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Los celos de Jimin + el celo de Jungkook = mala combinación. - pjm top y jjk bottom - escenas +18. -lenguaje obsceno. ▶Nota: Esta publicación es un respaldo de mi historia publicada en wttpad bajo el usuario de jikoomuseum debido a que mi cuenta principal con la que compartía este usuario (jimstop) fue eliminado de la plataforma. Esta historia es la número cinco en mi antología titulada: A-1: C-S, J&K VERS. Además de que este o.s es uno de los intentos previos antes de llegar-hacer lo que es "3:20".


Fanfiction Bands/Singers For over 18 only.

#adult #lobos #minkook #homo #wolfs #mingguk #gay #jimintop #omegaverse #jikook #kottom
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MEDDLE ABOUT

"por que hablo enserio..."

—Entonces le dije a Seokjin que era el alfa más guapo que había visto y él dijo: claro que lo sé, ¿crees que no me veo en el espejo? ¡Y se marchó! Es tan difícil de conquistar, ¡me encanta!— dijo Taehyung por el teléfono. Jungkook se reía en su cama mientras dibujaba en la orilla de su libreta.

—Te dije que sería difícil, él está en último año, Hyung.

—Eso es lo que lo hace mejor Kook, él debe dominar a la perfección los besos franceses... ¡olvida lo que dije!— dijo aquello último en un grito, como si hubiera cometido el peor error de su vida—. Igual no importa, supongo que no sabes a lo que me refiero... estoy llegando a tu casa, te espero afuera.

Jungkook estaba sonrojado, pero no dijo nada al respecto. Tomó su mochila para la escuela y se marchó con Taehyung rumbo a la universidad. Tenían suerte de haber quedado en facultades cercanas y con horarios similares, la mayoría del tiempo podían acompañarse y platicar cómodamente. El alfa rubio hablaba demasiado y el omega pelinegro era demasiado tímido para iniciar o desviar la conversación.

—Nos vemos pronto Kook, ¡cuídate!— le dijo Tae mientras lo abrazaba en cuanto estuvieron frente a la facultad del omega.

—Cuídate Hyung, enserio...— contestó Jungkook, con mucha más seriedad sobre lo último.

—Estaré bien, soy un hombre precavido...— aquel chico rubio de grandes ojos felinos se marchó mientras le daba un guiño y le sacaba una tira de condones que llevaba en la bolsa de su pantalón.

—¡De tanto pasar tiempo con ese tal Seokjin se te está pegando todas sus mañas!— dijo en un grito. No había nadie al rededor así que no parecía inadecuado.

Su amigo era un caso perdido. Era un alfa después de todo.

Taehyung se marchó entre risas y Jungkook se dirigió a su facultad. Tenía que pasar a dejar unos libros a la biblioteca aunque aún le quedaba un día más para la entrega límite. Al llegar a la recepción, la señora de cabello canoso le sonrió.

—Toma este café Jungkookie, ¡ten un buen día!— dijo la señora tras anotar los libros que llevaba su más fiel visitante.

A Jungkook le gustaba aquel lugar. Los libreros enormes, el olor de los libros, la exquisita gama de colores que viajaba en distintos tonos cafés y que a veces tenían uno que otro verde oscuro.

—¡Gracias!— dijo antes de salir y darle una tierna sonrisa a la señora mayor.

—Sigo sin entender como es que te trata tan bien, siempre que me ve parece que me quiere tirar su café encima...— dijo una voz justo sobre su hombro. El olor característico a duraznos y madera era inconfundible, nadie tenía una combinación tan rara y a la vez tan perfecta de acorde a su personalidad.

—¿Será por que te encontró besando a su nieta en el lugar donde ella trabaja?— contestó Jungkook, como si fuera algo obvio—. ¿O por que siempre te encuentra besuqueándote con otras personas ahí?

—¡No lo digas así como así!— le reprochó su amigo, un poco apenado. Aquello le hacía demasiada gracia al omega. No lo entendía.

—Es la verdad, además, ¿qué te hiciste en el pelo ahora? Nunca usas gorros.

—Tenía frío.

—Park Jimin...

—Dios, no se por qué te soporto.

Jungkook sintió una molestia en el pecho, pero no hizo nada, caminó más rápido hacia el salón, tenía diez minutos para llegar y alistar sus cosas . Amaba su clase de colorimetría, aunque podría ser algo tedioso, no le importaba.

—¡Jungkook!— dijo otra vocecilla cerca de él.

—Hola...— le respondió a la chica, no recordaba su nombre con exactitud. La chica llevaba una pequeña caja en manos, pero sabía a la perfección que era la nieta de la bibliotecaria. No podía olvidarla.

—Traje unos bocadillos que hizo mi abuela y ella me pidió que te diera algunos— aquella chica se veía feliz, tenía un brillo en el rostro que la hacía ver casi irreal, era hermosa, y por el olor amaderado sabía que era una alfa, aunque olía también ligeramente a flores.

Era fácil saber por qué Jimin la había besado, él mismo podría hacerlo. Era hermosa y dulce, un ángel.

—Claro...— el chico estaba nervioso, no quería quedar como un tonto, así que no habló demasiado y probó un pastelillo en forma de agradecimiento y respeto.

