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❑ Wonwoo x Mingyu (seventeen) ❑ Contenido homosexual ❑ AU!Christmas🎄 ❑ Two shot ❑ La siguiente obra puede herir la susceptibilidad de algunas audiencias, de ser así, abstenerse de leer y/o comentar. ❑ Lo escrito es ficticio.


Fanfiction Bands/Singers For over 18 only. © Todos los derechos reservados

#meanie #Wongyu #wonwoo #mingyu #seventeen
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«I don't want a lot for Christmas, there is just one thing I need. I don't care about the presents underneath the Christmas tree. I just want you for my own more than you could ever know. Make my wish come true. All I want for Christmas is you»


La clásica canción de navidad sonaba por los parlantes del centro comercial, Wonwoo solo rodó los ojos. Había acompañado a su hermano Joshua a hacer las compras navideñas.


Fue voluntariamente, después de recibir una llamada del mayor diciéndole lo deprimente que resultaba y lo que debía hacer era sacar su culo en el siguiente tren que le llevara a su casa junto con su familia, pues allí quería que pasara las navidades este año.


Así que, a regañadientes, les ayudaba a hacer las últimas compras navideñas en medio del tumulto de gente en las tiendas.


—¡Mira tío, Won! —gritó Chan emocionado viendo a través del aparador de una juguetería. —¡Son la tortugas Ninja!


Fue arrastrado hacia el interior de la tienda de juguetes por un niño de cuatro años. El pequeño se detuvo frente a un juguete que consistía en un caparazón de plástico de tortuga con sus respectivos nunchakus y la bandana naranja, porque obviamente no había tortuga mas cool que Michaelangelo.


Wonwoo le ayudó a Chan para sacarlo del estante, en cuanto lo puso en sus manos el niño brincó con alegría.


—¿Qué tienes allí, pequeña tortuga? —preguntó Joshua cuando llegó minutos después.

—Es Mikey, papi. ¡Tienes sus nunchakus como en la serie! —dijo Chan emocionado, el hombre se arrodilló quedando a la altura de su hijo mientras éste le explicaba en qué consistía el juguete, como si se tratara de algo nunca antes visto.


Chan era el único sobrino que tenía y siempre hacía con él lo que quería y con su padre era peor, solo debía dar un ligero pestañeo y Joshua estaba danzando entre brazas calientes si es lo que el pequeño deseaba.


—¿Así que quieres que lo compre? —el niño asintió frenéticamente.


—Por favor, papi.


Joshua observó el juguete y después a su hijo.


—Pero ya tienes juguetes y cosas de las tortugas, Channie. Aparte, a Papi Jeonghan no le gusta que siempre que terminas de jugar no recoges tu desorden.


El pequeño arrugó su carita de una forma tan graciosa para evitar el llanto, que le estrujó el corazón.


—Por favor, papi. Prometo recoger los juguetes para que papi Han no se enoje, —Joshua se tomó la barbilla y arqueó una ceja, luciendo como si realmente estuviera pensando en ello, Chan comenzó a agarrarse sus manitas con nerviosismo. —Prometo comer todos los vegetales.


El hombre abrió mucho los ojos, falsamente sorprendido y sonrió asintiendo.


—Promételo. —puso una mano entre el niño y él con un meñique levantado.


—Lo prometo. —Chan entrelazó su meñique con el de su padre. Chillando feliz agarrando su caparazón de tortuga.


Wonwoo recibió un mensaje de la señora Kwon para recordarle que los niños irían por la tarde del día de navidad a la granja. Se golpeó la frente, ¡lo había olvidado por completo! Debía arreglar la granja, sacar las decoraciones.


—¿Qué pasa, hermanito? —preguntó Joshua saliendo de la tienda con Chan en un brazo y la bolsa de la compra en la otra mano.


—Olvide que necesito estar en casa para navidad. De verdad quiero estar con ustedes esos días, pero esos niños van a ir y disfrutar de Santa. —se encontraba dividido entre estar con la familia de su hermano y estar en la granja para recibir a los niños alegres que venían a ver a Santa Claus y se llevaban una o dos galletas que les hacía Wonwoo con tanto cariño.


