gnmultidimensiones Gastón Medina

Siendo el año 2029, Power Car lleva mas de 20 años de existencia en el planeta Oxitron, Gustavo Ferrero, le confia la proteccion de dicho mundo a su hijo Gonzalo. La paz de la ciudad se ve interrumpida por la llegada de un lider chino llamado Chen Yun Wang, quien busca el dominio de dicho planeta. Como si fuera poco el planeta Tierra se ve amenazada por el asteroide Apofis y un joven ciudadano busca el armagedon al causar que el planeta se rebele bajo el caos de la propia naturaleza. Comenzó: 14-Jul-2019 Finalizó: 2-Feb-2020 Precuelas: POWER CAR (Libro 1) La Defensora Del Nuevo Mundo (Extra) Gitana (Extra) Historia registrada en Safe Creative. Ciclo: 2


Science Fiction Futuristic Not for children under 13.

#poderes #ciencia-ficcion #gnmultidimensiones #power-car #ferrero #apocalipsis #volcanes #terremotos #viajes-en-el-tiempo #tiempo #robots #androide
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1- El Sucesor

El tiempo transcurrió en la ciudad de Power Car, desde que se fundó esa mañana de marzo, hace veintidós años, entonces no lo sabían, pero iban a surgir más de diez enfrentamientos registrados y entre estas... guerras. La última fue sin dudas la que casi extermina a la raza humana y a los mismos powercars.

Gonzalo Ferrero, es un joven de dieciséis años, pasea por la futurística ciudad, rodeando rascacielos, entrando y saliendo de las "aerocalles" sin problemas. En el computador de la nave, el joven de cabello castaño oscuro y ojos cafés claros, observa el mensaje de audio de su padre, al tocar la pantalla dice.
―Gonzalo, hijo, acordate que tenés que ir a La Tierra, te anote en esa escuela porque todavía confío, en que lo que enseñan es más completo que acá... dale que se te hace tarde.
Presiona el botón para responder y lo hace mientras sale de la ciudad.
―Si pá, en quince minutos estoy allá, justo tengo mis útiles en la mochila.
La nave color negra con franjas blancas, en sus costados y en el techo, despega a toda velocidad, llegado a una gran distancia en el mar, se lanza en picada hasta sumergirse. Los propulsores cambian a turbinas de agua, las cuales llevan la nave con más facilidad hacia el portal redondo y celeste luminoso, que separa ese mundo de la Tierra.
Emerge por el otro extremo, las temperaturas del computador re ajustan la ubicación a "Mar Del Plata", despega hacia la ciudad, el monitor indica treinta y tres grados centígrados.
―Uy, hace bastante calor ―se ríe.
Se saca la campera negra y se queda con su remera negra con blanco, pantalón de jogging azul oscuro con bolsillos por todas partes y finalmente se pone la mochila, mientras la nave continúa en piloto automático. El monitor marca la fecha, "12 de marzo de 2029" y son casi las 7:15hs.

El auto aterriza en la terraza de la escuela, el chico baja un tanto apurado, al cerrar la puerta, el alarma se auto activa, sin perder más tiempo, corre hacia las escaleras. Siendo las 7:20, entra al aula y se reúne con todos sus amigos, la mitad de ellos conocidos powercars.
Detrás de él, se acerca alguien de forma amenazante, Gonzalo, lo nota y al voltear saluda con alegría, al joven de estatura media, cabello castaño, remera roja y pantalón negro.
―¡Axel!
―Hey, ¡primo! ¡¿Qué contás?!
―Que no cuento, tuve una "alta" semana en Power Car.
―Ni lo digas, están todos re locos por la carrera de los mil millones.
―Me entere el otro día y me anote al toque.
―¡Buenísimo!, no sabes lo que me paso cuando fui a anotarme, llegue al estacionamiento y...

