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Único

El chico vagaba sin rumbo, sus pies buscaban tierra de nadie a donde llevarle y que cayera en la oscuridad absoluta de la noche eterna. Las aves nocturnas con su cantos de ultratumba presumían su carne antes de siquiera saborearla, lo veían muerto, completamente alejado de la calidez natural del mundo terrenal. Su vista solo mostraba imágenes inconexas y destellos de un pasado lúgubre pero certero. Su presente y futuro se difuminaban con mayor rapidez ante sus deseos prohibidos.


Le tentaba todo a su alrededor. Le tentaba la idea de matar a esas chicas lindas que veía a cada rato y bañarse en su sangre. Se le prendía la excitación cada vez que recordaba como el precioso chico que había llegado a su casa unos días antes deslizaba aquella ropa por su cuerpo de porcelana. Le había estado espiando, lamentablemente era un jodido voyeur y no dejaría de serlo ni por el más santo. Ahora todo eso, que le proporcionaba alguna clase de felicidad se hallaba lejos de su realidad.


Sus manos ensangrentadas, su barbilla roja con una simple marca del goteo de su boca. A pesar de sentirse muerto su garganta se sentía saciada por primera vez; cada paso que daba le llevaba al olvido de sus tormentos y el abrazo de la locura máxima. Su cuerpo se contrajo en espasmos demoledores cuando su risa rebatió la explanada hasta hacerla temblar. El odio se acumuló en sus entrañas y sus uñas crecieron largas y puntiagudas. El vampiro-primero en su especie- encajó sus largas falanges en su cuello comenzando a desgarrarse la piel. El sufrimiento no significaba nada para él en ese momento, la sangre solo llamaba a más sangre. Sus ojos enrojecidos y dilatados eran muestra fehaciente de su deterioro mental.


Cuando su garganta estuvo abierta en canal y su sonrisa se volvió más oscura de lo normal llevó su mano derecha a su bolsillo interior de donde sacó un pequeño frasco. El líquido denso que albergaba le causó tal frenesí que rompió el recipiente cerca de sus labios y sacando la lengua saboreó tanto cristal como sangre; la sangre de su precioso amante. Ya no quedaba nada más de él que esas últimas gotas de esencia vital; esas que ahora rodaban por la garganta del chico junto al desgarro del vidrio y le quemaban en cuerpo y alma. Le había roto, le había corrompido hasta el punto de volveré más sádico que él y eso le hacía enorgullecerse.


Él era un peligro andante, un íncubo por naturaleza, un hechicero, un asesino, un insensible que curaba sus penas en matanzas injustificadas. Disfrutaba de empalar a los enemigos que su hermano y él mataban en la guerra. Algunos dicen que era como advertencia a los otomanos, más no, el placer sanguinario de los dos vástagos de la dinastía Tepes se veía consagrado en esas acciones.


Ya no había vuelta al pasado, el hombre de 33 años se desmoronó en lágrimas rojas, cayendo al suelo y con un último suspiro de humanidad dejó que los cuervos le comiesen. Carne, retazos de masa ensangrentada dejaron su figura, haciéndole solamente un enredo de suciedad y materia orgánica. Sus ojos miraban al suelo opacos. Su cabeza colgaba porque las picaduras de los animales habían roto sus músculos. Sus brazos hacían ríos que alimentaban la tierra haciéndola más oscura y su vientre dejaba ver las entrañas ya muertas y disfuncionales del vampiro.


De pronto, el ruido del batir de alas y el crujiente sonido del rasgar de las garras animales se dejó de escuchar. Estaba muerto por tercera vez en su vida. Estaba completamente aislado y tan roto que ni siquiera los carroñeros querían consumir su putrefacta carne. Murió entre lágrimas, sangre y oscuridad. Porque esa era la única manera en que su dolor pudiese ser eliminado. Bajo la potente expectativa de que cuando reencarnara sería más hijo de puta que la vez anterior, más sanguinario y quizás esta vez no mataría al ángel que trataría de salvarlo. Quizás esta vez encontraría algo a lo que aferrarse a la fuerza. Porque no importaba con cuánto ímpetu lo deseara, el rey manipulador era hijo de la muerte y no pensaba separarse de su destino.



April 25, 2021, 6:04 p.m. 0 Report Embed Follow story
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S. Lauren ،، ༝⠀🩰.݁ ▸̲ 𝐟𝐥𝐢𝕡𝕖𝕕 𝑐𝑜𝑖𝙣𝙨 ʾ ݁ 𓏲 ࣪𑁍 ٬٬ 𝑠ℎ𝑒/ℎ𝑒𝑟 › 𝟐𝟏'𝐬 Historias que surgen como el canto de las lechuzas, en la noche, sin que yo me lo espere y tenebrosamente adictivas.

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