—Hablaré con Jeonghan y tal vez podemos ir a pasar nochebuena y Navidad allá. A Chan le encanta la nieve que hay allí. —las palabras de su hermano le animaron.


—Muchas gracias, Josh. — lo abrazó.


—De nada, Won. Vamos, Han debe estar volviéndose loco en casa sin nosotros. —dijo de manera arrogante.


El viaje del centro comercial a la casa de Joshua fue corto, Chan cayó rendido en su asiento para niños. Su hermano lo sacó en brazos depositándolo en en sofá de la sala y cubriéndolo con una manta. Wonwoo entró a la casa dejando sus botas junto a la puerta. Jeonghan entró a la cocina con los brazos abiertos yendo directamente hacia él y sofocándolo en un abrazo de oso.


Wonnie. Estoy tan feliz de que hayas decidido pasar las fiestas con nosotros. —se separó tomándole por los hombros y con una sonrisa en los labios.


—Uhmm... si, sobre eso, amor... —dijo Joshua entrando en la casa con las bolsas de las compras.


—¿Qué? —preguntó Jeonghan.


—Wonwoo no podrá quedarse para navidad. —depositó las bolsas en la encimera de la cocina. —Tiene que arreglar las cosas para los niños del orfanato de la señora Kwon. Pero, podemos ser nosotros los que vayamos a su casa y estar allí, todos juntos.


Jeonghan se quedó en silencio durante unos minutos. Para después asentir.


—De acuerdo, entonces, me iré pronto para llegar a la granja y tener todo listo antes de que ustedes lleguen. —el celular de Joshua timbró, lo sacó frunciendo el ceño y lo contestó.


—Pero, ¿te vas a ir hoy? Falta un día para nochebuena. —le preguntó su cuñado.

—Está bien, no diré nada. ¿Estas seguro de querer hacer eso? Porque no se si sea la opción mas viable. —escuchaba la conversación de Joshua.


—Si, tengo que palear la nieve, sacar los muñecos de plástico, el trineo, buscar el traje de Santa Claus y también quién lo va a usar. Quisiera ser yo, pero los niños están acostumbrados a ver al elfo Wonwoo ayudar a Santa. —«Mingyu siempre era Santa...» —Tal vez se lo pida a Joshua, espero que me pueda ayudar con eso...


—Sabes que él te ayudará. —le dijo Jeonghan de manera reconfortante. —Muy bien, escuché que tienes que hacer galletas. Tal vez sea buena idea que te ayude a hacerlas.


—Pero, no puedo llevarme nada en el tren.


Jeonghan hizo un ademán con la mano.


—Las dejas listas y empaquetadas aquí, mañana nos las llevaremos con nosotros para que solo las acomodes para los niños.


Wonwoo abrazó a su cuñado de nuevo


—Eres el mejor cuñado que tengo.


—Yo sé que la vida no pudo darte uno mejor. —dijo el rubio con una sonrisa.


Jeonghan guardó la compras, dejando en la encimera lo que ocuparían para hacer las galletas. Lo que no le había dicho era que también lo utilizaría para preparar el pavo, no entendió porqué Jeonghan quería dejar cena allí si habría más que suficiente en la casa de Wonwoo.


Mientras las galletas estaban en el horno Jeonghan cubrió el pavo para meterlo en el refrigerador.


—¿Por qué haces un pavo si haré uno en casa? De hecho, hay bastante comida. —preguntó mientras lavaba los platos.


—Sólo es para tener un respaldo... —se encogió de hombros, rehuyéndole la mirada. —¿Y ya tienes pino en casa, Wonnie?


Era obvio que su cuñado trataba de cambiar el tema.


—Si, aunque no había sacado los adornos, llegando a casa esta noche voy a tener que sacarlo todo. Dios, no voy a dormir nada.


Para cuando estaba sacando las galletas del horno Chan ya se había despertado de su siesta, había merodeado la cocina dándole esos ojos de perrito apaleado y cuando le ofreció una galleta se le iluminaron como estrellas.


—Estoy esperando que me digas que soy el mejor tío del mundo, niño. —le dijo a su sobrino mientras se devoraba la galleta que le había dado.


