Corría, corría y corría, parecía alguien imposible de alcanzar para los policías y lo era.
Casi llegaban al final del puente, ¿lo malo? No había salida de allí.
Cuando el hombre enmascarado que es perseguido está cerca de ser alcanzado por la policía se tira directo al vacío, la policía se detuvo y miro hacia abajo y no, no había nada.
—Se volvió a escapar. —Dijo recuperando el aliento. —¡Ese maldito volvió a escapar!
—¿Ya han dicho algo acerca de cómo fue esta vez? —Pregunto alguien más.
—Si, ahorcada y luego corto su cuello con un hilo, también al ser rubia le llenó el cabello de color rojo con la sangre. —Ninguno parecía sorprendido. —El cabello podría parecer algo sin intención, pero dejo una nota que decía "Lindo color de cabello rojo, ¿No lo crees?"
—¿Escrita a mano? Podría ser una gran pista. —El oficial ∆ negó.
—Una nota redactada con una máquina de escribir.
—Pero esta vez parece haber dejado una pista sin percatarse. —Dijo una mujer que apareció detrás de los hombres.
—¿Quién eres tú? —Pregunto ∆. —No recuerdo haberte visto por aquí antes.
—Un gusto, —le extendió la mano. —Rose Martín. Soy una nueva agente integrada en este pueblo.
—¿Rose Martín? Nunca he oído de ti. ¿De dónde eres?
—Soy recién graduada, y este no es el momento para preguntas, tenemos que irnos, han encontrado una pista que puede dar con el asesino. —Y tal como dijo, empezó a marcharse de allí. —¿No vienen? —Dijo sin dar vuelta hacia ellos.
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