La chica se acercó y dio brincos en su lugar porque Jeon Jungkook, uno de los chicos más serios e inteligentes de la facultad de Arte había aceptado su regalo. Todos sabían que era un omega por el olor floral que lo delataba pero, había otro muy por debajo que automáticamente se podía asociar con algo muy masculino, el mismo Jungkook era así: el cuerpo duro y bien formado y al mismo tiempo elegante y delicado, era asombroso, pero era difícil. Lograr que te mirara o hablara por tres segundos, era algo digno de celebrarse para las personas fuera de su círculo.

El omega sonrió tranquilamente mientras intentaba pensar en cosas tristes, no quería un problema en sus pantalones y menos si Jimin había decidido ir a clases. Últimamente, sus hormonas estaban demasiado alteradas, y ver como los pechos de la chica rebotaban lentamente no le estaba ayudando. Se concentró en la comida.

Jungkook comió lentamente y en silencio hasta que Jimin cruzó la puerta y se sentó a lado de él. Un par de minutos más tarde, entró un hombre joven. Era alto, fuerte, de tez ligeramente morena y un corte bajo, algo inusual para la moda del momento, no llevaba aretes pero sí anillos y unos bonitos lentes de cristal. Jungkook se fijó aun más en aquellos brazos gruesos y aquellas piernas fuertes que se marcaban bajo la ropa cada vez que caminaba, le parecía atractivo e incluso caliente. Era la segunda persona más caliente que había visto en sus veinte años, pero él jamás diría algo como aquello en voz alta.

—Buen día chicos, soy Kim Namjoon y hoy seré el reemplazo de su profesor. Me dijo que hablara con el líder de clase para que me indicara los temas siguientes, ¿quién es?

—Jeon Jungkook— dijeron todos al unísono, excepto el propio Jungkook, quien estaba más ocupado pensando en cuanto entrenaría aquel chico para que los pectorales se le marcaran de esa manera.

—Kook, ve...— dijo Jimin, mientras le apretaba el muslo ligeramente, Jeon se veía claramente embobado en algo más. Jimin le gruñó y subió levemente su mano por el muslo del omega para llamar su atención.

Jungkook brincó en su lugar por la sorpresa de ser tocado de esa manera tan repentina, cayó en cuenta de lo que pasaba y se puso de pie. El omega sintió un tirón en su vientre mientras caminaba al posible beta, el menor no podía distinguir aroma alguno, pero aquello no lo hacía menos atractivo.

El suplente le sonrió y vio un par de hoyuelos asomarse. Jungkook sentía que se derretía. Estaba en problemas, sabía lo que significaba cuando aparecían pensamientos como aquellos.


"... me tienes de rodillas..."



—¿Dónde está el pequeño Jungkook? dijo Hoseok, mientras le hacía mimos a su omega Yoongi, Jimin había llegado solo a la mesa del comedor. Era usual que ambos llegaran juntos.

—Resulta que hoy es el guía de un maestro suplente, dijo que venía después— se sentó y suspiró fuerte.

—¿Estás seguro de eso o él te está evitando?— dijo Yoongi con burla. Jimin lo miró con el ceño fruncido desde su lugar.

—Jungkook no me evita— dijo con molestia.

—Sólo cuando lo molestas— dijo Hoseok.

—O cuando le dices cosas hirientes, eres un alfa demasiado estúpido Jimin— dijo Yoongi.

—A ustedes dos les encanta molestarme— contestó.

—Es la verdad, es tu problema si te molestas— contraatacó Yoongi, quien parecía quedarse dormido bajo los toques de su novio.

—Iré por comida, ¿ustedes ya comieron?— trató de desviar el tema, aunque realmente quería saber si sus amigos ya habían comido, la mesa estaba limpia.

—Sí, terminamos hace un rato— dijo Hoseok.

—Traeré para Jungkook entonces.

—Oh, no es problema, ya la traigo yo— dijo Taehyung. Traía dos charolas con comida y dos maletas en la espalda.

—¿Por qué traes las cosas de Jungkookie?— soltó Jimin. Su alfa se removió inquieto.

—Lo fui a ver al salón, estaba con un chico muy, muy caliente a decir verdad, ¡y solos! Ah, mi Jungkookie está creciendo muy bien...—dijo Taehyung con mucha sorna—. Tendré que dejarle en claro a ese lentudo que Jungkookie es mío.

Aquello incomodó al alfa más bajo, Taehyung, sonrió cumpliendo con su cometido al percibir el olor amargo de molestia. Jimin se puso de pie y se acomodó el gorro mientras se preparaba para ir a la fila de la barra por comida.

—¿Enserio Kook estaba solo con un chico?— preguntó Hoseok.

—Claro que no Hyung, lo encontré en la dirección, estaba acompañando a un suplente nuevo, guapo por cierto...

—Taehyung...— dijo Hoseok, el nombrado rodó los ojos.

—Como decía, él estaba ahí. Me dijo que iba al baño y luego para acá, yo le quite su maleta, él me pidió que le comprara el desayuno por si no le daba tiempo de venir.

—Jungkookie es muy lindo, ¿no es así?— dijo Yoongi—. Siempre está ayudando a alguien.

