chainedupgirl Chainnie

La primera vez que tocamos el cielo, ya no había vuelta atrás... Por favor, te lo ruego... envuelve mi destrozado cuerpo con tus preciosas alas. ❥ One Shot ❥ Pareja única : JinNam ❥ Arcángeles, dioses y príncipes celestiales ❥ Un poco de fantasia : fluff © Obra registrada en Safe Creative con el Código de registro: 2106108063539 - Queda prohibido cualquier adaptación o copia.


Fanfiction Bands/Singers All public.

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𝐘𝐨𝐮 𝐜𝐚𝐮𝐠𝐡𝐭 𝐦𝐞 𝐰𝐡𝐞𝐧 𝐈 𝐟𝐞𝐥𝐥



—¡Kim Soobin y Kim Jungwon, deberían estar dormidos hace media hora! —grita el castaño sorprendiendo al par de niños que saltaban felices y despreocupados en sus camas. Estos se detienen justo antes de brincar de una cama a la otra y observan a su padre que a su vez los observa molesto desde la puerta que da entrada a la habitación que comparten ambos pequeños.

—Pero papá, no tenemos sueño... —se queja el primero mencionado, tomando la responsabilidad como el hermano mayor.

—Si, papi Jin. No estamos cansados todavía, queremos seguir jugando. —agrega el segundo, haciendo un puchero que al castaño le derrite el corazón. El más pequeño de sus hijos sin duda posee una ternura demasiado peligrosa para su postura de padre responsable que hace que sus hijos se duerman temprano.

Ambos pequeños comienzan a rogarle que les permita jugar por más tiempo, a sus ruegos ambos agregan tiernos pucheros sumados a dos pares de ojitos de cachorro mojado. Y eso es más que suficiente para hacer ceder a Jin. Que soltando un suspiro resignado, se agacha hasta la altura de los pequeños y les propone un trato.

—¿Qué les parece si les cuento una historia hasta que se logren dormir? —propone el castaño mientras acaricia el cabello castaño claro casi rubio de ambos niños en una caricia tierna.

—¡Si, si, si, cuéntanos la historia de cómo se conocieron papi y tú! —agrega el más pequeño, subiéndose a su cama con rapidez, emocionado a más no poder por escuchar la historia de cómo se conocieron sus padres.

Jin sonríe enternecido por el gesto de su bebé, y cuando está por acercarse a este se da cuenta de que su otro pequeño los mira con gesto molesto, incluso tiene sus bracitos cruzados sobre su pecho.

—¿Qué ocurre, Soobinnie? ¿No quieres que les cuente esa historia para dormir?

—Jungwon siempre le pide a papi Namu que nos cuente esa misma historia, ya hasta me la sé entera de principio a fin. Prefiero seguir jugando a los astronautas que saltan de la tierra a la luna en busca de rosas.

Seokjin frunce ligeramente el ceño, preguntándose por un segundo qué clase de juego es ese. Pero no le da mucha importancia, ya está acostumbrado a la extraordinaria imaginación que tienen sus dos pequeños ángeles, por lo que a este punto nada de lo que se inventen lo sorprendía. Se acerca a su hijo mayor y le habla con infinita ternura.

—Ven aquí cariño. —pide. Hace que el niño se siente junto a él en su cama y habla con tono suave y paciente. —No pueden seguir jugando a los astronautas, porque deben dormir para ir mañana a la escuela, ¿lo recuerdas? —pregunta el mayor mientras acaricia el cabello claro de su pequeño que asiente con un ligero movimiento de su cabecita.

—Pero papá, la escuela es aburrida. ¿Por qué tenemos que ir todos los días? —pregunta consternado el pequeño Soobin. Jin ríe ligeramente pues la queja del pequeño había sonado demasiado genuina.

—¿Qué es lo que quieres ser cuando seas grande Soobinnnie? —pregunta el castaño de repente.

—¡Astronauta! —responde el pequeño sin dudarlo un segundo. Jin vuelve a reír, sabía que esa sería la respuesta.