Gonzalo lleva su mirada hacia la puerta que da al pasillo, lo que le cuenta Axel lo deja de escuchar, se distrae al ver una joven que le parece muy linda, se queda mirando un momento su cabello largo por la mitad de la espalda, de color negro. Sus ojos cafés claros, distraídos mirando a sus compañeros.
Axel intenta hacerlo reaccionar balanceando su mano frente a sus ojos.
―¿Que pasa Gonza...? ―mira hacia atrás y le dice― parece como si no la hubieras visto nunca.
La chica se acerca sonriente a Gonzalo y al verlo con una mirada media perdida le dice.
―¡Gonzalo! ¿Qué pasa?
El joven reacciona rápido y sonriendo le dice.
―No, nada Milagros, nada ―se ríe.
―Entonces... ¿nos sentamos? tenemos que adelantar esa tarea que dejamos pendiente.
―¡Uh sí! ¡Cierto! ―responde.
Se sientan a adelantar en lo que tarda el profesor en llegar al aula, mientras buscan la tarea, Gonzalo le pregunta.
―¿Cómo están Miguel y Melisa?
―Bueno, antes de venir a la escuela, me dijeron que se iban a Italia a conocer... que a la noche recién vuelven a Power Car, ¿tus papas?
―Ya los conoces, mi papa compite en cada torneo, mientras más desafiante mejor. Mi mama, se junta con sus amigas y en sus ratos libres práctica sus poderes.
―¡Mira quién viene! ―dice Axel, con tono sonriente.
Entra trotando una chica de catorce años, de cabello rubio corto por las orejas, ojos verdosos y algo inquieta.
―¡Hola chicos! ―dice con emoción―
―¿Cómo estas Lili? ―dice Axel, sonriendo.
―Me vine en un micro larga distancia, el chofer estaba de buen humor y me acerco lo más que pudo, mi auto está en el taller para chequeo ―se ríe― corrí como loca.
―Bueno Gonza, nos vemos en el recreo, nos vamos al aula ―dice Axel.
―¡Vamos fénix! ―dice Liliana, tirando de su brazo― ¡ya vino el profe! ¡Vamos!
―Nos vemos ―saluda Gonzalo, más concentrado en hacer la tarea, junto a Milagros.

Se hacen las doce del mediodía, salen del colegio en sus naves, cada uno en la suya, a excepción de Liliana, que viaja de acompañante en la nave de Axel, "Petrol Fénix". Mientras sobrevuelan la ciudad rumbo al portal, continúan hablando por intercomunicador.
―¡Hey! ¡Gonza! ―dice Axel― Un día de estos voy a visitar al tío Gustavo y a la tía Karen ¿dale?
―Si, si, podes ir mañana, hoy están ocupados, se sumaron a la carrera de los mil millones.

Al día siguiente, la estrella Firewar se asoma a lo lejos, entre las montañas del este, más allá del mar Oxitron. Los pájaros, un poco más grandes que los de la Tierra y con dos colas, cantan tal cual lo hacen allá. Gonzalo se levanta de su cama sommier, en una habitación de al menos cinco por cinco metros, paredes celestes y un ventanal enorme. Las cortinas se abren solas y dejan pasar la luz, el joven se mete en el baño, lo suficientemente espacioso para poder higienizarse a gusto.
Una vez en la sala de diez por diez, se sienta en el sofá con su café, la tele que se encuentra en la pared, lee su movimiento en un pequeño sensor y se enciende. No termina de acomodarse que el tablero digital que se encuentra en la puerta, hace sonar el timbre.
―Si, pasa.
La puerta corrediza se abre y deja pasar a Gustavo.
―¡Papa! ―se levanta a saludarlo.
―Hijo, vine para que vayamos a la carrera ―se ríe.
―Si, igual tenemos tiempo, es esta tarde, pero mira ―se muestra― ya estoy listo, chaleco negro, remera blanca y pantalón negro.
―Excelente ―dice Gustavo, sonriendo.