—Lo es, no se que hace a lado de un patán como Jimin— dijo el alfa—. Aunque me duele un poco el hecho de que Jimin piense que Jungkook sea capaz de hacer cosas como esas, él debe conocerlo mejor que nadie. Jungkookie no es capaz de... ustedes saben... no es su manera.

—¿Qué piensas tú, alfa?— le dijo Yoongi a Hoseok, quien estaba sonrojado por la manera en que su novio lo había llamado, algo que hizo reír a Taehyung. Esos dos eran demasiado lindos para la sociedad.

—Realmente no tengo idea, son todo lo contrario, pero parece que desde el primer día se han llevado bien, lo que es más raro. Sólo se me ocurre en que, si Jimin se molesta, es porque en su cabeza, Jungkookie es capaz, y bueno... siendo sincero, Jungkookie puede conquistar el mundo sólo con una mirada.

—Es cierto, y eso es mucho decir. Jimin es de mi edad y aunque nos llevamos bien siempre estamos peleando, además de que... bueno, ustedes lo han dicho. Jungkook es un buen chico y Jimin..., ¡Jungkookie es un buen chico, ¿bien?! Él... no es como yo... o como Jimin...

—¿Un gigoló?— dijo Yoongi, su sonrisa de gomita se hizo presente.

—Liberal.

—¿De quien hablan? ¿De Jimin?— era Jungkook, quien se había sentado a lado de Taehyung y había tomado una bandeja de comida.

Taehyung lo olisqueo algo abrumado.

—¿Ves? Es la verdad— dijo Yoongi una vez más.

Los chicos rieron en la mesa, excepto Jimin, quien estaba llegando y se veía colérico mientras Taehyung le hablaba en el oído a Jungkook, en el transcurso, el menor asentía y Taehyung pasaba descaradamente su nariz por el cuello de Jeon.

—¿Por qué le haces una marca de olor aquí?— dijo Hoseok.

Jungkook se sonrojó, pero no habló, siguió comiendo como si nada.

—Me gusta cuando Jungkook huele a mí— dijo Taehyung. Él era el vivo rostro del descaro, no le importaba en absoluto el pudor.

—¿Pues cuantas veces lo has dejado oliendo a ti?— añadió Yoongi, con las cejas alzadas hacia Taehyung y Jungkook siguiendo el juego.

—¡Hyung!— dijo Jungkook. Pero no se veía molesto, es más, parecía que lo disfrutaba.

—Algunas veces, ya sabes, siempre me dejan salir con él. Sus padres me aman, y los míos a él así que...

—¿Se pueden callar? Algunas personas intentamos comer en paz— dijo Jimin, con claro fastidio.

Pero Taehyung no quería parar.

—Bueno, Jungkook... ¿Cuándo me dirás alfa, eh?— y tras escuchar aquello, todos se atragantaron.

—No puede ser...— dijo Yoongi.

—¿Enserio? ¿Ustedes?— siguió Hoseok.

—¡No! ¡Claro que no!— dijo Jungkook, completamente rojo del rostro, sus ojos estaban brillantes, parecía que lloraría en cualquier momento.

Jimin notó aquello. La manera en la que la manzana de Adán de Jungkook subía y bajaba con fuerza al igual que su pecho. Él podía sentir el aroma de Jungkook más denso, pero el olor a bosque de Taehyung lo cubría, aquello no le gustaba para nada a su alfa ni a él mismo, quien secretamente disfrutaba del aroma natural de Jungkook siempre que tenía oportunidad.

El omega lo miró.

—Jimin...— dijo en busca de ayuda.

—Déjenlo en paz, lo hacen sentir mal. Jungkook es un buen chico, y los buenos chicos no mienten, ¿verdad, Kook?— Jimin tenía la vista fija en los ojos de Jungkook y viceversa, parecían que estaban en su propia burbuja, algo que puso incómodos a los demás en la mesa.

Jungkook asintió mientras sentía el burbujeo en su vientre. Estaba ladeando su cuello ligeramente mientras miraba a Jimin y el timbre sonaba.

«Es hambre».

Antes de que el mismo Jungkook fuera consciente de sus actos, Taehyung lo tomó por el brazo y lo llevó fuera del comedor, hacia el jardín cercano en donde los olores eran difusos, había mucha gente afuera y las nubes de nieve se hacían cada vez más oscuras, el viento ayudaba a dispersar el conjunto de aromas.

—Kook, ¿Cuándo fue la última vez que tuviste tu... celo?— preguntó Taehyung mientras intentaba dejar su olor en Jungkook, pero se le hacía muy difícil, aunque no le molestaba.

—Hace unas tres semanas... oh...

—Sí, oh. Tu olor se está haciendo muy fuerte, debes tener cuidado esta semana—el alfa tuvo que darle la chaqueta café que llevaba para que el olor de Jungkook no resaltara.

—¿Es por eso que me estás marcando con tu olor a cada rato?

—¡Claro! ¿Qué pensabas tontito, eh?

Jungkook empezó a sonrojarse.

—Bueno... te gusta fastidiarme porque aun no paso el celo con nadie...— dijo Jungkook. Sentía escalofríos, además de esa rara sensación de ser observado. Era tímido para hablar de cosas tan privadas.