Se acuclilló frente a Chan, éste le rodeó el cuello con sus cortos brazos dejándole un beso en la mejilla.


—Eres el mejor tío del mundo, y también haces las mejores galletas del mundo.

—¿Disculpa? —espetó Jeonghan a su espalda.


—El tío Won hace las mejores galletas con chocolate del mundo y tú haces las mejores galletas de avena del mundo, papi. —le dijo el niño.


Jeonghan entrecerró los ojos.


—Te has salvado esta vez, mocoso.


Chan río, con sus mejillas sonrosadas, era un pequeño muy lindo. Terminó su galleta y salió corriendo escaleras arriba a su habitación. En ese momento Joshua entró a la cocina a toda prisa.


—Me voy, amor. Regreso lo más pronto posible. —le dio un rápido beso en los labios a su esposo.


—¿A dónde vas? —preguntó Jeonghan algo confundido.


—Surgió un imprevisto en el trabajo, del tema que te mencioné, y quieren resolverlo ahora para que no sea mas problemático en los siguientes días.


Jeonghan tenía una mirada confundida, pero no fue hasta que Joshua le dio una mirada penetrante, que asintió comprendiendo a lo que se refería. Al parecer había recordado de lo que se trataba.


—Ve con cuidado, cariño.


—Claro, dejo al pequeño hombrecito a cargo. ¡Chan, estás a cargo de cuidar a papá y al tío Won! —le gritó a su hijo. —¡Los amo!


Después de eso se escuchó un portazo. Wonwoo frunció el ceño, pero lo dejó pasar. Preparó el glaseado que llevarían las galletas, haría lindos hombrecitos de jengibre.


—¡Cowabunga! — ambos hombres voltearon a la puerta de la cocina para encontrarse con un niño de cuatro años disfrazado de tortuga. Los dos rieron mientras Chan movía sus nunchakus de plástico.


—No te muevas, voy por la cámara. —dijo Jeonghan antes de desaparecer escaleras arriba, volvió medio minuto más tarde. —Muy bien, bebé, enséñale a papá cómo se mueven esos nunchakus.


Chan se puso en pose, parecía listo para saltar y Jeonghan listo con la cámara instantánea tomó la foto.


—Allí está. —se acercó a su hijo y le apretó una mejilla. —Eres la tortuguita mas linda que he visto. Channie, ¿de quién eres un lindo bebé?

Chan parecía avergonzado, miraba a Wonwoo pidiendo ayuda, claro que solo río mientras esperaba la respuesta del pequeño.


—Soy el lindo bebé de papi Han. —dijo resignado.


—Así es. No te hice con tanto amor como para que no me hubiera salido tan lindo mi bebé. Dame un beso y puedes ir a hacer cosas de tortuga ninja, sin romper nada. —Chan se le acercó dejando un sonoro beso en la mejilla de su padre para después salir hacia la sala moviendo los nunchakus, no sin antes darse un golpe en la cabeza.


—Ese niño va a ser mi perdición. —decretó su cuñado.


—Y que lo digas.


Wonwoo ayudó a Jeonghan a limpiar la cocina, despejaron la encimera para decorar las galletas.


—Tío, Won. ¿Me ayudas a hacer mi carta para Santa, por favor? — Chan entró con una caja de crayones y unas cuántas hojas blancas.


—Ve, yo te ayudaré con la decoración de las galletas, espero que a los niños les gusten los muñecos de jengibre fashionistas. Solo sé hacer botones de gomita Balenciaga, trajes de glaseado Gucci y sprinkles de Swarovski. —el hombre le dio un guiño. Wonwoo río, asintió y fueron a la sala con Chan guiándole. Se sentaron en el suelo por petición de su sobrino.


El niño abrió la caja de crayones y tomó una hoja, dándosela. Se pusieron manos a la obra con la carta de Chan, Wonwoo le ayudaba a escribir lo que quería. Al final, el pequeño hizo dibujos sobre los juguetes que deseaba. Cuando estuvo lista soltó un gritito de felicidad.