—Bueno, si quieres convertirte algún día en un gran astronauta debes ir a la escuela todos los días, y además debes de ser muy bueno en tus estudios. ¿Crees que podrás hacerlo?

El niño vuelve a fruncir su pequeño ceño y con gesto decidido dice:

—¡Si que puedo!

—¡Bien, entonces a sus camas para que les cuente esa historia! —exclama Jin con emoción. Y le alegra ver que ambos niños se meten debajo de sus cobijas, listos para escuchar su historia. Pero por su puesto que su hijo mayor no podía dejarlo estar sin soltar otra de sus pequeñas quejas.

—Acepto el trato, pero no cuentes otra vez esa misma historia papá. Siempre es lo mismo; Papi Namu nos cuenta que se conocieron en el museo en el que él trabajaba, que tu entraste en la habitación de las piezas más valiosas cuando él las estaba limpiando y que él se quedó tan embobado por tu belleza que terminó rompiendo una de las estatuas. Tú lo ayudaste a ocultar los pedazos de la estatua que quebró y él te pidió salir en agradecimiento. —relata el pequeño ya harto de escuchar la misma historia siempre. —No entiendo porque Wonnie quiere escuchar la misma historia una y otra vez.

—Porque es hermosa. —explica el más pequeño soltando un pequeño suspiro por el que se gana una sonrisa y otra caricia de su padre. —Lo que pasa es que tú no la sabes contar bien Bin-Bin, pero papi Namu la cuenta de forma hermosa.

Exclama, el pequeño con sus ojitos brillantes rebosantes de amor y admiración hacia sus padres. Seokjin no puede dejar de sonreír a los gestos de sus pequeños y entonces se le ocurre una idea genial. Se acuclilla entre las dos camas y mira a ambos niños con anticipación y emoción.

—Parece que papá Namu se olvidó de contarles la otra parte de la historia. —suelta el mayor provocando que sus hijos lo miren con confusión. —Creo que entiendo por que papi decidió omitir esta parte de la historia. —agrega el mayor logrando esta vez intrigar a los niños que lo miran con los ojos brillantes con emoción y anticipación.

—¿Por qué, papá? ¿Por qué nos ocultó papi la otra parte de la historia? —pregunta ansioso el menor de los dos niños.

—¿Hay otra parte de la historia? —pregunta el mayor a su vez.

—Si que la hay. —responde Jin con solemnidad. Encantando de haber despertado la curiosidad de los pequeños. —Pero creo que si papi Namu decidió no contarles, yo tampoco debería. Su papá debió creer que todavía no están preparados para escucharla, pero aquí entre nosotros, yo creo que sí lo están.

La reacción que tienen los pequeños es tal como Jin esperaba. Estos comienzan a pedirle desesperados que les cuente esa parte de la historia.

—¡Qué es, papi! ¡Cuéntanos, por favor cuéntanos! —gritan ambos pequeños emocionados.

—Bien, pero no le digan a papá Namu que yo se los conté. Será un secreto entre los tres. No pueden decírselo a nadie más. ¿Lo prometen?

Ambos niños acceden a guardar el secreto emocionados por escuchar la historia. Y Jin comienza a relatar su versión de la historia entre su hermoso esposo y él.

Hace siete años su papá sí que estaba en ese museo que les contó, pero no por que él trabajará ahí. No, él estaba en ese museo porque estaba atrapado en ese lugar, llevaba encerrado en ese sitio cientos de años...



☁️
~ᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ ᴅᴇ ʟᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ~

Llevo viendo el mismo cuadro más de quince minutos, y el tiempo continúa avanzando sin que yo pueda quitar mis ojos de encima de la pintura.

"La historia detrás de esta obra de arte cuenta la captura de una hermosa y salvaje criatura que había desafiado los mandatos celestiales, provocando la ira de los dioses que se ponen de acuerdo con los arcángeles y los príncipes de los siete cielos. Y estos encierran a la criatura dentro de una piedra preciosa, arrebatándole su inmortalidad provocando que sus alas se marchiten y condenándola a una vida de encierro eterno...