Ambos sienten una vibración en el techo del departamento, que justamente, es la terraza.
―Algo aterrizo ―dice Gonzalo― no parece un auto.
Se ponen serios y deciden salir, suben las escaleras externas que van a la terraza y ven a dos seres muy similares a los humanos, un hombre y una mujer que bajan de naves con forma de avión, pero con características similares a un huevo, de color blanco y ovoide.
Ambos seres de cabello blanco largo por la espalda, un poco altos, de buena apariencia física, ojos azules y piel casi pálida.
―¿Ustedes quiénes son? ―pregunta Gustavo, con seriedad.
El extraterrestre masculino se acerca a ambos y responde en tono serio, pero tranquilo.
―Mi nombre es Ken, quien me acompaña es mi hermana Keli, venimos del planeta Mara, muy, muy lejos de este... tiene recursos muy similares a los de Power Car y la Tierra.
―¿Y a que vienen? ―dice Gonzalo.
―Vinimos a advertirles ―dice Ken.
―¿De qué?
―¿Saben lo que sucederá el 13 de abril de este año?
―Sí, yo sé ―dice Gustavo― dicen que el asteroide Apofis, podría acercarse lo suficiente a la Tierra.
―Están equivocados, el asteroide va a impactar ―dice Keli― tienen la misión de detenerlo.
―Lo vamos a destruir ―dice Gustavo, con determinación.
―¡No! ―dice Keli― Solo desvíenlo, si lo destruyen, sus restos seguirán su curso a la Tierra.
―¿Cómo vas a hacer eso pá?
―Yo no lo voy a hacer, vos sí.
―¿Qué? no, no, no, ¿cómo puedo hacer eso? lo único que quiero es seguir mi vida acá, en la Tierra seguro van a ver como desviarlo.
―Pero hijo, vos sos el indicado para ser mi sucesor, te estoy eligiendo sobre tu hermano Daniel.
―No puedo pá, ¿y si muero?
―No ―sonríe― no vas a morir, vení conmigo, quiero mostrarte algo.
―Nosotros nos quedaremos en este mundo, hasta que todo este problema se haya resuelto ―dice Ken.
―Está bien ―responde Gustavo con seriedad ―los deja para hablar con Gonzalo a solas.

Ambos despegan en sus naves, vuelan por toda la ciudad rumbo a aquel edificio ubicado frente al rascacielos del reloj. Ni bien entran al departamento, Gonzalo se encuentra por un momento con su madre, vistiendo una blusa blanca, pantalón holgado negro, aros y una cadena que cuelga de su cuello, su cabello rubio y ondulado se mantiene casi igual.
―Hijo ―besa su mejilla― que bueno que viniste, estaba por hacer algo para comer, ¿te quedas?
―Un segundo amor ―dice Gustavo― primero tengo que mostrarle algo, espero que lo acepte, estuve esperando este día desde...
―Vos decís por... los Roxidos ―su mirada cambia, se llena de angustia― entiendo, te acompaño.

En la habitación de ambos, Gustavo busca en el placard, entre las puertas corredizas, y los cajones encuentran una pequeña caja de metal, color plateada y de cincuenta centímetros de largo por veinte de ancho.
―Después de tanto tiempo ―dice Karen.
―Si ―dice Gustavo― un símbolo como tu collar ―lo abre.
―Es una cinta ―dice Gonzalo.
―Si, la use desde la guerra Metaleard ―dice con seriedad.
―¿Para qué sirve? ―pregunta un tanto confundido.
―Te lo pones en tu cabeza, de esta forma ―se lo envuelve desde la frente hacia atrás y lo ata― en el momento que lo tengas puesto, vas a tener inmortalidad, tu cuerpo por dentro va a ser como el de una sombra. Y mira esto...
Del fondo del placard saca una espada enfundada, Gonzalo la toma y dice.
―Increíble.
―Si... es la espada Zantriz, la conseguimos durante la guerra Erpe. Si querés llevatela, y la cinta también ―la guarda en el estuche.