—Ahora tienes que dejarle tu nombre en el sobre. —Wonwoo estaba doblando la hoja mientras su sobrino le escribía con mucha concentración su nombre. Con alegría fue y la depositó en un pequeño buzón rojo con la leyendo "Directo al polo norte" que Jeonghan había comprado.


Wonwoo estaba recogiendo los crayones y metiéndolos en la caja, su sobrino lo miró con el ceño fruncido.


—¿Qué pasa, Channie?


—¿No vas a pedirle nada a Santa, tío? —preguntó el niño confundido.

Wonwoo sonrió, había cosas que no le podías explicar a un pequeño.


—Lo que yo quiero no me lo puede traer. —dijo triste.


—Pero a mi siempre me trae lo que pido, tal vez no te has portado bien.. —le dijo Chan pensativo. —¿Fuiste un niño bueno todo el año, tío Won?


«No, definitivamente no lo fui.» Negó.


Creo que no, Channie.


—Yo te quiero mucho, tío Winnie. Aunque te hayas portado mal. —Chan lo abrazó. —¿Y qué querías que te trajera para navidad?


Lo pensó, «¿Qué quiero para navidad?» la respuesta a fue fácil. «Mingyu


—Un soldado. —le dijo al pequeño.


—Si le escribes una carta pidiéndole perdón por no haberte portado bien y le prometes que lo vas a hacer desde ahora, lo va a pensar y tal vez te traiga tu soldado. —la felicidad que Chan irradiaba le calentó el corazón, no podía solo decirle que no.


Le trajo más hojas blancas y él tomó uno de los crayones de la caja. Le pidió a Chan que hiciera el dibujo de su soldado para que Santa supiera qué deseaba para esa navidad.


«Querido Santa:


Definitivamente sabes que no he sido un chico muy bueno este año, fui muy egoísta con el hombre que más amo. Claro está que Mingyu ama servir a su país tanto como me amaba a mi, sin embargo, en un momento de debilidad emocional le reproché cosas que ahora me resultan ridículas.


Dijo que solo estaría en servicio seis meses y debía volver para principios de Diciembre, le dije que no se molestara en volver y tal vez me haga caso. El asunto es, Santa, que me tomó una semana darme cuenta de mi error. Pero fue tarde porque no me pude comunicar con él.


¿Sería mucho pedir que me lo dejaras bajo el árbol en la mañana de navidad? Prometo ser el mejor chico bueno que tendrás en tu lista, y si no merezco eso al menos déjale saber lo mucho que lo amo y lo mucho que me arrepiento de lo que dije.


Con cariño, Wonwoo»


Dobló la hoja y la metió en el sobre. Chan le tendió otro crayón para que pusiera su nombre en él, y feliz el niño la depositó en el buzón. Wonwoo sonrió, si tan solo tuviera la inocencia de un niño y creer que quizá Santa Claus se apiadaría de sus travesuras y le traería aquello que deseaba con ansias.


Luego de eso ayudó en lo que pudo. Al regresar su hermano le dio varias decoraciones que podría usar en la granja y le llevaría cuando fueran allá, les agradeció despidiéndose de ellos y esperando verles pronto.


Tomó su tren y viajó. El viaje duró una hora y cuarenta y siete minutos, durante los cuales reflexionó su actitud inmadura cuando le gritó a Mingyu que si no salía del ejército cuando volviera mejor no se molestara en volver, seis años de relación y tomó solo un día en que esas dudas se le metieran en la cabeza. Pero el hecho de que el hermano mayor de Mingyu, Jongin, muriera en combate dejando a Kyungsoo embarazado y con un niño de dos años le aterró hasta la médula.


No quería perder al hombre en batalla y había enloquecido cuando esa idea se coló dentro.


«—Me estás pidiendo que deje algo que amo hacer, es como si yo te pidiera alejarte de los niños del orfanato. No estás siendo razonable, Wonwoo. —le había dicho Mingyu en un tono de voz tranquilo.


—¡No es cierto! Si me amas algo vas a salir de la armada, Kim Mingyu. —le gritó histérico.


Mingyu negó tomando su maleta del suelo.


—No estás siendo racional. Te llamaré para que hablemos de eso.


