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Damián Aguirre


En una ciudad de Massachusetts desde mucho tiempo atrás han ocurrido extraños sucesos, pero todo se saldrá de control cuando un grupo de niños profane inocentemente una cueva que está bajo la maldición de unas blasfemas brujas que fueron condenadas a muerte por la Santa Inquisición casi medio milenio antes. El terreno donde está ubicado Miher, era la sede de castigos a las brujas, santeros, chamanes y todo lo que la Iglesia creía que estaba en contra de Dios, ésto genera una actitud extraña en casi todas las personas que habitan ahí, pero el grupo de niños ya tiene demasiados problemas ¿Podrán soportar la maldición de las brujas a pesar de ésto? ¿Serán capaces de vencer su miedo y mal que acecha el lugar? ¿Lograran resistir las atrocidades y horrores que se les presentará en el camino?


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##Terror #Horror #Niños #Violencia #Gore #Ciudad #CiudadMaldita
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Algo no está bien con los Felton.

1.

Era otoño, pero el invierno se sentía más cerca de lo que estaba, el frío en Miher era petrificante, el viento soplando hacía que el helado ambiente le congelara la piel a los habitantes de la ciudad. En la tercera casa de la acera sur de la north t-street en el vecindario de Northnumb se encontraba el joven Ben Felton acostado en su cama con seis cobertores encima de él, viendo en televisión Drake y Josh.

¿Qué no hubiera dado el pobre chico por tener un hermano? Siempre ese había sido su sueño. Saliendo de la primaria observaba cuando los hermanos mayores recogían a sus compañeros, haciéndose bromas, charlando de su día o sus problemas, pero él sabía que jamás le sucedería eso, nunca tendría un hermano menor y obviamente jamás uno mayor. Si tan solo los problemas de sus padres se arreglaran, pero esa idea era absurda, tristemente tonta. Hacía cinco años que Tiffany Felton esperaba con ansias a su segundo retoño, Mason Felton y su hijo Ben,a pesar de que el nuevo miembro de la familia aún no nacía le hablaban como si comprendiera las cosas, era tan grande el amor qué había en la casa, pero todo se fue al caño después de la desgracia. Fue en Julio, la mujer tenía ya siete meses de gestación, su barriga era tan gigante, que cada vez que Ben la veía con su inocencia de niño, temía a que fuera a explotar y morir; Tiff se metió a darse una ducha, ella sabía que las baldosas de su baño eran muy resbaladizas, más de una vez a la semana corría hacia ahí para consolar a Ben que frecuentemente resbalaba, pero esta vez no fue Ben quién lo hizo, sino Tiffany, sucedió muy rápido, un segundo estaba de pie jabonando su dorada cabellera y al siguiente en el suelo, soltando chorros de sangre por la vagina y con un dolor inimaginable en el estómago, al principio no pudo gritar, pero al pasar unos segundos lo hizo a pulmón, que pensó ella, hasta los vecinos la escucharon.

Mason Felton subió rápidamente las escaleras y entró al baño, su cara al ver a su mujer fue de trauma, estaba desnuda, bajo las gotas de la regadera que aún estaba abierta, el suelo se había tornado de un color rosa por la sangre y los quejidos de Tiffany hacían que la piel se le erizara. Mason escuchó que Ben se acercaba a toda velocidad:

— Que no se te ocurra entrar ¿Escuchaste Ben? — Dijo Mason, con un tono suave y sereno, pero con mirada nerviosa.

— ¿Qué sucede papá?

— ¡No me preguntes! — Gritó. — Llama a emergencias, que envíen una ambulancia lo antes posible.

Así fue, Ben, muy asustado y confundido marcó a emergencias, llegaron en menos de cinco minutos al hogar de los Felton, el pequeño apenas tenía siete años, pero era demasiado listo para su edad; Ben comenzó a leer y escribir a los cuatro años y dominaba excelente el vocabulario a los tres, aunque suene raro, sus padres lo llevaron al médico por ello, y obviamente el Doctor Warren les dijo que era una estupidez que se preocuparan por eso, que mejor lo presumieran ante la sociedad por que su hijo era un genio.

2.

