luciabl Lucía B...

¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar por conseguir lo que realmente deseas?


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#amor #violenciaintrafamiliar #violencia #oscura #paranormal
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VIDA (CASI) TRANQUILA

La gente suele pensar que, si te piden disculpas tras haberte dañado, tú, como una persona bien educada los perdonarás y harás como que nada de eso pasó. Las personas son realmente imbéciles creyendo eso, jamás piensan en el resultado de ese daño, únicamente piensan en lo que pueden sacar de ese daño; ¿sabe qué? A mi me importa una mierda lo que esa clase de... personas puedan llegar a pensar de mi, si me la haces me las pagas. Yo jamás perdono y jamás olvido.

- Muy bien, señorita Reid, por hoy hemos terminado con la sesión. - habló un hombre de aspecto mayor y voz cansada, cerrando la pequeña y gastada libreta que portaba consigo, terminando por acomodarse las gafas sobre sus oscuros ojos. - He podido notar una mejoría en tu caso, así que, te daré la siguiente cita para dentro de tres semanas, en cuanto tenga el primer hueco te notificaré. -

- Como usted diga, Doc. - le respondió la paciente, una muchacha como de veinte años de edad, levantándose del sofá de cuero negro que tenía aquel hombre en medio de su consulta.

Emily Reid, una adolescente de veinte años con una vitalidad envidiable para una persona con su historial psicológico. Poseía una tez clara y unos ojos cuyo color siempre era centro de discusiones, había gente que los veía de un tono azulado y otros decían que no, que sus ojos eran completamente plateados; lo único que siempre estaba fuera de discusión era su pelo, siempre que podía, la chica no dudaba en recortarlo y cambiar constantemente su color... Cuanto más extravagante y brillante fuese el tinte, mucho mejor.

- Bien, ya sabes, controla tus impulsos y trata de evitar las situaciones que puedan llegar a provocarte un nivel excesivo de estrés, ¿de acuerdo? -

Emy realmente odiaba con todo su ser aquel lugar de paredes de tonos pastel, odiaba tener que contarle sus problemas a aquel sujeto que, a pesar de no juzgarla, ella no terminaba de sentirse cómoda en este tipo de situaciones... irónico teniendo en cuenta que llevaba, como mínimo, dos años en terapia.

La chica trataba de despejar su caótica mente, y no había encontrado mejor manera de lograrlo que caminar por las muy transitadas calles del centro de Guadalajara, al menos, hasta que el tono de uno de sus contactos comenzó a sonar de manera estridente, obligándola a responder aquella llamada, de lo contrario, tendría que aguantar los miles y miles de mensajes que le llegarían por no haber respondido a la llamada.

- Mande. - directa y al grano, recibiendo un sonido quejicoso a través del altavoz del teléfono.

- ¿Qué forma es esa de contestar a tú queridísimo secretario? ¿Tan mal te fue en la sesión de hoy o directamente te has levantado de malas? - escuchó la voz divertida de su joven asistente, trataba de sonar cómico desde primer momento, pero, simplemente no le estaba saliendo demasiado bien la jugada. - ¿Emy? -

- Ve al grano Nico, no tengo la paciencia para tus bromas, al menos no por ahora. - Nicolás García, "Nico" para los amigos, era uno de los empleados de la chica, mientras ella era tatuadora, el joven se encargaba de buena gana de todos los trámites administrativos que el local de Emily cargaba. Realmente, el chico llevaba poco menos de un año trabajando para ella, y ya la trataba como si se tratase de una hermana mayor para él.

- Han vuelto a llamar... siguen exigiendo que hables con ellos y les digas tu dirección real, también quieren tú número de teléfono... - no era necesario que el chico concretase de quienes estaba hablando, la familia de la chica no hacía más que llamar y llamar para tener la más mínima oportunidad de controlarla, o bien, saber donde localizarla.

- Ya me encargaré de eso, de momento sigue haciendo las cosas como hasta ahora. -

- Como quieras, pero, deberías pararles los pies de una vez, en algún momento van a terminar por buscarte... sí, ya sé que no es asunto mío, pero... -

- Tómate el resto de la tarde libre. - fue lo único que se limitó a responder antes de cortar la llamada, era consciente de toda la razón que sus palabras tenían, pero, si había algo que Emy tenía era mucho orgullo, por lo tanto, no tenía pensamientos de acabar en buenos términos con aquellos que, en su infancia, se había visto obligada a llamar familia.