—Si sales por esa puerta no quiero que regreses nunca. —Mingyu abrió demasiado los ojos.


—¿Me estás jodiendo, no?


Wonwoo negó con los ojos llenos de lágrimas. El rostro de Mingyu se volvió impasible, hizo una reverencia y se retiró por la puerta.»


Desde aquel día el moreno no se había puesto en contacto con él, no le había enviado alguna carta. Se suponía que ya debería estar de regreso, pero no había rastro del hombre. Después de bajar del tren caminó los quince minutos que le tomaba llegar a casa. Silencio le dio la bienvenida. Dejó su chaqueta en el sofá, fue directo al garaje por los ornamentos del árbol dejándolos en la sala.


Abrió las cajas y adornó el árbol.


Una hora y quince minutos después yacía exhausto en el sofá, estaba luchando contra el sueño. Estaba atardeciendo, toda la comida ya estaba lista, solo era cuestión de cocinarla temprano en la mañana para que estuviera lista por la tarde Se fue a dormir esa noche, esperando que la mañana trajera consigo una tranquilidad que no sentía desde hace tiempo.






🎄






Apenas estaba saliendo el sol de entre las montañas cuando la alarma de Wonwoo sonó, a regañadientes salió de su cama y se cambió con ropa abrigadora. Bajó, desayunó algo ligero. Yendo a la sala se puso la chaqueta, unas botas para la nieve y un gorro para salir a poner las decoraciones exteriores.


—Muy bien, al ataque. —dijo frotando sus manos enguantadas una vez que estuvo fuera.


Paleó la nieve haciendo un camino, colocando bastones de caramelo de plástico a los lados, después, les colocó luces de colores. Dejó el trineo fuera del granero, limpió este último para acomodar la silla de Santa Claus y los regalos que se les darían a los niños.

Situó algunos otros muñecos de plástico en el espacio libre, trató que no luciera vacío pero cuidando que no llegara a lo ridículo.


Cuando terminó con el exterior le dolía la espalda y los hombros. Suspirando entró a la casa, encendió la chimenea, dejó su chaqueta sobre el sofá y las botas en la entrada.


Parecía que arreglar la casa nunca iba a terminar. Casi treinta minutos después Joshua llegó con su familia.


—¡Tío Wonwoo! —gritó Chan, feliz de verle.



—Hola, hermanito. —le saludó Joshua.


—Hola, cuñadito. —se burló Jeonghan.


Entraron, Joshua bajó las cosas del auto, y dejó los tres regalos de Chan bajo el árbol. «¿Por qué tan pocos regalos?»


Jeonghan se le acercó y le entregó una bolsa de regalo.


—Esto es para ti, ábrelo hasta mañana y en tu habitación. —Wonwoo frunció el ceño. —Tal vez no sea tan grande o vibre tanto como el que tengas, pero espero cumpla su función.


—¡Yoon Jeonghan! —le gritó Joshua y su esposo estalló en risas. Nunca sabía qué esperar del hombre, tomó la bolsa con desconfianza.


—¿Gracias?


—Oh, Won. Me lo agradecerás el día de mañana. —le guiñó.


Wonwoo subió para dejar aquel dudoso regalo. Si bien, no era tan pesado como para ser lo que Jeonghan había insinuado tampoco podía fiarse de su cuñado.


Al llegar la tarde comenzaron a reunirse en la sala para disfrutar de la familia. Habían planeafo que estarían en pijama y el más feliz con esa decisión fue el pequeño Chan. Corría por la casa comiendo galletas y chocolates.


Jeonghan le regañaba vagamente. Joshua contestaba ocasionalmente textos del trabajo.


—Bueno, creo que es hora de la cena. —anunció Wonwoo. Con ayuda de Joshua cortó el pavo y les sirvió a sus invitados.


—El pollo gigante que hiciste esta muy bueno, tío Won. —dijo Chan.


Todos en la mesa rieron, Chan les miraba confundido y esa expresión desapareció cuando su padre le explicó que no era un pollo Schwarzenegger.