Tiffany tuvo un aborto, Mason así como Ben sabían perfectamente que con la criatura que hablaban, a la que le contaban historias y anécdotas, con la que planeaban futuras aventuras estaba muerta y no había forma alguna de que no fuera así, los sueños y planes estaban echos trizas, simplemente derrotados, quedaron en el pasado.

El día que la reconocida y muy querida política de Miher: Tiffany Felton regresó a casa, tras estar tres días internada en el hospital privado de la ciudad, los periódicos y canales locales, tanto de radio como de televisión no dejaban hablar de ella y su espantoso accidente. La casa de los Felton, ubicada en el vecindario Northnumb (El vecindario más bonito y codiciado de todo Miher, donde las casas son gigantes y sus jardines hermosos) estaba infestada de gente con cámaras y micrófonos, pues todo mundo quería saber el estado de salud de Tiffany.

En una ocasión, cuando Tiff apenas entraba a la política, al ser una mujer llena de valores y con la humildad bien inculcada caminaba por la plaza "Sunny Hills", a la que todas las personas conocían como "La zona de los vagabundos", el hedor apestaba a mierda, orina, sudor y cerveza, las personas hacían sus casas con cobijas sucias, parecían tiendas de acampar, había unas pequeñas y otras muy grandes, de donde salían familias de hasta cinco integrantes, el aspecto de los habitantes era triste y traumante, pues parecían ya casi cadáveres, su vestimenta estaba rota y mugrienta, a leguas se veía que su aseo personal era muy sucio, entonces una anciana se le acercó:

— Ayúdanos mujer. — Insistió.

Era obvio que la mujer reconoció que Tiffany Felton trabajaba en el gobierno, no por su rostro, pues hasta ese entonces casi nadie la reconocía, era simplemente una joven de venitítantos años que le gustaba ayudar, fue por su ropa, una camisa blanca de manga larga, que tenía bordado al frente a la izquierda el escudo de Miher: Una "M" gigantesca, con el "hier" entre sus pies y bajo esto "O·R·E·G·O·N" con letras mas pequeñas y separadas de esquina a esquina, en medio círculo sobre esto, estaba "United States of North America" y en cada costado tres hojas, la de abajo era la mas grande, la de el medio le seguía y la de arriba era la más pequeña. La camisa tenía bordada atrás con letras negras la oración "Departamento de bienestar común".

— ¿En qué le puedo ayudar mujer? — Contestó cortesmente la mujer que en aquel entonces era una muchachita de ojos vivarachos y brillante cabello dorado recogido en una coleta que le llegaba a la espalda, casi al trasero.

— Lo que sea niña, pero ya no podemos vivir mal, pasamos hambre y frío.

Tiffany impactada por el estilo de vida de los vagabundos, le comentó al presidente que en ese tiempo era James McCarthy un hombre que solo le hacía favores a las familias ricas del pueblo; Tiff con un cúmulo de temor, le presentó la propuesta de hacer un comedor comunitario, donde los vagos de Sunny Hills, pudieran comer todos los días y a veces refugiarse del frío, como era de esperarse James rechazó la idea, pero Tiffany siempre fue una mujer terca y que cumplía sus propósitos.

Tiffany venía de la familia Kerman, una de las mas ricas de Miher, por abajo de los Granger-Hathcliff, los Ó Connor y los Carrington. Su familia descuidaba lo que se hacía con el dinero, pues sabía que era casi imposible que se le acabara. Un día Tiff vendió a una casa de empeño un pequeño baúl lleno de diamantes, cadenas de oro y otras posesiones con alto precio que estaban olvidadas en el sótano de su casa, el dinero que recibió a cambio era demasiado, perfecto para poner en práctica su obra. Y así fue, pasaron dos meses y en una esquina que estaba frente al Sunny Hills, en la intersección de Moon St. y Sun St. justo donde estaba un gran lote baldío, en el que algunos vagos y jóvenes en malos pasos, se metían a drogarse o tener sexo, ahora estaba convertido en un gran edificio colorido, tenía dos plantas: abajo había decenas de mesas con sillas adheridas al suelo y al fondo una gran cocina, que aún no tenía los electrodomésticos y utensilios necesarios (El dinero no había alcanzado), en la parte de arriba había bases de cama, aún no había colchones, también había entre una cama y otra, uno que otro mueble de madera con dos cajones y hasta atrás cinco inodoros y un cuarto con seis regaderas que eran separadas por pequeños muros. Tiffany, con apoyo de un grupo de varones scouts recaudó lo necesario para electrodomésticos, vajillas, utensilios, colchones, cobijas entre otras cosas, no fue fácil, tardaron cuatro meces con arduo esfuerzo en conseguirlo. Tras ver la maravilla que había logrado la insignificante (hasta en ese momento) Tiff, el gobierno rápidamente insistió en ayudar a la causa, pero Tiffany no era nada tonta y supo instantáneamente que lo hacia para quedarse con todo el crédito de la acción.