—Wow... que mal tan terrible pudo haber cometido esa pobre alma para merecer semejante castigo. —Me pregunto realmente curioso. Segundos después lo descubro.

...Se condena al arcángel Kim Namjoon guardián del ejército celestial a encierro perpetuo durante toda su eternidad, por el pecado de haber seducido y corrompido a uno de los siete príncipes de los siete cielos".

—¡Vaya, un príncipe y un arcángel guardián! Pero, ¿cuál es el pecado tan grave que cometieron? ¿Y si realmente se amaban? —Vuelvo a cuestionar completamente inmerso en la historia.

"Sin embargo, a consecuencia de los insistentes ruegos del príncipe, que había sido destituido de su corona y despojado de todo poder y estatus, los demás arcángeles y príncipes de los siete cielos acceden a cumplir los últimos deseos del moribundo príncipe, ya que este se encontraba al borde de la muerte que le provocó enterarse que su amado había sido juzgado y condenado por toda la eternidad. Los dioses acceden a otorgarle su último deseo y este pide que a su ángel le sea entregada una forma de liberación. Pero nada era así de fácil en Los Altos Cielos, la liberación que pedía el príncipe no sería tan sencilla como él esperaba.

La condena del arcángel guardián sería liberada únicamente por aquella persona que posea un extracto del alma atormentada y moribunda del príncipe del séptimo cielo. Está persona sin importar el siglo en que se encuentre sería capaz de leer a través de sus ojos que poseen restos del alma del príncipe todo este texto y dos simples palabras escritas aquí...

~Live and Love~

Vive y ama. Si la persona que tenga el pequeño extracto del alma del príncipe atormentado es capaz de leer esas dos palabras entonces esta será otorgada con el poder de liberar al arcángel guardián. Lo único que esta persona debe hacer para liberarlo es besar la piedra preciosa que guarda el alma del guardián".

—¿Besar una piedra preciosa? Pero, ¿dónde se supone que está la dichosa piedra? —me pregunto realmente curioso.

"La piedra que esconde el alma del arcángel guardián fue colocada dentro de la estatua que representa la figura del poderoso guardián".

Me giro hacia el centro de la gran habitación y ahí está. Imponente y ostentosa, la gran estatua del arcángel guardián se yergue en el medio de la habitación. Mis pies se mueven por sí solos hacia la gran escultura y conforme más me acerco más me voy perdiendo en los bellos rasgos de la escultura. Sé que debe tratarse de la imagen de algún modelo que utilizaron para esculpir la gran pieza de arte, pero los rasgos sin duda poseen una belleza indiscutible, es hipnotizante y me tiene completamente atrapado.

Mi cuerpo continúa moviéndose en forma automática hacia la gran estructura, como si de magnetismo se tratara, es como si algo tirara de mí hacia la estatua y de repente me encuentro tan cerca que puedo apreciar el suave y brillante mármol del que está hecha la magnífica estatua. Estoy a punto de acercarme más cuando...

—¡SeokJin! ¿Qué demonios haces? Te estamos esperando fuera con los demás. —grita Yoongi, pero sus gritos inesperados no logran sacarme de mi ensoñación...

¿Qué pasaría si mis labios se posarán sobre los de la...?

—¿Jin? ¿Qué tanto le ves a esa estatua? —pregunta Yoongi frustrado.

—Intentó comprobar si lo que dice la pintura, sobre la leyenda del arcángel guardián es cierto... —murmuró todavía perdido en los carnosos labios que posee la gran imagen de la criatura frente a mi. Percibo como Yoongi se acerca al cuadro de la pintura y lo escucho murmurar.

—¿De qué leyenda estás hablando? ¿Cuál arcángel? Aquí no dice nada. —señala confundido.

—La que cuenta el texto que está escrito a un lado de la pintura, en el extremo inferior derecho se leen las dos palabras de la leyenda, ¿acaso no lo ves? —le pregunto sin moverme de mi lugar frente a la estatua del arcángel.