La chica de mirada celeste solo quería una vida tranquila, hacer lo que le gustaba y ganarse la vida con ello, no era pedir mucho ¿no? Pues al parecer, eso era ser demasiado egoísta para su familia, esas personas tenían que arruinarle toda su vida así por las buenas, y claro, ella debía callar y bajar la cabeza como si se tratase de un perro regañado.

- "Ni siquiera son capaces de entender que no quiero tener nada que ver con ellos. "- murmuró para sí misma, estaba cansada, joder, demasiado buena había sido con no denunciar ninguno de los abusos que sufrió.


FLASHBACK


- ¿Algo qué decir en tu defensa? - hablaba bastante enojada una mujer de cabello castaño, un poco rizado, frente a una joven y asustada Emily de unos diez años de edad, tenía la mirada baja, tratando de no derramar lágrimas, pues, ya sabía que de hacerlo, sería mucho peor. - ¡Mírame cuando te hablo! -

- Yo... no es para tanto... -

- ¿¡No es para tanto!? ¡Explícame qué son esas notas! - gritó, provocando que la menor, ya bastante asustada, se encogiese en su asiento, ya sabía lo que vendría después.

- Solo es un notable... sigue siendo. - ni siquiera le permitió terminar de hablar, la mujer le había propinado una fuerte bofetada, lo suficiente como para partirle el labio por tal golpe. - P-pero... -

- ¡Solo tienes una obligación, y esa es estudiar! ¡Sólo tienes que traer todo sobresaliente, no tienes que preocuparte por pagar la luz, el agua, mucho menos preocuparte por traer el pan para comer! - le recriminó, agarrándola con fuerza por el cuello de la camisa que portaba, de manera que la estaba obligando a mirarla directa a los ojos, parecía incluso que disfrutaba ver como su propia hija sufría. - ¡Si no puedes hacer una tarea tan simple como esa, no eres más que una inútil que solo me cuesta dinero! -

- Ma-mamá, por favor... -

- ¡No quiero volver a ver que traes ese tipo de calificaciones, si sabes lo que te conviene aplícate en tus jodidos estudios! -

FIN FLASHBACK


Estaba claro que Emy nunca había tenido una buena relación con su familia, pero, casi todos los miembros de la misma no eran más que unos hipócritas, pensando que si le lloraban lo suficiente, ella terminaría por hacer todo lo que le pidiesen. Desde luego no sería así... No de nuevo.

- No deberías dejar que el pasado te afecte tanto. - hablaron por su derecha, sacándola repentinamente de sus pensamientos ; se encontraba sentada en uno de los bancos de una plazoleta... ni siquiera se había dado cuenta de cuando había llegado hasta allí. - Venga cuenta, habla por esa boquita. -

- ¿Qué quieres que te diga? Siempre es lo mismo, las mismas personas hipócritas tratando de dar por culo. - desesperada, pasó ambas manos por los laterales rapados de su cabeza, terminó por dirigir su mirada hacia el chico de expresión amable junto a ella. - ¿Cómo has sabido que estaría aquí? -

- Emy, llevamos como cuatro o cinco años juntos, creo que es tiempo más que suficiente para saber como actúa tú subconsciente. - aquel chico era dos años mayor que Emily, con el pelo negro, casi siempre esponjado, con los ojos verdes; conocía a la chica prácticamente de toda la vida, así que, conocía sabía cada uno de los sucesos en la vida de aquella chica durante toda su vida. - Venga, no te comas el coco con tonterías de esa magnitud, tal vez, una noche de películas te haga sentir mejor. -

Podríamos decir que ambos jóvenes se complementaban mutuamente, si Emily era una persona seria y calmada, incluso llegando a ser un poco amargada (por lo general), Víctor era todo lo contrario. Él era una persona bastante alegre y animada, empujando a quien estuviese con él a hacer cualquier tipo de locura que pudiese ocurrírsele en el momento, y con la chica no era menos; siempre estaba tratando de hacer que Emily hiciese cosas que, por ella misma jamás en la vida haría de manera voluntaria. Resumiéndolo, eran el más puro equilibrio, la chica era la representación más pura del raciocinio más frío y él, él era puro entusiasmo encarnado.