Gonzalo retrocede un tanto confundido, con ambas cosas en sus manos, le dice a su padre.
―Es increíble, pero... creo que lo voy a usar después, tengo que pensarlo.
Mientras se va le dice a ambos.
―Otro día me quedo a comer ―se ríe― ¡nos vemos! ¡Gracias!

Viaja en el vehículo, vuela por la ciudad pensando mientras ve los edificios ya siendo las cinco de la tarde.
Al entrar a su casa, encuentra a un joven de cabello castaño claro y ojos azules, comiendo un pan de la mesa, lo suelta rápido y se muestra, vistiendo una campera blanca con detalles celestes en la remera y pantalón. Gonzalo, conociéndolo cierra la puerta y lo mira un tanto agotado.
―¿Qué haces acá Dani? no es un buen momento.
―¿Que paso Gonza? ―dice con pan en su boca.
Ambos se sientan en el sofá y la tele se auto enciende.
―Papá piensa que soy el sucesor, alguien que va a seguir con su camino.
―Si lo dice, es por algo ¿no?, preguntá, investigá ―dice afirmando con la cabeza, de pronto se acuerda― ¡cierto! cambiando de tema, la carrera de los mil millones es en quince minutos.
―¡Sí! ¡Es verdad! ¡Vamos! ―se llena de ánimos.

Cerca de quinientas personas de todo el mundo Power Car, se acercan a la gran carrera, Speed Ballester ingresa y sobrevuela la pista de varios kilómetros de largo, de vuelta en "o". Gustavo saluda, al igual que Karen y demás competidores nuevos, entre estos Axel, Liliana, quien sale por el techo a tirar besos, Milagros, quien mira a Gonzalo. El mismo se pega con ambas palmas en sus mejillas, confiado y concentrado en el camino que debe recorrer.
Varios paneles se posicionan en medio del trayecto, estos activan portales artificiales, cada uno lleva a un determinado punto del planeta, ya sea, arena, bosque, hielo, etc.
Las quinientas naves, se forman en la línea de salida, una pantalla que cubre el ancho de una avenida, flota desde la superficie, haciendo un conteo regresivo. Todos se observan por última vez, finalmente la pantalla despeja el camino contando, tres, dos, uno... ¡Go!

La hinchada se vuelve eufórica, gritan y agitan banderas, al momento que las primeras naves despegan hacia la primera pantalla. Gonzalo pone el primer cambio y pisa el acelerador, se encienden las turbinas traseras y avanza a toda velocidad.
En la delantera, hace un vuelo impecable, una nave de color negra, con banderín chino flameando en el techo, Gonzalo no pierde el tiempo e intenta alcanzarlo, esquivando a sus rivales.
Cruzan la primera pantalla y se transportan a los bosques en las afueras de la ciudad, muchas naves golpean los duros troncos, pero tanto el chino, como Speed Ballester, comienzan a medirse el primer lugar. Petrol Fénix, quien viene atrás de ellos, ayuda disparando fuego, desde un cañón en frente del auto, para derribar, la mayor parte de los arboles caen, cerca de otros competidores y eso le es suficiente para desorientarlos e incluso hacer que se estrellen o salgan de curso, con eso logra alcanzar el puesto diez.

―¡Bien! ―dice Axel― ¡tengo el camino...!
De pronto, los circuitos de toda la nave fallan, corrientes eléctricas, fluyen por todo el tablero y se apagan en simultáneo.
―¿...libre? ―termina.
La nave desciende lentamente, por todos los medios, intenta volver a arrancar el auto sin éxito.
―No, no, ¡No! ―se desespera e intenta arrancar― ¿Quien fue?
Momentos antes de tocar tierra, pasa una nave al lado de él, de color amarillo, con franjas blancas, apodado "Peti". La ventanilla se abre y la chica rubia saca la cabeza para gritarle con una sonrisa.
―¡Perdón fénix! pero quiero esos millones, ¡adiós! ―se ríe.
―¡¡Lili!! ―grita Axel, con rabia.

