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¿Qué más se puede pedir, cuando ya se alcanzó la hegemonía social en el progresismo?. Pitándonos de izquierda, pero con la derecha en el closet. Beneficios y pantallas. Actos e influencias. (Historia corta de crítica social)


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#soliloquio #crítica-social #relaciones-tóxicas #abuso #ironía #heteronormatividad
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Hegemonías y Pantallas

Dígase de una institución de educación superior. Dígase de una institución de educación superior especializada en las ciencias sociales. Dígase de una institución de educación superior, especializada en las ciencias sociales, en la segunda década del siglo XXI.

Deconstrucción. Feminismo. Socialismo. Indigenismo. Interseccionalidad. Cambios climático. Todos tienen derecho a hablar.

Paltas. Cristales. Sahumerios. Memes en Facebook e Instagram. Asentir en publico a lo que dice el docente de turno. Estar a la moda en los debates sociales, estar deconstruidos, despiertos, hablar en voz alta, saber encarar.

Ser hegemoniques en la izquierda.

Una vez que la orientación política queda clara, que estamos bien, que nos mostramos piolas y resueltos, llega el momento del contacto. De la vida. Capital cultural de izquierda, pero con algunos beneficios de la derecha. Le caigo bien a mis compañeres, tengo muchos amigues, me saludo con todos y celebro mi tácita reputación.

Si soy popular, entonces me van a apoyar. Estamos en el espectro correcto de la melanina y somos cisgénero, pero con ‘‘consciencia social’’.

Dígase de una pareja.

Los mejores amigos. Ella, sensible, sociable, lúcida. Él, piola, razonable y con facilidad para meterse a la gente en el bolsillo.

Aman a los animales. No les cabe lo tradicional. Se las arreglan como pueden.

Viven juntos. Cursan juntos. Trabajan juntos. Investigan juntos. Siempre juntos.

Las amigas de ella ven banderitas naranjas y rojas, la metáfora de las flags. Ella se aleja. Ella lo lleva a él de todos lados.

¿Él no tiene amigos?, ¿Por qué ella se distanció tanto?

Se aman, se cubren, se entienden. Él es su roca. Ella es su vida.

Con casi treinta años, casi parece que fueran padre e hija.

A él le gusta cuidar a su compañera. A ella le gusta ser consentida. De viajes al extranjero y maquillaje importado comprado por papá y mamá a compañero sexo-afectivo con empleo full-time.

Ella va a tener su pijama caro.

Él la va a consentir.

Y ambos siguen siendo hegémoniques de la izquierda.

Con claridad al hablarse. Avivados. Espontáneos.

Ambos tienen éxito ante la opinión pública. Y ambos tienen los recursos para ganar. Si alguien no les gusta, queda quemado del círculo social.

Si ellos son la pareja. Si ellos se complementan y presentan sus razones. Y comparten las luchas de todes.

Entonces, ellos tienen que estar bien. Los otros están mal.

La mejor amiga de ella se espanta del cambio.

Las amigas notan que ella desapareció.

Ella tiene que ir al psiquiatra, toma calmantes, llora. Pero él la cuida. Entonces, todo está bien.

Se mezclan las ideas. Los miedos. Las ansiedades. Una es el combustible de las paranoias del otro y viceversa. Pero no importa: la intensidad de ellos dos es más fuerte que el mundo, por más que tanta intensidad concentrada se transforme en toxicidad enmascarada.

Solo importa el otro.

Ellos saben cómo hacer que las cosas salgan de la manera que les conviene. Dominan. Predican. A algunes les cuentan algunas cosas, a otres, otro tipo de versiones. Pero a la larga, consiguen lo deseado.

Salir triunfantes. Ser apoyados. Aprobados.

Porque si la sociedad acepta sus proyecciones, entonces, ellos están en lo correcto, ¿no? No hay nada más que cuestionar, ¿no?. La aprobación viene de afuera. No hace falta mirar hacía adentro.

Ellos triunfan sobre las adversidades que se auto forjaron y no quieren enfrentar.

Ella llora para probar su punto al tercero molesto (de turno). El se enfada, porque su ira es genuina.

A fin de cuentas, si hay sentimientos, entonces es cierto. Nada más sincero que el corazón. Es solo que ellos saben cómo expresar sus estados de ánimo de la manera más conveniente en el momento más preciso. Y cambiar de estrategia con la situación.

Lo genuino de la manipulación no cambia por los antecedentes psiquiátricos.

Pero no importa. Ellos triunfan. Son un equipo. Heterosexual, pasiva y dominante, sensible y violento.

Por más que se tape con amor a los animales, sensibilidad hacía la causa social de turno y pathos, la hegemonía no deja de ser hegemonía.

Y las pantallas, no dejan de ser pantallas.

June 9, 2022, 3:11 a.m. 0 Report Embed Follow story
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Scaip College student, hobbyist barista and part-time writer.

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