—Jin, ¿Perdiste la cabeza? ¡Aquí no hay nada! Solo está la pintura...—Espeta Yoongi.

Y por fin logra llamar mi atención. Me acerco a él y señalo el cuadro, la parte donde está impreso el texto que cuenta la leyenda.

—¿No ves el texto que está escrito ahí? —pregunto confundido. Este niega con la cabeza sin dudarlo un segundo. Todavía confundido le vuelvo a preguntar. —¿Y las dos palabras?

—No hay nada escrito ahí, Jin. ¿Estás seguro que estás bien? Te estás comportando extraño.

La compresión llega a mi de forma rápida y extraña. Sacudo la cabeza para despejarla un poco.

—Descuida estoy bien. Creo que estoy muy inmerso en la pintura, eso es todo.

—A veces me preocupas. —murmura Yoongi todavía no está muy seguro de que le este diciendo la verdad. —Vámonos.

Asiento suavemente y me dispongo a seguirlo. Pero cuando estoy a punto de salir de la gran habitación me giro para observar la estatua una vez más. Y lo siento otra vez. Ese magnetismo que me hala hacia la gran figura. Y entonces sé que no puedo irme sin antes comprobar que la leyenda no sea verdadera.

—Adelántate, yo iré en unos segundos. —digo otra vez hipnotizado por la energía que desprende la magnífica estatua.

—Bien, pero no te tardes. —casi que gruñe Yoongi antes de irse y dejarme a solas con la alta figura del arcángel.

Mis pies vuelven a moverse por cuenta propia y me llevan hacia el centro del magnetismo, esta vez no me detengo y subiéndome a la plataforma que sostiene la pesada estructura, cierro los ojos y llevo mis labios hasta los fríos labios de la gélida estructura de mármol. Presiono ahí mis labios un momento, cerrando los ojos con fuerza a la espera de que ocurra algo extraordinario.

Pasados unos segundos, abro los ojos muy despacio... No ha ocurrido nada.

Observo la estatua frente a mi. Continúa tan fría y rígida como lo estaba antes de que posara mis labios sobre ella. Suelto un suspiro y me reprendo mentalmente por haber creído por un momento que semejante locura sería verdad.

Desciendo de la plataforma ligeramente decepcionado, avanzo unos cuantos pasos hacia la salida y recuerdo algo que se me había olvidado por completo. Me giro de nuevo hacia la estatua y con tono fuerte y seguro digo:

"Live and Love"

Nada, otra vez ocurre nada. Volteo y retomo mi andar hacia la salida doblemente decepcionado cuando de repente escucho un ruido como de algo rompiéndose. Me volteo de inmediato, ansioso... y mis ojos no dan crédito a lo que se manifiesta delante de ellos.

La estatua que antes se erguía majestuosa en el centro de la gran habitación se desmorona a pedazos como si de arcilla húmeda se tratara. La estatua se cae hasta el último pedazo y de sus escombros sobresale uno en específico que brilla con una resplandeciente luz propia. De un momento a otro la luz se dispersa en toda la habitación, cegándome con su intensidad por unos segundos. Intento cubrir mis ojos con mis manos, pero es en vano, la luz se filtra a través de cualquier protección que pudiera yo tener. Es tan resplandeciente y bella, lo cubre todo. Y cuando por fin se apaga deja un pequeño rastro donde antes se erguía la gran estatua.

En lugar de la magnífica estructura se encuentra una figura mucho más magnífica.

Está acuclillado en medio de los escombros. Con luz filtrándose a través de su fornido cuerpo. Unas espléndidas alas oscuras envuelven su maravilloso cuerpo dándole el toque celestial que merece. Poco a poco va abriendo sus alas al mundo y... es precioso.

Es la visión más hermosa que han visto mis ojos. Me quedo totalmente pasmado, completamente maravillado. Mi boca se abre cuando él se yergue en toda su altura y esplendor.