La chica vuelve al volante, sin mirar la caída de la nave, se concentra con una sonrisa de confianza, ve en su computador, que avanza al puesto ocho.
Gonzalo ve la silueta del chino, que se encuentra a varios metros de él, por la derecha. Despliega del costado izquierdo de la nave, una serie de mini cañones, que lanzan hojas filosas, con el fin de derribar al Speed Ballester.
El joven con suma dificultad intenta esquivarlas y así lo consigue, sin daño alguno.
―Se nota las ganas que tiene de ganar ―dice un tanto preocupado.

Ven al final otro panel, que los lleva al estadio solo por unos momentos, Gonzalo escucha la evasión de la gente, antes de entrar al siguiente escenario. Entre los espectadores, se acercan Ken y Keli, su presencia es algo rara entre tantos powercars. Una pareja de novios se encuentran caminando de la mano, rumbo a las escaleras por las que ellos mismos suben. Al verlos, bajan con lentitud, observando un tanto asombrados por su apariencia. Los hermanos de cabello blanco los miran y luego se ven entre sí, sin demostrar emoción alguna.

Al llegar al último escalón, se encuentran con el panorama de asientos repletos de gente alentando y sacando fotos. Para no llamar la atencion, en cuestión de segundos toman la apariencia de aquella pareja, solo que más serios en lo que presencian.
―¿Crees que lograran detener el apocalipsis terrestre? ―dice Keli.
―Ambos sabemos, que es lo que va a pasar, tendrán un largo camino hasta que llegue ese momento.

Mientras tanto en las montañas de la zona oscura del planeta, ya pocos vehículos quedan en vuelo, el chino choca el vehículo de Gonzalo e intenta derribarlo sin éxito, la ballesta emerge del techo del Speed Ballester, tal cual lo tenía en su momento su padre. Apunta al oponente y dispara flechas eléctricas con la misión de desactivar su vehículo. El joven se aleja rápidamente y esquiva cada una de estas con mucha facilidad, como si se burlara de él.

Atraviesan el último panel y se encuentran de nuevo en la pista, entre estos competidores, Gustavo se encontraba en cuarto lugar, mira a su hijo al frente y sonríe.
―Vos podes hijo, ¡ánimos!

Va a ser un final de fotografía, el chino, Chen Yun Wang, contra el powercar, Gonzalo Ferrero, ambos se acercan a la meta y ¡el ganador es...! ―dice una voz masculina anunciando en el estadio.

Gonzalo acelera a fondo cuando un vehículo los pasa a ambos, como si fuese un relámpago, esta pasa la línea de la meta y así como lo hizo de rápido, aterriza de forma emergente derrapando en la tierra húmeda y arcillosa.
¡La ganadora es Liliana Hellmer! ¡Alias "Peti"!

―¡¿Qué?! ―dice Gonzalo, deteniendo su vehículo en el aire.
El hombre del vehículo que peleaba a la par de él, se aleja fastidiado de la pista, hacia fuera del estadio.
Speed Ballester aterriza desplegando las ruedas del auto, frena cerca de Peti la chica baja saltando de alegría, Gonzalo se acerca tanto sorprendido y le dice.
―No sabía que estabas tan cerca ―se ríe― ¡felicidades "Peti"!
―Gracias ―le da la mano contenta― ¡Sí! ―continua saltando― ¡gane los mil millones!
Un disparo de laser rojo, llega desde lejos e impacta cerca de ellos causando una explosión que los hace caer al suelo. La gente se espanta y otros se alertan, como es el caso de los padres, tanto de Liliana, Jonathan y Érica, quienes se encuentran entre la multitud, como de Gonzalo quien flota a lo lejos en su nave.
Gonzalo lejos de asustarse mira a su alrededor y ni bien nota la nave del chino a lo lejos dice.
―¡Fue ese imbecil!