El 31 de Julio inauguró el comedor y albergue comunitario, ese día fue la primera vez que Tiffany apareció en todos los medios, ese día se gano el cariño de mucha gente y ese día por la noche celebraron el triste funeral de aquella anciana que había alentado a Tiffany de ayudarlos, que murió por una muy extraña razón, quizá por vieja o tenía alguna enfermedad que ni siquiera ella sabía cuál era por no tener dinero para ir al médico, el gobierno ayudo meses después a servir diariamente comida, justo una semana después de que el gabinete municipal cambiara y Matt Gray, viejo amigo de Tiffany tomara el cargo de presidente municipal, desde aquel día hasta entonces, los vagabundos de Sunny Hills viven felices en Mercy McCgonn, nombrado así, por aquella vieja que murió el día de la inauguración, esa vieja por la que hoy Tiffany Felton es una política muy querida y respetada.

3.

Tiffany no se sentía nada bien, ni siquiera le había pasado por la cabeza perder al bebé, fue algo realmente doloroso.

Pasaron días y la actitud de Mason no era la de antes, ni siquiera se le acercaba un poco. Al principio solo fue más callado y distante, no decía mas que "Tshhh" o "No me hables por ahora, no me siento bien", pero después se fue poniendo poco a poco más agresivo. Con los meses se notó el drástico cambio, pero sólo con Tiffany, con Ben seguía siendo un buen padre, a veces lo llevaba a pasear y le compraba cosas. Se mudó a la habitación de invitados, rompía todas las fotos en las que salían él y su mujer juntos, pero ¿Qué había hecho la pobre Tiffany? Lo que pasó solo fue un accidente, triste y repentino, pero fue un accidente; Mason no lo quiso ver así, trataba a su mujer como si hubiera asesinado adrede y a sangre fría a uno de sus hijos, pero no fue así y a ella también le dolía y también sufría.

Meses después el maltrato hacia Tiffany fue en aumento, frente a Ben la golpeaba, quizá no tan fuerte y sangriento, pero lo hacía; la humillaba con palabras y el pobre chico solo veía, sentía un coraje profundo, sí, pero a él jamás le había hecho daño y a su corta edad no era capaz de saber de que lado estar, para el era mejor solo callar y ver.

Un año más tarde Mason Felton se fue de la casa, para ese entonces Ben ya tenía nueve años y a pesar de que su padre le decía que trabajaba como policía y tenía el deber de estar fuera casi todo el tiempo, él sabía que no era verdad, el era lo suficientemente maduro para entender los hechos, pero pensaba que era mejor que creyeran que era un inocente ingenuo. Cuando Mason iba a dormir a la casa de Tiff, los dos fingían ser una pareja perfecta ante los ojos de su hijo, pero cada vez que creían que Ben estaba durmiendo, comenzaban los gritos. Expresiones de reclamos, Mason siempre fue un bueno para nada, todo lo que tenían había sido por esfuerzo de Tiffany, sin embargo el cruel hombre la quería dejar sin nada, ni siquiera con Ben.

Pasaron dos años, en el transcurso de estos no le dieron más vueltas al asunto y le confesaron a Ben su situación. Ahora Ben ya no tenía la mente de un niño de siete años y le daba la razón a su madre, sin decirlo odiaba a su padre, sus abusos, sus gritos, los golpes que le daba a su madre, simplemente su existencia, pero el mejor callaba ¿Para qué hacerlo público? solo traería mas problemas y Ben estaba seguro de que no los necesitaban, no necesitaban juicios, no necesitaban gente entrevistando a todas horas a su madre, no necesita más problemas a su miserable vida. Los Felton tramitaron el divorcio, Los dos peleaban: todo o nada. Era mas que evidente que Tiffany ganaría la pelea, no por sus influencias políticas o su fama, no, lo haría porque ella es una mujer fuerte, alguien que ha sabido ganarse lo que tiene a costa de ella misma, para y por su hijo.