Luego de cenar estuvieron casi dos horas charlando y contando sus anécdotas navideñas. Joshua se quejaba de su madre haciendo que ambos hermanos se vistieran de elfos para navidad, era divertido a los cinco años pero dejó de serlo a los quince. Joshua contó que hubo una navidad en la que sus padres no pudieron regalarles nada a él y a sus hermanos, Hansol y Soonyoung, debido a una crisis económica que sufrieron cuando despidieron a su padre.


Chan relataba cómo Santa iba por todo el mundo en solo una noche para dejarles regalos a los niños.


—Si Santa se apura, te va a traer tu regalo, tío Won. —le dijo el niño dándole una cálida sonrisa de mejillas rosadas.


Posteriormente, recogieron la mesa y lavaron los platos, con postre en mano se dirigieron a la sala para ver películas navideñas.


Wonwoo alcanzó el control remoto 'El extraño mundo de Jack' estaba en uno de los canales, le pareció gracioso que una película de Halloween estuviera en los especiales navideños.


«A Mingyu le gustaba esa película». Sonrió cuando ese pensamiento invadió su mente, recordó cómo el moreno cantaba la canción 'Esto es Halloween'. Si, la había cagado a lo grande. Fue recompensado con la aguda voz de Chan cantando esa canción.


Se levantó, yendo directamente a la cocina, con una necesidad enorme en el pecho de querer que ese hombre estuviera aquí. Haría las galletas que le gustaban a Mingyu, probablemente era ridículo pero sentía que si hacía algo que le gustaba estaría mas cerca de él. Sacó los ingredientes de la alacena y refrigerador, comenzó a hacer la masa.


—¿Qué haces, tío? ¿No te gusta como canté y por eso te fuiste? —el menor tenía problemas para subirse a la silla, Wonwoo se acercó y lo subió.


—No, me encanta como cantas desafinadamente las canciones, Channie. Solo voy a hacer unas galletas.


—¿Puedo ayudarte? —preguntó esperanzado.


—¡Claro!


De un salto bajó del taburete y corrió a lavarse sus manitas. Wonwoo mezclo todo en el bowl hasta que quedó una masa. Luego, le enseño a Chan cómo rodar la masa entre las palmas de sus manos, el pequeño hizo pequeñas bolas para dispersarlas por la bandeja y Wonwoo las metió al horno.


Regresaron a ver la película mientras esperaban que la masa se horneara. Se sorprendió bastante al entrar y que la pareja en el sillón estuviera dando muestras físicas de su amor. Inmediatamente le cubrió los ojos a Chan, carraspeando para que los hombres notaran que tenían compañía, los dos pegaron un reparo y quedaran sentados a ambos lados del sofá. Al pasar por enfrente vio que Joshua tenía la camisa de la pijama desabotonada y Jeonghan tenía un moretón en el cuello.


Se sentó, ignorando la situación, estaba que se moría de risa por dentro.


Cuando por fin estuvieron listas las galletas las sacó dejándolas en la encimera para que se enfriaran.


La película terminó y las galletas se enfriaron, los padres de Chan le dieron permiso de únicamente abrir un regalo, los demás lo abriría por la mañana. Un chillido de felicidad llenó la habitación cuando el pequeño lo desenvolvió. Joshua accedió a ser su Santa para los niños del orfanato.


Jeonghan y Joshua fueron a acostar a Chan, muy en contra de la voluntad del niño. Le desearon buenas noches y se retiraron a la habitación que les había dado. Apagó las luces, iba camino a su habitación para dormir cuando se le ocurrió una idea. «Es una idiotez», pensó.


Pero, ¿qué tenía qué perder? Regresó trotando hacia la cocina, tomó tres galletas en un plato y llenó hasta la mitad con leche un vaso dejándolos en la mesita de la sala. Tomó un pedazo de papel y garabateó: «Santa, por favor


Cerró los ojos un momento, dejó la nota entre las galletas y el vaso. «Recuerda que tienes que estar dormido para que santa te traiga tus regalos, tío Won» le había dicho su sobrino.

Subió a su habitación y se acomodó entre las sábanas y el edredón, listo para dormir.

Feb. 2, 2021, 11:21 p.m. 0 Report Embed Follow story
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