Milagros sobrevuela su nave cerca de ambos, abre la ventanilla y le dice a su amiga.
―¡Lili! ¡Quiere matarte!
―¡Lili andate! ―dice Gonzalo con desespero― ese tipo está loco ¡dale!
La niña sin pensar más decide hacerle caso, sube al auto y despega fuera del estadio. El auto del joven misterioso decide ir hacia ellos. Milagros le grita a Gonzalo.
―Tenemos que...
―Si, no tenemos que dejar que le haga nada.

Axel llega al estadio rápidamente, desde las lejanías del bosque, al saber lo que está sucediendo. Ni bien ve al misterioso oponente decide enfrentarlo, junto a Gonzalo y Milagros.

―¡Ese idiota se muere! ―dice Jonathan― ¡nadie ataca a mi hija! ―se enfurece.
―¡Cálmese! ―le grita Ken, mientras regresa a la normalidad.
Ambos se quedan sorprendidos con su apariencia reluciente, la joven Keli les dice.
―No ataquen, dejen que ellos peleen, así está escrito.
―¿Y ustedes quiénes son? ―dice Jonathan.

El joven se comunica por micrófono, a los receptores de los tres powercars que le enfrentan.
―Mi nombre es Chen Yun Wang, hijo de Chen Yong Wang y Naomi Hamasaki, ¡YO! debí ganar esa carrera, ahora pagaran caro.
Dispara un misil rastreador de calor hacia ellos, Axel piensa rápido y decide atraerlo al incendiar su vehículo al acelerar. Despega a toda velocidad, lejos de sus amigos, el misil lo persigue por toda la ciudad. Llega a la torre del reloj, lo rodea para intentar desorientarlo, pero lo persigue con gran precisión.
―Así que, ustedes dos y sus patéticos amigos se atreven a desafiarme... No saben con quién se están metiendo.
―Nadie se mete con nuestros amigos ―dice Gonzalo.
―¡Sí! ¡Estás loco Yun!
―Nadie me desafía y vive para contarlo.
―¡No me interesa! ―dice Gonzalo, enfadado.

Despliega desde ambas puertas, dos cañones láser, carga al instante y desde su volante dispara. Yun, esquiva cada uno de estos con gran facilidad, tal como lo hizo con las flechas.
―¡Es muy ágil!

Mientras tanto, Petrol Fénix, escapa del misil a gran velocidad, pero este no le pierde el rastro.
―¡Es rápido! ―golpea el volante― ¿cómo voy a hacer para que explote lejos? ―piensa un momento y concluye― ¡ya se!
Dobla rumbo al mar Oxitron, vuela a todo lo que da, a muy poco margen del agua. En cierto punto se sumerge tan rápido que el misil impacta por atrás de él. La onda expansiva lo manda al fondo por un momento. La explosión se siente en toda la ciudad, la gente se detiene a ver la columna de agua.

Yun, contento lo mira a Gonzalo y dice.
―Te divertiste, ahora es mi turno.
Apunta a Milagros a propósito, la joven mantiene una mirada fija en el vehículo, el chino, dispara desde el frente de su nave pequeñas navajas, la joven acciona el vehículo y se mueve a un lado y al otro, esquivando a cada una de estas, sabiendo por donde llegan. Varias navajas también van hacia Gonzalo, el con suerte consigue evadirlas, otras se clavan al capot sin hacer daño alguno.
Las navajas continúan hasta impactar en un edificio atrás de ellos, algunos dan contra la pared y otros atraviesan ventanales, sin lastimar a nadie de milagro.
―Una vidente ―dice Yun, un tanto sorprendido.
Activa en su tablero, por computador, el arma principal.
Desde el capot, se abre un cañón que tiene en su interior, un sable la misma tiene un sensor en su diminuto mango, y un detonador que titila en rojo, de forma intermitente.

Dispara y Milagros la evade sin problemas, Yun activa el sensor para que regrese por donde vino, Gonzalo se da cuenta, abre la puerta del acompañante y le grita.
―¡Mili! ¡Salta a mi auto!
La joven se da cuenta del peligro y sin pensar, abre la puerta y estando a cientos de metros de altura, se lanza hacia el Speed Ballester. El sable se clava a Polilla y está explota.

