel Vegat
Me encantó deberías hacerle una segunda parte a este cuento!
August 15, 2024, 04:42
Francisco Rivera Francisco Rivera
Andrés Oscura: Una historia de cambios y sorpresas donde la viveza del fallecido no hace extrañeza de las vivencias del lugar donde desarrolló su vida. Ironía y reflexión de la muerte aparecida, siempre más viva que muerta.
January 05, 2024, 17:10
Nied Zep Nied Zep
Fue un buen cuento.
July 19, 2023, 19:40
JM Jaquelin Melo
Genial, me gusto 🤗
July 16, 2023, 04:33
Alalsn Lslsls Alalsn Lslsls
Me encantó, muy buen cuento.
July 06, 2023, 00:19
Cesar Mondaca Cesar Mondaca
Muy buen cuento. Te invito a leer uno de terror de los míos. Saludos.
July 02, 2023, 04:51
Juan Antonio Juan Antonio
Excelente cuento! Sigue así!
June 17, 2023, 09:09

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchas gracias por tu comentario y esos buenos ánimos. Te invito a leer otras de mis historias ☺️ ¡Saludos desde México! June 22, 2023, 12:09
Jhojan Guerra Jhojan Guerra
Bastante interesante.
June 15, 2023, 21:41

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchas gracias por la lectura y por tu comentario. Te invito a leer otras de mis historias ☺️ ¡Saludos desde México! June 22, 2023, 12:09
Ágata De Salem Ágata De Salem
La triste realidad de los “desaparecidos ” en cualquier parte del mundo.
May 28, 2023, 01:04

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Vivimos en un país que nos hace pensar y escribir este tipo de historias... Gracias por leerme. Te invito a leer otras de mis historias. ¡Saludos desde México! ☺️ June 22, 2023, 12:11
AEGIS GESIA AEGIS GESIA
Interesante, diría que la actitud del fantasma se debe a la frustración de no encontrar a su familia, y al aferrarse tanto al pasado, antes de su muerte, provoca una reacción tan hostil ante las personas que habitan su antiguo hogar
May 07, 2023, 18:06

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Excelente interpretación. Me pareces que diste al clavo 😉 Muchas gracias por la lectura y por tu comentario. Te invito a leer otras de mis historias ☺️ ¡Saludos desde México! June 22, 2023, 12:13
orlando california orlando california
triste ermano
April 30, 2023, 04:15
EP Erik Poot Caamal
Interesante, va mas alla del cliche de la historia de fantasmas, el hecho de que sea el punto de vista de un muerto hace querer leer aun mas para resolver preguntas y dudas del como y el que es la muerte, el como aun conserva su alma en su cuerpo y mas aun la gran interrogante, que es el alma, muy buena historia. :)
February 27, 2023, 18:20

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchísimas gracias por la lectura y por tu comentario. Es muy emocionante saber todo lo que una historia puede hacer pensar. Te invito a leer otras de mis obras aquí en Inkspired ☺️ ¡Saludos desde México! June 22, 2023, 12:12
Angela Martinez Angela Martinez
La verdad me fui imaginando todo y eso me encanta
February 09, 2023, 00:42

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Encantadísimo de que te gustara la historia. Muchísimas gracias por leerme y te invito también a leer mis otros relatos ☺️ Te mando un saludo desde México 🤗 February 09, 2023, 12:45
Re- Writter Re- Writter
un cuento genial
February 02, 2023, 18:23

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchísimas gracias por leerme y por comentar el cuento. Te mando un saludo desde México ☺️ February 09, 2023, 12:34
Manuel Ibarra Manuel Ibarra
Excelente historia la cual me ha gustado mucho es una lectura que atrapa con una narrativa fluida donde los personajes como Mauricio, son el eje del tema central.
January 31, 2023, 14:55
Manuel Ibarra Manuel Ibarra
Me impacto su lectura, quizás por el llamativo título, espero continuar leyendo escritos de Andrés Diaz.
January 25, 2023, 01:14

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchísimas gracias por su lectura y por su comentario. Será un gusto si me comparte sus opiniones en otras historias. Le mando un saludo desde México. January 25, 2023, 03:57
Alexander Congolino Alexander Congolino
La Historia y la narrativa me encantó, solo hubo una cosa que me dejo decepcionado 😔 Como te tiras una historia tan interesante y lo dejas a uno así esperando un desenlace jajajajajaja eso es cruel.
January 19, 2023, 18:26

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Te agradezco muchísimo la lectura y el comentario, en verdad lo aprecio. Y el desenlace le toca a cada lector/a inventarlo ;) Saludos desde México. January 19, 2023, 22:03
Marylú _1411 Marylú _1411
Apenas estoy desayunando y leer el estado de deterioro del cadáver viviente me dio un poco de náuseas PERO ME ENCANTÓ !!!!! QUE BUENAS IMAGENES MENTALES Y LA TRAMA DE LA HISTSTORIA. ME DIO MIEDO ...PERO EMPATICE CON EL MUERTO QUE BUSCA A SU FAMILIA .
December 09, 2022, 15:46

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Te agradezco muchísimo tu lectura y también tu comentario. Ojalá que hayas pasado un lindo fin de año! Saludos desde México ☺️ January 19, 2023, 22:10
MIRAVEN Escritoraatiempoparcial MIRAVEN Escritoraatiempoparcial
muy bella
November 28, 2022, 18:43

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchísimas gracias por tu comentario. Me alegra mucho que te haya gustado la historia. Saludos desde México ☺️ January 19, 2023, 22:11
Raül Gay Pau Raül Gay Pau
Es muy curiosa.
November 09, 2022, 09:45

  • Andrés Oscura Andrés Oscura
    Muchas gracias por leer mi historia y por comentar. Te mando un saludo desde México. January 19, 2023, 22:12
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