4.-

Drake y Josh ha terminado, Ben escuchó sonar el teléfono, había uno en la sala, otro en la habitación de su madre y otro en la suya. Dejó se sonar, su madre había contestado, pero el también levantó el que se encontraba en su dormitorio, con el pulgar cubrió la bocina, para que no se dieran cuenta que el también escuchaba. Llamó una voz gruesa, se escuchaba elegante y formal:

— Tiff, soy Malcom Evans. Mañana es la ultima audiencia y el juez dicta al ganador del caso, se supone que aún no debo decirte, pero ya sabes como soy Tiffany. — Dijo, coquetamente. — Claro, que como el gran abogado que soy, ganamos el caso. Tu te quedas con las propiedades y con el niño, se suponía que Mason debería darte quince salarios mínimos por semana, pero dije que omitieran eso, tu eres una maravilla y no necesitas el dinero de esa mierda.

— Qué buena noticia Malcom, he estado con los nervios de punta, pero tomé mis pastillas para dormir y es que la verdad me estoy muriendo de sueño, te veo mañana, gracias, de verdad, descansa.

— Tu también, querida.

Acaso ¿Era verdad lo qué escuchaba? Ben está muy emocionado, le salían litros de adrenalina del cuerpo, tenía ganas de salir al calle y gritar, gritar que ya son libres, libres de aquella "mierda" como lo había llamado Malcom. Por fin ya no tendrían que soportar a esa basura de persona que se hace llamar "padre", las idas al ministerio habían terminado, las declaraciones y mejor aún ¡Los maltratos!. Unos fuertes golpes a la puerta, pusieron en pausa el festejo de Ben. Eran las 12:36 a.m ¿Quién podría ser?.

Mason Felton, conocía bien las manías de su ex mujer, metió la mano debajo de la alfombra que estaba por afuera de la puerta principal, encontró la llave y abrió la puerta.

— ¡Sal! ¡Sal de donde estas! ¡Maldita sea!

— ¡Ben hijo! Ven y escóndete aquí conmigo — Gritó la madre del chico, pero no lo suficientemente fuerte, para que Mason Felton no fuera capaz de escucharla.

Ben sintió un miedo atroz, un miedo capaz de acabar con la vida de alguien si se lo propone; se sentía en el centro de un campo de noche, donde la oscuridad esconde a los depredadores, se sentía rodeado, sin salida o escapatoria, con ganas de que todo fuera un mal sueño y despertar, despertar y ser la familia de hace cinco años.

5.-

Un día, en vacaciones de Diciembre, los Felton salieron a Europa, le dijeron a Ben que era por su cumpleaños, pero en realidad era por trabajo, en aquel entonces Mason empeñaba un cargo alto en una compañía constructora. Era Diciembre veinticuatro, el reloj apuntaba a las 11:40 p.m, esperaban ansiosos a que fuera navidad y una plaza de Londres, aquella con un nombre extraño, al que Ben sería incapaz de recordar a que centenas de fuegos artificiales estallaran e hicieran una fiesta en el cielo, Ben sabía que al llegar al hotel , muchos regalos le esperarían en casa.

El árbol de la plaza era gigantesco, y para la corta estatura de Ben, en aquel entonces, le parecía que llegaba hasta el cielo, el sabía que no, porque sabía que tenía la mente de un genio y eso era imposible, pero le gustaba imaginar, era su pasatiempo preferido, pensaba en tantas cosas cada vez que veía algo nuevo o extraño. ¿Qué pasaría si escalo el árbol? ¿Si cae, tendrá regalos adentro? ¿Como es que lograron que fuera tan grandes? Eran preguntas que pasan normalmente en la cabeza de cualquier chiquillo, pero Ben las llevaba más allá.