La gente ve caer al auto en llamas y huye despavorida, antes de salir heridos.

Yun mira a Gonzalo y a Milagros en el Speed Ballester, se fastidia y dice.
―No tengo tiempo para pelear contra ustedes.
Pisa el acelerador y despega alejándose de ellos.
―No puedo saber a dónde fue ―dice Milagros.
―No importa Mili, ya lo vamos a encontrar.

Revisa en su computador los vehículos registrados en el área y el del chino aparece bajo un nombre irónico.
―Bien, se llama "Kamikaze", que raro, se supone que esos son japoneses...
―Está buscando a otra nave ―dice Milagros― es... Mira ―señala― una nave muy cercana.
―Es la nave de Liliana ―dice Gonzalo― ¡Vamos! ―pisa el acelerador.

Gustavo, desde los límites del estadio, ve como la nave de su hijo avanza tras el chino Chen Yun Wang. Hace una leve sonrisa y dice.
―Yo sé que podes hijo, ¡atrápalo!

Peti viaja por las zonas más retiradas, al oeste de Power Car, cuando detecta una nave en aproximación. Liliana ve por el espejo retrovisor y se horroriza al escuchar su voz en el receptor del intercomunicador.
―¡Ven pequeña! ¡No te voy a hacer daño!
La nave amarilla se aleja a toda velocidad, el chino continúa gritando por el intercomunicador.
―¡Dame ese dinero! ¡No lo hagas más difícil!
―¡No quiero! ―grita con susto.
La nave del chino se acerca a tal punto que Liliana decide aprovechar el momento, vira su nave en su propio eje, por momentos queda frente a Yun, dispara un rayo eléctrico al Kamikaze, y vuelve a girar para huir.
―¿Qué? ¡¿Qué pasa?! ―grita Yun con desespero.

El sistema de vuelo comienza a fallar, al igual que el computador y demás componentes del vehículo.
―¡No! ¡No te irás tan fácil! ―dice fastidiado.
Busca en su asiento un aparato en forma de cargador de arma, lo encastra en un orificio del tablero, y este suministra energía adicional, el Kamikaze se reactiva y vuelve al vuelo.

Liliana ve por el espejo retrovisor, como el chino continúa en vuelo y aún tras ella.
―¡No! ―dice con miedo.
Este la alcanza y la acorrala entre dos torres que le cierran el paso.

―¡Ahora veras! ―le grita al receptor de su auto.
El Speed Ballester lo sorprende por su costado derecho, lo embiste y el Kamikaze cae en picada hacia la terraza de un supermercado. El vehículo aterriza cerca de el con todo el frente destruido.
Las bolas de aire protegieron a Gonzalo y Milagros del impacto, el joven presiona el botón de reconstrucción, el computador activa el generador nanotecnológico que restaura la nave de a poco.
Chen Yun Wang baja de su destrozado auto, se muestra ante ellos, vistiendo un traje rojo y negro al estilo samurái, pero con telas y cueros ligeros, cabello rapado y una cicatriz en su mejilla derecha. Soba su brazo izquierdo por el fuerte choque y grita con rabia.
―¡Malditos!

Gonzalo y Milagros bajan del auto, con una mirada un tanto temerosa, ella se acerca y le pregunta.
―¿Cómo vamos a enfrentarlo?
―No sé, no se ―respira un tanto nervioso.
Yun desenvaina una espada samurái, normal a simple vista, se pone en guardia y dice.
―¡Arruinaron todos mis planes! Pensaba conseguir los fondos para dominar sus tierras, ser "el conquistador del nuevo mundo". Pero voy a tener que hacerlos pedazos por esto.
Milagros reacciona y busca algo en el Speed Ballester.
―¡Gonzalo! ―dice.
El, voltea y ella le lanza la espada Zantriz, al desenfundarla muestra una hoja transparente, pero tan resistente como el acero.
―Increíble ―dice Gonzalo, asombrado piensa― No voy a dejar que este tonto lastime a Milagros, ni a Liliana ni a mi primo, no sé de esgrima... pero tengo que ganarle como sea.

