jaimega27 Jaime Galobart

Tres años después de los acontecimientos transcurridos en la primera acampada, nuestros queridos inútiles se adentran en un nuevo viaje hasta la remota Cordillera de los Pirineos en el norte de España, un lugar recóndito y no tan agradable. Timadas, ventiscas, separaciones, perversiones, y sobretodo muchas pero muchas peleas y probablemente tiroteos ¿Estás listo para acompañar a nuestros queridos inútiles a un nuevo viaje y posiblemente el ultimo para muchos de ellos? Pues esta es tu pinche historia. Dato PARA AQUELLOS QUE NO LEYERON LA PRIMERA PARTE: contiene pocas referencias a la misma, por lo que, salvo el prólogo, todo lo demás lo entenderéis perfectamente. Humor no apto para ofendiditos. Es una historia en la cual me meto hasta conmigo mismo, por favor no denuncien :3. Gracias xD


Humor Black humor Not for children under 13.

#acampada #humor-negro #moros #xd #amigos #mejoresamigos #alv #humor-polémico #funasion
3
545 VIEWS
In progress
reading time
AA Share

Prologo: Una pandemia después...

ATENCIÓN:Humor no apto para ofendiditos. Es una historia en la cual me meto con todas las minorías, hasta conmigo mismo, por favor no denuncien :3.


Nuestros queridos inútiles sobrevivieron a la pandemia de Covid-19 exitosamente, de hecho, tan solo el hermano de Sara pasó la enfermedad sin muchas complicaciones. Tres años después, habían ocurrido muchos cambios. Tanto Braulio como Sara dejaron a sus respectivas parejas, Sara ahora se encontraba en Cáceres junto a su nuevo novio, Joseka, Ainoa también se encontraba en Cáceres, y también encontró novio, Alex. Braulio tuvo una breve pareja por un tiempo pero esta lo acabó dejando y ahora se encuentra soltero estudiando en Madrid, Jaime había comenzado la universidad y se encontraba en Córdoba junto a una amiga llamada Fátima. Y José María se encontraba en Cádiz estudiando ingeniería Náutica y transporte Marítimo. Según él, era una carrera en la cual en los primeros años te enseñaban a construir barcos y luego el como meter putas dentro. Una carrera maravillosa. Por otro lado, Mireia y Miriam eran las únicas que aún se mantenían en el pueblo, realizando sus respectivos estudios en zonas cercanas al pueblo, con lo que no les hacía falta irse a un piso a vivir.


En resumen, nuestro grupo se había disuelto, y a pesar de que continuaban hablando a menudo por WhatsApp, lo cierto es que cada uno comenzaba a tener sus vidas por separado... No obstante, había una época del año en la cual la mayoría del grupo se encontraban, en el verano y en Navidad. En esta ocasión, llevaban alguna cosa hablada sobre el viaje de este año, pero no tenían nada claro pues como dije, comenzaban a tener vidas algo más separadas.


Jaime organizó una cena en su casa para hablar del tema y zanjarlo todo para finales de agosto, como siempre. En esta cena habían asistido todos excepto Ainoa que no pudo venir. Sin embargo, sí vino Fátima quien estaba interesada en unirse al viaje. Fátima es una chica de 19 años que estaba comenzando sus estudios, tenía el pelo liso, no mucho más por debajo del cuello, su voz era bastante aguda, y su personalidad era tímida y bastante inocente, aunque experta en hinchar las pelotas. Muchas veces aparece cuando menos te lo esperas y es bastante espontánea.


–Vale como segundo plato tenemos este risotto que quería probar Mireia. Y lo habéis elegido la mayoría.


–Bieeeen–aplaudía Mireia al ver el arroz. El resto de la gente se quedaba observando la olla con el tremendo olor que eso producía.


Jaime sirvió algo de arroz a cada uno de sus amigos y de fondo, sonaban unas baladas de rock a un volumen no muy alto, lo que hacía la cena mucho más disfrutable. Una vez servidos todos, Jaime se sirvió a sí mismo y comenzó a comer junto a ellos. Pasaron un tiempo comiendo ya que tenían bastante hambre.


–Vale a ver. Esta cena no es solo para zampar. Es para organizar el viaje de vacaciones comentó.


–¿Pero cómo lo organizamos?–preguntó Mireia comiendo risotto.


–Podríamos comenzar con quienes podrían venir. Soy consciente de que estamos más ocupados y algunos tienen trabajo.–respondió Jaime.