Sus alas que ahora están completamente abiertas dejan ver un amplio pecho, marcado con algunos dibujos extraños. La parte inferior de su cuerpo está cubierta apenas por unos pantalones blancos que se ajustan a sus piernas como una segunda piel. No me doy cuenta que continúo con la boca abierta hasta que la siento entumecida por no haberla cerrado todo este tiempo.

Pero nada me preparó nunca para escuchar el profundo y ronco sonido que es su voz cuando dice:

Te he esperado por siglos, príncipe.

☁️
~ғɪɴ ᴅᴇ ʟᴀ ʜɪsᴛᴏʀɪᴀ~



—¡¿Cómo qué fin?! —pregunta el pequeño Soobin ansioso. —¿Qué pasa con el arcángel guardián y el príncipe, papá?

—Ay, Bin-Bin ¿No es obvio? —pregunta el menor a su hermano como si no soportara la lentitud del mayor para entender las cosas. —Se quedaron juntos y vivieron felices para siempre, ¿verdad, papá?

Seokjin sonríe ante la conclusión a la que había llegado su bebé. Y asiente en afirmación, provocando que este aplauda emocionado. Ambos niños están abrazos a su cuerpo, sobre la cama del menor de ellos.

—El príncipe del séptimo cielo logró liberar al arcángel guardián después de siglos de que este estuviera en cautiverio. Se volvieron a enamorar, se casaron y tuvieron dos maravillosos hijos. —termina de contar el castaño acariciando las mejillas de sus pequeños, que lo miran con ojos brillantes.

—¿Y lograrán ser felices para siempre papá? —pregunta el mayor de los pequeños.

—Siempre y cuando estén los cuatro juntos por siempre, por supuesto que serán felices. —responde Jin con una gran sonrisa. Se levanta de la cama de su pequeño y con gesto alegre agrega. —Se supone que debían haberse dormido con la historia. Es hora de dormir pequeños.

—Es una historia demasiado hermosa e interesante como para dormirse, papi. —agrega el más pequeño, pero su cuerpecito dice todo lo contrario al soltar un hermoso bostezo que lo hace ver de lo más tierno.

Jin envuelve al más pequeño en sus cobijas y besando su frente le desea dulces sueños. Al girar, su otro pequeño ya está debajo de sus cobijas en su propia cama. Se acerca a él y también deposita un beso en su frente.

—Dulces sueños, mi pequeño astronauta. —el niño sonríe encantado por el nombre que recibe de parte de su padre y cuando este está a punto de alejarse de su cama le dice:

—Me gustó mucho más tu versión de la historia papá. Pero no se lo digas a papi Namu. —murmura el pequeño susurrando lo último que acaba en otro tierno bostezo como el de su hermano menor.

Jin vuelve a sonreír y se dirige a la puerta de la habitación. Apaga la luz y se gira para observar una última vez a sus bebés y antes de salir de la habitación por completo murmura: —Buenas noches, mis pequeños ángeles.






El castaño baja suavemente las escaleras de su casa hasta llegar al primer piso donde está todo desierto y a oscuras. Un pequeño y tenue rastro de luz lo guía hacia el estudio y se adentra en el lugar seguro de que ahí encontrará lo que busca, o más bien a quien busca.

En efecto, ahí lo encuentra. Tan hermoso como siempre, magnífico como el primer día que posó sus ojos sobre él. Sonríe al ver que solo lleva puesto su delantal de trabajo junto esos pequeños shorts que se ajustan a sus preciosas piernas de una forma casi peligrosa. Tentado se acerca hasta su espalda y respira su delicioso aroma a sándalo y jazmín. Tan hipnotizante como revitalizante, sus manos no pueden estar más tiempo alejadas de ese cuerpo y se posan suavemente sobre las anchas caderas. Sorprendiendo al rubio que se gira levemente para encontrarse con el bello rostro de su esposo que en ese momento se pierde en el hueco de su cuello, provocando leves cosquillas.

—¿Lograste hacer que se durmieran?—pregunta el rubio encogiéndose un poco antes las suaves caricias que dejan los labios del castaño sobre la piel que cubre su nuca.

