No tengo ningún derecho
a empezar lo que no terminaré,
a caminar por aquellas sendas
cuyo final nunca podré ver.
No soy quién para romances,
no tengo derecho a pretender;
si supieras de mi día a día
tal vez lo puedas entender.
Soy el indicado para nadie
y nadie es a quien amaré,
y me duele no despertar con tus ojos
cada mañana, tras yacer.
Pero así es el vacío que me atavía
y abandonarlo jamás podré,
es viscoso como esta soledad
que un día cortejó mi ser.
No quería practicar juegos,
solo mirarte una y otra vez;
no había maldades por mi parte,
si te he molestado, perdóname.
14/11/2018
Thank you for reading!
We can keep Inkspired for free by displaying Ads to our visitors. Please, support us by whitelisting or deactivating the AdBlocker.
After doing it, please reload the website to continue using Inkspired normally.