–Bueno a ver...Yo es que tengo todo el mes de agosto ocupado–comentaba Sara–. En caso de que vayáis en agosto me sería imposible ir y creo que Ainoa está claro que tampoco vendrá.


–Sí...–asintió Jaime–. El caso que yo en Julio tengo campamento, no sé qué días exactamente, por eso no me gustaría arriesgarme a reservar viaje en Julio. Si me coincide justo los días que estoy de campamento me sería una putada.


–Te entiendo...–asintió Sara.


–Y a parte con tu suerte seguro te pilla en todo el medio del campamento–dijo Fátima riendo.


–Lo más puto seguro. Odio mi suerte.


–Yo...–comenzó Braulio–. Yo podría ir pero tengo algunos asuntos pendientes en Madrid que intentaré acabar para agosto. Os avisaré con tiempo si puedo ir o no.


–Vale...–asintió Jaime comiendo algo de risotto–. ¿Y tú José María?


José María se encontraba zampando cual troglodita el risotto de Jaime sin decir ni una palabra. Hizo un gesto con la mano para hablar después así que esperaron a que se comiera la enorme cucharada que se había metido en la boca para después sorprender a todos con un sonoro eructo.


–Ahhh–suspiró quedándose a gusto–. Que puto rico cojones.


–Vale pero ¿Puedes venir o no?


–Mis padres nunca van de vacaciones a ningún lado y aunque fueran preferiría mil veces ir con vosotros que aguantar una semana a la zorra de mi hermana. Contar conmigo.


–Perfecto–Jaime miró a la mayoría de sus amigos y se paró en Miriam–. ¿Tú no dices nada?


Miriam se quedó algo callada y bebió algo de agua para digerir el arroz.


–No sé, mis padres no tienen mucho dinero y me gustaría irme con mi novio algunos días a la playa... Entonces no creo que vaya esta vez. A no ser que mis padres me dejen ir a los dos sitios a la vez cosa que dudo bastante.


–Bueno... Puedes hablar con ellos a ver qué te dicen ¿No?


Ella asintió pero no parecía muy convencida.


–Solo decirte que no vale presentarse el mismo día que salgamos, ya nos metimos en problemas por eso la última vez.


–Vaaaale–dijo haciendo morritos.


–Ni morros ni pollas, avisa con tiempo–Jaime se fue a la cocina tras acabar su plato de arroz.


–¿A donde vas?


–¡A por el postre!–alzó la voz mientras atravesaba la cortina verde del patio para entrar a la cocina.


–Suuu–comentó Mireia frotándose las manos. Al poco llegó Jaime con una bandeja. Parecía un helado.


–¿Qué es?–preguntó Fátima mirando el helado.


–Helado de fresa a petición de Miriam y Braulio.


–Ñam ñam fresaa–comentaba Miriam relamiéndose los labios.


Jaime sirvió helado a cada uno de sus amigos y comenzaron a comer helado. Al poco rato, tras comer algo de helado continuaron con la conversación.


–Vale a ver, entonces van a venir: Braulio, José María... ¿Fátima?


–Yo voy por supuesto–comentó sonriendo–. Me ha encantado lo que he escuchado de vuestras locuras.


–Locuras dice...–comentaba Sara–. Poco más y acabo en un jodido manicomio.


–Exagerada–le replicó José María.


–¿¡Perdona!? ¡La caravana quedó destrozada después del viaje!


Jaime movió la mano como restándole importancia.


–Nah pero eso son detalles. Detalles


–Me cago en la puta. La verdad que me estoy alegrando de no ir, las vacaciones con vosotros son de todo menos tranquilas–decía Sara algo más alterada.


–¿Y qué quieres? ¿¡Qué hagamos cosas de normies de mierda como "timir il sil"?–comentaba Jaime parodiando–. Hay que asumirlo, no somos normales y además que aburrido cojones.


–En eso estoy de acuerdo, pero para vosotros normal es: ¿Provocar pelea de bar, quemar medio bosque, intentar follaros los primeros campistas que veáis, destrozar la caravana de los campistas...


–Intentar follaros no –corrigió Miriam–. Fueron las estúpidas de Mireia y Ainoa.


–¡Ilario estaba buenísimo a mí que me cuentas!–trató de justificarse Mireia. Nada más pronunciar el nombre, los ojos de José María se mantuvieron mirando al vacío sin expresión alguna.


–Al menos podías haber sido más disimulada–comentó Sara.


Mientras los estúpidos discutían, Fátima no paraba de reírse a pesar de que le habían contado las anécdotas como cientos de veces cada uno.