Yun corre a enfrentarlo, el joven Ballester va al choque, ambas espadas impactan y por momentos, el chino comienza a mostrar una fuerza superior. Chocan una y otra vez Gonzalo intenta presionar y así lo consigue por unos momentos.

Milagros busca en el auto algún arma que pueda ayudar y así da con un cañón para brazos.
―Perfecto, sabía que estaba acá.
Yun aprovecha que Gonzalo descubre su defensa y le da un golpe con su puño izquierdo justo en el estómago. Lo derriba con facilidad y cuando está por matarlo recibe un disparo láser justo en su brazo, que lo aleja algunos metros de él. Se esfuerza por ponerse de pie y ni bien lo hace le grita furioso a Milagros.
―¡Ahora verás!

Corre con su espada apuntando hacia ella, grita con enojo y Milagros temblorosa intenta replicar el disparo láser, pero la máquina falla. Gonzalo alcanza a levantarse e interponerse entre ambos, recibiendo la espada por ella. Perfora su cuerpo de lado a lado y al sacársela, el joven cae sufriendo un dolor espantoso. Con sus últimas palabras, saliendo de su ensangrentada boca, le grita.
―Mili, ¡Andate! ¡Corre!
Milagros, espantada retrocede y se queda un poco shockeada. Peti llega por atrás de ella y dice.
―¡Milagros!

―¡Rápido! ―dice Gonzalo entre dientes― ¡Yo me encargo!
Ella piensa un momento y decide subirse a la nave de su amiga.

―No hagas promesas que no vas a cumplir ―se acerca Yun, de nuevo.
Gonzalo se levanta una vez más, esquiva la espada de Yun y lo golpea con todas sus fuerzas en el estómago. El joven se arrodilla y sufre un momento, Gonzalo aprovecha para ir a su vehículo, caminando con pocas fuerzas, ya que agoniza. Entre ambos asientos del frente ve el estuche, recuerda las palabras de Gustavo y decide colocárselo en la cabeza, siente una corriente de energía fluir por su cuerpo, al mismo tiempo que los colores de la cinta cambian a negro y blanco, al reconocer su mente.

Las heridas se cubren del poder sombra y se curan rápidamente, logra ponerse de pie y le grita al chino.
―¡Chen Yun Wang!
El, lo ve con asombro al levantarse.
―¿Qué? ¡¿Cómo puede ser que sigas con vida?
―No puedo morir, no mientras sea, ¡el sucesor!
―¿El sucesor de quién? ―piensa un momento y sonríe― ah, ya entiendo... El Genius Ballester...
El, reacciona confundido, ya que el chino lo conoce.

Ambos corren frente a frente, Yun intenta cortarlo, pero Gonzalo lo esquiva con suma agilidad, concentra poder sombra en su puño derecho y de un golpe lo manda a volar hacia un edificio cercano. Rompe los vidrios de unas oficinas y rueda hasta golpear su espalda, contra un escritorio.

Gonzalo se acerca a ver el edificio y ya no lo ve.
―Se escapó ―dice en voz baja

Speed Ballester y Peti vuelan por la ciudad, ambos un tanto agotados por el día largo que tuvieron, pero en si aliviados de haber sobrevivido.
Aterrizan en la playa y lo ven salir del mar al Petrol Fénix, quien se detiene frente a ellos. Al reunirse los cuatro sanos y salvos, Axel pregunta con incertidumbre.
―¿Quién es ese tipo?
―No sé, pero se escapó, tenemos que defender la ciudad, porque va a volver ―dice Gonzalo, preocupado.
Los cuatro observan a la ciudad iluminada por el atardecer.

July 31, 2021, 6:50 a.m. 0 Report Embed Follow story
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Universo Multidimensional de los Reyes
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