—No fue fácil, pero ya duermen como los pequeños ángeles que son. —murmura el mayor ahora perdido en el aroma del cabello rubio de su pareja.

—¿Cuál fue el truco que usaste esta vez? —pregunta en un suspiro el rubio al sentir la respiración del contrario colarse por su cuello provocando escalofríos.

—El truco en el que les cuento nuestra historia... —susurra el de cabellos castaños en el oído de su pareja, provocando más suspiros y temblores en el cuerpo de este.

—¿Y funcionó?... Creo que ya han escuchado esa historia unas cien veces.

—Eso fue lo que dijo Soobin... Por lo que puede que yo haya cambiado un poco la versión oficial de historia... —susurra el mayor. Ahora regando pequeños besos en todo el cuello y clavícula del contrario en un vago intento por distraerlo de sus palabras.

—¿Cambiado...la versión oficial...? —pregunta el castaño confuso. Y completamente intrigado se gira entre los brazos de su esposo y le pregunta. —¿Qué les contaste Seokjin?

Jin se acerca más al cuerpo de su esposo y se apodera de los carnosos labios, a los cuales nunca puede resistirse, pero su esposo no iba a permitir que lo distrajera con unos cuantos besos. Por lo que después de corresponder a sus besos por unos segundos se separa para continuar con su interrogatorio. Una mirada es más que suficiente para que Jin termine de explicarte todo.

—Puede que yo les haya contado esa versión que solo tú y yo conocemos, la que juramos no contar nunca a nadie...

—¡Kim Seokjin! ¡Juramos no contarla nunca a nadie por algo! ¿Cómo se la cuentas a los niños? Mañana la contarán toda en la escuela y los tomarán por locos...

—Relájate cariño, les hice prometer que sería un secreto entre nosotros tres. Ni si quiera te la contarán a ti, ya verás. Sabes que nunca rompen una promesa.

—No debiste contarles nada. —se queja el rubio formando un ligero puchero y Jin no puede con la tentación de besar ese puchero una y otra vez.

—No te ofendas cariño, pero Soobin ya estaba harto de esa versión aburrida que te inventaste de nuestra historia.

—A Wonnie le encanta que le cuente esa historia. —Se queja el rubio cruzándose de brazos luciendo precioso a los ojos de su esposo.

—A Wonnie le encantará cualquier cosa que tú le cuentes. Ama tus historias. —concede el mayor dejando otro pequeño beso en los labios del rubio. Este sonríe en medio del beso y olvidándose por un segundo del asunto de la historia que le había contado el castaño a sus hijos se deja llevar por el beso que le da su esposo. Junta su cuerpo al del castaño provocando que este suelte un suspiro de satisfacción al sentirlo rodearlo con sus brazos por el cuello.

—¿Hasta que parte de la historia les contaste a los pequeños? —pregunta en un suspiro el rubio cuando el aire se les escapa y deben separarse para llenar sus pulmones con un poco más de oxígeno.

—Hasta la parte donde el príncipe atormentado encuentra a su arcángel guardián... —susurra el castaño a la vez que poco a poco va desatando el nudo que ata en la cintura el delantal que lleva puesto su esposo. —¿Terminaste de trabajar? —pregunta el castaño con una media sonrisa. El rubio asiente también sonriendo y lo deja hacerse con su delantal. Jin termina de desatar la prenda y la sube por la cabeza de su esposo para quitárselo por completo.

El castaño tira la prenda a un lado y se aleja un poco para admirar el precioso cuerpo de su esposo. A pesar de la molesta prenda que todavía lo cubre, el rubio logra quitarle el aliento como lo hace siempre. Deshace la distancia y hala el cálido cuerpo hacia el suyo para volver a besarlo apasionadamente.