–Bueno, a ver dejemos el tema y pasemos a organizar. ¿A donde queréis ir esta vez?–comenzó Jaime–. Los que no vengáis o estéis en dudas podéis dar ideas –dijo mirando a Miriam, Sara y Braulio.


–¿Tú qué has pensado?–preguntó Fátima.


–Pues irnos al norte de España... No sé Picos de Europa, Macizo Galaico... Me gustaría ir al norte de España, vaya.


–Me parece bien–comenzó Fátima. Pero José María le apetecía algo mejor.


–Y oye... ¿No has pensado en ir a Francia?


–Francia es una jodida llanura, tan solo tiene los pirineos y poco más... aunque...–a Jaime pareció que se le encendía una bombilla en la cabeza y en seguida Braulio saltó.


–¡Si vais a los pirineos franceses voy con vosotros de una!–saltó Braulio emocionado


–Genial pues ya tenemos uno más, viaje a los Pirineos solo que en lugar de ir 7 iremos como mucho 6 si Miriam viene–Jaime miró al vacío con cara de pena–. Se nos desmorona la plantilla ¿eh?


–¿Qué plantilla?–preguntó Sara extrañada.


Fátima decidió seguirle el rollo.


–Ni que fuéramos un equipo de fútbol.


–¡Cállate suplente!–le ordenó José María.


–¡No quiero!–contestó enfadada.


–¡Vale parad antes de que hagamos guerra civil! Os meto en un grupo e iremos viendo como surge el viaje.


–Genial.


***


Tras la cena transcurrieron varios días en los cuales el viaje se fue planeando poco a poco y no de sopetón como la anterior vez. Esta vez iba a ser más minucioso pues los pirineos son muchísimo más grandes que Sierra Nevada y debían plantearlo mucho mejor. En un principio se confirmó que Miriam no vendría lo cual supuso una putada pues al estar 5 deberían coger una caseta más con capacidad para 4, lo que salía bastante caro.


Comenzaron a pensar que esta vez no podría hacerse la acampada e incluso José María se planteó no ir para que fueran solo 4 a la acampada. La cosa parecía estar bien jodida pero Jaime encontró otra zona de camping donde salía mucho más barata. ¿El problema? Que no había vigilantes y la zona estaba bastante perdida dentro de los Pirineos, por no mencionar que para llegar es necesario andar un buen trecho. Esta vez no podrían llevar la caravana al sitio de acampada. Sin embargo a la gente le pareció bien por el precio y por la libertad de liarla sin que haya quejas de por medio.


Las semanas previas de la acampada comenzaron a haber problemas sobre como harían para llegar a los Pirineos. Algunos pensaban en ir en avión hasta Barcelona y ahí alquilar una caravana pero Braulio no tenía aviones Madrid-Barcelona y el tren le salía mucho más caro que un vuelo. Por tanto optaron por hacerlo como la última vez. A caravana, solo que esta vez dividido en dos viajes, un viaje Hornachos-Madrid para recoger a Braulio y otro viaje Madrid-Barcelona a petición de Jaime que quería saludar a su familia de Barcelona.


Los días fueron transcurriendo y a 5 días de la acampada, el amigo de Jaime, Sergio, comenzaba a tener ganas de ir a la acampada viendo los pocos que iban y que había espacio de sobra. (Pues no hacía falta reservar, solo pagar el alquiler) sin embargo sus padres se oponían bastante en su decisión.


El día antes del viaje, justo después de pillar la caravana, quedaron los cuatro en la plaza del pueblo a tomar una granizada.


–Vale... ¿Estáis listos?–preguntó Jaime.


–¡Sii! –dijo Fátima entusiasmada e ilusionada–. Todo preparado.


–Esta noche me pongo a hacer la mochila–dijo José María mordiendo un cacho plástico que había en la mesa. Jaime se lo quitó de un manotazo–. ¡Ah! ¡¡Zorra!!


–¡Deja de comer mierda!–le ordenó Jaime.


Fátima comenzó a reír al ver la situación.


–José María el come-plástico.


–Ais...–suspiró y luego vio a Mireia–. ¿Mireia?


–¿Qué?


–¿Todo listo?


–Ah...–dio un pequeño sorbo a su granizada–. No jejeje.–se mantuvo mirando a Jaime con una sonrisa. Después cogió la granizada y comenzó a hacer ruiditos de sorbos.


–Perfecto, o sea me estáis diciendo que estáis todos ilusionados y solo Fátima y yo tenemos las mochilas preparadas–dijo mirando de reojo y algo enfadado


–A ver... ilusionados estamos, la cosa es que da pereza hacer la mochila.–se excusó Mireia.