—Mereces una bonita primera vez, y sobre lo otro, es un juego, ¿bien? No me estoy insinuando a ti, ¡ni quiero que te sientas presionado a hacer cosas que no quieras! Además, eres como mi hermano, no podría...— Tae le revolvió el cabello con ternura, adoraba a ese chico—. Kook, ni mi olor es capaz de cubrir el tuyo y sabes que es fuerte... creo que lo mejor es que te retires, ¿no crees?— el alfa realmente estaba preocupado por su amigo.

Jungkook lo pensó, definitivamente no quería tener el celo a mitad de clase, era peligroso así que asintió. Ahora todo tenía más sentido, la razón por la que cualquier tipo de contacto lo ponía nervioso. Su omega interior pensaba que eran muestras de cortejo.

—¿Me acompañas por el permiso?

—Claro que sí, usa la chaqueta, no se acercaran si apestas a mí.

—No apestas Tae, a mí me gusta tu olor, es relajante. Quien sea tu pareja debe valorar eso, ¿entendiste?

—Eres demasiado bueno...— y Tae aprovechó la distracción para cargar a Jungkook y llevarlo adentro. Entre más contacto físico tuvieran, la impregnación de olores sería más fuerte.

Pero para Jimin, quien veía todo desde la ventana del comedor, aquello no le gustaba. Mucho menos a su alfa.


"...se está volviendo difícil respirar..."



El calor en el cuerpo de Jungkook se hacía cada vez más intenso a pesar de que afuera había fresco, estaba nevando y había llovido por la tarde. Ya era de noche y no había cabida para el calor, pero sabía que era su proceso hormonal, lo que le causaba sueños terriblemente calientes que lo dejaban jadeando al despertar, y esta vez no era la excepción.

Jungkook sentía a sus pequeños pezones hincharse, y a su entrada ligeramente húmeda, aquello se le hacía un poco incómodo, por lo que sin importarle la hora, decidió darse una ducha. En su reloj de baño marcaban las cuatro de la mañana y su cabeza dolía por lo que un baño con agua fría parecía una buena opción, aunque las ideas sobre complacer su creciente lívido no desaparecían. La sola idea de alguien saciándolo hacía que su entrada produjera lubricante natural.

—Mierda...

La alarma de su celular le hizo ser consciente de que había pasado más de una hora en la ducha. Al regresar a su recámara de nuevo, se dio cuenta que junto a su teléfono tenía un recordatorio de un examen importante al que no tenía permitido faltar.

—¡Mierda!— volvió a gritar mientras buscaba pastillas para el celo. El problema no era el examen, el tiempo sí. Mandó un mensaje a Taehyung para que lo apoyara poniendo en sobreaviso a su profesora.

En tanto sus padres estuvieron despiertos, tuvo que decirles lo que ocurría.

—¿Ninguno me puede llevar?

—Lo siento hijo, pero tengo algo importante hoy en la constructora— dijo su madre—. Sabes que está en la ruta contraria.

—¿Papá?

—Tengo que ir al aeropuerto. Si te voy a dejar y regreso a la casa para dejarte, tardaré demasiado y no podré llegar a tiempo.

—¿Entonces?— dijo el más joven.

—Podemos dejarte el coche, yo llevaré a papá al aeropuerto en la camioneta, al menos así podrás regresar rápido.

El omega asintió con un puchero en los labios.

—Perdón hijo, pero recuerda que lo habíamos planeado así para poder estar libres el día de tu cumpleaños bebé...— dijo su padre, liberando un poco sus feromonas omegas para tranquilizar a su hijo.

—Lo entiendo, no hay problema...— él no quería causar malestar en sus padres. Así que se marchó a su habitación para terminar de arreglarse. Después de un rato, su madre se asomó a su puerta completamente lista de pies a cabeza en un pulcro traje hecho a la medida que la hacía ver más joven.

—Vendré tarde seguramente así que te dejé el desayuno listo. Todavía hay carne en el refrigerador, puedes cocinarlo como quieras o calentar la pizza que hizo tu padre. Hay pastillas para el celo en mi cuarto.

Detrás de ella estaba su padre.

—Te veré en un par de días, cierras bien todo, ¿sí? Tengo chocolates y helado en el congelador— añadió su padre. Ambos enviaron un beso volado a su hijo y luego se marcharon.

El chico odiaba ese tipo de días por dos razones. La primera era que odiaba sentirse solo y la segunda, le causaba cierta incomodidad explorar su propio cuerpo, la timidez se convertía en culpa con facilidad.

Jungkook trató de aprovechar el tiempo desayunando— además de evitar a toda costa seguir los impulsos de su omega—, tomó inhibidores de olor y se puso la colonia de su padre porque le daba tranquilidad. Estaba nervioso, su omega se removía en su interior con necesidad, era su lado animal exigiéndole ceder ante los impulsos carnales, impulsos a los que su lado humano se resistía tanto por querer a una persona en específico. El joven prefería mimar a su omega interior con siestas largas y comidas dulces.

Cuando llegó la hora de salir —no sin antes asegurarse de que todo estuviera bien cerrado—subió al coche y se roció con más supresores de olor que ayudaban momentáneamente. Condujo rápido con la idea de que al llegar primero, podría irse primero. Se asombró de que su profesora estuviera en la entrada, por lo que bajó con rapidez.

