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Taehyung, un omega brujo, acompaña al príncipe al que sirve en la misión de escapar del reino y ponerse a salvo. De este modo conoce a Jungkook, un famoso y exitoso alfa espadachín y guerrero al que le pagan grandes cantidades de oro a cambio de su protección, pero Taehyung no esperaba que este pareciera ser su predestinado, lo que puede complicarlo todo. -Fantasía. -No se cuanto va a durar, sorry xd -No tengo nada más que decir ah


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#kooktae #taekook #kookv #jungkook #bts #teahyung
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Miradas

Nerviosos, transitaban a paso rápido aquel camino de tierra entre los árboles, adentrándose cada vez más en el bosque. Las copas de los arboles se elevaban en lo alto, bloqueando levemente el manto plateado de la luna, pero no se tocaban entre sí, formando una especie de rompecabezas.

Kim Taehyung caminaba justo detrás del príncipe, quien llevaba una túnica igual a la suya, tapando su cabeza y queriendo pasar desapercibido, protegiéndolos del fresco de la noche. También, seis guardias los escoltaban por su seguridad; dos adelante, dos atrás y uno a cada lado. El primero era quien llevaba el farol, iluminando el camino con la tenue luz naranja que este expulsaba.

El trayecto era silencioso y rápido. Podía sentir los nervios y respiraciones pesadas de cada uno, sobre todo la del príncipe, quien llevaba su cola algo esponjada ante los nervios, sin embargo, él estaba tranquilo.

No era la primera vez que atravesaba aquel bosque. Había visto cosas allí que nadie se podía imaginar, desde bestias de dudosa procedencia, hasta brujos que bebían sangre de cuanto ser mágico se encontraban.

Con sus habilidades y conocimiento, era un omega poderoso y sabio, eso todos lo sabían.

A lo lejos, podían divisar la carroza con cuatro caballos negros que le esperaba a ambos. Debian escoltar durante un largo viaje al príncipe para ponerlo a salvo. Para asegurarse de que esa misión fuera un éxito, los reyes le habían dado unas cuantas bolsas de cuero repletas de monedas de oro a uno de los mejores espadachines y protectores del reino: Jeon Jungkook.

Con su porte alto y poderoso, el alfa posaba a un lado de la carroza, esperando la llegada del dichoso príncipe y su adivino. Su cabello azabache peinado hacia atrás, vestía de negro, camuflándose con la oscuridad, aunque esto hacía resaltar su piel blanca y lechosa.

Múltiples cinturones adoraban su cuerpo con la única función de llevar dagas y cualquier otra cosa que le fuera de utilidad. Realmente estaba preparado para lo que sea. Le habían pagado bien y no iba a fallar.

En cuanto llegaron, Taehyung no pudo evitar analizar al alfa. Había escuchado su nombre muchas veces, al igual que sus hazañas en sus misiones, pero nunca había tenido el placer de conocerlo en persona, de saber como lucia.

Pero en cuanto lo tuvo en frente…

Los vellos de su cuerpo se erizaron ante su mirada oscura y penetrante. Su cola quería moverse emocionada de un lado a otro como látigo. Si, sabia lo que eso significaba. Por primera vez, su lobo se emocionaba con un alfa. Eso hacía que su corazón latirá rápido.

—Majestad… lo estábamos esperando. —habló Jungkook, tomando la mano del príncipe, quien también era omega.

Dejo un beso allí más que nada por cortesía, aunque este ni se inmutó y simplemente subió apurado a la carroza, sentándose derecho porque odiaba viajar de espaldas al camino.

Jungkook posó su mirada en aquel misterioso omega que acompañaba al príncipe, quien lo observaba de un modo que no supo descifrar. Podía ver como sus ojos miles brillaban incluso en la oscuridad, bajo la sombra de aquella capucha negra que no dejaba ver bien su cabello y rostro.

Hipnotizado por sus ojos y su belleza, Jungkook tomó su mano también y dejo un beso allí, pero esta vez, no simplemente por cortesía, sino porque aquel omega captaba toda su atención como ningún otro había podido.

Un cosquilleo recorrió el cuerpo de ambos ante el contacto, lo que hizo que se separaran. Aquel pequeño instante habían durado siglos para Taehyung, sintiendo que aquel alfa no era tan desconocido como pensaba.

Se apuró a subir a la carroza, casi intentando escapar de aquello que estaba sintiendo y tomó asiento junto al príncipe. Cerró las cortinas de las pequeñas ventanas que poseía cada puerta, casi sin prestar atención a lo que hablaban los guardias con Jungkook, y se acomodó lo más que pudo en ese pequeño lugar.

Su corazón aun estaba acelerado.

No pasó mucho hasta que la carroza comenzó a andar. Un hombre tomaba las tiendas y guiaba a los caballos, con Jungkook a su lado, atento a cualquier cosa.

Con el correr del tiempo, Taehyung casi no sabía cuanto tiempo había pasado. ¿Quizá una hora? O un poco menos. Llevo su mirada al príncipe al notar que este, quien era muy conversador, esta vez no había dicho palabra alguna. Sorpresivamente, estaba dormido. Justo cuando creía que los nervios no le dejarían pegar un ojo.

Estiró una mano y movió un poco la cortina, observando que aún no salían del bosque. Ese camino iba a ser largo, y de solo recordar que aquel alfa los acompañaría, no sabía cómo sentirse.

Una duda rondaba en su mente desde el instante en que lo vio y sabía que no podía quedarse con la duda, así que abrió su túnica y tomó de su bolsillo interno el manto rojo que usaba para cubrir sus cartas de tarot. Lo abrió extendiendo el lienzo en el asiento que tenia en frente y tomó la baraja entre sus largos dedos llenos de anillos, mezclando.

En su mente rogaba que las cartas le mostraran la verdad, que le dijeran quien era ese alfa y si su presencia iba a arruinar la misión de llevar a salvo al príncipe hasta donde debían. Ellas le iban a dar la respuesta que necesitaba.

Comenzó a dejar las cartas donde debía, intentando leer el destino, aunque este solía poseer ases bajo la manga, por lo que no podía guiarse del todo por él. Una misera e insignificante decisión, por más tonta que pareciera, tenía el poder cambiar el futuro.

Sintió desfallecer cuando la carta de los amantes apareció del derecho, junto con el cinco de copas, también del derecho. Y había una más junto a ellas; la carta de la muerte invertida.

Eso significaba que se encontraba atrapado en el lamento continuo de haber perdido algo, quizá un amor, ¿O había llegado el amor? Ese alguien que no podía llegar a su vida porque significaban cosas malas. De hecho, él nunca había estado con ningún alfa. Sabía que eso era el significado de perder sus poderes y habilidades.

También, la carta de la muerte le decía que se venían cambios, pero al estar invertida, no eran cambios buenos, sino unos que le podían llegar a perjudicar.

¿Era acaso ese alfa su destinado? Si era así, ¿Había llegado a su vida a cambiarlo todo?

Nov. 1, 2021, 4:23 a.m. 1 Report Embed Follow story
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To be continued...

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Kole Pad Kole Pad
Ahhh pero no me dejes así, esto tiene buena pinta
May 18, 2022, 13:49
~