–Ya...


De repente, Mireia, quien se había sentado mirando al parque de los niños, vio a una niña que comenzaba a saltar mientras gritaba muy fuerte. Esto también hizo que muchos allí sentados se voltearan a mirar a la niña.


–... Entonces recogemos al gilipollas de Braulio y...–José María se volteó al escuchar tanto grito.


–We ¿por qué los niños gritan tanto?–preguntó Jaime molesto


–Es su manera de ser–dijo Fátima sonriendo.


–Ojalá se pegue una ostia–al decir esto Mireia, a Jaime le entraron ganas de reírse y Fátima comenzaba a preocuparse.


–¡Qué malos sois!


–¡¡De piños contra el jodido escalón!!


Mireia comenzó a reír bastante al escuchar a José María y de repente, sin previo aviso la niña cayó al suelo de bocas ante la expectación de la gente allí sentada que provocó que mucha gente acudiese a ayudar a la niña y a la madre. Sin embargo, Mireia y José María comenzaron a reírse a pleno pulmón a pesar de los llantos de la niña. Jaime miraba a la niña algo apenado y Fátima también.


–¡¡A caído en plan Teletubbie!!–reía Mireia, estas palabras también contagiaron la risa de Jaime que se le escapó algo.


–¡Menudos insensibles!–gritaba una señora que pasaba por allí.


–Señora, por favor, no se meta.–Jaime se abrió de manos al ver la señora cotilla.


–¡Es mi nieta!–le dio un bolsazo lo que hizo que Mireia se riese aún más fuerte–. ¡¡Mamarracho!!


Posteriormente siguió su camino hacia su nieta no sin antes dar otro bolsazo a Mireia.


–¡¡En mis tiempos estaríais todos en la cuneta!! ¡¡¡PUTOS REPUBLICANOS!!!–gritaba mientras se iba a paso ligero.


Pagaron la granizada y se fueron de allí debido a los ataques de risa de Mireia. Posteriormente siguieron la avenida para adelante y se pararon en el polideportivo donde hablaron más detenidamente y con menos interrupciones. Se trataba de una zona bastante grande donde solían venir a menudo, se encontraba entre la piscina municipal, el auditorio y el gimnasio, por tanto era una zona buena para quedar y hablar un poco más a solas.


–La cosa es que mañana nos montamos Mireia, José María y yo en la caravana. Pasamos por Palomas para recogerte–señaló a Fátima, pues vivía en otro pueblo más mierda aún que Hornachos–. Luego vamos a por el gilipollas de Braulio y luego dormimos en Barcelona en la casa de mi familia. Al día siguiente salimos hacia los pirineos ¿Os ha quedado claro?


–Sí y a ver que yo me entere, botas de nieve obligatorio ¿no?–preguntaba Fátima.


–Sí... y abrigos gordos. He hablado con uno de los guardas y me ha dicho que hace poco tuvieron una ventisca terrible en pleno agosto y que puede que nos pille alguna si vamos a los picos altos. La zona que hemos pillado se encuentra en una zona baja-media, por tanto no hará demasiado frío llevaros por si acaso algo de manga corta y algún bañador por si apetece bañarse en alguna zona.


Mireia y José María enarcaron una ceja. Fátima comenzó a reír.


–Me parece a mí que no ¿Eh?


–Bueno pues yo me llevaré por si acaso.


Continuaron hablando de ciertas mierdas hasta que vieron a Miriam caminar de vuelta a casa sola. Fue bastante random pero no tardaron en llegar los gritos.


–¡¡Heeeeey!!–gritó al verlos. Acto seguido comenzó a andar a paso rápido hacia ellos.


–¡Miriam guarra!–dijo Mireia al verla.


Continuaron andando hasta encontrarse y darse un enorme abrazo entre ellos salvo con José María quienes ambos rechazaron tocarse. Hay algunas cosas que nunca cambian.


–Al final nada ¿no?–preguntó Jaime. Miriam negó con la cabeza.


–Nada... me han dado dinero solo para un viaje y para una vez que puedo ir a algún lado con mi novio prefiero que sea con él–dijo algo dolida–. Espero que no os moleste mucho, la verdad que iría encantada.


Jaime asintió cuando dijo aquellas palabras.


–Nada, chica. Se entiende. Espero que lo pases muy bien en tu viaje ¿A dónde váis?–preguntó por curiosidad.


–A Cádiz. Nos ha salido bastante caro pero... Ha merecido la pena la verdad


En seguida José María levantó la mirada del suelo.