—Buen día. He venido para tomar mi examen, pero...— dijo con mucho respeto, tendiéndole el permiso del día anterior.

—Kim Taehyung me informó hace unos minutos de su situación, es por eso que estoy aquí para acompañarlo y evitar problemas. Retrasé una hora el examen para darle tiempo a usted y pueda retirarse con calma.

—Oh... eso no era necesario, vine lo suficientemente preparado...

—Es por precaución y un lineamiento obligatorio, así que por favor, vamos.

Y claro que Jungkook lo sabía, pero a él no le gustaba llamar la atención, ser tratado de una manera diferente, era demasiado. Todos hablarían de ello al día siguiente.

Estar solo en la habitación con la profesora custodiando la puerta, le daba tranquilidad, pero sabía que el efecto del spray pronto pasaría, por lo que terminó su examen en tiempo récord, 15 minutos en los cuales él respondió cerca de 50 preguntas. Era un examen final exigente, pero se había preparado por días. Su maestra parecía sorprendida por la rapidez, pero no era algo nuevo, Jungkook era un estudiante honorable.

—¿Quiere que lo acompañe a la puerta?— dijo la profesora.

—No lo creo necesario, gracias profesora.

El chico hizo una reverencia y salió rápido hacia el vehículo. Estaba justo por salir del edificio cuando una persona lamentablemente conocida lo interceptó. Le sorprendía el hecho de que aún llevara el mismo gorro de ayer, incluso los lentes de montura negra oscura que casi nunca usaba en público.

«¿Por qué el uniforme le queda tan bien? ¿Por qué tiene que marcársele los mulos tan perfectamente?».

—¿Me puedes decir por qué no me avisaste que no vendrías hoy a clase y sí a Kim? Te esperé en la biblioteca como todos los días pero no apareciste. Luego llegó Kim a hablar con la profesora de ti... — era Jimin. Y aunque parecía enfadado, sonaba triste.

Claro que había un motivo por la que Jungkook no le había dicho nada.

—Lo siento, lo olvidé, ¿bien? No estoy en condiciones de...

—¿No te sientes bien? ¿Qué puedo hacer para ayudarte? Oh, espera, odias que te toque y deje mi olor cuando pasa accidentalmente, ¿así que debería hablar con Taehyung para que te lleve de vuelta a tu auto como ayer?

—¿Perdón?— Jungkook estaba sin habla y molesto. Se quedó quieto y miró al chico enfrente de él. Tenía el entrecejo levemente fruncido y la mandíbula apretada, aquellos ojos que siempre había visto como amigables y juguetones ahora le parecían dos terribles pozos sin fondo. Le hacía recordar a un halcón, su omega se removió inquieto y no precisamente por causa del miedo. Optó por marcharse, pero el olor a duraznos con el toque de madera era fuerte, y por el hecho de estar furioso tenía incluso notas picantes que hacían cosquillas en su nariz. Algo que le gustaba y espantaba al mismo tiempo porque, ¿a quién se le hacía atractivo el enojo de alguien más?

—Te estaba esperando ayer para irnos juntos a la clase, ¡y tú simplemente te fuiste con él! ¡Dejaste que te marcara con su olor enfrente de todos!— Jimin lo olfateó ligeramente y se dio cuenta que el olor de Jungkook no estaba, algo que lo hizo enfadar un poco más, pero no precisamente a él, sino a su alfa que lo había extrañado.

—Sabes que odio que me levanten la voz. Tengo que irme. No me siento bien y necesito llegar a casa, cuando dejes de comportarte como un macho alfa estúpido e idiota puedes llamarme, Jimin.

El timbre de cambio sonó por todo el edificio, pero aquello no trajo a la realidad a Jimin, sino el tono de voz plano de Jungkook y sus ojos brillosos. Estaba molesto pero no quería dejar las cosas así. Su alfa le pedía estar más tiempo con Jungkook. Había algo tranquilizante en el olor del menor que siempre le había encantado, y ahora que no estaba, aquello le enfurecía. Lo había extrañado y el sentimiento de rechazo se asentaba demasiado deprisa en su pecho.

Antes de que el joven omega cruzara la puerta de salida, el alfa lo tomó por los brazos y lo llevó hasta los baños más cercanos. Eran baños de servicio que casi nunca eran usados porque quedaban muy lejos de las aulas aunque seguían siendo útiles y funcionales.

Jungkook se removía entre los brazos del chico, quería salir lo más rápido de ahí, pero sabía que Jimin lo atraparía de nuevo, era necio y testarudo, lo conocía perfectamente, pero tras verlo ponerle seguro a la puerta, y mirarlo con esa cara seria que le parecía más que nada caliente, tenía miedo. Su deseo sexual durante los celos era inmenso e incluso algo absurdo, hasta las más pequeñas cosas lograban ponerlo caliente, pero cuando se trataba de Jimin, había algo diferente que lo asustaba.

—¿Por qué quieres huir de mí? Jungkook, no es justo que siempre me dejes para irte con Taehyung, ¡yo soy tu mejor amigo! Además, ¿qué es eso de que siempre te marca con su olor? Tú me golpeas cuando paso mucho tiempo junto a ti porque supuestamente, no quieres oler a nadie, ¿sales con él? ¿Por qué no me dices las cosas? ¡Yo siempre te digo todo!