—Creo que deberíamos seguir el ejemplo de nuestros hijos e irnos a la cama. —susurra el castaño pegado a los labios de su esposo. Este asiente y deposita un suave beso antes de girarse y alejarse de su esposo por un momento. Toma su delantal del sitio donde lo había arrojado el castaño y lo coloca bien sobre el perchero que está en el estudio a la par de dónde están sus materiales de trabajo. Arregla un poco su mesa de trabajo y limpia sus manos llenas de arcilla seca y pintura. Termina, y se gira de nuevo a su esposo que le tiende la mano para tomar la suya.

Namjoon toma la mano del castaño y con una hermosa sonrisa ve cómo este acaricia su mano antes de llevársela a los labios para besarla con devoción, sin importarle en lo más mínimo que está toda cubierta por los residuos de pintura y arcilla del trabajo que había realizado ese día.

—No hagas eso, debo lavarla. —se queja el rubio e intenta liberar su mano del agarre del mayor que sonriendo apresa su mano con más fuerza, besando repentinamente toda su mano hasta subir por su brazo hasta besarle el hombro y después los labios.

—Nunca nada me impedirá que te bese, ya sea en la mano o en otro lado... —sentencia el castaño con una sonrisa seductora en el rostro. El rubio levanta una ceja encantado con los coqueteos de su esposo.

Llegan hasta la habitación que comparten ambos y el rubio se dirige directamente hacia el baño. Lava sus manos y su cara, la tentación de darse una ducha completa es grande pero es todavía más fuerte la tentación de ir y lanzarse a los brazos de su esposo. Sonríe y seca sus manos con rapidez para ir a cumplir con su segunda tentación.

Al salir del baño se encuentra con la magnífica vista que es su esposo vestido solamente con su pantalón de pijama. El castaño había aprovechado que él se había metido al baño para cambiarse de ropa y colocarse su pijama, este vuelve a estirar su mano hacia el rubio y este la alcanza con gusto.

Las manos de ambos se deslizan con suavidad y delicadeza por los brazos del otro, como si fuera la primera vez que se recorren con sus manos. Se funden en un abrazo en el que las manos del castaño se vuelven a posar sobre la cadera del rubio y las manos de este último se posan sobre los anchos hombros del castaño. Sus frentes están juntas y sus narices se acarician en un tierno gesto que suelen compartir con frecuencia.

—Déjame verlas... —pide en un susurro el mayor. Provocando que el rubio abra los ojos que había cerrado debido a la intimidad del momento. Este sonríe ante la petición que suele ser frecuente entre ellos sobre todo cuando están en la intimidad de su habitación. Deposita un ligero beso en los labios de su esposo y hace lo que este le pide.

Con suavidad permite que sus alas se extiendan, surgiendo desde lo profundo de las dos grandes cicatrices que tiene en su espalda, justo en medio de los omoplatos. Con ojos cerrados el rubio deja que las grandes alas se extiendan por completo, cayendo en cascada sobre su espalda. Siente la suave caricia que le otorga Jin sobre las plumas de color negro oscuro como la noche. La mano del castaño que antes se posaba en sus caderas, sube despacio sobre su espalda hasta acariciar el nacimiento de sus alas, ahí donde se marcan las grandes cicatrices. El rubio abre sus ojos que había cerrado en cuanto dejó salir sus alas. Se encuentra con la mirada de su esposo que rebosa en amor y admiración. Este sin dejar de acariciar con sus manos el comienzo de sus alas, besa sus labios con devoción y sobre estos susurra:

Envuelve mi cuerpo con tus alas Namu, quiero sentirte a mi alrededor...

El rubio asiente suavemente con la cabeza y sube sus manos que antes se posaban sobre los hombros del castaño, hasta la nuca de este, donde acaricia el crecimiento del cabello castaño. Y cómo le había pedido el castaño envuelve el cuerpo esbelto de su esposo con sus alas. Jin suspira al sentir la calidez y la suavidad de las preciosas plumas envolverlo por completo.

Este es el único lugar donde quiere estar, ahí es donde quiere pasar toda su vida, encerrado en los brazos de su amado, resguardado por la seguridad y la suavidad de sus preciosas alas. Sus manos suben hacia el rostro del rubio, hasta envolverlo por completo. Sus bocas se unen y ya no hay retorno.