Víctor trabajaba tanto de anillador como de tatuador en el local de la chica, cosa que aprovechaba para poder molestar un poco más a la joven a lo largo del día pues, siempre que tenía el más mínimo hueco entre persona y persona ahí estaba el chico, dispuesto a jugarle alguna broma inocente a la chica.

Aunque, había algo que sí conseguía "picar" a la fémina, el chico tenía por costumbre asegurarse de repartir todos y cada uno de los gastos que iban apareciendo, siendo o no del local; no había oportunidad en que la chica no le insistiese para que dejase de hacerlo, le sabía mal que, a parte de haberlo arrastrado con ella hasta Guadalajara, él tuviese que invertir su dinero en algo que era responsabilidad de ella.


+++


Cuando la pareja llegó a la que era su casa, la chica fue recibida inmediatamente por dos rápidas bolas de pelo, una hembra de maine coon con un denso pelaje de color canela y mirada dorada y un macho (un poco más pequeño) que tenía un pelaje completamente negro, contando con una única mancha de color blanco en el pico de su oreja derecha, con unos curiosos ojos heterocromáticos, siendo el izquierdo naranja y el derecho verde. Ambos felinos se habían criado con la pareja, la hembra había sido un regalo por parte de la familia de Víctor por haberse mudado juntos, mientras que el macho, había sido pura suerte haberlo encontrado. Al felino oscuro lo habían encontrado en los callejones, con apenas unos días de vida... la pareja había pasado noches enteras asegurándose de que la salud de aquella pequeña criatura no fuese a peor, criándolo a biberón durante toda su infancia.

- Venga relájate, solo necesitas una buena noche de descanso. - murmuró el más alto rodeando la cintura de su compañera, recibiendo una pequeña risa de su parte. - ¿Qué es lo que te parece divertido? -

- ¿No que querías hacer una noche de películas? - era bastante común que, de tantos planes que formulaba el chico en su cabeza, pocos llegaban a hacerse realmente o, directamente, hacían veinte cosas a la vez. - Anda, ve eligiendo alguna película. -

- ¿Segura que quieres que elija yo? -

- Vamos chico pelazo, seguramente vas a elegir alguna película de terror y muchas tripas y sangre, y esas me encantan. - la sonrisa en el rostro de la chica era algo que Víctor adoraba, sobretodo porque, generalmente la chica no mostraba sonrisas juguetonas tan notables como que tenía en ese momento; cuando sonreía de esa manera tan especifica era porque las bromas del chico no salían como él quería. - Voy a darme una ducha, no tardo nada. -

Para Víctor aquello había sonado más como una invitación que como una afirmación, invitación que ni loco estaba dispuesto a desaprovechar, así que, sin querer perder tiempo, preparó rápidamente unas cuantas películas y se aseguro de que sus felinos tuviesen sus cuencos llenos de agua fresca y comida. Y una vez terminó con esas tareas, fue directo a su habitación, comenzando a escuchar como su pareja había puesto música mientras que ella se duchaba; cuando se internó en la habitación, se percató que la puerta del baño no estaba cerrada del todo y aprovechó para entrar, cerrando la puerta tras de si, encontrándola completamente desnuda bajo los chorros de la regadera.

- Me voy a acabar desgastando si no dejas de mirarme con esa fijación. - tan absorto había estado mirándola que, ni cuenta se había dado que ella había reparado en su presencia. - Si quieres entrar, venga, no te lo pienses. -

Y vaya que no se lo pensó, no tardó nada en hacer desaparecer toda su ropa y abrir en un visto y no visto la mampara de la ducha, notando como el cálido vapor golpeaba su rostro y algunos de sus mechones se adherían a su frente al primer contacto con el agua. A los pocos segundos, sintió las suaves manos de la más baja acomodándose en sus mejillas tras acomodar un par de sus mechones de pelo, en verdad, aquella chica era una autentica dulzura, el problema era que, había que saber como sacarla a flote.

- Deberías sacar ese lado dulce más seguido. -

- Le quitaría el chiste a la vida, además, tengo una reputación que mantener. -



May 23, 2022, 11:22 a.m. 0 Report Embed Follow story
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To be continued...

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