El olor de Jimin estaba por todas partes, era imposible no sentirlo. Y aunque al lado omega de Jungkook gustara que Jimin lo viera de esa manera, al lado humano le molestaba que le exigiera.Era como si dentro de él vivieran dos personas, pero haría caso del lado razonable en vez de seguir los impulsos sexuales que lo atormentaban.

—¿Me estás exigiendo atención cuando tú eres el primero en salir corriendo cuando ves algún culo que te guste?

Gracias al enojo creciente, no era capaz de seguir conteniendo de alguna manera sus feromonas, haciendo que poco a poco, su olor se volviera intenso que, junto con el factor del celo, era como una bomba.

—¿Qué fue lo que... dijiste?— Jimin estaba claramente confundido por dos razones. La primera: Jungkook nunca decía groserías, la segunda: el olor que tanto extrañaba era tan fuerte ahora que sentía temblar sus piernas. Su alfa ronroneaba.

—Tú no puedes exigirme algo que no me das. ¿Sabes cuántas personas se me acercan constantemente a decirme que me estás siendo infiel por los shows que te gusta dar en la biblioteca? ¡Tengo que explicarles cada vez que no somos más que amigos!— Jungkook respiraba pesado. Caminaba hacia Jimin y lo veía a los ojos. No había timidez ni duda en sus ojos como otras veces, estaba haciendo que creciera nerviosismo en el alfa como nunca antes—. Gracias a que siempre huelo a ti, ningún otro alfa se me acerca a excepción de Tae porque creen que somos pareja. Y para tú información, ¡él solo me marca con su olor cuando huelo demasiado a ti o cuando mis feromonas son muy fuertes por el celo!

Jungkook sentía el enojo fluir por su venas como si de fuego se tratase, ya no podía dejar de hablar, mientras que Jimin sentía las rodillas débiles, se sentía acorralado y un sudor frío le bajaba lentamente por la espalda mientras miraba al piso. No podía ver a Jungkook, tenía los ojos cerrados por la vergüenza.

—Jungkook...— dijo Jimin, con la voz ligeramente ronca.

—¡Nada de Jungkook! ¡Tú te la pasas enredándote con cualquier persona que te sonría en la biblioteca o que se te insinúe y vas como si nada! ¿Piensas que no tengo ojos? ¿Piensas que la gente que me ve tampoco me desea? ¡No voy a tolerar que vengas a hacerme reclamos cuando sólo somos amigos, y no precisamente porque yo lo quiera!

Aquello dejó atónito al chico mayor. Sus labios temblaron ligeramente en un tic nervioso, su rostro se volvió serio y se irguió completamente, observando al chico menor, con el rostro rojo. Las manos de Jungkook temblaban por el enojo y lo veía con unos ojos brillantes, el ceño fruncido, una vena se le marcaba justo en la frente y su olor estaba por todos lados.

—¿Me estás diciendo que no quieres ser mi amigo?

Cada palabra, fue dicha con lentitud, separadas por más segundos de lo usual.

Si antes Jimin se sentía al acecho, ahora era Jungkook quien se sentía como una presa acorralada en media caza, pero aquello no lo intimidó, simplemente incrementó su enojo.

—Eres demasiado estúpido Jimin. ¡No entiendes nada! ¡Nunca!— soltó bruscamente. Ahora era Jimin quien caminaba hasta Jungkook, lo había acorralado entre los lavabos y él mismo. El omega estaba prácticamente casi sentado sobre las lozas, pero no se resignaba a dejarse intimidar.

—¿Cómo me llamaste?

El omega sintió un leve espasmo en sus piernas al escuchar aquellas palabras deslizarse de los labios brillantes y pomposos que estaban a unos escasos centímetros.

—Déjame en paz, tengo que ir a mi casa.

—No— el omega trató de moverse, pero un mano pesada de Jimin hizo que se quedara en su lugar—. No irás a ningún lado, no así. ¡Tampoco me estás entendiendo!

—¿Así cómo? ¡Jimin, déjame en paz! ¡Tengo que irme!

—¡No! ¿Para qué quieres irte? ¿Para pasar el celo con Taehyung? ¿Lo vuelves a escoger a él? ¿Me dejarás otra vez por él? ¡Llámame con respeto, carajo!— el golpe de una palma se escuchó por todo el lugar.

Jimin había dado un golpe a las lozas, muy cerca de Jungkook. Ambos tenían las respiraciones agitadas, estaban gritándose el uno al otro como salvajes.

—¡Nunca entiendes nada!— Jungkook seguía intentando zafarse del agarre de Jimin pero no tenía muchas fuerzas en ese momento, no cuando el olor del alfa bailaba en su nariz de una manera hipnotizante—. ¡Déjame ir!

—¡No puedo dejarte ir, tienes el jodido celo y tampoco me dejas hablar! Ahora, hazme un favor y sé un omega obediente— dijo con voz más grave y lenta. Por un instante, el omega sintió la erección del otro chico rozar con su rodilla—. Si es cierto que tienes ojos y que estás harto de mis shows en público, ¿por qué no los evitaste?

