deyber Deyber Estrada

Jamás pensaron que una isla hermosa y paradisiaca de convertía en un verdadero infierno.


Horror All public.

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Capítulo 1

Daylu.

—Cámbiate de una puta vez Damari, que el barco nos deja —Manifesté a regañadientes. No es por ser la reina de la puntualidad, pero me gustaba que todo estuviese en orden y aún más cuando íbamos a viajar—. ¡Joder! Apúrate el barco zarpa a las 10:30 am.

—Espérate, coño —me dice Damari de la manera más procaz que puede desde el baño.

Me fijo que nuestros boletos de viaje estén en nuestros bolsos (ya que Damari es muy descuidada), me aseguro de haber tomado mis pastillas para el mareo y vómito, me fijo en que nuestras ropas estén donde debe de estar; limpias y ordenaditas. Había ordenado el cuarto ayer por la noche, darles agua a las plantas, pagar la última mensualidad de nuestro cuarto y finalmente vacunar a Mouschi, nuestro gato.

Pego un suspiro de relajación, pero tiempo más tarde me recuerdo de lo más importante de no haber puesto fluoxetinas en mi bolso.

Como imaginaba, no las había puesto, todas estaban en la mesa, de inmediato las pongo en mi bolso de cuero. Sin antes contarlas por supuesto.

Observo y verifico de manera acuciosa mis fluoxetinas.

—Tengo suficientes para el viaje —pienso con preocupación.

El reloj marcaba las diez y cuarto, los nervios se me notaban en mis ojos, lo podía ver en el espejo; mientras me pintaba los labios y me ponía un poco de rímel.

Se me pasan muchos pensamientos por la cabeza, no sé qué hacer, el miedo es tanto que me empiezan a temblar las piernas.

—Sabía que algún día tenía que afrontar esto —Me digo para a mí misma para calmarme. Se me hace la carne de gallina, el miedo me es inexplicable, la sangre se me empieza a helar.

«Joder, Siento que me voy a desmayar.»

La presión me empieza a subir.

—¡Mierda! —Me digo a mis adentros. Empiezo a sudar frío y la boca se me empieza a secar—. Necesito aumentar la dosis de fluoxetina.

Camino de manera presurosa a la mesa, pero por la desesperación; me caigo, y tirada en el piso me retuerzo de dolor un poco.

—¡Auch! —digo con fuerza con la voz temblorosa.

Rápidamente me levanto con una fuerza sobrehumana y me muevo de manera tozuda y torpe hacia la mesa donde están mis fluoxetinas semiabiertas, tomo una al azar y me la empiezo a tragar con abundante agua.

Luego de un rato; la tranquilidad vuelve a mí, tomo bocanadas de aire puro, me siento en el piso y empiezo reflexionar el porqué de este viaje tan tonto.

Lo hacía más bien para poder afrontar mi miedo, ya eran años que ese miedo me lastraba e impedía que sea feliz con las personas que amaba de verdad. Suspiro y mi mente me trae reminiscencias.

Empiezo a verme a mí misma de pequeña.

La gente me daba su pesar, la tristeza invadía mi casa lúgubre, no recuerdo como, pero todos se comportaban bien conmigo me daban regalos y me decían que era una buena niña.

Por dentro sabía que todos eran unos mojigatos y apócrifos, sus saludos no eran más que un intento fallido de alegrarme los ánimos y de aprovecharse de la ocasión.

—Todos son unos oportunistas, del árbol caído todos hacen leña —Pienso.

Las sonrisas de todos me eran nauseabundas, me causaban ojeriza y rechazo.

“Todo estará bien” odiaba esa maldita frase, no era más que la punta de la falsedad en sus palabras.

No sé cómo es que de la nada se me estaban saliendo las lágrimas a borbotones, las lágrimas abrazaban mis mejillas de manera calurosa y apacible.

En el acto Damari entra en mi escena tan deplorable y me abraza de la manera más cálida que puede.

—No llores Daylu —Me dijo Damari de manera suave en el oído derecho, mientras me abrazaba y me limpiaba las lágrimas—. No tienes que ir si quieres.

» No haré nada que te cause daño Daylu.

No cabía duda de que era unas de mis mejores amigas, aun así, se lo había prometido, ir con ella fue un plan que teníamos desde que nos conocimos desde la preparatoria, y ahora no podía defraudarla.

—Está bien —Le digo de manera suave a Damari—. Iremos juntas porque hicimos una promesa.

Ella me devuelve la sonrisa con un poco de tristeza en sus ojos y me ayuda a levantarme.

—Sé que es difícil para ti Daylu y aprecio mucho tu valentía —Estipula la rulosa de mi amiga Damari—. Vamos, si te apuras podremos llegar a tiempo.

Feb. 15, 2021, 10:21 p.m. 0 Report Embed Follow story
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