diangeleaton Diangel Eaton

Para Elliot ser el villano de todos los demás no era una novedad. Para Noa, ser el chico bueno era una carga que tenía que llevar. En los ojos de uno, podrías ver el Infierno mientras que en el otro, podrías ver el océano.


LGBT+ Not for children under 13.

#lgbt #boyslove #bl #romance #drama #gay
0
244 VIEWS
In progress - New chapter Every Wednesday
reading time
AA Share

Elliot


En el jardín de la casa de alado, había una fuente que al día de hoy no se encontraba en funcionamiento. Más bien, todo en esa casa no lo estaba pues hace más de cinco que años que todas las personas que vivían ahí, habían desaparecido sin dejar ni un solo rastro, ni un solo recuerdo, mensaje o tan siquiera una señal de vida de la que alguna vez fue un hogar.

Para la familia de Elliot no era algo fuera de lo común ya que muchas personas iban y venían con el paso del tiempo a su alrededor, estaban acostumbrados, por lo que para ellos no era algo más que una mudanza repentina.

Sin embargo, el chico de ojos verdes no pensaba lo mismo.

Elliot solía pasar todas las tardes en aquel jardín como si fuera dueño de toda la casa, para ser más específicos, en aquella fuente que si a lo mejor no era la más grande, era la más bonita pues guardaba recuerdos que su memoria jamás se obligaría a olvidar. De todo eso, era lo único que le quedaba y quería atesorar con todo lo que le quedaba de corazón. Ahora, solo podía ver pasar el día desde su ventana a más de dos metros de altura donde su habitación solo estaba llena de oscuridad.

Desde la planta baja, una mujer lo llamaba con un tono suave y dulce.

—Elliot... — le llamó aquella mujer— ¿Podrías venir un momento?

Se obligó a sí mismo a bajar sin hacer ningún gesto u expresión.

—Dime — contestó al bajar por las escaleras y ver a la mujer en el umbral de la puerta a punto de irse.

—Tu padre no podrá llevarte el día de hoy, tiene una cirugía programada en una hora ¿Puedes ir tu solo?

Asintió sin ninguna queja. En realidad no le importaba demasiado el asunto, pues estaba acostumbrado a no tener alguien alrededor desde que era pequeño y su padre había enviudado. Aquella mujer que solía hablarle todas las mañanas con el tono de dulzura en su voz no era más que una mujer que su padre había conocido en el hospital con la que, después de ocho meses, había contraído matrimonio bajo el dicho: El amor lo encuentras en el momento más inesperado pero el más indicado. Algo que, en lo personal, nunca podría entender.

—Dile que tenga un buen día de mi parte, igual tu Carol.

—Gracias Elliot, eres muy amable.

No le molestaba el hecho de que esa mujer se hubiera convertido en un tipo de madre para él, mucho menos la gran diferencia de edad que tenían su padre y ella, no estaba en tiempos en los que este hecho fuese un impedimento para que dos personas pudiesen amarse. Lo que realmente era un fastidio para este chico, era la gran curiosidad que ella manifestaba por su vida privada.

La universidad no estaba tan lejos de su casa, por lo que en menos de media hora podría estar a tiempo para el inicio de clases si tomaba el autobús en ese momento. Pero, Elliot no era un tipo normal, tenía un gran papel que asumir en su vida escolar.

Su belleza era exclamada a los cuatro vientos sin ningún temor, él sabía perfectamente lo atractivo que resultaba ser ante cientos de estudiantes, consciente de eso, no dudaba en explotar ese atributo que si bien, podría llegar a ser su maldición o su perdición. Su cabellera dorada resaltaba el tono blanco de su piel, mientras que el verde de sus ojos incitaban el deseo de perderse en sus labios gruesos y definidos.

Si. Elliot podía ser un chico bueno en casa, pero ocultaba algo más que eso.

Caminó por casi 40 minutos hasta llegar a su destino, no era un chico tonto ni irresponsable del todo, sus notas eran de las mejores, pero ser tan perfecto en todos los aspectos era un lujo que no se podía dar, pues la imagen que todos tenían de él no debía cambiar en lo absoluto.

—¡Elliot! —un chico de aspecto tierno y atractivo le llamó por detrás rodeando su esbelta figura con sus brazos cortos— pensé que no vendrías hoy, estaba a punto de irme.

Detrás de las gradas del campo deportivo se encontraba Michael, esperando con ansias recibir al verdadero Elliot entre sus brazos, el único que conocía el pecado del rubio, pues era su amante. Su escape.

—Debí haber perdido la noción del tiempo —volteó lentamente para atrapar en sus labios el sabor que anhelaba desde la mañana— perdóname.

Michael sonrió y recibió los labios de Elliot.

¿Quién podría imaginar que este chico, era diferente a lo que aparentaba ser?

Con su familia, era alguien inexpresivo y frío, con un completo desinterés en la vida. Con su amante, era deseo puro y fuego que pudiera quemar a tal punto de morir de placer.

Y para todos los demás en la universidad, era un maldito chico que hace cinco años, había provocado la muerte de alguien.

Excepto una sola persona, Noa, quien desde la entrada del campo deportivo había presenciado por primera vez en su vida, aquel beso en el que creyó haber sido descubierto por Elliot, haciendo un breve contacto visual.




Aug. 17, 2021, 9:08 a.m. 0 Report Embed Follow story
0
To be continued... New chapter Every Wednesday.

Meet the author

Diangel Eaton ¡Hola! Mi nombre es Diana, tengo 21 años y mi pasatiempo favorito es escribir desde que tengo 11. He tenido un gran avance desde entonces, me dedico en su mayoría, a escribir pequeños poemas de mi vida cotidiana, pues, mi obra aún está en proceso de edición. Mi autor favorito es Hermann Hesse, me encanta la música y leer. https://twitter.com/dianitapmg?s=09

Comment something

Post!
No comments yet. Be the first to say something!
~