—Déja... déjame ir Jimin, tengo que ir a casa— volvió a repetir Jungkook. Pero la cercanía del otro cuerpo estaba teniendo efecto en él.

—Responde, ahora— aquello mandó escalofríos por cada disco vertebral de Jungkook.

—Yo no soy nadie para hacer ese tipo de cosas— contestó de manera entrecortada.

—¿No lo entiendes verdad?— Jungkook negó—. Yo estaba esperando a que lo hicieras. Quería que me gritaras en frente de todos y yo te hubiera obedecido, Jeon.

El rostro de Jimin estaba tan cerca de él que podía sentir su aliento caliente sobre sus labios. El alfa se desvió un poco para oler justo en la conexión del cuello y el hombro en el omega, rozó su nariz ahí unos cuantos segundos, provocando escalofríos. Aquello le hacía producir lubricante por montones. El olor estaba por todos lados, era imposible que Jimin no lo sintiera.

—No sabes cuanto extrañé tu olor, a ti... fueron sólo unas horas... pero siempre es así.

El chico omega podía casi sentir las palabras en su piel, los labios de Jimin estaban cerca de aquella zona tan sensible. Instintivamente inclinó más su cuello del lado contrario, dejando espacio.

—Hy... ung...— dijo el menor en voz baja.

—¿Ya no soy Jimin, mhm?— el alfa tomó al chico por los muslos y lo acomodó en las lozas del lavabo. Jungkook gritó debido a la sorpresa, pero no se negó. Estaba confundido.

—Hyung, por favor...

«Déjame ir» era la lo que quería decir, pero ahora ya no estaba tan seguro.

—¿Dónde quedó ese omega gritón? Me gusta ese lado, aunque... realmente me gustas de todas las maneras posibles. Pensé que era obvio.

Aquello sí que lo hizo pensar.

—Si eso fuera cierto, no te hubieras enredado con tantas personas antes...

—Quería ver alguna reacción en ti. Ya te lo dije, quería que me gritaras y me dijeras lo idiota que soy... justo como hace rato.

—Estás loco... ¿cómo...?

—¿Cómo, qué?

—¿Por qué querrías que te gritara frente a todos?

—Porque eres malditamente sexy cuando te enojas. Haces algo con las cejas que...

Jungkook se sonrojó más de lo que ya estaba. El deseo burbujeaba aun más en su vientre. El efecto de las pastillas parecía haber terminado.

—¿Por eso... te ríes cuando me molesto?

—Por eso voy a todos tus partidos también. No lo entenderías... eres precioso en todos los aspectos Jungkook. Cuando le gritas a los tontos de tu equipo... ah...

Pero Jungkook sí que lo entendía.

—Jiminie, no juegues con eso...— el nombrado dejó de oler la piel del omega y se reunió al encuentro de miradas. Jungkook tenía los ojos brillosos y ligeramente dilatados, su labio inferior brillante y ligeramente más hinchado por morderlo debido al nerviosismo.

—No estoy jugando Kook. Realmente me mata de celos que Taehyung esté tan cerca de ti, yo sólo quiero que huelas a mí y tener tu olor cerca...— admitió el mayor mientras lo veía a los ojos y apoyaba sus manos a cada lado de Jungkook, cerca de sus muslos.

—Pudiste simplemente haberme dicho eso en vez de hacer tantas cosas estúpidas y hacerme pensar que... tú no sabes lo cruel que... estúpido alfa.

Aquello último fue dicho entre un puchero.

—Repite eso.

—¿Qué cosa? ¿Estúpido?

—No... lo último.

Jimin sonreía mientras Jungkook se ruborizaba y bajaba la mirada.

—No quise...

—¿Quieres que lo sea?

Jungkook miraba sus manos y las escondía entre sus piernas, estaba avergonzado y Jimin no ayudaba en absoluto. El mayor tomó de la barbilla al menor para que lo mirase, se encontró con la mirada más tierna y caliente del mundo. La manera en la que sualfa miraba sus labios, lo volvía loco.

El lado racional perdió.

—Lo deseo demasiado...— dijo. El alfa separó las rodillas de Jungkook y se metió entre sus piernas. El miembro de Jungkook se removía en sus pantalones tras ese movimiento y sintió ligeramente como su entrada se contraía y soltaba más lubricante. Su ropa estaba empapada.

Jimin cerró los ojos e inhaló. Sonrió de una manera casi cruel que hizo la sangre de Jungkook hervir y después lo miró a los ojos:—Es bueno oír eso, porque es algo que yo también deseo desde hace un tiempo...— y lo besó.

Era un beso terriblemente hambriento y necesitado, demasiado rápido para ser romántico y demasiado lento para ser abusivo.

Jungkook gritó ligeramente cuando sintió una mordedura en su labio y luego un toque de lengua sobre la herida pequeña, un escalofrío lo recorrió de pies a cabeza y se instaló en su vientre. Jimin, el alfa estúpido, sonreía como un ganador.

—Jimin, no debemos...

—¿Puedo?

Jungkook asintió. Lo quería todo. Se acomodó mejor en la loza mientras sonreía, dejando atónito a Jimin. Pasó sus largos y fuertes brazos sobre su cuello y lo atrajo hacia él con fuerza, una invitación a besos que dejaron a ambos sin aliento. Jimin degustaba los labios del omega gruñón como siempre había querido y Jungkook se dejaba hacer como en las noches de celo que tanto había fantaseado.