Se funden en un beso que les roba el aliento a ambos. Seokjin siente como Namjoon presiona su agarre en su cuerpo esta vez ajustándose a su cintura. El rubio toma al castaño fuerte por la cintura y sin separar su abrazo ni siquiera un poco, los levanta a ambos del suelo, agitando sus maravillosas alas alrededor de sus cuerpos. Jin se deja hacer por su precioso ángel y éste los guía levitando hasta su cama. Ahí se deja caer suavemente sobre el cuerpo del castaño que termina sentado sobre la cama con gracia.

Jin observa maravillado como las alas de su precioso ángel aletean a su alrededor y ve cómo este sonríe con timidez permaneciendo sentado sobre él en la cama. Jin no soporta la poca distancia que hay todavía entre sus cuerpos y tira del cuerpo del Ángel hasta ubicarlo sentado completamente sobre el suyo. Teniéndolo así comienza a besar cada porción de piel que tiene al alcance.

—Te amo, mi precioso Arcángel Guardián. —susurra el castaño sobre el mentón del rubio que recibe sus caricias con anhelo y emoción. El rubio busca la mirada del castaño y viendo directamente en sus ojos corresponde.

—Y yo te amo a ti, Príncipe Celestial. Esperaría por ti toda la eternidad si hiciera falta. No importa cuantas veces me castiguen, nunca me arrepentiré de amarte como te amo. —exclama el rubio besando con emoción todo el rostro del que siempre será el amor de su vida, tanto mortal como immortal. Una pequeña lágrima rueda por su mejilla al recordar el dolor que habían tenido que pasar ambos para vivir tan felices como vivían ahora. La rebelde lágrima llega a los labios del castaño y este se encarga de saborearla y borrar a punto de besos el rastro que dejó esta en la mejilla del Ángel.

—No llores cariño. —pide el castaño en un susurro atormentado. —Aunque te fue negada la entrada a los siete cielos, yo te entregaré tu propio cielo. El cielo de los dos, al que solo los dos tenemos acceso. ¿Quieres ir ahí? ¿Quieres que te lleve ahí?

Pregunta el castaño apenas susurrando en el oído del rubio, que asiente repetidas veces, aleteando sus alas con emoción.

—No lloro porque me hayan prohibido la entrada a los cielos. Lloro porque no puedo con todo el amor que siento aquí en el pecho, lloro para asegurarme que esto es real.

—Es real, amor. Siénteme aquí estoy. —murmura el mayor envolviendo por completo el cuerpo del precioso ángel. Están completamente abrazados sentados sobre la cama, el arcángel sentado sobre el regazo del príncipe atormentado, envolviendolos a ambos con sus grandes alas.

Y mientras el ángel llora su amor a mares el príncipe lo abraza fuertemente, reconfortándolo. La cabeza del rubio se levanta del hombro del castaño y los ojos de este buscan los contrarios para perderse en ellos.

—Necesito sentirte más cerca. —susurra el hermoso ángel antes de juntar sus labios con los del castaño. Este entiende lo que su esposo quiere decir y en un movimiento ágil los libera a ambos de la ropa que les impide estar totalmente unidos.

Libres de cualquier barrera, se vuelven uno en una profunda muestra de amor y devoción, todavía con el ángel sentado en el regazo del príncipe, con las preciosas alas negras envolviendolos como únicos testigos del gran amor que se tienen, por el que ambos fueron condenados pero también por el que ambos se reencontraron para amarse toda la vida.






☁️
"When we stood on the skyline, there was not turning back"

"...Come on wrap your wings around my broken body..."
☁️






Inspirado en la hermosa canción Wings de Hurts... cuando escuché esa canción pensé de inmediato en el JinNam y esto fue lo que resultó.

~100521

June 22, 2021, 3:37 p.m. 0 Report Embed Follow story
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The End

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Chainnie Escribo para no volverme loca (: Wattpad: @ChainedUpGirl

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