–¿¡A mi puta ciudad!?


–¡Cállate estúpido tiene más de 100.000 habitantes! No es tu puta ciudad–dijo defendiéndose.


–¿¡Cómo que no!? estúpido teletubbie de colores–comentó en referencia a su pelo teñido de un chingo de colores distintos. En el tiempo de 3 años se dedicó a experimentar algunos tintes para su pelo y en ese momento tenía una mitad de pelo natural y la otra de color naranja fosforito, rosa fucsia y azul cagarro de unicornio con mechas verdes.


–¡Al menos tengo alguien que me quiere!


–¿¡Otro teletubbie de colores!?–dijo en referencia a su novio quien también estaba teñido.


–¿¡Y a ti que más te da si tiene el pelo teñido o no!?–dijo molesta.


–Hmmm–refunfuñó mientras se largaba a beber agua a una fuente.


No pasaron ni 10 segundos y Miriam volvió a ser algo más amable.


–En fin muchachos, tengan mucho cuidado con ese hombre de allí y no se maten ¿Vale?–esa pregunta la hizo en un tono mucho más agudo de lo normal. Haciendo que José María salte al fondo.


–¡Cierra la puta boca!


–¡¡Aaaaaah te odio pinche estúpido!!


–¡¡Ven y me lo dices a la cara!!–le gritó.


–¡¡Me cago en la puta que si voy!!


Mientras peleaban, Fátima se acercó a Jaime.


–Parece que bien no se van a llevar nunca.


–No...–respondió Jaime levantando los ojos mientras soltaba alguna carcajada.


Fue quitarles la vista un segundo y ya se encontraba José María agarrando a Miriam por el cuello, esta respondió con un guantazo con toda la mano abierta haciendo que la suelte, seguido de una sonora patada en los cojones haciendo que José María caiga al suelo rendido para sorpresa de Jaime, Mireia y Fátima. Acto seguido se acercó a ellos sacudiéndose las manos.


–Bueno... me voy para casa ya–comentaba con cierta prisa.


–Hala lo tumbaste–dijo Mireia riendo–. Anda quédate un poco


–Ay... Me quedaría pero me tengo que ir. Es que mis padres tienen que madrugar y no tengo llaves jeje–se excusó.


Jaime se acercó a darle un abrazo


–Vale, genial. Pues pásalo bien en Cádiz


–Igualmente... ¡Adioooos!–posteriormente se hizo un moño con el pelo suelto y se dirigió camino hacia su casa.


Tras largarse, Jaime, Fátima y Mireia se preocuparon de ir a ver cómo estaba José María. Aún se encontraba en el suelo quejándose y revolviéndose de un lado para otro.


–Puta madre... creo que me ha cambiado los huevos de sitio.


–Vas a pasarte la noche escupiendo espermatozoides chaval–dijo Jaime colocándole la mano en el hombro e intentar levantarlo. Pero en seguida volvió a quejarse en el suelo.


–¡Jodida zorra!–se quejó de nuevo.


***


10 minutos más tarde, decidieron mover a José María a la acera del polideportivo en lugar de estar en la carretera. Fue en ese momento cuando el móvil de Fátima sonó repetidamente. Ella sacó el móvil y se lo colocó en la mejilla


–¿Sí? (...) Ah... me encuentro en el polideportivo ¿Sabes llegar no? (...) Vale pues te espero aquí.


–Mi padre ya viene a por mí jeje.


–Normal... son ya casi las 12 y mañana madrugamos–Jaime se paró a mirar a José María–. Ey ¿estás mejor?


–Joder... duele menos una tarde entera con mi hermana.


–Vale, le han jodido de una manera terrible.


–Si... definitivamente sí.


José María decidió incorporarse y se sentó junto a ellos aun dolorido hasta que llegó el padre de Fátima, tras una breve despedida, Fátima se montó en el coche y se fue. Dejando a los tres algo solitarios.


–Ey, yo creo que también me voy a ir a mi puta casa a llorar que me he quedado estéril.


–¿Pero no decías que no querías tener hijos?–preguntó Jaime extrañado.


–Las prioridades cambian en la vida de un hombre...


–xD.


CONTINUARÁ

Jan. 30, 2022, 10:41 p.m. 0 Report Embed Follow story
2
Read next chapter Pendejos de camino a Madrid

Comment something

Post!
No comments yet. Be the first to say something!
~

Are you enjoying the reading?

Hey! There are still 3 chapters left on this story.
To continue reading, please sign up or log in. For free!