—¿Lo haremos aquí?— dijo en voz baja el menor, mientras se rozaba contra el otro.

—¿Quieres hacerlo aquí?— dijo Jimin sorprendido.

—No creo aguantar hasta llegar hasta mi casa, debe haber mucha gente afuera...

—No tengo condones conmigo bebé y no te pienso dejar aquí solo...— dijo Jimin mientras mordía ligeramente la piel de la mandíbula y cuello del otro chico.

—Duele...— incluso quejándose, el joven omega sonaba como un ángel, sus preciosos quejidos ponían más dura el miembro del alfa—. Te necesito tanto...

—Puedo hacer algo para ayudar...

Jimin besó una vez más a Jungkook y lo ayudó a ponerse de pie. Le desabrochó los pantalones y lo volteó hacia el espejo. Una mano estaba en su cintura y rozaba con las uñas la piel dorada hasta su pubis mientras que con la otra tomaba su cuello ligeramente y lo hacía mirar al espejo.

—Dijiste que...

—Se lo que dije, no voy a entrar en ti, al menos, no ahora, ¿bien?

El omega asintió, veía a Jimin a través del espejo. La manera en la que tocaba su cintura y le susurraba al oído lo tenía sensible y caliente, quería más cada segundo que pasaba.

—No cierres los ojos.

—Alfa...

—Mira que mojado estás aquí...— el hombre tocaba su miembro superficialmente humedeciendo su mano para después explorar en su trasero.

Nadie lo había tocado de esa manera, ni siquiera él mismo.

—Hyung... ¡ah! Ten... cuida...dado...— Jungkook hablaba entre suspiros.

—Tengo que hacer esto o no podremos seguir después. ¿Crees que podrás tomarme?

Pensar en Jimin saciándolo, le había hecho producir más lubricante además de que ya tenía un dedo deslizándose en su interior.

—Si te sigues riendo cada vez que produzco lubricante, no llegarás más lejos, Park.

Aquello hizo gruñir suavemente a Jimin.

—Me rio, porque huele divino cada vez que pasa, ¿bien? No es porque me esté burlando de ti, precioso.

Jungkook estaba completamente ido por la sensaciones. No ayudaba que Jimin le hablara al oído, hacía que su piel se erizara y su espalda se curveara más con tal de tener más contacto y que el chico llegara más profundo.

—Más te vale... ¡Jimin!

—Creo que tendré que jugar mucho con mis dedos por aquí antes de que te de algo más grande...— y entonces insertó dos dedos más.

El omega puso los ojos en blanco y apoyó su frente con el lavabo, sus rodillas temblaban y la presión lo torturaba de una manera deliciosa. Los lloriqueos combinados con gemidos que soltaba Jungkook eran calientes y tiernos al mismo tiempo, el joven omega era así. Jimin estaba más que fascinado.

—Creo que me correré...— soltó el menor.

—Te haré correr, cariño.

Jimin besó la espalda del chico, sacó los dedeos de él un momento para tocar su trasero y luego los volvió a insertar para meterlos y sacarlos cada vez más rápido. Curveaba por momentos los dedos y los dirigía hacia arriba para llegar más profundo mientras apretaba el miembro de Jungkook, quien sentía la erección cada vez más del alfa y se moría por tenerlo.

—¿Puedes sentir lo duro que estoy por ti?— Jimin rozaba su polla con la entrada húmeda y goteante de Jungkook, volviendo casi transparente su ropa interior. El chico omega estaba demasiado abrumado por los toques en su entrada y la estimulación de su miembro. La presión extra de la pelvis de Jimin en su trasero lo estaba volviendo loco.

—Vamos Jiminie, haz que me corra, sé un buen alfa para mí.

Jimin combinaba las falsas embestidas con el bombeo rápido del miembro de Jungkook. El ritmo perfectamente balanceado pasó a ser brusco y desesperado de ambas partes con tal de encontrar la liberación.

El roce constante del miembro de Jimin con la tela de su ropa y el cuerpo de Jeon, lo llevó a un orgasmo profundo, mientras que para Jungkook había sido como una explosión. Ambos tenían espasmos, estaban cubiertos de esencias y olores.

—¿Estás bien?—preguntó Jimin—. ¿Bebé?— Jungkook parecía perdido.

—Ha sido lo mejor de toda mi vida...— esta vez fue Jungkook quien se acercó a besarlo y le quitó el gorro en el proceso.

—¿Qué te parece?— dijo Jimin.

—Jamás pensé que el rosa fuera un color... seductor.

Jimin le sonrió al chico y le dio un beso en la frente. Estaba sonrojado.

—Significa muchas cosas, pero por ahora, vamos a limpiarte y luego a la farmacia.

El omega interior de Jeon y él mismo estaban brincando de la emoción.

"... podríamos foll@r"



«🔚»


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Dec. 14, 2023, 3:19 a.m. 0 Report Embed Follow story
20
The End

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kar ★ fanfics ⊹ . ₊ JIKOOK AND JIMIN TOP CONTENT ⊹ ₊ .

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