Un reloj sonó, doce campanadas, Ben desde la primera puso atención, el sospechó que a la campanada numero doce saldrían disparados los primeros fuegos artificiales y así fue, a la doceava tic-tac salieron disparados gran cantidad de diversión pirotécnica, el espectáculo era increíble, algo asombroso que quizá no vería dentro de mucho tiempo, pero esos pensamientos le duraron un segundo, porque vinieron a su cabeza cosas como: ¿Mis abuelos muertos verán los fuegos de arriba hacia abajo? o ¿Les habrá destruido su casa en el cielo? Al llegar al hotel, Ben se lanzó a abrir los regalos que tenían una etiqueta con su nombre: un barco eléctrico a control remoto, una cámara fotográfica, un nintendo, ropa (que aburrido, pensaba) un juego de química infantil, un Monopoly y un Jenga, pero al fondo, había un regalo extremadamente delgado y pequeño, envuelto con un papel con dibujos de biberones ¿Para quién será? Ben se acercó y observó que la etiqueta decía "Para: La familia Felton. De: La cigüeña" El chico estaba confundido, sabía que las cigüeñas traían bebés, pero ese regalo delgado, que parecía una hoja de papel envuelta no podía ser uno, o quizá, pensó, si lo dejan en agua unos minutos crecerá y se convertirá en bebé. Eso había pasado con una goma en forma de dinosaurio que había comprado semanas antes, al echarla en agua crecía, pero después le pareció absurda la idea, pues el dinosaurio no se movió ni hablo. Sin pensarlo, el chico abrió el regalo y efectivamente era una hoja de papel: ¡Tendremos un nuevo bebé en la familia!, leyó en silabas Ben.

— ¿Qué?. — Dijo con cara de asombro y felicidad Mason. — ¿Qué, qué, qué?

En ese momento la familia festejó, festejó como nunca, sin saber que en unos meses la vida les cambiaría por completo.

6.-

Mason Felton subió las escaleras antes de que Ben pudiera llegar a la habitación de su madre, el chico retrocedió y se escondió en la habitación qué iba a ser de su hermano, misma que dos años antes Mason destrozó con un martillo y una pala, pero ya la habían convertido en una habitación de huéspedes más. El chico notó que su padre se metió al cuarto de su madre y la escuchó gritar, le exigía que se largara..

— ¿Largarme perra? ¡Eres una maldita desgraciada! Mierda ¡Me has dejado sin nada, maldita hija de puta! Primero me quitas a mi hijo, después mi casa, luego todo incluyendo a mi otro hijo ¡No tienes vergüenza perra, perra, perra!

Ben estaba más asustado que antes, sintió que su padre asesinaría a Tiffany, pero ¿Qué podía hacer el? ¿Qué podía hacer un niño de doce años ante una situación como esta? no tenía idea y no podía pensar nada, el miedo lo invadía, como la llovizna a la tierra ¿Y si la asesinaba? Con sus pensamientos, dejó de prestar atención a lo que sucede, pero al escuchar que los gritos aumentan su intensidad, se pone atento de nuevo:

— ¿Sabes qué te mereces hijo de perra? Nada, maldito bastardo, flojo, no sirves para nada ¡Ni para ser padre! Maldito ¡Jódete y muérete! déjame en paz, mierda.

— ¿Sabes que te mereces maldita zorra? ¿Lo sabes? Te mereces esto...

Ben escuchó gritos desgarradores, gritos de dolor y a todo pulmón de su madre ¡La esta asesinando! piensa. Maldito sea el hombre que le dio la vida, no deja de decirse. El llanto del chico comenzó a ahogarlo, los segundos le parecían horas, hasta que escuchó el Dodge Stratus SE de su padre. Entonces corrió a la habitación de su madre,lo hizo lo más rápido posible y al abrir la puerta, no pudo creer lo que estaba viendo:

Su madre, su heroína, la querida Tiffany Felton yacía en el suelo de su habitación con la ropa desgarrada y cicatrices rojas de a lo que parecía que fue golpeada con el palo de una escoba y el cable de una plancha que se encontraban en el suelo destrozados, Tiff tenía un ojo morado y una cortada en la mejilla, su cabeza sangraba, al igual que sus piernas y su vagina, al ver esto ultimo Ben quedó perplejo, su terror aumentó y comenzó a llorar gritando: ¡Mamá!, no tardó en llamar a emergencias.

— Todo es mi culpa madre, no te mueras ¿Por qué no hice nada al respecto? ¡Perdóname por favor, hazlo, te lo ruego! 

Nov. 23, 2017, 7:25 p.m. 0 Report Embed Follow story
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